AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
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Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Sáb Oct 16, 2010 1:01 am
Recuerdo del primer mensaje :
Viernes 7:00 PM.
Cuando Denver detuvo la carrosa, sus manos ateridas por el frío le dolían mientras sostenía las cuerdas que controlaban a los caballos. Se quedó unos momentos sin moverse soplándose las manos en un vano intento de calentarse, el cliente sólo le había dado la indicación de dejar a Anuar en el borde del camino y regresar por donde había llegado. Pero ¿Como iba a dejar a ese jovencito en medio de un bosque en el borde de un camino que no llevaba a ninguna parte sin nisiquiera un candelabro? De repente se encontró pensando en lo peor. ¿Y si el cliente lo que quería era asesinarlo y que no hubiesen testigos? Porque en ese lugar hinóspito sería la carnada perfecta, el cuerpo podría ser escondido y jamás encontrado por la policía...
¿Tendría el chico una deuda pendiente con algún señor poderoso? ¿Estaría metido en un lio pasional? Pobre muchacho, con esa carita inocente que tenía. Denver comenzaba a sentir el remordimiento de consciencia carcomiéndolo por dentro, pero él era sólo un conductor ¿Que podía hacer para cambiar el destino oscuro de ese pobre y desnutrido joven?
- Hemos llegado - Anunció bajándo del carruaje buscando un candelabro y encendiéndolo para Anuar quien en algún momento del viaje se había metido dentro del carruaje de nuevo. Karl había dormido un par de horas también y se rascaba los ojos mientras bajaba el baúl con provisiones y lo depositaba en el suelo. El cliente además había dicho que el baúl se quedaba en ese lugar con Anuar.
- Fue un placer escoltarle hasta este lugar monsieur Dutuescu - Comenzó Denver con una sonrisa - Ahora yo debo volver... que Jesus y la virgen le protegan en su infinita misericordia - . Finalizó con un gesto bastante religioso y volviéndo a montar al carruaje, el viaje de regreso sería tedioso, así que probablemente su hijo le relevaría conduciéndo los caballos mientras el dormía un poco.
Viernes 7:00 PM.
Cuando Denver detuvo la carrosa, sus manos ateridas por el frío le dolían mientras sostenía las cuerdas que controlaban a los caballos. Se quedó unos momentos sin moverse soplándose las manos en un vano intento de calentarse, el cliente sólo le había dado la indicación de dejar a Anuar en el borde del camino y regresar por donde había llegado. Pero ¿Como iba a dejar a ese jovencito en medio de un bosque en el borde de un camino que no llevaba a ninguna parte sin nisiquiera un candelabro? De repente se encontró pensando en lo peor. ¿Y si el cliente lo que quería era asesinarlo y que no hubiesen testigos? Porque en ese lugar hinóspito sería la carnada perfecta, el cuerpo podría ser escondido y jamás encontrado por la policía...
¿Tendría el chico una deuda pendiente con algún señor poderoso? ¿Estaría metido en un lio pasional? Pobre muchacho, con esa carita inocente que tenía. Denver comenzaba a sentir el remordimiento de consciencia carcomiéndolo por dentro, pero él era sólo un conductor ¿Que podía hacer para cambiar el destino oscuro de ese pobre y desnutrido joven?
- Hemos llegado - Anunció bajándo del carruaje buscando un candelabro y encendiéndolo para Anuar quien en algún momento del viaje se había metido dentro del carruaje de nuevo. Karl había dormido un par de horas también y se rascaba los ojos mientras bajaba el baúl con provisiones y lo depositaba en el suelo. El cliente además había dicho que el baúl se quedaba en ese lugar con Anuar.
- Fue un placer escoltarle hasta este lugar monsieur Dutuescu - Comenzó Denver con una sonrisa - Ahora yo debo volver... que Jesus y la virgen le protegan en su infinita misericordia - . Finalizó con un gesto bastante religioso y volviéndo a montar al carruaje, el viaje de regreso sería tedioso, así que probablemente su hijo le relevaría conduciéndo los caballos mientras el dormía un poco.
Última edición por Soren Kaarkarogf el Sáb Oct 16, 2010 5:55 pm, editado 1 vez
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Miér Dic 01, 2010 10:42 am
(( Te regalo una ★ en el post anterior por creatividad. No me esperaba el giro en la trama y estoy más que intrigado ))
Soren se aferró como pudo al hombro de Anuar y le siguió sin chistar, cualquier cosa con tal de alejarse de la multitud y de todo lo que le producía. Hubo un tiempo en el que no soportaba tan siquiera estar cerca de un grupo no mayor de 10 personas y tuvo serios casos de Antropofobia. Realmente temía encontrarse en espacios cerrados con numerosas personas, porque en esas épocas de juventud, le costaba más controlar sus sentidos desarrollados y toda esa información, llegaba de golpe a su cerebro en forma de olores, visiones, sonidos y demás. Afortunadamente para él, nunca había sido un tipo carismático que atrajera mucha gente y por el contrario esta solía evitarlo.
Convertirse en profesor había sido todo un logro personal, pero aún así seguía siendo difícil controlarlo en momentos de pánico como ese. No fue realmente consciente o más bien no puso mucha atención hacía donde se dirigían, pues había cerrado los ojos mientras se dejaba guiar por Anuar, para concentrarse en alejar todos esos impulsos y tranquilizarse. De nada servía que perdiera el control en una situación así, cuando el humano le necesitaba.
Cuando fue consciente de su alrededor, estaba en una casa, inclusive el caballo había entrado en la habitación, una mujer muy vieja, digna de ser exhibida en su tienda, les había ayudado a esconderse, o eso era lo que Soren creía, aunque en esos días había que dudar de las intenciones de todo el mundo. La anciana salió de la habitación y los labios de Anuar parecieron devolverle la cordura que tanto estaba necesitando.
- Si... me ha dolido – Aceptó notando que la herida había vuelto a tomar una coloración purpura cuando el chico le había alzado la camisa – Pero estoy bien... - Cortó lo que iba a decir, porque sus brazos bordearon el cuerpo de Anuar y lo atrajeron contra el suyo, no le importó que su estómago doliera con el movimiento, el calor del humano le reconfortaba, escondió su rostro en el ángulo del cuello del pintor dejando escapar un suspiro. - Si pudiera volver a morir...moriría de los sustos que me provocas, me he preocupado mucho... te estabas demorando en volver y temí lo peor y corrí siguiendo las huellas hasta el pueblo, estaba tan asustado, dios ¿Estás bien? - Agregó hablando con la voz apresurada besándole el cuello y subiendo por la mejilla hasta llegar a su boca y depositar otro beso allí.
Soren se aferró como pudo al hombro de Anuar y le siguió sin chistar, cualquier cosa con tal de alejarse de la multitud y de todo lo que le producía. Hubo un tiempo en el que no soportaba tan siquiera estar cerca de un grupo no mayor de 10 personas y tuvo serios casos de Antropofobia. Realmente temía encontrarse en espacios cerrados con numerosas personas, porque en esas épocas de juventud, le costaba más controlar sus sentidos desarrollados y toda esa información, llegaba de golpe a su cerebro en forma de olores, visiones, sonidos y demás. Afortunadamente para él, nunca había sido un tipo carismático que atrajera mucha gente y por el contrario esta solía evitarlo.
Convertirse en profesor había sido todo un logro personal, pero aún así seguía siendo difícil controlarlo en momentos de pánico como ese. No fue realmente consciente o más bien no puso mucha atención hacía donde se dirigían, pues había cerrado los ojos mientras se dejaba guiar por Anuar, para concentrarse en alejar todos esos impulsos y tranquilizarse. De nada servía que perdiera el control en una situación así, cuando el humano le necesitaba.
Cuando fue consciente de su alrededor, estaba en una casa, inclusive el caballo había entrado en la habitación, una mujer muy vieja, digna de ser exhibida en su tienda, les había ayudado a esconderse, o eso era lo que Soren creía, aunque en esos días había que dudar de las intenciones de todo el mundo. La anciana salió de la habitación y los labios de Anuar parecieron devolverle la cordura que tanto estaba necesitando.
- Si... me ha dolido – Aceptó notando que la herida había vuelto a tomar una coloración purpura cuando el chico le había alzado la camisa – Pero estoy bien... - Cortó lo que iba a decir, porque sus brazos bordearon el cuerpo de Anuar y lo atrajeron contra el suyo, no le importó que su estómago doliera con el movimiento, el calor del humano le reconfortaba, escondió su rostro en el ángulo del cuello del pintor dejando escapar un suspiro. - Si pudiera volver a morir...moriría de los sustos que me provocas, me he preocupado mucho... te estabas demorando en volver y temí lo peor y corrí siguiendo las huellas hasta el pueblo, estaba tan asustado, dios ¿Estás bien? - Agregó hablando con la voz apresurada besándole el cuello y subiendo por la mejilla hasta llegar a su boca y depositar otro beso allí.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Anuar Dutuescu Miér Dic 01, 2010 11:19 am
Sonrio de medio lado con sus manos sobre sus costados bajo la blanca camisa –a sido tonto confiar en esas personas- asevero con calma pues viéndolo ahora desde otra perspectiva verse acompañado por dos extraños que habían salido sin mas de un camino vacio y le habían ofrecido ir detrás de una casa con intenciones de conseguir pan no sonaba nada convincente, el equino habia sufrido las consecuencias de su imprudencia y el mismo Soren lo habia hecho, al recibir aquel puntapié en la herida aun visible en su vientre.
-creo que solo tengo un raspón en la mejilla- murmuro bajando la camisa de golpe y separándose al escuchar los pesados pasos de la mujer, regresaba con una venda entre las manos y un cuenco con agua en la otra, sus manos temblaban como si estuviesen bajo alguna maldición o extraña enfermedad, se apresuro hacia ella sujetando las cosas antes de que el agua terminara esparciéndose sobre el suelo.
-mi hijo era como ustedes- murmuro la señora siseando las palabras, como si hablando antes la lengua de las serpientes se esmerase ahora por hablar el dialecto humano. El pelirrojo le observo con atención –también le gustaban los animales…tenia muchas ratas- le indico desviando su atención al vampiro, con las sienes nevadas y el canoso cabellos recogido en un rodete con un liston verdoso, rugoso y manchado.
Sonrio forzosamente de medio lado al tiempo que la mujer arrebataba la venda de sus manos y la remojaba en el gélido cuenco de agua, pasándolo con aquel trémulo tacto sobre su mejilla, quitando el rastro de sangre y helándole el rostro, cerro los parpados unos instantes conteniendo el impulso de alejarse debía suponer que la mujer solo intentaba ser amable aunque su tacto era tosco, apretaba el trapo contra su lacerada piel como si pretendiese hacerle sangrar aun más.
-¿te a pateado cierto?...¿no te lastimo?- le cuestiono al vampiro remojando el paño, el agua se enturbio por la sangre remojada –déjame ver- le pidió aunque sonaba mas como una exigencia, dejo las cosas que llevaba en la mano en una mesa baja que yacia a unos pasos de ellos, su espalda trono ante la inclinación aunque pareció no importarle –ven para que pueda verte- siseo moviendo sus manos para que se acercara.
Anuar desvió la mirada –no le a pasado nada, vera que es bastante resistente- le explico avanzando hacia las ventanas, abrió las cortinas observando hacia afuera, la gente se habia dispersado aunque algunas personas cuchicheaban señalando la casa, nadie se acercaba, nadie pasaba siquiera por la parte frontal de la casa -¿no te han dicho que curiosear es malo?...-la voz de la mujer le pareció extrañamente cercana, estremeció cerrando las cortinas con rapidez.
El equino habia llegado hasta una esquina, donde se mantenía estático, observando con sus inmensos orbes el lugar como si algun invisible animal pasease de aquí a alla por el sitio.
-creo que solo tengo un raspón en la mejilla- murmuro bajando la camisa de golpe y separándose al escuchar los pesados pasos de la mujer, regresaba con una venda entre las manos y un cuenco con agua en la otra, sus manos temblaban como si estuviesen bajo alguna maldición o extraña enfermedad, se apresuro hacia ella sujetando las cosas antes de que el agua terminara esparciéndose sobre el suelo.
-mi hijo era como ustedes- murmuro la señora siseando las palabras, como si hablando antes la lengua de las serpientes se esmerase ahora por hablar el dialecto humano. El pelirrojo le observo con atención –también le gustaban los animales…tenia muchas ratas- le indico desviando su atención al vampiro, con las sienes nevadas y el canoso cabellos recogido en un rodete con un liston verdoso, rugoso y manchado.
Sonrio forzosamente de medio lado al tiempo que la mujer arrebataba la venda de sus manos y la remojaba en el gélido cuenco de agua, pasándolo con aquel trémulo tacto sobre su mejilla, quitando el rastro de sangre y helándole el rostro, cerro los parpados unos instantes conteniendo el impulso de alejarse debía suponer que la mujer solo intentaba ser amable aunque su tacto era tosco, apretaba el trapo contra su lacerada piel como si pretendiese hacerle sangrar aun más.
-¿te a pateado cierto?...¿no te lastimo?- le cuestiono al vampiro remojando el paño, el agua se enturbio por la sangre remojada –déjame ver- le pidió aunque sonaba mas como una exigencia, dejo las cosas que llevaba en la mano en una mesa baja que yacia a unos pasos de ellos, su espalda trono ante la inclinación aunque pareció no importarle –ven para que pueda verte- siseo moviendo sus manos para que se acercara.
Anuar desvió la mirada –no le a pasado nada, vera que es bastante resistente- le explico avanzando hacia las ventanas, abrió las cortinas observando hacia afuera, la gente se habia dispersado aunque algunas personas cuchicheaban señalando la casa, nadie se acercaba, nadie pasaba siquiera por la parte frontal de la casa -¿no te han dicho que curiosear es malo?...-la voz de la mujer le pareció extrañamente cercana, estremeció cerrando las cortinas con rapidez.
El equino habia llegado hasta una esquina, donde se mantenía estático, observando con sus inmensos orbes el lugar como si algun invisible animal pasease de aquí a alla por el sitio.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Miér Dic 01, 2010 12:01 pm
Se sobresaltó un poco cuando la mujer volvió con sus pasos temblorosos, no quería más problemas y mucho menos crear un nuevo malentendido si la mujer los veía besándose. Observó como aquella mujer parecía casi a punto de quebrarse, no había conocido a su abuelo o abuela, pues habían muerto cuando aún el era muy pequeño, pero si había visto personas viejas sufrir de diversos dolores causados por enfermedades y en otros casos maleficios que los llevaban a la muerte. Se preguntó si esa pobre mujer, tenía a alguien que cuidara de ella, pues en su estado y edad debía ser muy difícil valerse por si misma.
Se hizo a un lado mientras ella limpiaba lo que quedaba de sangre seca en la mejilla de Anuar y se relamió los labios inconscientemente, al recordar la herida. ¡Enfócate Soren! ¡Enfócate!, se dijo así mismo apartando la mirada mientras la mujer terminaba la curación. Como odiaba ser tan débil y sentirse tentado por la sangre de esa manera.
Entonces la mujer se acercó a él con la intención de revisarle y el comentario de Anuar le hizo sonrojar ligéramente, intentó sonreír pero no le salió, no se le daba bien sonreír frente a extraños, esos eran privilegios de los cuales sólo gozaba su pintor. - Si soy... algo resistente – Comentó con voz más amena, aunque su rostro seguía sin demostrar alguna expresión en particular, se levantó la camisa para dejarle ver la parte golpeada a la vieja.
- Es usted muy amable madame – Continuó Soren observando con atención cada detalle en la mujer, su olor peculiar, los sonidos que producía al respirar y hablar, su voz era como si una vieja serpiente hubiese aprendido el idioma de los humanos – Le agradezco la gentileza de acogernos en su morada, pero me preocupa que se meta usted en problemas por nuestra culpa, si no le importa, en cuanto la gente allá afuera se disperse, podemos irnos y dejarla tranquila -
Se hizo a un lado mientras ella limpiaba lo que quedaba de sangre seca en la mejilla de Anuar y se relamió los labios inconscientemente, al recordar la herida. ¡Enfócate Soren! ¡Enfócate!, se dijo así mismo apartando la mirada mientras la mujer terminaba la curación. Como odiaba ser tan débil y sentirse tentado por la sangre de esa manera.
Entonces la mujer se acercó a él con la intención de revisarle y el comentario de Anuar le hizo sonrojar ligéramente, intentó sonreír pero no le salió, no se le daba bien sonreír frente a extraños, esos eran privilegios de los cuales sólo gozaba su pintor. - Si soy... algo resistente – Comentó con voz más amena, aunque su rostro seguía sin demostrar alguna expresión en particular, se levantó la camisa para dejarle ver la parte golpeada a la vieja.
- Es usted muy amable madame – Continuó Soren observando con atención cada detalle en la mujer, su olor peculiar, los sonidos que producía al respirar y hablar, su voz era como si una vieja serpiente hubiese aprendido el idioma de los humanos – Le agradezco la gentileza de acogernos en su morada, pero me preocupa que se meta usted en problemas por nuestra culpa, si no le importa, en cuanto la gente allá afuera se disperse, podemos irnos y dejarla tranquila -
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Anuar Dutuescu Miér Dic 01, 2010 12:30 pm
-creo que su amigo a comprobado ya que nadie se acerca a mi casa- asevero con calma remojando el trapo en el agua que mas parecían ser hielos recién derretidos, quizas pudiese ayudar a la herida quizas solo lo empeoraría, el frio producía una menor irrigación de sangre en el sistema, al ser vampiro seguramente aquello era de por si un acto nulo –creo que no les gustaban las ratas- murmuro sonriendo de medio lado, dejando entre ver un hueco entre el incisivo y las muelas.
Anuar se acerco al caballo, intentando tranquilizarle al verle asi de tenso, su cola golpeaba la pared cuando la agitaba, asustando moscas inexistentes –liniştit- murmuro a su oido acariciando su crin y su lomo, intenando hacerle entrar en calor. Rasco tras su oreja pues aquello le gustaba a Lit y no sabia si tambien a los caballos era de su agrado.
-no deberias hablar e lenguas extrañas...¿es acaso que no debemos comprender lo que dices?- cuestiono la mujer de forma paranoica, apretando el trapo contra la herida y sin mas depositandolo en otro sitio, regreso sobre sus pasos a la habitacion continua.
Anuar enarco una ceja y apenas la mujer se fue volteo a ver a Soren indicandole con nada mas que la mirada su desgradado de aquel lugar y en especial de la mujer que en un principio tan amable le habia parecido ahora no hacia nada mas que reprimir cada una de sus acciones –vamonos- le pidio en voz baja cuando la mujer regreso con un monton de unguentos y hierbajos entre sus decrepitas manos, las venas sobresalian de su piel pegada a los huesos, las uñas amariñentas mantenian alguna sustancia pegajosa entre la piel y la uña –con esto estaras mejor- asevero entregándoselo.
-¿quieres algo de beber?...quizas un té- le indico acercándose a los carbones que tenia para calentar las cosas, Anuar temió que por aquel inconstante pulso la cerilla fuese a caer y terminara incendiando el lugar aunque a diferencia de las demás acciones aquella la realizo con total naturalidad, coloco la olla con agua sobre las lenguas de fuego abriendo un gabinete, con un montón de cucharas, tenedores y cuchillos, la mayoría de ellos manchados en tonalidades amarillentas y escarlatas.
La mujer comenzó a tararear en alguna lengua incomprensible, mientras rebuscaba el cucharon que necesitaba para meter los hierbajos en el agua. Los labios del humano se abrieron esperando una negativa para poder marcharse, aquello cuando un dolor ajeno a el le sobrecogió el estomago obligándole a apoyarse de la pared con fingida naturalidad, apretó las mandíbulas palideciendo.
-oh pequeño…luces demasiado mal, deberías sentarte, deberían quedarse hasta que te sientas mejor- asevero señalándole el sillón, prosiguió con su cantico vertiendo unas cucharadas de azúcar en la olla.
Anuar se acerco al caballo, intentando tranquilizarle al verle asi de tenso, su cola golpeaba la pared cuando la agitaba, asustando moscas inexistentes –liniştit- murmuro a su oido acariciando su crin y su lomo, intenando hacerle entrar en calor. Rasco tras su oreja pues aquello le gustaba a Lit y no sabia si tambien a los caballos era de su agrado.
-no deberias hablar e lenguas extrañas...¿es acaso que no debemos comprender lo que dices?- cuestiono la mujer de forma paranoica, apretando el trapo contra la herida y sin mas depositandolo en otro sitio, regreso sobre sus pasos a la habitacion continua.
Anuar enarco una ceja y apenas la mujer se fue volteo a ver a Soren indicandole con nada mas que la mirada su desgradado de aquel lugar y en especial de la mujer que en un principio tan amable le habia parecido ahora no hacia nada mas que reprimir cada una de sus acciones –vamonos- le pidio en voz baja cuando la mujer regreso con un monton de unguentos y hierbajos entre sus decrepitas manos, las venas sobresalian de su piel pegada a los huesos, las uñas amariñentas mantenian alguna sustancia pegajosa entre la piel y la uña –con esto estaras mejor- asevero entregándoselo.
-¿quieres algo de beber?...quizas un té- le indico acercándose a los carbones que tenia para calentar las cosas, Anuar temió que por aquel inconstante pulso la cerilla fuese a caer y terminara incendiando el lugar aunque a diferencia de las demás acciones aquella la realizo con total naturalidad, coloco la olla con agua sobre las lenguas de fuego abriendo un gabinete, con un montón de cucharas, tenedores y cuchillos, la mayoría de ellos manchados en tonalidades amarillentas y escarlatas.
La mujer comenzó a tararear en alguna lengua incomprensible, mientras rebuscaba el cucharon que necesitaba para meter los hierbajos en el agua. Los labios del humano se abrieron esperando una negativa para poder marcharse, aquello cuando un dolor ajeno a el le sobrecogió el estomago obligándole a apoyarse de la pared con fingida naturalidad, apretó las mandíbulas palideciendo.
-oh pequeño…luces demasiado mal, deberías sentarte, deberían quedarse hasta que te sientas mejor- asevero señalándole el sillón, prosiguió con su cantico vertiendo unas cucharadas de azúcar en la olla.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Miér Dic 01, 2010 12:55 pm
Soren se dejó 'curar', aunque dudaba que lo que hacía la mujer realmente generara una mejoría en su piel, pues la única manera de acelerar la curación era con sangre. Pero le permitió hacerlo porque era agradable encontrarse con gente amable para variar, gente que no quisiera dispararle o robarle. Notó que Anuar intentaba calmar al caballo, pobre animal, debía estar más que cansado con tanto ajetreo, de no haberlo sacado de la granja, a estas mismas horas estaría durmiendo tranquilamente en el establo con sus hermanos, no metido en una casa tan pequeña y con un depredador en potencia.
Comprendía su nerviosismo y no podía hacer nada para remediarlo, alzó una ceja cuando la mujer había regañado a Anuar, así debían de ser las abuelas con sus nietos pensó por unos instantes y la escena dentro de todo lo grotesco y molesto que pudiese parecer, se le antojó tierna. Claramente Anuar no pensaba igual, pues quería salir cuanto antes de allí. La vieja volvió con diversas hiervas que comenzó a cocinar y Soren se preguntó que tipo de hierbajos podrían ser, porque por más que intentaba determinar con su olfato de que tipo eran, no podían, nunca había olido algo parecido.
La mujer le ofreció té y Soren aceptó moviendo la cabeza afirmativamente encantado, nada malo podía salir de una persona que te invitaba a tomar un té o un café. Ambos eran preludio de un momento ameno y agradable. - Con permiso – Exclamó el vampiro y se acomodó en uno de los asientos de madera, apoyando sus codos en la mesa y posteriormente apoyando la cabeza en las manos, esperando por el té.
Entonces la expresión de Anuar captó su atención, de repente parecía adolorido y su cuerpo tenso, se levantó de su asiento y se acercó a él colocando sus manos alrededor de sus hombros - ¿Te sientes bien? ¿Que pasa? - Escuchó lo que decía la mujer y ya no le gustó la idea de dejar al chico allí ¿y si amanecía? Él no podría quedarse allí, ¿Como iba a dejarle sólo? Por otro lado, si enfermaba y era su culpa, no podría perdonárselo nunca. Condujo a Anuar hasta la silla donde previamente se había sentado y le ayudó a sentarse allí, entonces se agachó para quedar a su altura – Oye... ¿Que sientes? ¿Quieres irte? - Le preguntó mordiéndose el labio inferior.
Comprendía su nerviosismo y no podía hacer nada para remediarlo, alzó una ceja cuando la mujer había regañado a Anuar, así debían de ser las abuelas con sus nietos pensó por unos instantes y la escena dentro de todo lo grotesco y molesto que pudiese parecer, se le antojó tierna. Claramente Anuar no pensaba igual, pues quería salir cuanto antes de allí. La vieja volvió con diversas hiervas que comenzó a cocinar y Soren se preguntó que tipo de hierbajos podrían ser, porque por más que intentaba determinar con su olfato de que tipo eran, no podían, nunca había olido algo parecido.
La mujer le ofreció té y Soren aceptó moviendo la cabeza afirmativamente encantado, nada malo podía salir de una persona que te invitaba a tomar un té o un café. Ambos eran preludio de un momento ameno y agradable. - Con permiso – Exclamó el vampiro y se acomodó en uno de los asientos de madera, apoyando sus codos en la mesa y posteriormente apoyando la cabeza en las manos, esperando por el té.
Entonces la expresión de Anuar captó su atención, de repente parecía adolorido y su cuerpo tenso, se levantó de su asiento y se acercó a él colocando sus manos alrededor de sus hombros - ¿Te sientes bien? ¿Que pasa? - Escuchó lo que decía la mujer y ya no le gustó la idea de dejar al chico allí ¿y si amanecía? Él no podría quedarse allí, ¿Como iba a dejarle sólo? Por otro lado, si enfermaba y era su culpa, no podría perdonárselo nunca. Condujo a Anuar hasta la silla donde previamente se había sentado y le ayudó a sentarse allí, entonces se agachó para quedar a su altura – Oye... ¿Que sientes? ¿Quieres irte? - Le preguntó mordiéndose el labio inferior.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Anuar Dutuescu Miér Dic 01, 2010 1:34 pm
Apenas sintió el soporte de la silla, reclino el cuerpo hasta pegar la frente contra la mesa, sintió la madera irregular bajo su tacto y el olor de polvo y humedad le obligaron a arrugar el puente de la nariz, se llevo ambas manos al estomago asintiendo con suavidad –no es nada- murmuro irguiéndose con lentitud, sus amielados orbes ahora del color del oro se desviaron con fugacidad a la mujer de avanzada edad, examinando con minuciosidad el cuenco que mantenía hirviendo sobre las lenguas de fuego, si pretendía hacerle beber aquello debía tener un mal mental.
Sus manos comenzaron a temblar por lo que decidió sujetar una con la otra calmando los bruscos movimientos y el calor que comenzaba a sentir, soplo sobre su frente elevando por unos instantes el flequillo –deberíamos irnos- asevero en voz alta notoriamente turbado, como el caballo lo habia estado instantes atrás, intento levantarse aunque la rapidez de la mujer se lo impidió, sigilosa se habia ubicado frente a el sentándolo nuevamente.
-yo insisto, deberían quedarse no luces nada bien y ya verás como al tomar esta receta casera te pondrás mucho mejor, cuando te sientas bien podrán irse- aseguro volviendo a su que hacer –seguramente el frio de la noche te a sentado mal…será un resfriado y quizás algo que comiste te cayó mal, si seguramente- le indico como quien conoce el resultado de una apuesta.
-seguramente- farfullo el pelirrojo, como si en algún código pudiese entenderse con la mujer, algo que el vampiro no comprendía, apoyo los brazos sobre la mesa recostando su rostro sobre los mismos -¿tardara demasiado?- le cuestiono con impaciencia –la paciencia es una virtud- se limito a contestar la anciana -¿Por qué decidió ayudarnos?- su voz comenzaba a apagarse en su pecho, escapando si acaso unas inaudibles vocales –tu decidiste seguirme…será mejor que te cayes…y tu ven, sigue mezclando esto- le indico golpeando la olla con el cucharon.
Sus manos comenzaron a temblar por lo que decidió sujetar una con la otra calmando los bruscos movimientos y el calor que comenzaba a sentir, soplo sobre su frente elevando por unos instantes el flequillo –deberíamos irnos- asevero en voz alta notoriamente turbado, como el caballo lo habia estado instantes atrás, intento levantarse aunque la rapidez de la mujer se lo impidió, sigilosa se habia ubicado frente a el sentándolo nuevamente.
-yo insisto, deberían quedarse no luces nada bien y ya verás como al tomar esta receta casera te pondrás mucho mejor, cuando te sientas bien podrán irse- aseguro volviendo a su que hacer –seguramente el frio de la noche te a sentado mal…será un resfriado y quizás algo que comiste te cayó mal, si seguramente- le indico como quien conoce el resultado de una apuesta.
-seguramente- farfullo el pelirrojo, como si en algún código pudiese entenderse con la mujer, algo que el vampiro no comprendía, apoyo los brazos sobre la mesa recostando su rostro sobre los mismos -¿tardara demasiado?- le cuestiono con impaciencia –la paciencia es una virtud- se limito a contestar la anciana -¿Por qué decidió ayudarnos?- su voz comenzaba a apagarse en su pecho, escapando si acaso unas inaudibles vocales –tu decidiste seguirme…será mejor que te cayes…y tu ven, sigue mezclando esto- le indico golpeando la olla con el cucharon.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Miér Dic 01, 2010 1:43 pm
La impresión de la abuela riñendo a su nieto se esfumó en el momento en que claramente notó el descontento en el rostro de Anuar. El chico estaba incómodo y Soren no estaba muy seguro si aquello se debía a la situación en la que estaban o a que realmente hubiese contraído alguna enfermedad por estar expuesto a las bajas temperaturas de la noche y por el esfuerzo realizado intentando salvar al caballo. Los humanos eran creaturas delicadas, recordaba el vampiro y enfermaban fácilmente.
-¿Estás seguro que quieres irte? - Murmuró el vampiro cerca del oído de Anuar - Parece que sabe lo que hace... en la cabaña no tenemos medicinas y si te enfermas, no podría atenderte – Murmuró casi de manera inaudible, no quería parecer un mal educado sin modales frente a una señora que tan amablemente les había acogido en su casa. Mucha gente se hacía la desentendida y no ayudaba al prójimo en apuros.
Aunque tenía que aceptar que la respuesta de la mujer al porque les había ayudado era un tanto inquietante, era como si, hubiese alguna segunda intención en sus acciones y estuviese buscando algo a cambio.
- No tenemos dinero para pagar por la medicina – Exclamó Soren sin apartarse del lado de Anuar, aunque tuvo que hacerlo para ayudar a la mujer a revolver la olla, el olor que salía de allí no era del todo agradable ni apetecible, tragó saliva antes de atreverse a decir – Probaré la medicina primero mi señora y si me parece bien, él la probará – Agregó. Fuera lo que fuera, no lo mataría a él ¿verdad?.
-¿Estás seguro que quieres irte? - Murmuró el vampiro cerca del oído de Anuar - Parece que sabe lo que hace... en la cabaña no tenemos medicinas y si te enfermas, no podría atenderte – Murmuró casi de manera inaudible, no quería parecer un mal educado sin modales frente a una señora que tan amablemente les había acogido en su casa. Mucha gente se hacía la desentendida y no ayudaba al prójimo en apuros.
Aunque tenía que aceptar que la respuesta de la mujer al porque les había ayudado era un tanto inquietante, era como si, hubiese alguna segunda intención en sus acciones y estuviese buscando algo a cambio.
- No tenemos dinero para pagar por la medicina – Exclamó Soren sin apartarse del lado de Anuar, aunque tuvo que hacerlo para ayudar a la mujer a revolver la olla, el olor que salía de allí no era del todo agradable ni apetecible, tragó saliva antes de atreverse a decir – Probaré la medicina primero mi señora y si me parece bien, él la probará – Agregó. Fuera lo que fuera, no lo mataría a él ¿verdad?.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Anuar Dutuescu Miér Dic 01, 2010 11:16 pm
Su rostro se mantenía sobre sus manos con la sien contra el dorso de la misma, sus labios entre abiertos y el rostro compungido en un gesto tangible y visible de las molestias que comenzaban a atormentar su delicado cuerpo humano, una batalla campal tenia lugar en su interior, sentía disparos contra los pulmones y pinchazos en la espalda, la nula comida que mantenía comenzaba a dar vueltas produciéndole nauseas un tormentoso dolor de cabeza comenzaba a hacerle palpitar el cráneo a punto estaba de comenzar a gritar. Negó sin abrir los parpados, con unas finas gotas de frio sudor corriendo por su frente –vámonos- repitió en voz baja encogiéndose en la silla de madera.
-dinero…hay cosas mas importantes que eso- asevero la mujer arrastrando los pies hasta quedar cerca de los leños que usaba para calentar el interior de su humilde y mal trecha morada, un fétido olor comenzó a colarse de la habitación continua aunque sus sentidos deteriorados le impidieron percatarse de ello -¿crees que planeo envenenarlo?...deberías tener entonces cuidado esa cosa tiene arsénico- chasqueo la lengua riendo entonces de una forma pesada, los sonidos parecían salir de sus labios y caer al suelo como pesadas rocas, rodando sin mas hasta encontrar quien escuchase aquello –la vida es mas importante que el dinero- murmuro entonces apartando al vampiro, vertió el liquido sobre un cuenco que coloco a un lado del rostro compungido del pelirojo, beberlo o no seria su decisión aunque era el único medio factible de aliviar el dolor.
-en mi experiencia le recomendaría beber eso y recostarse en el sillón…seguramente en un rato se le baje el dolor- asintió con los revueltos y canosos cabellos cayéndole como cascada alrededor del rostro. Anuar se negó a beber aquello aunque arrastrándose llego hasta el sillón acostándose en posición de ovillo, apretando las rodillas contra el estomago sin importarle subir o no los pies al mueble, el tapiz que llevaban no debía ser demasiado valioso por lo menos su olor le indicaba aquello.
-buscare unas cosas alla atrás…has que tome eso- le indico desapareciendo entre las sombras aunque mas parecía moverse con ellas.
-dinero…hay cosas mas importantes que eso- asevero la mujer arrastrando los pies hasta quedar cerca de los leños que usaba para calentar el interior de su humilde y mal trecha morada, un fétido olor comenzó a colarse de la habitación continua aunque sus sentidos deteriorados le impidieron percatarse de ello -¿crees que planeo envenenarlo?...deberías tener entonces cuidado esa cosa tiene arsénico- chasqueo la lengua riendo entonces de una forma pesada, los sonidos parecían salir de sus labios y caer al suelo como pesadas rocas, rodando sin mas hasta encontrar quien escuchase aquello –la vida es mas importante que el dinero- murmuro entonces apartando al vampiro, vertió el liquido sobre un cuenco que coloco a un lado del rostro compungido del pelirojo, beberlo o no seria su decisión aunque era el único medio factible de aliviar el dolor.
-en mi experiencia le recomendaría beber eso y recostarse en el sillón…seguramente en un rato se le baje el dolor- asintió con los revueltos y canosos cabellos cayéndole como cascada alrededor del rostro. Anuar se negó a beber aquello aunque arrastrándose llego hasta el sillón acostándose en posición de ovillo, apretando las rodillas contra el estomago sin importarle subir o no los pies al mueble, el tapiz que llevaban no debía ser demasiado valioso por lo menos su olor le indicaba aquello.
-buscare unas cosas alla atrás…has que tome eso- le indico desapareciendo entre las sombras aunque mas parecía moverse con ellas.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Miér Dic 01, 2010 11:58 pm
El olor de la pócima o lo que fuera definitivamente era nauseabundo, pero Soren recordaba que las medicinas no solían oler bien, cuando él enfermaba en el castillo las esclavas de su madre le hacían beber unos brebajes espantosos, pero surgían efecto y a las semanas se sentía mucho mejor. Obviamente las esclavas no se veían tan tétricas y misteriosas como la viejita en cuestión, lo que hacía que el mal olor de la pócima pareciera aún más terrible.
La advertencia de la mujer sobre el arsénico le dio un escalofrío, su risa parecía digna de un cuento de terror, Soren realmente no temía por lo que ella pudiese hacer, porque siendo francos ¿Como podría una vieja decrepita ganarle a un vampiro en una confrontación cuerpo a cuerpo?, pero no podía permitir que le hiciera daño a Anuar, ya estaba comprobado que ese chico era su debilidad más grande, si ella lograba hacerle daño, seguro no podría controlarse y terminaría haciéndo una tontería.
-No intento ofenderla Madame, pero esa broma no fue graciosa – Comentó con frialdad, la amabilidad de minutos antes por el té y demás se había esfumado para dar paso a una fría máscara de hielo. - Le advierto que, si esa bebida, llega a hacerle daño en lo más mínimo... no tendré piedad – Le amenazó, aquello si que era extraño, nunca había enfrentado con palabras fuertes a una indefensa anciana, pero no tenía más remedio, se giró esta vez hacía Anuar que yacía en el mueble.
- Nos iremos si es lo que quieres – Le susurró, bordeándo sus hombros con delicadeza -¿Puedes caminar? Espera... traeré al caballo – Le explicó y se dirigió hacía el pobre animal, acercándose despacio, aunque temía que saliera huyendo y les dejara varados allí.
La advertencia de la mujer sobre el arsénico le dio un escalofrío, su risa parecía digna de un cuento de terror, Soren realmente no temía por lo que ella pudiese hacer, porque siendo francos ¿Como podría una vieja decrepita ganarle a un vampiro en una confrontación cuerpo a cuerpo?, pero no podía permitir que le hiciera daño a Anuar, ya estaba comprobado que ese chico era su debilidad más grande, si ella lograba hacerle daño, seguro no podría controlarse y terminaría haciéndo una tontería.
-No intento ofenderla Madame, pero esa broma no fue graciosa – Comentó con frialdad, la amabilidad de minutos antes por el té y demás se había esfumado para dar paso a una fría máscara de hielo. - Le advierto que, si esa bebida, llega a hacerle daño en lo más mínimo... no tendré piedad – Le amenazó, aquello si que era extraño, nunca había enfrentado con palabras fuertes a una indefensa anciana, pero no tenía más remedio, se giró esta vez hacía Anuar que yacía en el mueble.
- Nos iremos si es lo que quieres – Le susurró, bordeándo sus hombros con delicadeza -¿Puedes caminar? Espera... traeré al caballo – Le explicó y se dirigió hacía el pobre animal, acercándose despacio, aunque temía que saliera huyendo y les dejara varados allí.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Anuar Dutuescu Jue Dic 02, 2010 12:40 am
Anuar tomo su mano con firmeza, intentando detenerte cuando este fue por el caballo, mas sus dedos resbalaron entre los propios como agua, obligándole a esconder el rostro entre los pliegues de la tela no comprendía aun de donde provenían los dolores o como debía detenerlos, solía aguantarse los dolores como su padre le había enseñado mas aquel parecía no tener fin.
-nadie dijo que debiera ser graciosa- asevero la diminuta mujer saliendo de la habitación con un montón de cachivaches entre las manos, los dejo caer sobre la mesa acomodándolos con tranquilidad y una lentitud que inclusive Anuar podría admirar –le advierto entonces que en cuanto pongan un pie fuera de la casa el dolor aumentara…y el brebaje perderá efecto…¿te gusta mi advertencia?- le cuestiono relamiendo sus labios con una lengua irregular y con bordes negros, aquellos formados solo por una fuerte quemadura.
-como bien comprenderá no puedo obligarlos a quedarse por la fuerza ¿Qué haría yo contra un joven como usted? Pero…puedo impedirles que la huida sea tentadora, quizás el dolor que su ingrato amigo está sintiendo le haga recapacitar- asevero negando, era fácil imaginar por que la gente no se acercaba a aquella casa o porque al hijo de la mujer le gustaban las ratas.
Hecho sobre la mesa un pequeño muñeco con unos mechones rojizos adheridos con una pasta verdosa, el muñeco mantenía una aguja en la sien y sobre el ombligo, extrañas enfermedades habían azotado a todo aquel que osaba pasar las fronteras de aquella casa, el arte del vudú, la brujería y necromancia yacían en aquellas decrepitas manos.
-¿le apetecería ser parte de un experimento?...no sufrirá daños ni usted ni su amigo, por lo menos no su cuerpo- asevero asintiendo, rebuscando entre frascos y tazones las cosas necesarias –te recomiendo ademas quedarte quieto y no intentar nada, comprenderás que este arte es minucioso, una movimiento en falso y quizas la aguja termine en otro lado- farfullo chasqueando la lengua.
-nadie dijo que debiera ser graciosa- asevero la diminuta mujer saliendo de la habitación con un montón de cachivaches entre las manos, los dejo caer sobre la mesa acomodándolos con tranquilidad y una lentitud que inclusive Anuar podría admirar –le advierto entonces que en cuanto pongan un pie fuera de la casa el dolor aumentara…y el brebaje perderá efecto…¿te gusta mi advertencia?- le cuestiono relamiendo sus labios con una lengua irregular y con bordes negros, aquellos formados solo por una fuerte quemadura.
-como bien comprenderá no puedo obligarlos a quedarse por la fuerza ¿Qué haría yo contra un joven como usted? Pero…puedo impedirles que la huida sea tentadora, quizás el dolor que su ingrato amigo está sintiendo le haga recapacitar- asevero negando, era fácil imaginar por que la gente no se acercaba a aquella casa o porque al hijo de la mujer le gustaban las ratas.
Hecho sobre la mesa un pequeño muñeco con unos mechones rojizos adheridos con una pasta verdosa, el muñeco mantenía una aguja en la sien y sobre el ombligo, extrañas enfermedades habían azotado a todo aquel que osaba pasar las fronteras de aquella casa, el arte del vudú, la brujería y necromancia yacían en aquellas decrepitas manos.
-¿le apetecería ser parte de un experimento?...no sufrirá daños ni usted ni su amigo, por lo menos no su cuerpo- asevero asintiendo, rebuscando entre frascos y tazones las cosas necesarias –te recomiendo ademas quedarte quieto y no intentar nada, comprenderás que este arte es minucioso, una movimiento en falso y quizas la aguja termine en otro lado- farfullo chasqueando la lengua.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Jue Dic 02, 2010 11:03 am
¿Como podía haber sido tan estúpido? Su sensor de peligro no se había alertado como si lo había hecho el del caballo y el mismo de Anuar. Pero no podía culparsele del todo, él era un vampiro, las cosas que le ponían en peligro eran más bien pocas y la suciedad, los olores putrefactos y los lugares tétricos no pondrían incómodos a alguien que en efecto estaba muerto y había dormido plácidamente entre catatumbas y criptas llenas de gusanos y restos de pájaros muertos. No, Soren no sentía asco por ninguna de esas cosas y para intentar entender el miedo de Anuar, tenía que recordar como se sentía de joven cuando aún vivía.
Pero con las nuevas palabras de la mujer y con la clara evidencia de la brujería sobre la mesa, Soren quiso golpearse así mismo por imbécil, porque hasta el momento no había sospechado nada malo, inclusive la idea de detenerse a tomar un té con la vieja le había parecido de lo más encantador. Regresó sobre sus pasos desde el caballo hasta la mesa con una rapidez digna de un inmortal y sin pensar en segundas consecuencias colocó ambas manos sobre la mesa al lado de los cachivaches, mirando directamente los ojos a la vieja, gruñendo y enseñando amenazadoramente sus largos colmillos.
-No soy cualquier humano al que pueda intimidar con sus trucos – Comentó con una voz tan gélida que pareciera como si se hubiera tragado un iceberg – Yo también se de brujería, he visto a muchas como usted a lo largo de mi eternidad, quizás le gustaría también ser parte de mi experimento, uno en el cual perfore su mente y la convierta en una marioneta sin consciencia, uno en el cual su mente sea destrozada por dolorosas ilusiones y sensaciones que le torturarán de tal manera que me rogará porque le arranque la tráquea de un mordisco y beba toda su sangre... -
Hizo una pausa sin quitar el contacto visual con la mujer, permitiendo a sus palabras perderse en el aire, estaba enojado, dios, si lo estaba, si pudiera, mataría a esa desgraciada de un solo golpe, en vez de torturarla como le había prometido, pero no podía hacer eso, no hasta garantizar que el embrujo sobre Anuar desapareciera, debía intimidarla y demostrarle el tipo de creatura que era, si era tan bruja como aparentaba ser, sabría que los vampiros también tenían facultades fuera de su alcance.
- Haga que se detenga el dolor – Le ordenó al fin con voz retórica.
Pero con las nuevas palabras de la mujer y con la clara evidencia de la brujería sobre la mesa, Soren quiso golpearse así mismo por imbécil, porque hasta el momento no había sospechado nada malo, inclusive la idea de detenerse a tomar un té con la vieja le había parecido de lo más encantador. Regresó sobre sus pasos desde el caballo hasta la mesa con una rapidez digna de un inmortal y sin pensar en segundas consecuencias colocó ambas manos sobre la mesa al lado de los cachivaches, mirando directamente los ojos a la vieja, gruñendo y enseñando amenazadoramente sus largos colmillos.
-No soy cualquier humano al que pueda intimidar con sus trucos – Comentó con una voz tan gélida que pareciera como si se hubiera tragado un iceberg – Yo también se de brujería, he visto a muchas como usted a lo largo de mi eternidad, quizás le gustaría también ser parte de mi experimento, uno en el cual perfore su mente y la convierta en una marioneta sin consciencia, uno en el cual su mente sea destrozada por dolorosas ilusiones y sensaciones que le torturarán de tal manera que me rogará porque le arranque la tráquea de un mordisco y beba toda su sangre... -
Hizo una pausa sin quitar el contacto visual con la mujer, permitiendo a sus palabras perderse en el aire, estaba enojado, dios, si lo estaba, si pudiera, mataría a esa desgraciada de un solo golpe, en vez de torturarla como le había prometido, pero no podía hacer eso, no hasta garantizar que el embrujo sobre Anuar desapareciera, debía intimidarla y demostrarle el tipo de creatura que era, si era tan bruja como aparentaba ser, sabría que los vampiros también tenían facultades fuera de su alcance.
- Haga que se detenga el dolor – Le ordenó al fin con voz retórica.
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por Anuar Dutuescu Jue Dic 02, 2010 11:22 am
La decrepita mujer siquiera se inmuto en voltearle a ver, sus manos ahora firmes comenzaba a acomodar todo en su lugar sobre la mesa, rayo algunos signos en la madera irregular con un trozo de carboncillo -¿y debería asustarme por eso?- le cuestiono con total calma siseando unas palabras, con la mirada clavada como puñales sobre el muñeco frente a ella, en el sillón comenzó a hacerse audible un débil jadeo y una respiración irregular, prontamente los sonidos fueron suplidos por estruendoso gritos y un lloriqueo inexistente pues aun en su lecho de dolor no planeaba llorar en su presencia.
-por mas que intentes la mente de una bruja no es como la de un humano…la sataneria no es cualquier magia ¿has invocado alguna vez los a los dioses del inframundo?...yo creo que no- negó con calma entregándole nuevamente el tazón con el brebaje –no es ningún veneno, te prometo que con eso se ira el dolor- siseo sacando un libro con escritos y dibujos, algunos mechones de diversos rojos y anotaciones en cada pie de pagina, aquel libro olia a muerte y desolación, debía haber estado guardado demasiado tiempo, por las paginas amarillentas que se exhibían en el.
-no me engañas ademas tu herida supone algo grave para uno como tu…solo los antiguos podrían sobrevivir sin secuela en sus habilidades…¿crees tener la fuerza para obligarme a doblegarme ante ti?...podrias intentarlo entonces no seria la única en pasar a la otra vida- detuvo las hojas en una en blanco, sacando otro mechón de rojizos y opacos cabellos de su bolsillo y pegándolo con aquella verdosa y pastosa mezcla.
-su cuerpo seguirá igual no te preocupes prometo cuidar eso- asintió sonriendo tétricamente –quizas solo su mente sufra daños-
-por mas que intentes la mente de una bruja no es como la de un humano…la sataneria no es cualquier magia ¿has invocado alguna vez los a los dioses del inframundo?...yo creo que no- negó con calma entregándole nuevamente el tazón con el brebaje –no es ningún veneno, te prometo que con eso se ira el dolor- siseo sacando un libro con escritos y dibujos, algunos mechones de diversos rojos y anotaciones en cada pie de pagina, aquel libro olia a muerte y desolación, debía haber estado guardado demasiado tiempo, por las paginas amarillentas que se exhibían en el.
-no me engañas ademas tu herida supone algo grave para uno como tu…solo los antiguos podrían sobrevivir sin secuela en sus habilidades…¿crees tener la fuerza para obligarme a doblegarme ante ti?...podrias intentarlo entonces no seria la única en pasar a la otra vida- detuvo las hojas en una en blanco, sacando otro mechón de rojizos y opacos cabellos de su bolsillo y pegándolo con aquella verdosa y pastosa mezcla.
-su cuerpo seguirá igual no te preocupes prometo cuidar eso- asintió sonriendo tétricamente –quizas solo su mente sufra daños-
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Jue Dic 02, 2010 6:41 pm
La mujer no pareció en lo absoluto asustada o preocupada por sus amenazas y Soren tuvo que mantener un semblante inexpresivo y amenazador, aún cuando por dentro la preocupación por lo que pudiera pasarle a Anuar lo carcomía desesperantemente. La respiración iregular del chico en el mueble y su pálido rostro compugido por el dolor , tampoco ayudaban a que pudera mantener la calma. Las manos de Soren se cerráron en puños con fuerza e impotencia a ambos lados de su cuerpo.
¡Satanería! Esta mujer no es cualquier bruja. Pensó castañeando los dientes con rabia, no conocía mucho del tema como para saber como contrarestar un hechizo o un maleficio, pero sabía de su existencia e inclusive había escuchado en boca de otros vampiros informantes, que existían aquelarres de brujas y brujos muy poderosos que usaban ese tipo de magia para tenebrosos propositos. Debía ser franco y admitir que poco le importaba lo que hicieran esos brujos en sus sacrificios, cuando trabajaba para el sherif, en Estocolmo, sólo tenía contacto con algunos cuando era estríctamente necesario, su jefe solía decir que, si los vampiros no se metían en sus asuntos, ellos tampoco se meterían en los de los vampiros.
Pero esto era diferente. Esa bruja, se había metido directamente con un asunto suyo ¡y valla si muy suyo! Anuar era su prioridad y no permitiríaque nada malo le pasara. O por lo menos eso intentaría, porque estaba claro que no era muy bueno protegiendo a la gente, a la final siempre terminaba empeorando las cosas.
Sin otra opción y sin dejar de amenazar a la mujer con sus colmillos, Soren tomó el cuenco con la bebida. Una vez más la vieja tenía razón, en su estado y con la poca sangre humana que había en su organismo, no sabía si podría ganar contra una bruja con tanta experiencia, porque ese tipo de conjuros, no eran de aprendiz. Maldijo por lo bajo, entre dientes, sentándose al lado de Anuar, no le gustaba como sonaba eso de que 'quizás sólo su mente sufriera daños'. ¡Maldita bruja, maldita!.
Levantó el frágil cuerpo de Anuar acercándo el cuenco a sus labios. - Lo siento... tienes que beber - Le indicó a Anuar con expresión lastimera - Se lo peligroso quye este tipo de maleficios puede llegar a ser... no podemos arriesgarnos -
¡Satanería! Esta mujer no es cualquier bruja. Pensó castañeando los dientes con rabia, no conocía mucho del tema como para saber como contrarestar un hechizo o un maleficio, pero sabía de su existencia e inclusive había escuchado en boca de otros vampiros informantes, que existían aquelarres de brujas y brujos muy poderosos que usaban ese tipo de magia para tenebrosos propositos. Debía ser franco y admitir que poco le importaba lo que hicieran esos brujos en sus sacrificios, cuando trabajaba para el sherif, en Estocolmo, sólo tenía contacto con algunos cuando era estríctamente necesario, su jefe solía decir que, si los vampiros no se metían en sus asuntos, ellos tampoco se meterían en los de los vampiros.
Pero esto era diferente. Esa bruja, se había metido directamente con un asunto suyo ¡y valla si muy suyo! Anuar era su prioridad y no permitiríaque nada malo le pasara. O por lo menos eso intentaría, porque estaba claro que no era muy bueno protegiendo a la gente, a la final siempre terminaba empeorando las cosas.
Sin otra opción y sin dejar de amenazar a la mujer con sus colmillos, Soren tomó el cuenco con la bebida. Una vez más la vieja tenía razón, en su estado y con la poca sangre humana que había en su organismo, no sabía si podría ganar contra una bruja con tanta experiencia, porque ese tipo de conjuros, no eran de aprendiz. Maldijo por lo bajo, entre dientes, sentándose al lado de Anuar, no le gustaba como sonaba eso de que 'quizás sólo su mente sufriera daños'. ¡Maldita bruja, maldita!.
Levantó el frágil cuerpo de Anuar acercándo el cuenco a sus labios. - Lo siento... tienes que beber - Le indicó a Anuar con expresión lastimera - Se lo peligroso quye este tipo de maleficios puede llegar a ser... no podemos arriesgarnos -
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por Anuar Dutuescu Jue Dic 02, 2010 8:33 pm
Busco refugio en los brazos del vampiro temblando frenéticamente como si fuese presa de alguna fiebre, de aquellas que solian hacer perecer a las personas a los pocos días de contraerla, no lo pensó dos veces el dolor habia dejado de ser soportable hacia minutos, dio un amplio sorbo al cuenco escupiéndolo al instante a un lado, el poco liquido que por su tráquea cayo se sintió como la calidez en tiempo de lluvia, la alegría en medio de la depresión un oasis en un desierto.
-si se lo hubieras dado antes…-canturreo la señora siseando con la lengua cada terminación, la mesa estaba acomodada, las velas en su lugar y los inciensos prendidos, el muñeco con las agujas al centro de varios signos y varios cuencos con diversos remedios, despedían humos de colores y olores a veces agradables y a veces repulsivos.
En el exterior de la casa las personas comenzaban a cuchichear curioso y aterrados de los recientes gritos escuchados, el viento los habia volado como un lastimero auxilio a oídos de todo aquel que se mantenía aun despierto y mas aun quienes en sueños dormitaban habían sido despertados por las pesadillas, asintieron dispersándose por el lugar.
-la vida es un riesgo ¿cierto?- le cuestiono bostezando, sus piernas fueron lo primero que se entumió, los tobillos dejaron de darle soportar y prontamente su tronco yacía tumbado el sillón, sus parpados cerrándose delicadamente con el ceño notoriamente fruncido bajo el denso flequillo intento articular algunas palabras más sus labios fueron los siguientes en entumirse, quedándose semi abiertos.
-Ahora quizas aprenda usted a escuchar los demás aunque es tarde ya en esta ocasión, se aprende de los errores- asevero con calma y aquella mujer sabia de aquello, cinco veces habia fracasado en su maleficio, cinco vidas le habia costado ya mas, regida por la ley de los Estoicos no importaba lo demás y solo importaría cuando al fin lograse su propio beneficio, asi como no podia hacer aparecer una rata de ningún lugar las personas no podían pasar por planes espirituales no por lo menos en forma, se necesitaba entonces un contenedor aunque muchos resultaban ser extrañamente mas frágil de lo que lucían, aquel joven prometía no habia por lo menos roto en llanto como tantos otros.
-si se lo hubieras dado antes…-canturreo la señora siseando con la lengua cada terminación, la mesa estaba acomodada, las velas en su lugar y los inciensos prendidos, el muñeco con las agujas al centro de varios signos y varios cuencos con diversos remedios, despedían humos de colores y olores a veces agradables y a veces repulsivos.
En el exterior de la casa las personas comenzaban a cuchichear curioso y aterrados de los recientes gritos escuchados, el viento los habia volado como un lastimero auxilio a oídos de todo aquel que se mantenía aun despierto y mas aun quienes en sueños dormitaban habían sido despertados por las pesadillas, asintieron dispersándose por el lugar.
-la vida es un riesgo ¿cierto?- le cuestiono bostezando, sus piernas fueron lo primero que se entumió, los tobillos dejaron de darle soportar y prontamente su tronco yacía tumbado el sillón, sus parpados cerrándose delicadamente con el ceño notoriamente fruncido bajo el denso flequillo intento articular algunas palabras más sus labios fueron los siguientes en entumirse, quedándose semi abiertos.
-Ahora quizas aprenda usted a escuchar los demás aunque es tarde ya en esta ocasión, se aprende de los errores- asevero con calma y aquella mujer sabia de aquello, cinco veces habia fracasado en su maleficio, cinco vidas le habia costado ya mas, regida por la ley de los Estoicos no importaba lo demás y solo importaría cuando al fin lograse su propio beneficio, asi como no podia hacer aparecer una rata de ningún lugar las personas no podían pasar por planes espirituales no por lo menos en forma, se necesitaba entonces un contenedor aunque muchos resultaban ser extrañamente mas frágil de lo que lucían, aquel joven prometía no habia por lo menos roto en llanto como tantos otros.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Jue Dic 02, 2010 10:29 pm
Le ayudó a beber y no le cuestionó el que hubiese escupido parte del brebaje, no debía saber nada bien, atento a las expresiones de Anuar y mortificado por sus palabras, Soren vio como rápidamente la poción hacía efecto y el chico comenzaba a desmadejarse y a perder fuerza en el cuerpo hasta quedar completamente lánguido en el mueble. Los labios semi abiertos, como si simplemente se hubiese quedo dormido y no supo porqué, pero Soren tuvo la impresión de que ese sueño podría durar para siempre. El primer impulso racional que tuvo, fue saltar sobre la condenada vieja y morder su cuello con fuerza hasta desgarrar la vena principal de un mordisco, beber de ella no por hambre o necesidad, sino por el placer de verla morir lentamente una vez ese liquido vital se terminara.
Pero no le hizo caso a ese impulso, no podía pensar en otra cosa que no fuera Anuar y si aún existía una oportunidad de salvarle, aunque fuera demasiado pequeña, no le importaría el precio y la tomaría. Posó dos dedos en el cuello de Anuar, cerrando los ojos para concentrarse y percibir el flujo de su sangre y los latidos de su corazón. Eran lentos, pero afortunadamente aún palpitaba, sin embargo su energía era débil, cuando abrió los ojos todo a su alrededor estaba en escala e grises y Anuar brillaba con una pálida tonalidad violeta, su aura estaba débil, porque el flujo de energía en su cuerpo también lo estaba.
La gente normal no podía notar este tipo de cosas, pero el color del aura y su intensidad, eran determinadas por la vitalidad de la persona. La de Anuar parecía la de una persona al borde de la muerte. Tragó saliva sintiendo un espantoso nudo en la garganta, ya no escuchaba lo que la bruja decía a sus espaldas, su mente buscaba soluciones en un remolino de ideas caóticas y desesperadas.
La sangre Soren, la sangre. Es la fuerza más poderosa. La fuente de la magia del inmortal.
La idea que antes le habría parecido una completa locura, en ese momento le pareció la única salida. Darle de beber de su sangre a Anuar para curar el maleficio. Magía negra de la más antigua y poderosa. La sangre podía, en teoría curar cualquier tipo de mal humano, pero Anuar no habría querido, hacía tiempo le había rechazado cuando quiso compartir ese lazo tan profundo ¿Estaría de acuerdo en beber ahora?.
¿Y si lo conviertes en un igual? Su vida no pendería de un ridículo hilo, contrarrestaría el hechizo sin importar lo que fuera.
Sus manos temblaron, llevándose la muñeca de su mano derecha a sus labios, planeando morderla para comenzar el ritual de conversión.
Pero no le hizo caso a ese impulso, no podía pensar en otra cosa que no fuera Anuar y si aún existía una oportunidad de salvarle, aunque fuera demasiado pequeña, no le importaría el precio y la tomaría. Posó dos dedos en el cuello de Anuar, cerrando los ojos para concentrarse y percibir el flujo de su sangre y los latidos de su corazón. Eran lentos, pero afortunadamente aún palpitaba, sin embargo su energía era débil, cuando abrió los ojos todo a su alrededor estaba en escala e grises y Anuar brillaba con una pálida tonalidad violeta, su aura estaba débil, porque el flujo de energía en su cuerpo también lo estaba.
La gente normal no podía notar este tipo de cosas, pero el color del aura y su intensidad, eran determinadas por la vitalidad de la persona. La de Anuar parecía la de una persona al borde de la muerte. Tragó saliva sintiendo un espantoso nudo en la garganta, ya no escuchaba lo que la bruja decía a sus espaldas, su mente buscaba soluciones en un remolino de ideas caóticas y desesperadas.
La sangre Soren, la sangre. Es la fuerza más poderosa. La fuente de la magia del inmortal.
La idea que antes le habría parecido una completa locura, en ese momento le pareció la única salida. Darle de beber de su sangre a Anuar para curar el maleficio. Magía negra de la más antigua y poderosa. La sangre podía, en teoría curar cualquier tipo de mal humano, pero Anuar no habría querido, hacía tiempo le había rechazado cuando quiso compartir ese lazo tan profundo ¿Estaría de acuerdo en beber ahora?.
¿Y si lo conviertes en un igual? Su vida no pendería de un ridículo hilo, contrarrestaría el hechizo sin importar lo que fuera.
Sus manos temblaron, llevándose la muñeca de su mano derecha a sus labios, planeando morderla para comenzar el ritual de conversión.
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Anuar Dutuescu Vie Dic 03, 2010 12:08 pm
Más entretenida estaba la mujer armando la mesa con todos los objetos en su debido lugar, aquel tipo de magia negra debía seguir unos pasos meticulosos o algo podría salir terriblemente mal y costarle no solo la vida al chico sino también a ella, los seres del inframundo se enojaban con facilidad como lo habia descubierto ya, tenían a pasar de un estado pasivo a una ira tal que era imposible controlar y encerrar nuevamente, todo debía ser según lo escrito, todo debía salir a la perfección.
El reloj debía marcar la media noche, las velas debían estar alineadas y el humo de los inciensos formar un objeto en el aire, una danza de figuras inexistentes una voz en el olvido esperando regresar al presente. No fue sino hasta entonces que su mirada se dirigió nuevamente al vampiro y el joven humano, su rostro se encolerizo al instante, de sus ojos sobresalían dos dagas invisibles, sus labios se deformaron con el gesto de la repulsión -¿Qué crees que estas haciendo?- exclamo azorada, avanzando a golpes hacia el vampiro comprendiendo al final que lejos de sus cosas nada era contra aquel ser, habia perdido el don de invocar hacia tanto, los espectros no la protegían ya.
Regreso sobre sus pasos golpeando la mesa con fuerza –si intervienes vampiro estúpido te juro que el maleficio que lance contra ustedes los acompañara por la eternidad- mascullo escupiendo y siseando cada palabra al suelo, levanto la manga de su brazo extendiendo sus dedos para realizar un corte en la palma de la misma, sus brazos yacían surcados en cicatrices muy posiblemente de hechizos anteriores que necesitaban también un sacrificio de sangre, escupió al suelo bajo sus pies apoyando su mano al centro de los signos realizado con el carboncillo, manchando parte del muñeco.
-te permitiré seguir con el…su cuerpo se no se extinguirá-bramo apoyando ambas manos sobre la mesa, comenzando a hablar en alguna lengua muerta que solo los de su clase debían aun comprender –que Shiva arrastre tu alma y Vishnu se apiade de la de tu amante- escupió nuevamente al suelo haciendo temblar la mesa como un suave espasmo que se apaciguo al instante. Comenzó pues con su misa negra, antes de que el vampiro pudiese hacer nada debía terminar aquello asi no importando si lo conseguía o no el ente se alojaría ya en su cuerpo.
La ventana fue iluminada por un haz de luz en el exterior los murmullos de afuera fueron inaudibles para la decrepita mujer, el reloj debía marcar las doce y asi lo hacia.
El reloj debía marcar la media noche, las velas debían estar alineadas y el humo de los inciensos formar un objeto en el aire, una danza de figuras inexistentes una voz en el olvido esperando regresar al presente. No fue sino hasta entonces que su mirada se dirigió nuevamente al vampiro y el joven humano, su rostro se encolerizo al instante, de sus ojos sobresalían dos dagas invisibles, sus labios se deformaron con el gesto de la repulsión -¿Qué crees que estas haciendo?- exclamo azorada, avanzando a golpes hacia el vampiro comprendiendo al final que lejos de sus cosas nada era contra aquel ser, habia perdido el don de invocar hacia tanto, los espectros no la protegían ya.
Regreso sobre sus pasos golpeando la mesa con fuerza –si intervienes vampiro estúpido te juro que el maleficio que lance contra ustedes los acompañara por la eternidad- mascullo escupiendo y siseando cada palabra al suelo, levanto la manga de su brazo extendiendo sus dedos para realizar un corte en la palma de la misma, sus brazos yacían surcados en cicatrices muy posiblemente de hechizos anteriores que necesitaban también un sacrificio de sangre, escupió al suelo bajo sus pies apoyando su mano al centro de los signos realizado con el carboncillo, manchando parte del muñeco.
-te permitiré seguir con el…su cuerpo se no se extinguirá-bramo apoyando ambas manos sobre la mesa, comenzando a hablar en alguna lengua muerta que solo los de su clase debían aun comprender –que Shiva arrastre tu alma y Vishnu se apiade de la de tu amante- escupió nuevamente al suelo haciendo temblar la mesa como un suave espasmo que se apaciguo al instante. Comenzó pues con su misa negra, antes de que el vampiro pudiese hacer nada debía terminar aquello asi no importando si lo conseguía o no el ente se alojaría ya en su cuerpo.
La ventana fue iluminada por un haz de luz en el exterior los murmullos de afuera fueron inaudibles para la decrepita mujer, el reloj debía marcar las doce y asi lo hacia.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Vie Dic 03, 2010 1:50 pm
¿Que estás haciendo? ¿Acaso no recuerdas lo que te enseñó Erkki?
Soren se detuvo antes de que los colmillos pudiera atravesar su propia piel, aquella noche, cientos de años atrás, por curiosidad, le había preguntado a su mentor como convertir a un humano en vampiro. Erkki se había reído tranquilamente mientras tomaban café y le había preguntado si tenía planes de crear un compañero, en ese momento Soren había respondido inmediatamente que no, que odiaba la idea de esparcir esa maldición por el mundo, además porque amaba la soledad y una compañía de ese tipo no podía ser más que un estorbo.
Erkki le había contado todo el proceso aquella noche. Primero debía absorver toda la sangre del humano, dejándole casi al borde de la muerte, entonces debía darle su propia sangre, una cantidad equivalente, para que hiciera efecto, luego el humano debía 'morir' como humano y sólo así renacería como vampiro al día siguiente. No era tan sencillo como se escuchaba, le había advertido Erkki, muchos humanos no eran lo suficientemente fuertes para soportar la falta de sangre, otros no asimilaban bien la sangre vampirica y morían en el proceso. Y por supuesto, lo más importante era que, el vampiro debía estar bien alimentado antes de hacerlo. De lo contrario ¿Como podría ofrecerle toda la sangre que el humano necesitaba?.
En su afán y su desesperación, había olvidado ese detalle tan importante, Anuar estaba débil por el maleficio, él mismo estaba hambriento, no eran las mejores condiciones para una conversión. Si fallaba Anuar moriría de seguro.
Escuchó las palabras de la mujer y finalmente comprendió cual eran sus intenciones, Anuar sería un contenedor, ella planeaba traer un espíritu del otro mundo y sellarlo en el cuerpo del humano. ¿Era ese espíritu el hijo del cual había hablado al comienzo? ¿Era ese mismo experimento el que había fallado matando a otros desdichados jóvenes?. En ese momento, Soren comprendió que la vieja simplemente se sentía sola y la tristeza de perder a ese ser querido la había consumido hasta llegar a ese punto. Había amado demasiado y no era capaz de dejarle ir.
- Madame – Murmuró sin alejarse del lado de Anuar, pero sin girarse hacía ella - ¿Cree usted que cuando él regrese seguirá siendo el mismo? - Le preguntó haciendo un gran esfuerzo para no dejarse llevar por el impulso de asesinarla, que creía en su interior – La posesión no durará por siempre ¿verdad?, el volverá a irse, porque... ya no pertenece a este mundo -
Soren se detuvo antes de que los colmillos pudiera atravesar su propia piel, aquella noche, cientos de años atrás, por curiosidad, le había preguntado a su mentor como convertir a un humano en vampiro. Erkki se había reído tranquilamente mientras tomaban café y le había preguntado si tenía planes de crear un compañero, en ese momento Soren había respondido inmediatamente que no, que odiaba la idea de esparcir esa maldición por el mundo, además porque amaba la soledad y una compañía de ese tipo no podía ser más que un estorbo.
Erkki le había contado todo el proceso aquella noche. Primero debía absorver toda la sangre del humano, dejándole casi al borde de la muerte, entonces debía darle su propia sangre, una cantidad equivalente, para que hiciera efecto, luego el humano debía 'morir' como humano y sólo así renacería como vampiro al día siguiente. No era tan sencillo como se escuchaba, le había advertido Erkki, muchos humanos no eran lo suficientemente fuertes para soportar la falta de sangre, otros no asimilaban bien la sangre vampirica y morían en el proceso. Y por supuesto, lo más importante era que, el vampiro debía estar bien alimentado antes de hacerlo. De lo contrario ¿Como podría ofrecerle toda la sangre que el humano necesitaba?.
En su afán y su desesperación, había olvidado ese detalle tan importante, Anuar estaba débil por el maleficio, él mismo estaba hambriento, no eran las mejores condiciones para una conversión. Si fallaba Anuar moriría de seguro.
Escuchó las palabras de la mujer y finalmente comprendió cual eran sus intenciones, Anuar sería un contenedor, ella planeaba traer un espíritu del otro mundo y sellarlo en el cuerpo del humano. ¿Era ese espíritu el hijo del cual había hablado al comienzo? ¿Era ese mismo experimento el que había fallado matando a otros desdichados jóvenes?. En ese momento, Soren comprendió que la vieja simplemente se sentía sola y la tristeza de perder a ese ser querido la había consumido hasta llegar a ese punto. Había amado demasiado y no era capaz de dejarle ir.
- Madame – Murmuró sin alejarse del lado de Anuar, pero sin girarse hacía ella - ¿Cree usted que cuando él regrese seguirá siendo el mismo? - Le preguntó haciendo un gran esfuerzo para no dejarse llevar por el impulso de asesinarla, que creía en su interior – La posesión no durará por siempre ¿verdad?, el volverá a irse, porque... ya no pertenece a este mundo -
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Anuar Dutuescu Sáb Dic 04, 2010 12:06 am
-eso es algo que ni usted ni yo ni nadie podría asegurar, todo depende de muchas cosas- asevero apaciguando aquella bestia que iracunda habia amenazado con desprenderse contra el osado vampiro, podría no tener su fuerza, velocidad o agilidad podría ser que su pesado y arrugado cuerpo le diese una desventaja visible y aun mas que su lentitud le costase la vida pero bien sabia que entonces el humano se veria sumido en aquel sueño hasta que algun otro brujo pronunciase las palabras que no debía y el vampiro pasaría su eternidad errante, con una maldición a sus espaldas y la vida de una bruja a cuestas, asesinar a personas como ella jamás podría traer beneficios.
-durara tanto cuanto lo permitamos…no tu, el humano yo y el ente- le explico depositando un diente sobre el muñeco en aquella zona en que el corazón debía estar y por el contrario palpitaba la tela, soplo cambiando los humos de morados a verdes y seguidamente naranjas, con vestigios rojos y amarillos –regresara antes del amanecer…seguramente tu humano no aguantaría mucho más que eso- asintió cerrando los parpados, comenzó a pronunciar aquellas palabras que parecían ser la lengua de las serpientes y los reptiles.
Las luces del lugar se extinguieron por un segundo regresando a la vez que el pelirojo tomaba una bocanada de aire sentándose de golpe, con los parpados desmesuradamente abiertos y el corazón bombeándole con rapidez, observo en derredor pasando sus manos por su rostro, acariciando sus labios y su cuello, inclusive la herida sobre su mejilla, rozo el tacto de la camisa y su torso, observo entonces a Soren con una mirada que no parecía la propia. Sus ojos antes del color de la miel se asimilaban mas al azafrán, observaron al vampiro desentendido escuchando profesar de sus labios una voz que no recordaba -¿Quién eres?- le cuestiono ceñudo.
La mujer empujo al vampiro abrazando al joven aun sobre el sillón y no fue sino entonces que el olor nauseabundo de la señora y el lugar le trajeron de vuelta a la realidad –lo lograste- exclamo con el entusiasmo que Anuar jamás poseería, el rostro de la mujer parecía haber sufrido los estragos de las décadas, un lustro atrás el joven habia perecido -¿Quién fue el tonto que presto su cuerpo?- le cuestiono sonriendo de medio lado, criado por su madre en la magia negra conocía tan bien como ella los conjuros y maleficios era el, un completo conocedor del vudú e invocación de espectros –cincuenta años después sigues siendo igual de mal educado- farfullo la mujer soltándole –cincuenta años después no dejas de dar sermones- rio el joven sentándose en el sillón y deleitándose con su nuevo y momentáneo cuerpo.
Su mirada se fijo nuevamente en el vampiro, observándole con cierto desdén y curiosidad -¿Qué se supone que soy tuyo?- le cuestiono sin mas cruzándose de brazos para aspirar el aroma de suciedad y humedad penetrantes en la estancia.
-durara tanto cuanto lo permitamos…no tu, el humano yo y el ente- le explico depositando un diente sobre el muñeco en aquella zona en que el corazón debía estar y por el contrario palpitaba la tela, soplo cambiando los humos de morados a verdes y seguidamente naranjas, con vestigios rojos y amarillos –regresara antes del amanecer…seguramente tu humano no aguantaría mucho más que eso- asintió cerrando los parpados, comenzó a pronunciar aquellas palabras que parecían ser la lengua de las serpientes y los reptiles.
Las luces del lugar se extinguieron por un segundo regresando a la vez que el pelirojo tomaba una bocanada de aire sentándose de golpe, con los parpados desmesuradamente abiertos y el corazón bombeándole con rapidez, observo en derredor pasando sus manos por su rostro, acariciando sus labios y su cuello, inclusive la herida sobre su mejilla, rozo el tacto de la camisa y su torso, observo entonces a Soren con una mirada que no parecía la propia. Sus ojos antes del color de la miel se asimilaban mas al azafrán, observaron al vampiro desentendido escuchando profesar de sus labios una voz que no recordaba -¿Quién eres?- le cuestiono ceñudo.
La mujer empujo al vampiro abrazando al joven aun sobre el sillón y no fue sino entonces que el olor nauseabundo de la señora y el lugar le trajeron de vuelta a la realidad –lo lograste- exclamo con el entusiasmo que Anuar jamás poseería, el rostro de la mujer parecía haber sufrido los estragos de las décadas, un lustro atrás el joven habia perecido -¿Quién fue el tonto que presto su cuerpo?- le cuestiono sonriendo de medio lado, criado por su madre en la magia negra conocía tan bien como ella los conjuros y maleficios era el, un completo conocedor del vudú e invocación de espectros –cincuenta años después sigues siendo igual de mal educado- farfullo la mujer soltándole –cincuenta años después no dejas de dar sermones- rio el joven sentándose en el sillón y deleitándose con su nuevo y momentáneo cuerpo.
Su mirada se fijo nuevamente en el vampiro, observándole con cierto desdén y curiosidad -¿Qué se supone que soy tuyo?- le cuestiono sin mas cruzándose de brazos para aspirar el aroma de suciedad y humedad penetrantes en la estancia.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)
por Soren Kaarkarogf Sáb Dic 04, 2010 12:32 am
Abatido sin poder hacer mucho más, consciente de su impotencia frente a la situación y sin poder controlar nada, se dejó caer en el sofá llevándose las manos a ambos lados de la cabeza. Las palabras de la mujer retumbaron en sus oídos, la posesión duraría tanto como ellos 3 decidieran, aunque dudaba que Anuar tuviera mucho poder en esa sedición. No supo cuanto tiempo transcurrió, pero al cabo de lo que parecieron minutos y cuando el lugar quedó en silencio luego de los rezos, el cuerpo de Anuar se movió rápidamente, abriendo los ojos de par en par.
-¿Quién eres?-
La pregunta le atravesó como una auténtica estaca de madera y le dejó petrificado. Allí frente a él estaba el rostro y cuerpo de Anuar, el mismo timbre de su voz y aún así, espeluznantemente distinto, era otra persona usurpando el cuerpo del pintor. Alguien que había hecho a un lado las memorias de Anuar y que ahora se encontraba hablando emocionado con una madre a la cual no veía en mucho tiempo. Por primera vez, en esos dos días se sintió enfermo de verdad. Ni siquiera cuando la bala le había atravesado el estómago se había sentido tan cercano a la muerte como en ese momento. Porque para una persona que no podía morir de manera natural como los vivos, el olvido equivalía a la muerte en vida. Ser olvidado era igual o peor que morir, tu existencia vacía ya no tendría un motivo y te convertirías en un alma en pena que sólo vaga esperando ser sorprendida en una desafortunada casualidad por la luz del sol.
Escuchó la conversación del reencuentro de madre e hijo vagamente lejana, su mente se había perdido en la abrumante sensación de soledad que le embargaba. Quiso gritar, llorar y reír como un auténtico loco. De repente ninguna reacción parecía coherente para expresar la angustia y el vacío tan blanco que se formaba en su interior. Había perdido al chico, justo frente a sus ojos. Sin que pudiera hacer nada.
-¿Qué se supone que soy tuyo?-
No pudo responder inmediatamente, sus manos seguían en los costados de su rostro y sus dedos se aferraban a su cabello casi tirando de él, un minuto después sus labios se abrieron lentamente para dejar escapar las palabras.
- Eres mi todo -
-¿Quién eres?-
La pregunta le atravesó como una auténtica estaca de madera y le dejó petrificado. Allí frente a él estaba el rostro y cuerpo de Anuar, el mismo timbre de su voz y aún así, espeluznantemente distinto, era otra persona usurpando el cuerpo del pintor. Alguien que había hecho a un lado las memorias de Anuar y que ahora se encontraba hablando emocionado con una madre a la cual no veía en mucho tiempo. Por primera vez, en esos dos días se sintió enfermo de verdad. Ni siquiera cuando la bala le había atravesado el estómago se había sentido tan cercano a la muerte como en ese momento. Porque para una persona que no podía morir de manera natural como los vivos, el olvido equivalía a la muerte en vida. Ser olvidado era igual o peor que morir, tu existencia vacía ya no tendría un motivo y te convertirías en un alma en pena que sólo vaga esperando ser sorprendida en una desafortunada casualidad por la luz del sol.
Escuchó la conversación del reencuentro de madre e hijo vagamente lejana, su mente se había perdido en la abrumante sensación de soledad que le embargaba. Quiso gritar, llorar y reír como un auténtico loco. De repente ninguna reacción parecía coherente para expresar la angustia y el vacío tan blanco que se formaba en su interior. Había perdido al chico, justo frente a sus ojos. Sin que pudiera hacer nada.
-¿Qué se supone que soy tuyo?-
No pudo responder inmediatamente, sus manos seguían en los costados de su rostro y sus dedos se aferraban a su cabello casi tirando de él, un minuto después sus labios se abrieron lentamente para dejar escapar las palabras.
- Eres mi todo -
Última edición por Soren Kaarkarogf el Sáb Dic 04, 2010 1:07 am, editado 1 vez
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por Anuar Dutuescu Sáb Dic 04, 2010 12:55 am
La respuesta tomo por sorpresa al joven usurpador, le observo unos instantes con curiosidad y quizas un gesto altivo de repulsión no era el quien para seguir las leyes de la biblia, donde se estipulada que eran hombre y mujer quienes debían concebir y amarse, no era quien para tachar por indebido una practica mucho mas usual que la que le realizaba con cotidianeidad aunque en muerte no le habia sido fácil mas bien imposible proseguir.
-eso es extraño- aseguro riendo, se puso en pie avanzando hasta la cocina rebuscando algun objeto metálico para observar su reflejo quería ver el cuerpo que ahora poseía sabia bien que debía ser remotamente parecido al propio era mas fácil asi que la esencia se asentara en el contenedor era mas factible que el cuerpo de un varon de su edad y características le permitiera alojo al de una mujer de avanzada edad, sabia entonces que su cabello debía ser rojizo y su edad oscilar entre los veinte años.
-en vida nadie me dijo eso y ahora que me encuentro en otro cuerpo lo escucho…que ironía- mascullo tomando entonces una especie de espátula con fijo, la ubico frente a su rostro observando la herida en su mejilla, revolvió sus labios observando su nariz de perfil –la mia era mucho mas respingada- rio abriendo los labios para ver si faltaba algun diente, sus manos fueron difíciles de controlar, sentía que los objetos se resbalaban y la fuerza ejercida no era suficiente -¿podria salir?...¿cuanto tiempo podre estar aquí?- les cuestiono a ambos dejando la espátula en su sitio, quería comer nuevamente, degustar los alimentos, oler y sentir, quería tocar las cosas que le rodeaban hasta saciarse con los sentidos, quería vestir sus antiguas ropas y salir, quería hablar con su madre y rozar otros labios, quería vivir nuevamente aunque fuese solo un dia usurpando aquel cuerpo.
-lamento haber tenido que usar a tu todo para regresar- se disculpo entonces tomando varios hierbajos y mezclándolos en un ungüento de consistencia irregular –madre vamos a salir- le indico a la decrepita mujer sujetando su rostro entre sus manos, beso su frente andando de un lado a otro con desespero, como un animal enjaulado –y a menos que no te interese que pueda hacer te quedaras- acallo a la mujer antes de que pudiese darle una negativa, suspiro encogiéndose de hombros, el amor de una madre iba mas alla del gozo propio, si el pequeño deseaba salir no podia hacer mas que asentir.
-eso es extraño- aseguro riendo, se puso en pie avanzando hasta la cocina rebuscando algun objeto metálico para observar su reflejo quería ver el cuerpo que ahora poseía sabia bien que debía ser remotamente parecido al propio era mas fácil asi que la esencia se asentara en el contenedor era mas factible que el cuerpo de un varon de su edad y características le permitiera alojo al de una mujer de avanzada edad, sabia entonces que su cabello debía ser rojizo y su edad oscilar entre los veinte años.
-en vida nadie me dijo eso y ahora que me encuentro en otro cuerpo lo escucho…que ironía- mascullo tomando entonces una especie de espátula con fijo, la ubico frente a su rostro observando la herida en su mejilla, revolvió sus labios observando su nariz de perfil –la mia era mucho mas respingada- rio abriendo los labios para ver si faltaba algun diente, sus manos fueron difíciles de controlar, sentía que los objetos se resbalaban y la fuerza ejercida no era suficiente -¿podria salir?...¿cuanto tiempo podre estar aquí?- les cuestiono a ambos dejando la espátula en su sitio, quería comer nuevamente, degustar los alimentos, oler y sentir, quería tocar las cosas que le rodeaban hasta saciarse con los sentidos, quería vestir sus antiguas ropas y salir, quería hablar con su madre y rozar otros labios, quería vivir nuevamente aunque fuese solo un dia usurpando aquel cuerpo.
-lamento haber tenido que usar a tu todo para regresar- se disculpo entonces tomando varios hierbajos y mezclándolos en un ungüento de consistencia irregular –madre vamos a salir- le indico a la decrepita mujer sujetando su rostro entre sus manos, beso su frente andando de un lado a otro con desespero, como un animal enjaulado –y a menos que no te interese que pueda hacer te quedaras- acallo a la mujer antes de que pudiese darle una negativa, suspiro encogiéndose de hombros, el amor de una madre iba mas alla del gozo propio, si el pequeño deseaba salir no podia hacer mas que asentir.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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