El Lamento de Dido [Jerarld Délvheen]

por **Moira Andersen** Mar Sep 13, 2011 9:54 pm

'Simplemente no puedo creerlo...'

Ése era su primer día, y no pudo esperar más la muy traviesa, a que se retirara todo el mundo a la hora de la cena para corretear sola por el escenario.

El olor a barniz de la madera unido al del talco de sus pointes era un afrodisíaco para ella, que, extasiada, no cesaba en correr de un lado a otro.
Una reveréncé y una pirueta. Pero una pirueta llama a otra. Y otra más. Y sin darse cuenta, murmuraba y bailaba el acto final de 'Los amores de Eneas y Dido', la última obra que tuvo la fortuna de representar en Dinamarca.
Dido, rendida al designio de Cupido. Dido, traicionando la memoria de su difunto marido, a pesar de no haberlo desposado por amor. Dido, enamorada, entregada y encamada con Eneas, lo ve partir hacia Italia.
El frenético baile de Moira va en aumento. ¿Cómo evitarlo, si ya ni sus pies, ni sus brazos, ni su garganta ni su seno le pertenecen? ¡Ahora es Dido! Y una verdaderamente espléndida.
Y está despechada, desesperada y devastada, y pretende cometer suicidio.

Y resbala.
Y cae.

Abandonando súbitamente el trance, regresa a la realidad en el modo más desagradable posible. ¿Estará bien su tobillo? Seguro que sí. Y qué más da.
Porque su temor más instintivo ha sido pensar:

-¿Me habrá visto alguien...?-

por **Jerarld Délvheen** Sáb Oct 01, 2011 10:36 am

Mis pasos me habían llevado aquella noche al teatro. La brisa fresca mecía los arboles y las hojas resbalaban en un cálido paisaje nocturno y otoñal.
Aquella noche paseaba solo. Mi pareja Eyra, se encontraba fuera de la ciudad y la pequeña May, la hija que ambos habíamos adoptado hacia cinco años también había ido con ella.

Aquella noche paseaba en soledad como tantísimas veces había hecho en mi vida antes de conocerlas a ellas dos.
Mis pasos me llevaban divertido, inhalando el aire fresco, mientras me dirigía con calma. Llevaba un buen libro bajo el brazo y habia decidido que aquel seria un buen lugar para leer y para pensar, puesto que tenia en mente algun relato y habia pensado que la trama podria ocurrir en el teatro.
Entré el vacio recinto, algunos focos seguían encendidos y todo parecía estar en calma.
Camine entre por los pasillos de aquel enorme lugar, contemple las hileras de asientos y me encamine hacia uno de los asientos del fondo, como si fuera un espectador ante una obra que no tenia público.

Me acomode en el asiento y posando el codo sobre el reposabrazos, acomode mi brazo y apoye mi cabeza sobre mis nudillos. Abrí el libro disfrutando del silencio de la sala, mientras pasaba las páginas devorando aquel relato de misterio y terror.
De pronto un ruido me saco de la historia. Mire al escenario sin pensar que habría alguien allí, aquella joven saltaba y danzaba con una agilidad que parecía sobrenatural. Cada movimiento y cada giro estaba lleno de vida, mientras con suaves gestos contaban una historia silenciosa, drama, aflicción y esperanza…me atrevería a decir que habían esos temas en sus movimientos, pero después de todo yo no era un entendido en teatro.

De pronto casi con mayor dramatismo ella cayó. Me levante de un brinco en el asiento.
-Estas bien!?? Cerré los ojos y fruncí el seño. Otra vez metiendo la pata. Nada mas decir aquello en voz alta me arrepentí, se suponía que aquel teatro estaba vacío, y al menos yo había venido ahí a leer, quizás aquella joven también había venido a entrenar aprovechando la soledad. Y ahí aparecía yo, interrumpiendo su baile privado.
Pero aquella caída había sido fea, y no pude evitar sentir curiosidad al verla allí. Cerré el libro con calma mientras salía de aquella hilera de asientos y caminaba hacia el escenario por el pasillo.
Disculpadme madeimoselle, pensaba que aquí no había nadie. Se encuentra bien?

por **Moira Andersen** Lun Oct 03, 2011 7:01 pm

-Oh, yo...- dijo con timidez, incapaz de mirar a los ojos de su interlocutor -... me encuentro bien. Sólo algo avergonzada... Qué bochorno, yo también pensé que estaba sola...-.

Se toqueteaba inquieta las cintas de sus zapatillas comprobando que estaban bien atadas y en su sitio, con la esperanza de que su torpeza se debiera a un minúsculo fallo técnico.

'Están perfectas... ¿A quién trato de engañar? Era tan evidente que ha sido por completo un fallo mío. Qué incompetencia la mía...

Se puso en pie con rapidez y destreza, todavía incapaz de alzar la mirada.
-Le agradezco su preocupación, y discúlpeme usted si he interrumpido su actividad...- se llevó las manos a la melena, todavía inquieta, y se recolocó el lazo que sostenía su recogido y algunos bucles sueltos por su frente.

-Si me lo permite, yo creo que me retiraré. Una vez más, mis disculpas...- hizo una breve inclinación a modo de reverencia y se dió media vuelta, dispuesta a desaparecer por el foro.

por **Jerarld Délvheen** Miér Oct 05, 2011 4:42 pm

El inmenso teatro vacio y en silencio parecía un poco siniestro sin público.
Como si las inmensas y largas hileras de asientos pudieses ocultar aun algunas cosas entre ellas.
Como si espectadores fantasmales estuviesen esperando pacientemente a que empezase la función.
Al menos a mí se me venían aquellas ideas al ver todo eso vacio, pero aquella joven había aparecido de la nada, y antes de su caída, contaba una historia silenciosa a un público invisible, que esperaba anhelante sus movimientos para saber qué ocurriría con su relato…

Aquella joven, tremendamente educada se disculpo conmigo, cuando había sido yo el que perturbaba su paz.
Ella comenzó a marcharse y yo contemplé como un pequeño decorado de su traje se había desprendido con su caída y se hallaba en el suelo.
Situando una mano sobre el escenario me subí a él fácilmente, dando un salto con agilidad.
Me acerque hacia aquel decorado y lo recogí.

-Disculpe madeimoselle, se le ha caído algo. Comente mientras caminaba hacia ella.
Aprecie su tobillo, a pesar de su pose erguida y perfecta de elegante bailarina, parecía ciertamente enrojecido y quizás le molestaría un poco, aunque su mente camuflaba excelentemente el dolor, como si pudiese usar la disciplina también en ese aspecto.aquello me sorprendio.

-Quizás deberíais sentaros un momento, no quiero importunaros, pero se os podría resentir aun más, si no os tomáis un pequeño descanso. Comente señalándole con sutileza.

Contemplé el teatro vacio. El mismo borde del escenario podría servir para un descanso improvisado.
Porque estaría alli aquella joven, esa noche? Después de todo era tarde, y ella se veía demasiado joven como para estar sola en un lugar que podía llegar a ser realmente sombrío si estaba vacío…
Le acerque aquel decorado que se le había caído y ella lo tomo entre sus manos.

-Oh. Disculpe mis modales, dije recordándolo de repente, mi nombre es Jerarld Délvheen. Me gusta visitar lugares vacios como este para encontrar la inspiración, comente divertido mientras hacia una reverencia delante de ella.

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