compra semanal

por **Ludimila** Mar Dic 13, 2011 3:30 pm

Madame Bleu podria ser una mujer reputada, eso si, según de quien se tratara le atendía bien o mejor ¡¡y le había tocado a Ludimila!

Desde que la rusa apareció en el recibidor de la pensión, esta le dedico una mirada fulminante...¿acaso tenia algo en contra con los del imperio? ¿tal vez no le gustaban los artistas? ¿por qué era joven y guapa? No tenia ni idea, pero tampoco le importaba...el caso es que la pensión era la más económica de la ciudad y Ludimila no estaba dispuesta a dormir en un cuchitril de nuevo.

En fin, un poco de abuso por parte de la señora, le había dado el recado de ir a por la compra semanal, la joven ya se veía cargando todos los víveres como una esclava..oh si...esa vieja arpía ya se las pagaría bien cuando ella llegue a brillar como la mejor bailarina del mundo.

El mercado ambulante era un lugar pintoresco pero a la vez lleno de magia. de manera circular, estaban colocados los puestos con un sin fin de mercancía. Ludimila leyó la nota, solo esperaba poder pronunciar bien lo que debia de comprar.

Entre puesto y puesto habia alguna que otra bailarina o tal vez un malabarista dando su mejor espectáculo para ganarse el pan de la jornada, la rusa sonrió, los comprendía muy bien, solo que ella había corrido mejor suerte.

Esta vez la morena llevaba un vestido más modesto, simplemente era gris y muy ajustado en su cintura. Una capa marrón estaba anudada en su cuello y esta vez llevaba los cabellos sueltos.

Al fondo estaba el puesto de verduras, la joven se dispuso a ir hacia el....

por **Lyuba A. Yumara** Sáb Dic 17, 2011 11:59 am

Aquel día hacía un frío invernal, una manera de recibir al invierno y sus temperaturas. Afortunadamente, ella no sentía el frío. La temperatura de su cuerpo era demasiado alta, incluso mas que un enfermo en el lecho de muerte por poseer una fiebre incurable. Gracias a la ignorancia de los humanos, ella pasaba desapercibida . Odiaba lo que era pero demostraba que siempre había querido ser una bestia. Mientras caminaba por las calles de París, sin rumbo alguno, su mente divagaba con lentitud en unos pensamientos prohibidos y emocionales.

Parecía una sombra en medio de una mañana cegada por una niebla densa, una ilusión de la gente. Vestida con un vestido largo y un abrigo grueso ,caminaba sin destino. Pero poseía una expresión fría y distante, sus ojos azules marcaban aun mas la belleza que poseía siendo una mujer con carácter.

No recordaba porque había salido en aquella mañana , su mente estaba siendo azotada por ideas tontas y estúpidas. Insensatas, la hacía cometer locuras, como había echo hasta aquel momento. Las calles ajetreadas y repletas de humanos y otros seres (justamente,Lyuba no podía diferenciarlos debido a la poca o casi nada experiencia que poseía siendo un licántropo) , daban señales de que era una mañana de Lunes. Un comienzo de la semana donde todos tenían la obligación de ir a trabajar, menos la gitana. Sin darse cuenta y aun reflexionando sobre su vida, se adentró en lo que era el mercado. No había ido a trabajar al mercado de armas desde hacía unos días debido a su condición de futura madre. Sintió una presencia detrás de ella, siguiéndola como si fuese un verdadero ladrón. Se paró en seco, mirando de reojo y olisqueando con disimulo para saber de quién se trataba.

No conocía el olor y para satisfacer su curiosidad, dio media vuelta con elegancia . Su “jefe” ,el vendedor de armas, el ruso estaba regañándola en su idioma . Con el rostro totalmente calmado Lyuba enseñó su vientre - ¿Eres tonto o qué?¿ En estás condiciones quieres que trabaje? - preguntó en francés ,consciente de que no iba a entender nada. Bufó molesta y volvió a emprender la marcha cuando sin querer se golpeó con una joven. Los gritos del ruso se escuchaban a la perfección pero afortunadamente nadie le hacía caso y le tomaban por un loco – Disculpe, señorita.. - se disculpó observando a la joven . Por unos segundos, la mirada de la gitana penetró de una manera profunda en los ojos de la desconocida, como si la hubiese conocido en otro tiempo. La verdad era que su figura le era familiar porque se parecía mucho a ella, al menos en sus años de adolescencia.

por **Ludimila** Mar Dic 20, 2011 2:41 pm

Unos ojos penetraron en el alma de la rusa.

Ludimila titubeo levemente al encontrarse con aquella gitana, era una mirada muy profunda y cargada de sentimientos. Sabia lo que significaba mirar así, una vida difícil y llena de calamidades, Ludimila muchas veces, cuando era más joven, había mirado así.

-no pasar nada...-logro articular en su característico acento.

Miro de arriba a abajo a la muchacha que tenia delante ¡¡estaba de buena esperanza!! algo en su interior se enterneció. La bailarina no planeaba tener hijos ya que eso, desgraciadamente perjudicaría su carrera, además ser madre soltera no seria fácil, tendría que casarse y eso desde luego seria decirle adiós a sus sueños.

Ludimila percibió unos gritos en su lengua materna, alzo la cabeza y vio a un gitano despotricando contra la joven muchacha, esta frunció el ceño indignada debido a la poca delicadeza y desconsideración que este mostraba con la joven gitana.

Sin dudarlo se acerco a este y se encaro y feliz por volver a utilizar su idioma le dijo unas cuantas palabras.

-¡¡bestia!! Déjela en paz, no esta en condiciones de trabajar ¡¡puede perder al bebe!! ¡¡desde luego los hombres no entendéis nada!!- acto seguido alzo la barbilla orgullosa y se coloco la cestita en el brazo izquierdo y con andares danzarines y altamente vanidosos se dirigió de nuevo a la gitana, esta vez hablo en francés.

-no preocupar, el no va a molestar, ¡¡ese idiota!!-acto seguido sonrió cómplice a la chica.

Realmente la discusión entre el ruso y Ludimila había quedado muy graciosa a los ojos de los demás...para ella había sido un triunfo y creía que había realizado una buena acción, pero el verdadero motivo de Ludimila era ayudar a una mujer que seguramente habia sufrido tanto como ella, claro esta la rusa nunca había experimentado un embarazo y se sentia afortunada de no quedarse encinta.

El frió arrullo a las dos figuras, la morena se froto levemente los brazos, esperando la respuesta de su interlocutora.

por **Lyuba A. Yumara** Miér Dic 28, 2011 7:49 am

Esbozó una sonrisa agradable a la joven . Parecía una señorita con una vida por delante, con miles de sueños. Sus ojos parecían desprender un brillo diferente al de los demás, la morena podía notar nada mas observarla. Era intrigante su manera de ser, su acento ..ruso y sus gestos. Lyuba se sorprendió al verla enfrentarse ante su “jefe” y no pudo reprimir unas cuantas carcajadas melódicas. Era tan agradable aquella jovencita!. Cuando aquella charla y pelea de palabras imposibles por descifrar, acabó, la joven volvió a acercarse. Entre risas juguetonas y molestas, la morena logró preguntar por el nombre - ¿Cuál es tu nombre, linda? - de alguna manera se sentía en deuda con ella. Algo debía hacer – Debo saber el nombre de mi heroína ¿no? - comentó con un tono divertido.

El frío azotó a las personas que ,por alguna razón, estaban plantados allí , en el mercado comprando lo que necesitaban. Lyuba recogió aun mas la capa , deseando hundirse en aquel calor eternamente. Aunque pensándolo mejor, la palabra “eternamente” era demasiado acentuada . Le intrigaba aquella joven con agallas y a la misma vez, la manera en la que habló con el ruso - ¿Eres rusa cierto? - preguntó entrecerrando sus ojos – Supongo que no te importaría traducirme toda la conversación ...- comentó de nuevo sin abandonar su sonrisa dulce.

- Agh! Que frío hace! - exclamó bufando molesta a causa del clima . La invitaría a tomar algo pero parecía que la joven tenía otros planes en aquel día. Con una cesta en el brazo, seguramente deseaba comprar algo ,pues estaba vacía – Veo que tienes cosas que hacer...¿quieres que te acompañe?.Conozco varia gente en el mercado y podría negociar los precios – llevaba unos cuantos años en aquella ciudad maldita . Algo bueno tenía que tener aquel mercado. Esperó la respuesta de la joven aun mirándola. A veces, la gente solía intimidarse con su mirada y esperaba, de todo corazón, que ella no lo hiciera.

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