Nos reunió la palabra escrita [Ludimila]

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A pesar de que era una mujer fuerte aquel dramático y desafortunado suceso le había dejado preocupada y desalentada, y el hecho de que estuviese sin su protectora y lejos de su país acrecentaba el temor.

Era una mujer soltera, joven, de profesión de dudosa decencia y encima extranjera, todo apuntaba a su contra, nadie le haría caso, todos le mirarían como culpable, provocadora de aquel incidente.

Más ella no era de las que tiraban la toalla a la primera, la vida le había enseñado a ser dura y a pesar de que al final solo vendría una humillación ella la enfrentaría mirando hacia delante, por eso presa de la incertidumbre y la necesidad, recurrió a un detective, uno llamado "Travis Belmont" , no sabia nada de él, no sabia nada en general sobre el cuerpo de policía francés, pero si era alguien joven quizá tuviese una mente más abierta y comprensiva.

Así que sin dudarlo, la morena se puso a escribir, por suerte, no tenia muchos problemas a la hora de escribir en francés....

Y había llegado el día, Ludimila se vistió con su vestido más alegre, uno blanco de flores amarillas, ajustado en la cintura y con pliegues en las mangas, el cabello rizado y azabache recogido en una coleta. Esa era una buena manera que tenia la rusa de demostrar que seguía adelante.

Lo más normal es que una mujer no saliera de casa o fuera de ella se vistiese de manera más sobria y recatada, pero Ludimila siempre había destacado por ser un caso a parte, siempre llamando la atención, siendo la excepción , al fin y al cabo era una artista y tenia que brillar con luz propia de alguna manera.

La joven llego al café, se trataba de un sitio tranquilo, algo oscuro pero bastante agradable. Para una reunión de ese calibre Ludimila decidió ocupar una mesa de la esquina, ahí nadie los molestaría y podrían hablar con menos tapujos, al menos ella no tendría ningún problema.

Poco después de sentarse, un mesero se acerco a ella esperando una orden, la rusa pidió un café solo, sin azúcar ni leche, el camarero respondió con una leve inclinación y una sonrisa, gesto que no paso desapercibido para Ludimila..¿acaso pretendía llamar su atención? Desgraciadamente no le había impresionado, en esos instantes no tenia la cabeza para aventurillas, bajo la mirada pensativa, fijándose en la superficie de la mesa, hasta que alguien nuevamente se acerco, pronunciando su nombre y presentándose como Travis Belmont, esta alzo la vista, observando el gesto caballeroso, esta permaneció impasible más en el fondo aquel hombre joven, para suerte de la rusa, le inspiraba cierta confianza ¿ estaría ante un detective honrado? Suspiro, entrecruzando los dedos mientras empezaba a ordenar sus ideas.

-antes de nada....-comenzó la rusa, vocalizando de manera clara-quiero agradecer su disposición..... policías sois hombres ocupados, quizá eso no es tan importante como parecer...-hizo una pausa, la mujer a pesar de tener alguna dificultad, estaba explicando con bastante entereza su situación- sucedió hace dos días, era tarde, volvía de audición , ser bailarina-puntualizo esta, gesticulando un poco con las manos-cuando de repente alguien coger y arrastrar hasta sitio menos habitado....-esta volvió a sentir como si hubiera sido hace unos minutos, la fuerza y el poco cuidado con el que había realizado aquel agarre y el grito ahogado que salio de su garganta. Ludimila se arremango un poco y le enseño el brazo derecho a Travis, se podía ver unas marcas de unos dedos en la piel- ¡¡me amenazo!! poner cuchillo en garganta-Ludimila elevo un poco el tono, estaba rabiosa con el incidente, se había sentido tan indefensa y ninguneada que le daba vergüenza.

En ese instante el camarero llego con el cafe de la rusa, de color negro y humeante, el muchacho miro al detective algo celoso y con una leve reverencia se retiro del lugar, la rusa aguardo a que el camarero estuviese lo suficientemente lejos para continuar el relato.

-también me dijo bonitas palabras-resoplo-que si abría la boca amanecer muerta-arqueo una ceja desafiante-acto seguido metió mano en bolso y se llevo el poco dinero que llevar ese día..y..y-suspiro-una cadenita de plata de mi cuello- aquella cadenita de plata contenía un medalla, Ludimila no sabia su valor, pero le tenia un gran cariño y eso le afectaba.

-señor Belmont, eso fue todo, por suerte no paso mucho más- cogió la taza de café y dio un pequeño sorbo- no se que pensar usted, pero yo de brazos cruzados no quedar- clavo sus ojos violetas con fiereza en los del detective, esperando su veredicto ¿ que es lo que pasaría? a su parecer durante el relato el había adoptado una postura tranquila y atenta, pero una cosa es la apariencia y otra muy distinta el interior.

Ludimila escucho atentamente al detective, cada vez más tranquila y hasta satisfecha por haber acudido a sus servicios. Quizá achaco a su juventud la comprensión que el tenia para con ella y bueno, ser detective privado implicaba ir por libre tal vez incluso competir en ocasiones con el cuerpo y el orden oficial y seguramente no tendría tantos beneficios como lo tenia la policía, así que ese hombre trabajaba por amor a su profesión y su sentido de la justicia era sincero.

Suspiro ¿que le iba a decir? simplemente le dolía contar lo que el mundo entero pensaba de las mujeres como ella.

-Creo que....en todas partes del mundo cuerpo policial ser igual....-cogió una pastita que se hallaba en el plato de la taza- San Petersburgo, solo prestar caso a ricos, usted ya me entiende ..y...mireme-sonrió un poco triste-si ven chica guapa , soltera y encima trabajando de artista ¿que pensar? Nosotras somos demonios que perturbar paz de hombres decentes-se le hizo un nudo en el estomago, no queria dar pena, ¿que le iba a importar a él?

La rusa suspiro y levanto su mirada, con determinación- pues eso señor Belmont, confió mejor en detective privado-al final termino por llevarse la pastita a la boca y con gesto nervioso, la mastico y la trago, ciertamente tenia ganas de poder contribuir a solucionar ese caso.

-como dije, volvía de audición-Ludimila miro hacia arriba durante unos segundos, intentando recordar el lugar-¡ah! si, la audición fue en el bar... "Le petit Nicholas" ser..ser bar con escenario, ideal para numero de baile..eh..en fin, me marche y caminar por pequeña avenida de la calle central de París....ni mucha ni poca gente, estar algo oscuro y de repente ¡¡bum!!- incluso Ludimila emulo un agarre, haciéndola ver bastante graciosa- lo único que poder distinguir de ese callejón ser barriles de vino y nada más....-después de eso, enmudeció, apoyando sus brazos sobre la superficie de la mesa......

Ludimila escucho atentamente la respuesta de su interlocutor, sabia perfectamente quien buscaba a quien, pero un hombre era libre de hacer cualquier cosa y la perjudicada siempre era la misma, aun así una leve sonrisa floreció de sus labios, un poco tímida, como si la rusa intentara protegerse y no parecer descarada.

Cogió el asa de la taza y se llevo esta a los labios cuando el detective le enseño la placa de la policía a la par que confirmaba que si pertenecía al cuerpo oficial de la policía. De repente Ludimila se sobresalto, provocando que el café fuera por el lado incorrecto haciéndola toser levemente.

¿ Había metido la pata? ¿quien demonios le había dicho que era un detective privado? ¡¡se la habían jugado!!!...encima ahora, tal vez había hecho el ridículo, la rusa estaba más pálida de lo normal.

Cuando al fin pudo aliviar la tos, Ludimila alzo la mirada, algo apurada.

-Perdón....ejem..perdón-suspiro, serenándose-yo..yo no sabia...dijeron eso..oh..disculpe...-desvió la mirada...¿tenia que disculparse por expresar su opinión hacia la policía ahora que estaba ante uno de ellos? No, ese no era el estilo de Ludimila, ella siempre iba directa-pero...-alzo una ceja y volvió a mirar a Travis-sigo pensando igual ...sobre la policía....la policía ser podrida, menos usted-puntualizo la rusa-siempre haber excepciones.

Sacudió levemente la cabeza, no quería darle vueltas a tonterías como esa, ahora tenia que colaborar para ayudar a resolver el caso, ya que Travis le había causado buena impresión y no deseaba otra cosa que facilitarle las cosas.

Ante la pregunta del otro, obviamente una broma, Ludimila suspiro pesadamente, pero aquello la relajo, quedándose un poco más tranquila.

-Claro, hacer todo posible que estar en mi mano-afirmo un poco más animada- um...cadena ser sencilla, de plata y el medalla tener motivos vegetales....um...-esta se quedo pensativa, rememorando todo lo que le había sucedido en su estadía en París- no especialmente, típico borracho de manos largas..pero no tener ningún incidente.

-comprendo-musito la mujer ante la advertencia de Travis.

Aunque lo consideraba innecesario, no dijo nada y en sus adentros agradecio la comprension y la posible preocupación del policia.

-Me considerar afortunada de haber encontrado con usted, puede que ahora piensar que policias no son tan malos-respondio al final, con cierta picardia, aquel hombre empezaba a agradarle de sobremanera, más maldecia en su interior que no fuera una cita informal para dar rienda suelta a sus encantos, a Ludimila le costaba bastante comportarse de manera seria, era una mujer que le encantaba disfrutar de la vida y de sus amigos, carraspeo levemente.

Más por unos instantes prefirio perderse en la luz del atardecer que inundaba las calles y la propia cafeteria, Paris en definitiva era hermoso, era irrepetible, a la vez elegante, liviano, alegre, campechano.....muy diferente a San petersburgo, una ciudad majestuosa y aristocratica, el hogar de los zares.

Ludimila advirtio la mirada de Travis sobre sus ojos, a esas alturas ya estaba acostumbrada, al menos ella no habia conocido a nadie más que tuviera el mismo color de sus ojos, asi que simplemente sustuvo unos instantes la mirada con el policia y sonrio, para luego tomar la taza de cafe y terminarla. Si se hubiese tratado de otro tipo de situación, el joven habría recibido un agradable pestañeo de la rusa, pero lo dicho, era una mera cita formal, donde ella estaba tratando con un oficial de la policía.

La rusa no pudo aguantar la risa al seguir escuchando a Travis ¡¡tendria que haber especificado mas!! tal vez ahora se encontraba ofendido por creer que ella calificaba a los franceses de pervertidos.

-¡ay! ¡no!-se le quedo una sonrisilla-por favor, no malinterpretar.....manos largas hay en todas partes ¡¡no saber como son hombres rusos!!-se rio un poco más-aunque no todas somos palomas blancas-suspiro un poco más tranquila-pero, pensar que franceses son caballeros, como usted por ejemplo.

La verdad es que Ludimila no tenia nada "interesante" que contar, no era una refugiada politica ¿quien iba a tener de una joven bailarina con ganas de comerse el mundo?. No, su unica intención era probar suerte en Paris, la nueva ciudad de moda, el ejemplo a seguir para el resto de Europa, si triunfabas alli te podias considerar ya toda una estrella mundial.

-¿tener...curiosidad?-pregunto con cierta satisfacción, la rusa tambolireo con sus dedos la elegante mesa donde los dos estaban sentados...¿como empezar? ¿por donde? ¿como contarle para ahorrarse detalles escabrosos que tal vez al policia no le importaban? Ludimila ya empezaba a temer tomarse confianzas con alguien que quizás simplemente estaba siendo cortes porque asi lo demandaba su trabajo.

-eu.....yo solo venir aqui por exito...no se si usted esta enterado del mundo del artisteo...-se rasco la mejilla- y hacerse famoso en Paris es ser ya famoso en los restos-la mujer articulo con sus manos, haciendola ver graciosa-pues eso, venir a Paris completamente sola, desde San Petersburgo. Sola sin representante...usted no sabe lo jodido que es eso-si, efectivamente habia dicho "jodido", siempre que aprendes un idioma, lo primero que se te quedan son expresiones coloquiales o malsonantes, más la morena no se percato de que habia utilizado esa palabra tan soez, sim embargo la frescura y naturalidad con la que hablaba posiblemente haria que se le restase importancia.
-vivo en pensión donde dueña aprovechar de mi..solo falta que se me ponga a vender cuerpo-confenso indignada, madame Bleu era alguien tan hipocrita-en fin, ser mujer normal, en realidad yo pertenecer a clase baja, padres campesinos, pero tener suerte y profesora de baile cuidar como hija...y aqui estoy-termino sonriendo de manera encantadora señalandose a ella misma.

Y al terminar con su particular "exposición" se relajo en el asiento, sin perder la compostura, pero mostrandose un poco más humilde, como la mujer que era.

-¿querer saber algo más Travis...eh..querer decir señor Belmont?....

Ludimila volvió a reír alegremente.

-Yo ver buen hombre en usted, si no dígame realmente que pensar de mi si es que la placa obligar ser amable-se retiro un mechón de la cara y lo llevo detrás de la oreja-pero yo ser lista y calar muy bien a la gente-sentencio orgullosa la rusa, y en parte era cierto, para eso tenia un especial don, no tenia ni un pelo de tonta y sabia con quien debía juntarse y con quien no-así que por mi-se llevo una mano al pecho, como jurando-es caballero ¿entender lo que digo?.....

La verdad es que Ludimila era una mujer que adoraba actuar según sus impulsos, aunque a veces se ganara una bofetada o unas malas palabras, por eso aclaro a Travis su concepto sobre ser un "caballero", porque sinceramente, había hombres que vestían de forma decorosa, exquisita y tenían buena planta, buenos modales, gustos caros....pero para nada respetaban a una persona de clase diferente o a una mujer por el simple hecho de serlo.

-Um, de acuerdo-suspiro-la verdad tener curiosidad por ver comisaria francesa-sonrió, era el momento de preguntarle algo....A su cabeza le vino la idea de preguntarle si tenia novia...era tan cotilla, se mordió el labio, la verdad es que era bastante lindo y ¿por qué no? seguramente tendría una novia, prometida o mujer..pero tal vez eso era meter demasiado las narices en la vida de otra persona, eso si, hecho una mirada a sus manos, no había ninguna alianza- bien bien..a ver..-se llevo el dedo indice a la barbilla para hacerse la interesante-¡¡ya se!! ¿siempre quiso ser policía?-pregunto con una amplia sonrisa, aquel oficio le empezaba a llamar la atención-¡oh Travis! cuénteme alguna anécdota..¡¡por favor!!

Pudo notar que en algún momento de la conversación Travis parecía un poco sombrío, tal vez había actuado de alguna manera que hubiera podido molestar al oficial, arrugo la nariz y miro a la ventana, creo que ya era el horario ideal para....

-¡¡Mesero!!¡¡venir aquí!!-Exclamo esta enérgica, sobresaltando a algún otro cliente.Y el muchacho que les atendió antes, un muchacho un poco más joven que los dos clientes acudió como un perrillo faldero a la llamada de su dueña, con cierta mirada bobalicona-oh...¡¡tonta yo!!! Travis..¿puede beber o aun encontrar de servicio? Me gustar invitar a una copa, por favor, yo quiero una de ginebra- y la rusa miro al detective esperando una negativa o una afirmación.

La joven termino por sonreir.
-Hacer bien Travis- se cruzo de brazos mientras se recostaba en la silla. Realmente admiraba al hombre por no crearse prejuicios.

Pero bueno ¿Por qué no le creía? Ella no se refería a un caballero clásico con sombrero y copa, ella quería decir buena persona...pero el francés le estaba jugando una mala pasada.

Era curioso, Ludimila tenia asumido que, profesiones tan trepidantes, tan poco seguras como aquella, siempre tenian que ser una vocación, pero en este caso no, Travis le había confesado que, no siempre fue así. Arqueo una ceja curiosa, preguntándose el por qué de aquello. Tal vez el joven fue un rebelde en sus tiempos mozos.

pero espanto aquellos pensamientos cuando el francés comenzó su relato...¿dos cuerpos y el mismo? ¿como era aquello posible? La joven arrugo los labios y se puso recta, algo no cuadraba ahí...era tan perturbador, más no mostró molestia alguna por el macabro relato.

-No ser posible-negó con la cabeza-quizá confundir con otra persona.-...a no ser gemelos-se rió-creo que, vosotros confundir- se humedeció los labios con la lengua-aah venga, ¿que pasar en realidad?.

El camarero tomo nota de las ordenes y no tardo mucho en llegar con las respectivas bebidas y dejarlas sobre la mesa, con cierto aire de derrota, al ver que Ludimila ni le dedicaba una mirada, cuando este se fue, la joven tomo su copa.

-Perfecto, brindar por nosotros, por encuentro y porque todo salir bien- esta alzo la copa con gracia, muy animada y realmente con ganas de juerga-ah saber que ser buena bebedora Travis, y ahora hallar de buen humor, así que debe temer a mi-acto seguido soltó una carcajada.

p.d: Ok. Perdona la demora ;v;