Un pequeño paso del destino [Privado/Brand D´Noir]

por **SooYeon Jung** Mar Ene 31, 2012 10:26 pm

Hermosa ciudad de parís, por aquellas calles la joven SooYeon o como le solían llamar, Jessica, caminaba entre la multitud. Las conversaciones de los de su alrededor llegaban a su oído, todas ellas a la misma vez, y no podía entender nada, algunos vendedores la detenían por la calle y le molestaban cosas, pero ella se negaba amablemente y seguía su camino.

Se detuvo ante una tienda que a esa época y ya parecía antigua, parecía una perfumería. Paseó sus orbes color caramelo por los alrededores, pero en la puerta pudo percatarse en un pequeño cartel donde indicaba que estaba abierto.

Empujó con suma delicadeza aquella puerta y entró tomando con una mano la falda de su vestido para subir la corta escalera.- ¿Buenos días? –Preguntó con aquel tono tan amable que poseía la joven, la cual llevaba una vestido azul cielo de encaje, un pequeño sombrero con un pluma del mismo color, y unos zapatos de piel negros muy resistentes.- ¿Hay alguien? –Pudo oír alguien toser dentro, por lo que se atrevió a dar unos pasos más y asomarse, encontrándose con un hombre viejo sentado en una pequeña silla de madera.- Disculpe, ¿Sois el dueño de esta perfumería? –Preguntó, el hombre quien no tenía buena oída por fin se percató de su presencia, y sonrió poniéndose de pie con muchos esfuerzos. En resumen, aquel hombre le mostró sus mejores fragancias, de las cuales Jessica escogió la que más le agradaba.

- Muchas Gracias señor, vuestras fragancias son sin duda excelentes. –Le dijo finalmente antes de salir de aquella tienda, pero mientras aún se despedía de aquel anciano, alguien pasó corriendo y chocó con ella, era perseguido por otras personas quienes no dejaban de gritar “Ladrón, atrapadle.”, lo peor de aquello, fue que el frasco de cristal que traía Jessica cayó al suelo y se rompió en pequeños pedazos, haciendo que esta frunza el ceño y esboce una suave mueca de disgusto. Intentó agacharse para recuperar una pequeña pulsera que cayó de su mano junto al frasco, pero al tomarla, en su dedo se hirió, y la sangre comenzó a derramarse de él sin cesar. Resopló con suavidad, genial, era lo que deseaba, aparte de perder su perfume, ahora su dedo escocía cada vez mas y la sangre iba a acabar por manchar su vestido.