El que muevas primero no implica que ganarás el juego {Relaciones de Mikhail}

El ajedrez es algo más que un juego, es arte, es cálculo, es belleza. Blancas o negras, no importa qué elija, se trata de una partida. Mi partida. Tus últimas palabras solo prueban tu falta de carácter. Si entráis a jugar, deberías tener en claro las consecuencias que conlleva cada movimiento, planeado o improvisado. Retroceder está permitido solo si es una estrategia para ganar la guerra. Retroceder para que tu cabeza siga unida a tu cuello, patético. Si quisiera jugar con quien burla las reglas sin esperar un castigo, invitaría a la mesa a un niño. La atracción va ligada a las probabilidades de ser descubierto. Una caricia lascivia que pase desapercibida cuando Hannes se encuentra por los alrededores - y cuando no -, solo alimenta el riesgo – el deseo. Tu descaro de bañarte en fuego y querer salir ilesa después de cometer un desliz, te hace coleccionable, una más para mi hostilidad. No eres mi aliada. No eres nada mío. Haces lo que te ordeno solo porque Hannes te lo ha pedido. Así que dejemos a un lado la hipocresía y evitemos llenar lugares que no mereces. ¿Obsesión? Ah. Encomiable. Deja de fingir que eres una damisela en apuros y entonces te tomaré en serio, dejando atrás la simple curiosidad.

Ya sabes lo que dicen, Hannes. “El adversario más peligroso es uno mismo.” Siempre estuvo en nosotros el competir. ¿Cómo llegamos a soportarnos tantos años sin arrancarnos las cabezas? Es todo un enigma, mi viejo amigo. El tiempo no significa nada para nosotros. Las alianzas en nuestro mundo ya no son lo que solían ser. Tu lugar entre los míos es indiscutible. Espero que no te hayas olvidado de cómo jugar una partida de ajedrez entre inmortales.

¿Aún no has conseguido que un cazador te estaque? Tantos años creyendo que tus cenizas se esparcieron en el aire, solo hace nuestro encuentro bastante decepcionante. Deja de hacer pucheros, sin sarcasmo el juego se torna como cualquier otro. Ya has enumerado tus razones, no necesito decirte las mías, solo basta con que mires los lugares. La objetividad solo es una de mis muchas cualidades. Solo recuerda nuestra regla. Estorba cuando estés segura que mi humor no me traicionará, hazte a un lado cuando estés segura que las cosas se pondrán feas. Llegados a este punto en que la atracción y la hostilidad nos invita a encontrarnos y darnos la espalda para satisfacción nuestra, solo resta decir que muevas.

Solo un hombre como yo puede llegar a las cumbres del ajedrez, así que siéntete especial, no cualquiera entra a mi tablero personal. Cuidado. La arrogancia hace a la mayoría estúpidos y no hay nada más absurdo que ver a una puta con aires de reina. ¿No me crees? Mira a mi esposa. No tiene nada que presumir y sin embargo, lo hace. Pero no puedo culparla, después de todo, es a mi lado que camina. Verás, Dulcie, hasta el peón más débil se regodea al saber que me sirve. Creías haberlo perdido todo cuando no tenías absolutamente nada. La mujer que eres es solo el producto de mi esfuerzo. Estás conmigo para servir mis deseos - por supuesto -, así que la atracción está fuera de contexto. Sin embargo, lo que representas para mi nueva mascota hace que lo sienta en la medida que analizo cómo procedo.