Descripción mansión Nypheria

La mansión que Nypheria tiene en París se encuentra en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad. Mansión barroca tardía en forma de U con un enorme patio central al que acceden los carruajes; muros de piedra y con elaborada decoración que consigue impactar por su majestuosidad. Configurada por tres pisos y varios ático además de diversos sótanos, las habitaciones son de techos altos y amplias, a la vez que está recorrida por diversos pasillos y pasadizos que hacen del lugar un laberinto para los que no la conocen dotándola de seguridad y lugares más o menos escondidos. Los jardines que recorren la finca son unos de los más bellos de París, ocultando la Mansión de las miradas indiscretas y proporcionando de esa manera la intimidad necesaria.

La sensación que da cuando uno entra por primera vez es la de un Museo que aumenta según se va paseando por las distintas estancias encontrando diversas obras de arte de todo tipo. Pintura de todo tipo, desde grabados hasta enormes lienzos, pasando por esculturas de distintas épocas y lugares, además de muebles que parecen haber salido del propio Versalles de la época de Luis XIV y la verdad es que uno no andaría mal encaminado. Los techos tienen bellos artesanados lo mismo que los suelos, que varían de la madera al mármol más finamente trabajado. En ciertas zonas hay tapices decorando las paredes o las mismas han sido realizadas de tal manera que son verdaderas obras de arte por sí mismas realizadas en madera o piedra, según las zonas.

La biblioteca se trata de una de las estancias de las que más orgullosa se encuentra: enorme, bien organizada, con baldas que van del suelo hasta el techo y compuesta por dos pisos, donde la claridad para el estudio es una permanente. Hay libros de todo tipo y de cualquier temática, junto con pergaminos en rollos que se encuentran tras una pequeña puerta a la que solo tiene acceso la dueña de la casa. Varias mesas con sus correspondientes sillas, además de cómodos sillones cercanos a la zona de la chimenea indican con total claridad el uso continuo que se da a la estancia y que no es, como ocurre con otras muchas casas, un lugar para aparentar.


Hay diversas salas, más pequeñas, algunas de ellas dedicadas a las visitas, otras a reuniones de diferentes tipos. Quizá la que más sobresalga es la galería utilizada para los bailes donde como joya de la corona se encuentra un hermoso piano de cola que junto con una sala más pequeña es utilizado como sala de música, sobre todo desde la llegada de Edgar a vivir en la mansión, puesto que Nypheria rara vez toca ya algún instrumento.

Los jardines son extensos, variando la zona de los árboles donde se puede encontrar una pequeña laguna y los jardines propiamente dichos donde los setos conforman un pequeño laberinto en el centro mientras que parretes de flores se deslizan por la superficie trasera de la casa siendo un buen lugar para pasear o hablar, aunque en las raras fiestas que Nypheria realiza en la mansión son también los lugares donde los jóvenes enamorados acuden para otro tipo de… placeres. En el mismo centro se encuentra una pequeña cúpula cercana a una extraña fuente donde el agua se desliza hacia el suelo procedente la boca de un delfín en pleno salto.

Las habitaciones privadas de Nypheria, allí donde no deja entrar a absolutamente a nadie salvo a Emilie o Edgar cuando cae la noche, están decoradas en dorados, blancos y verdes compuesta básicamente por una cama con dosel, varios armarios y arcones, además de un secreter, la cómoda, y diversas sillas dispersas. Hay varios cuadros de diversos artistas además de un par de bustos. Sobre la pequeña chimenea cerca a la cama se puede ver un monumental espejo.