Un cuento de amor, locura y muerte

De inspiración poética al hablar, es un hombre con tanta imaginación para ser un humano común y corriente.
De grandes metas y luchas constantes siempre está tratando de descubrir los misterios que cree se ocultan en el mundo, profundamente enamorado del tema de lo sobrenatural desea poseer conocimientos que la mayoría no tiene.
Seductor, inteligente y calculador es un hombre al que no se le escapa ni el mas mínimo detalle de lo que ocurre a su alrededor, es muy difícil que se le olvide alguna situación, dialogo o critica dirigida a el o lo que escribe.
Casanova, le gusta disfrutar de los placeres que junto a las mujeres pueda disfrutar, busca continuamente, nuevo romances conquistas y aventuras donde el amor sea participe.
La mayoría de las veces suele escribir historias y rarezas que vive y ve en todos rincones a donde viaja, de ahí que salgan sus novelas, sus cuentos o sus reportajes.

Una melodía, dulces notas de armonía tormentosas que en instantes fue mi locura.
Una caja, caja de bailarina maldita que a cada giro suyo, pensamiento de sangre y horror surgía en mi retorcida mente, cuyo yugo llego a ser el augurio preeminente de las mujeres que a mi vida llegarían, mas la muerte se encargaría de condenarlas de forma fatal gracias a mi repentina maldición.....
Era todavía un pequeño niño de 5 o 6 años quizás, cuando de la maldad de todos los hombres, se produjo el peor de los ataques que mi provincia invadían, una guerra interminable, que llevaba consigo crímenes atroces que para dios no tiene nombre.
Recuerdo aquella cajita sonaba, mientras solía mirarla lleno de asombro, mi madre leía y en silencio lloraba la tristeza que embargaba la muerte de mi padre a manos de malditas armas infernales, aun me parece verla, allí sentada en su mecedora de pino sentada frente a la ventana, con la mirada perdida como si yo y el tiempo no existiesemos.
Mas un día de repente yo vi dos sombras corpulentas, firmes intenciones vi de interrumpir aquella paz que mi hogar poseía, vi como sus fantasías de monstruos se cumplían al tocar a mi madre, con cariño falso, maldito e inhumano.
Intente defenderla pero que puede hacer un infante con miedo vivaz y lagrimas en los ojos que no fuese derribado hasta quedar inconsciente por medio de golpes que no tenían comparación con el golpe final que descubriría al despertar....
Cerré mis ojos, la música de aquella joya había detenido sus compas y los gritos de mi madre implorando auxilio y redención de Dios no se volvieron más que en eco cada vez más lejano y estridente.
Al regresar a la realidad no encontré mas que pesadilla, mi madre yacía allí tendida en el piso frio de polvo y tierra, sangre de ella yo vi correr en su cuerpo, la casa estaba aun más vacía sin muebles y sin aquellos seres que un día con su amor mi vida concibieron, se lo llevaron todo incluyendo una parte de mi vida y recuerdo.
Aquello no representaba más que el inicio de algo que mi vida pudiese levantar y salir de la pobre miseria, de mi dolor salían pensamientos que en papel escribí y en pluma en mano lloraba tras la ventana de un orfanato, asi vi los años, los minutos, las horas y los días pasar.
Llego el día siendo ya un joven que cual ave abandono el nido en busca de nuevos horizontes, de tener como simple requisito social, dinero, posesiones y vida.
Pensé entonces en cada pensamiento almacenado en hojas sueltas encerradas para siempre en un baúl, lleve mi sufrir a una editorial, sin ambages decidieron publicarla sin perder tiempo alguno, con alegría descubrí que mis lagrimas de niño habían encantado a propios y extraños, todo aquel trauma me saco del anonimato y la pobreza.
Muy rápido me convertí en escritor de amplio talento, me volví lo que la sociedad llamaba "hombre de mundo" y eso conllevo a la experiencia fatal, que marcaría el siguiente misterio de vida: "Amor, locura y muerte".
Un día sin saber por qué, salí sin destino fijo, por las calles de mi querida y modernizada Cataluña.
Escuche cual eco cantante la melodía de aquella cajita, mis recuerdos, volvían a la vida, sin pensarlo entre al local de donde provenía aquella música.
Un local que nunca lo había visto, lleno de gente la mayoría acaudalada, me confundí entre ellos sin problemas y la compre, nuevamente en mis manos estaba el único recuerdo de una caja que por generaciones era de mi familia.
A partir de aquella mañana, no había día que en mi residencia la música de aquella reliquia no armonizara mis noches escribiendo en lienzos amarillentos a la luz de la velas.
Un día tomando los papeles rápidamente de manera accidental me proporcione un cortada donde a brotones salía mi sangre, entonces la caja mágicamente comenzó a sonar y los instintos más bajos cual animal salvaje despertaron en mi, todos contenían sangre y muerte en cada mujer que pasará, pues en ellas repentinamente veía la escena en que mi madre pereció.
La primera víctima, cuya desdichada suerte la llevo a la muerte, era una joven adinerada y voluptuosa, aquellos ojos que reflejaban locura, en los cuales lo único que vi fue sangre y color carmesí, mientras ella en los míos siempre en lo profundo deseo fuéramos más que "amigos"
Un día cualquiera una supuesta invitación a su casa acepte, tenía todo preparado. Serian unas medias de seda enredadas en su nariz y boca, las que poco a poco extinguirían su oxigeno y su vida no se oiría nada ni un sollozo solo vería sus ojos con un brillante destello que anunciaba la visión de aquel puente que muchos creen conduce a nuestro señor dios como señal de su futura y elegante muerte, después de todo ¡que asesino mata a su víctima con ropaje tan caro!
Finalmente mi planes se echaron a perder, casi….a punto de cometer mi crimen perfecto y lujoso, llego el que fuese su amante, ¿Por qué no lo habre pensado antes? Solo quería mi presencia para darle celos al viejo cascarrabias para que volviese con ella y dejará a toda su familia.
Me fui enfurecido, me dispuse a despedir a la “feliz” pareja y sin decir nada cerré la puerta escuchando únicamente el amor en sus besos y el coraje en mi hiel.
Mas el destino me tenía preparada la primera sorpresa mortal, al día siguiente después de mi fracaso me disponía a escribir como siempre, sobre las hojas amarillentas y mi pequeña caja de música sonando, con aquella pequeña bailarina bailando a su compas cuando una visita inesperada interrumpió mi paz o si era asi como se podría llamar.
Era la ley pero ¿que buscaban de mi?.... me era imposible pensar que hubiesen descubierto mi pensamiento e instinto asesino, era imposible ¡los humanos no pueden leer la mente!
Aun recuerdo sus palabras “Señor de la Cruz me permito informarle que la Señorita Roshell a muerto, no es necesario preguntarle cuando la vio por última vez pues los testigos aseguran se quedo con ella hasta que llego al parecer su presunto amante, tranquilícese ninguno de los dos han sido los asesinos fue ella misma la que decidió terminar con su vida, tomo unas medias de seda, se las coloco en parte de su rostro cubriendo nariz y boca atándose con fuerza a un pilar que sostenía su cama, murió con los ojos abiertos y un pequeño destello, me temo por mucho que nunca olvidare aquella última mirada que pareció ser tan vivaz”
Después de recibir la noticia al haberse ido la ley de mi casa, me senté en un sillón impactado por la noticia, era tal y como lo había planeado, mas lo deje pasar probablemente coincidencias tras la poca imaginación y creatividad de Roshell, pobre ni el día de su muerte fue lista.
Pasaron quizás dos meses o tres cuando apareció la siguiente víctima, era tan bella y pura sus ojos color violeta y su increíble finura, una autentico ejemplar de musa griega.
En aquella banca sentado como siempre, y mi caja de música sonando sin ton ni son, la salude con un leve y sutil gesto, ella se limito a contestarme con una sonrisa de tan blanco color como las perlas.
A partir de ese día, acudí sin falta a contemplarle en aquella plaza, todas y cada una de las mañanas hasta que se me ocurrió mi segundo asesinato perfecto, reí un poco y después me levante de mi lugar acercándome a ella…. Fue tan fácil convencerle como un cazador que caza patos cada fin de semana.
Un fin de semana, sin nadie en mi residencia, toda la servidumbre fuera de descanso, nadie que pudiera delatarme o molestarme, sigilosamente la pondría a leer mis escritos, le diría que los leyese como si fuese un hermosa actriz de teatro, des sus labios color de grana saldrían cada palabra que la pluma logro plasmar en el lienzo amarillento, mientras yo despacio me acercaría a ella, escuchándola, al estar a centímetros de ella la tomaría entre mis brazos como si fueras a comenzar un juego de amor, y mientras mis labios mi musa probara, en un pañuelo de satín traería envuelto una fino puñal de oro con incrustación de rubís rojos y entonces se lo hundiría en su cintura tan ceñida y su vestido tan blanco quedaría manchado de color rojo como sus labios que exhalarían sus últimos suspiros.
Tal y como me lo imagine fue sucediendo al fin la había tomado entre mis brazos, deje que la pequeña caja inundara mis sentidos con su melodía, saque daga y cuando disponía a cometer mi fatal pensamiento, nuevamente fue un llamado desconocido quien llamo a la puerta interrumpiendo todo.
Enfurecido fui a abrir aquel portón de madera antigua y vieja, resultaba era sus extranjeros y el padre de aquella mujer, no tuve más remedio que recibirlos y hacerlos pasar a la casa, como siempre nunca se me ocurre lo mas inimaginable, ella los había invitado, para que sus lindos extranjeros venidos del nuevo mundo visitaran la residencia de un famoso escritor español.
Solo nos despedimos al final, sin un abrazo, sin un beso, sin tan siquiera un poco de sangre, volví a sentarme en aquel sillón de terciopelo rojo recargando mis dedos en la sien y mi codo sobre la bracera y mi cajita cantando su antigua melodía.
Como todo hombre, y sobre todo como yo comienza a atormentarse estando consciente de que cada pensamiento mío no era más que una locura, ni siquiera era capaz de ver a un crucifijo a la cara…. necesitaba algo, y era…. Salvación, castidad y pureza…. ¿mas donde y con quien hallarla?
A los dos días de mi segundo asesinato fallido, los periódicos anunciaban en su titular a gritos que una hermosa señorita había sido asesinada por su propio padre.
Leía el periódico mientras tomaba una fina taza de café negro aquel titular tan impactante para mí decía:

“Hermosa mujer, que se dedicaba a ser guía de turistas por España, fue encontrada muerta anoche en su casa, capturan al culpable”
“La señorita Linda Marshall, fue asesinada por su propio padre al negarse a casar con el conde de una prodigiosa plantación en Sevilla, el padre planeo sus asesinato pidiéndole con engaños leyera algunas lecturas del famoso escritor Archibaldo de la Cruz, mientras que con un engañoso abrazo la hirió de muerte en la cintura con una daga de plata con incrustaciones de perla, según las declaraciones del mismo asesino.
Se informa ya fue llevado ante las autoridades y la Santa inquisición quienes lo han condenado a muerte”

Asi que otra coincidencia, el único defecto es que su padre utilizo una daga de plata, no, no, no definitivamente mi asesinato iba a tener un toque de riqueza, por lo menos también mis escritos aunque los publicados eran parte del crimen, definitivamente todo había sido cumplido al pie de la letra.
Definitivamente, con este suceso pensé debía hallar mujer que al besar su rizos artificiosamente perfumados me diera la salvación de mi mente color carmesí de fatal muerte.
Recordé entonces que antes de conocer a Roshell una hermosa joven intento ser mi prometida, mas no lo logro por mi ya mencionada maldición de pensamientos vanos y no tan humanos.
Comencé a frecuentarle, pronto me convencí que era tan santa, tan pura, tan niña y tan…. Mujer si, ella seria la que trajera la paz y bendición de una lejana libertad tan dorada y añorada.
Un día escuchando mi cajita musical, el corazón me dicto el consejo que ya era tiempo de convertirla en mi santa esposa y por fin mis instintos asesinos quedarían atrás con sus labios y sus manos que eran tan puras como la virgen que está en los cielos.
Ella acepto sin pensarlo dos veces, que podía decir era el hombre más feliz del mundo por lo menos eso creía….
Una mañana, una, anterior a la de la boda uno de mis criados llego con una nota escrita por alguien que se decía ser el amante de mi futura esposa, me citaba en la plaza central, en una de las viejas casona donde solían hospedarse los amores prohibidos.
Asistí puntual a la cita, 8:00 en punto marcaba el reloj, decidí esconderme tras un enorme árbol que da su vista a un ventanal donde todo se veía y todo guardado se quedaba.
De pronto la luz me esbozo a mi prometida besando al amor que prohibido ya le resultaba al verse obligada a contraer nupcias conmigo para salvar la honra y riqueza de su familia, mas de pronto las cortinas se cerraron y lo único que aprecie fueron dos siluetas jugando a quererse.
Me aleje hasta llegar a aquella banca donde vi a Linda y donde poco a poco todo ruido a su alrededor desapareció recordando la tonada de aquella música desde que aquel maldito día llegaba a mis oídos dispuesta a enloquecerme.
Entonces en mi mente nació un torrente de nuevas ideas y la nunca había surgido hacia mi prometida vino a mí de repente…. También la mataría.
Seria durante la Luna de Miel, en nuestra primera noche de casados, no dejaría que se quitara el vestido de novia, sería tan sencillo convencerle, le diría que asi vestida de mujer pura con sus manos entrelazadas me gustaba más como en la iglesia en aquel altar que nos uniría para siempre.
Entonces le pediría que orara como lo hacia el día que pedí su mano, en aquella capilla que decoraba su casa, después sacaría la pistola más fina que tenía en mi casa la llevaría debajo del frac y entonces dispararía hasta verle muerta en nuestro lecho que nunca llegaría hacer cómplice de nuestra pasión, yacería allí como si estuviese dormida con ese velo que significa pureza cubriéndole el rostro y un rosario en su mano, ¡Que escena seria aquella! Tan pura, santa, mortal y fatal y para finalizar en sus labios ella pronunciaría mi nombre y una súplica de perdón, después de tanto pensar ante el intemperie fui a casa esperando con ansia la noche siguiente.
En aquella mañana todo era libaciones, chascarrillos y versos, la boda había sido anunciada en todos los periódicos más importantes de España, mi residencia estaba llena y en la calle personas del común y mendigos observaban y eran testigos desde las afueras, que la boda se había consumado.
Todos las personas de alta alcurnia, como siempre con su hipocresía por delante nos abrazaba y nos deseaba la mejor de las suertes en nuestro matrimonio, mas una foto del feliz suceso enmarcaría el triste acontecimiento, de entre la multitud presente resulto se encontraba aquel hombre que me envió la carta y que tantas noches disfruto con la que hoy era mi mujer, de ella solo escuche pronunciar el nombre de su amante y pedir auxilio pronunciando el mío mas una palabra de perdón al momento en que él le disparo hasta matarla, cayó muerta a los pies de su madre con el rostro cubierto con el velo y el rosario en su mano.
¡Había sido otra maldita coincidencia!, ese día comprendí que había matado aquellas mujeres aunque no fuera por mi propia mano, toda la noche solo di vueltas en la cama y decidí entonces entregarme a las autoridades y morir con justo juicio y razón.
A la mañana siguiente en los periódicos se contaba mi trágica boda con el titulo de:
Primero de ocurrente es el pueblo español, vaya ocurrencia me case un martes 13 y me lo atribuyeron a sus superticones es gracioso y en segunda debía suponer que las autoridades me creerían loco, pues ellos dijeron pensar en la muerte de alguien no es delito pues de ser asi todo el mundo estaría preso, aunque reconocieron tenia la imaginación de un delincuente en potencial, lo único que me dieron por recomendación fue que comenzará escribir novelas policiacas.
Resignado regrese a casa, estaba nuevamente ahí frente a una ventana solo en mi habitación fumando un oloroso puro cuyo humo se elevaba al cielo y se perdía en la nada, sentado en mi viejo sillón de terciopelo rojo volviendo a escuchar aquella melodía.
Comencé a reflexionar y me di cuenta que las muertes que empañaron mi vida empezaron cuando descubrí que aquella caja contenía una melodía, pues cuando era un niño recuerdo encontré un abanico atorado en la maquinaria de la caja, después recordé que esa melodía esta acompañándonos cuando reclutaron a mi padre y nos anunciaron su muerte, luego el ataque a la casa y el asesinato de mi madre ocurrieron justo cuando hice la caja comenzara a sonar y por ultimo esa cajita que creía perdida regreso a mí y fue entonces cuando mis pensamientos se tornaron color carmesí y de un instinto animal y mortal.
Tome una funda de un cojín, introduje la caja y tome mi sombrero y bastón y partí a la zona boscosa y olvidada de Cataluña, con un gusto ferviente arroje la caja al agua y observe como de a poco se hundía, seguido de la funda del bastón y el sombrero que compre cuando recupere la caja.
Fue entonces cuando mi alma y mi mente se liberaron de todo pensamiento oscuro y volvieron hacer los mismos de antes, respiraba aire fresco y la luz del sol volvía a brillar,de aquel recondito y misterioso lugar lleno de vendimias antiguas donde encontre aquella melodia de notas fatales solo haye polvo y vestigios de un local que parecia hace siglos habia dejado de albergar objetos y gente de diversa rareza, sabía entonces que había sido víctima de algo anormal y comencé a indagar, quería saber más ¡que mundo oculto hay y habita entre nosotros!, para mi fortuna encontré que todas mis preguntas y sus misterios con sus repuestas las podría hallar en París, asi que fue cuando decidí mudarme aquel país donde se asegura hay mas criaturas de las creemos conocer y yo deseo investigar y de esta manera publicar no historias policiacas y sino cuentos de Horror locura y muerte….
Retome mis escritos y asi fue como ha nacido el que lees en este preciso instante al que he decido llamar “Ensayo de un crimen”….

-Sus novelas ahora relatan sobre criaturas sobrenaturales, misterio, fantasmas y espíritus
-Guarda el rosario que llevaba su esposa el día que murió
-Siempre llevaba un cuaderno con hojas, una pluma y su tintero
-Odia los sombreros y los bastones
-No tolera ver ni escuchar las cajas de música
-Siempre disfruta de pasar la mayor parte del día recorriendo París y ya casi lo conoce por completo
-Entrevista a la gente para poder escoger una buena personalidad para sus protagonistas de sus novelas.
-Está en búsqueda de vampiros, hombres lobo, hechiceros y demás que ha leído en diversos libros y documentos durante sus investigaciones.