Las manzanas de Emily [Privado]

por **Amy Defoe** Dom Jul 22, 2012 8:57 pm

Me había pasado la mañana en la zonas residenciales más específicamente en la residencial de los Thompson, recolectando manzanas par verde, claro todo de manera ilícita hacia más de un mes que había descubierto el patio de aquella mansión una gran extensión de arboles y la mayoría frutales lo que normalmente iba a saquear para llevarles las frutas a Jeanne en la corte de los milagros, a los niños les gustaba esas frutas así que yo hacia mi buena obra del día, pero ahora tenia otras cosas en mente, mi pequeño puesto de manzanas necesitaba de más variedad no solo las típicas rojas, así que había recorrido todo el patio hasta encontrar un árbol de manzanas amarillas y otras verde, para vender un día juntaba más o menos siete cajones de manzanas los que me cuidaban unos amigos del mercado, ya que yo no los podía acarrear sola y ellos se habían ofrecido a guardármelos por las tardes noches, mire el rejal de bolsillo que me había robado hacía varios años faltaba poco para las once de la mañana ya tenía que irme al mercado, tome el saco con manzanas y lo lance al otro lado de la gran muralla hecha con arbustos, no era tan alta así que me era fácil escalarla. Luego de estar del otro lado coloque el saco en mi espalda con unas treinta manzanas y me fui caminando hasta el mercado.

Media hora más tarde y con el cansancio detrás de mi ya llegaba al puesto del mercado, Antonio y Perla ya habían traído mis cajones con Manzanas, las mantenía llenas para que siempre pudiera vender, y ahora más que nunca porque necesitaba un nuevo vestido me habían invitado al teatro y solo tenía pantaloncillos que ponerme y eso no era nada femenino según todo el mundo, como siempre andaba vestida con pantaloncillos una taya más grande que la mía, una blusa blanca que la afirmaba un pequeño corsé que tenía desde hacía mucho tiempo, mi figura era demasiado delgada e insana pero, de alguna forma me mantenía sana y viva, mi cabellera larga y castaña caía por mi espalda todo estaba ordenado para comenzar las ventas, mientras tanto llenaba otro cajón con las nuevas manzanas y empezaba así una de mis pocas rutinas en los días. - ¡Manzanas ricas recién cortadas del árbol! – ese siempre era mi lema, a los de la clase acomodada le gustaban las cosas frescas así que era una manera de llamar su atención.

Había pasado mas menos una hora y el sol estaba en todo su esplendor sobre nuestras cabezas con una pita me hice una coleta y seguí ofreciendo mis ricas manzanas, ya había vendido varias y eso me ponía feliz, cada franco me serbia y los tenía todos guardados en el morral que nunca se separaba de mi, en un compartimiento que me había cocido Jeanne especial para mis ganancias. – ¡Matías! – pegue un grito cuando vi a uno de los niños de la corte de los milagros, tenía tan solo diez años, el corrió hacia mí y me abrazo – Ten comete una manzana y vuelve a la corte ya pronto les darán el almuerzo y no querrás perdértelo – le dije animada, si andaba por el mercado de seguro había sido por encargo de Gamella o tal vez Jeanne, como fuera el caso tenía que regresar.

¡Las ricas manzanas de Emily!- me puse a gritar para llamar la atención, varias sirvientas se acercaron, tenía unas que siempre me compraban me hacía de amigos fácilmente así que siempre me daban buena paga por las manzanas, los minutos comenzaron a detenerse era la hora de almuerzo a esa hora siempre había pocas personas rondando por el mercado y muchos compraban comida a la Vieja Esther, ella cocinaba delicioso, pero yo hoy no gastaría mis francos en alimentarme, esperaría a la hora de la cena para ir a la corte de los milagros y probar algún delicioso plato hecho por Jeanne. Se acerco una sirvienta la de la casa de los De Lesseps, ella era sin duda la mejor clienta que tenia, siempre me daba de mas, conocía a las dos damas de esa casa y ambas era muy dulce, al menos siempre me ayudaban cuando me veían por las calles… - Ahí Tienes Darla, y dile a señorita Viola que le conseguí Manzanas Amarillas – le dije con una enorme sonrisa, la Señorita Viola era perfumista y me había encargado ese tipo de manzanas para sacarle no se qué cosa. En fin luego de que se fue Darla me quede sola, Antonio había ido a comprar comida para Perla así que me relaje un momento, en pocos minutos se volvería a llenar, la rutina, pensé.

por **Cedric Alixtor** Lun Jul 23, 2012 2:18 am

Había despertado con un terrible dolor de cabeza, por aquel baile que hubo la noche pasada, y me había pasado un poco de copas. Aquel ruido que las criadas hacían afuera en el jardín no ayudaba en absoluto a mi descanso. Decidí levantarme pues no valía la pena tratar de dormir de nuevo, ademas ya era de día y no era muy temprano que digamos.
Valla si mi habitación era muy desorganizada, lo mas sobresaliente era mi ropa tirada por todos lados. que mas da, nadie importante entrara y me criticara por eso, se que una persona con clase debe tener todo perfecto, pero que aburrido seria así. Entre al baño para así poder tomar un baño, arreglarme y lucir perfecto.
Baje como de costumbre para buscar el cocinero y que me preparara el desayuno, en este caso seria ya almuerzo.
Valla si era un lugar muy aburrido en el que vivía, no podía evitar comer con pereza, con mi cabeza apoyándose sobre mi mano derecha y con la otra tomando aquellas uvas como postre mientras yo miraba al vació. Di un gran suspiro, le agradecí al cocinero y me levante para retirarme de la mesa.

Despues de eso tome mi abrigo ligero, sali por el patio frontal para asi dar un paseo por las principales areas de paris, pues aun era nuevo en el lugar y no conocia la ciudad del todo bien. Para mi sorpresa habia mucha gente caminando por aquellas calles, cosa que no habia visto antes en mi ciudad natal. Creo que la gente esta acostumbrada a caminar sin preocupacion alguna. En cierto modo eso me agrada, me sentia mas tranquilo de que no me fuera a pasar nada. Al menos, eso creía. Tuve que caminar por un sendero solo de tierra para llegar a lo que era el centro comercial, pues me daba pereza rodear camino y era un atajo bastante convincente. Para mi desgracia no fue así, pues en un costado del camino se encontraba una manada de perros, y no parecían amigables. Lo que menos quería era llamar su atención pero se dejaron venir hacia mi como si yo fuera una carnada o algo por el estilo. Al ver la velocidad con la que se dirigían hacia mi lo primero que pensé fue correr, pues estaba seguro de que me querían atacar.

-¡Auxilioo!- grite mientras corria para que no me alcanzaran, pero aquel camino era muy desolado como para que alguien pudiera escuchar, y si asi fuera no podrian hacer algo para detener a aquella manada. Por suerte llege a aquella zona llena de vendedores de todo tipo. No puse atencion, pues lo que queria era alejarme de esos perros salvajes. Al voltear para ver si aun me perseguian solo pude presenciar a dos de ellos que se encontraban justo detras de mi, apunto de tirarme la mordida. Trate de correr mas rapido, pero quien podria ganarle a un animal como ese a correr mas rapido.
Al regresar la mirada al frente era demasiado tarde. Justo enfrente de mi habia un puesto de manzanas. Mis pies no me respondian, solo seguian corriendo, y por desgracia impacte con aquel puesto destruyendolo por completo, mientras yo caía encima de todas esas manzanas.

Pero que verguenza mas grande me ha pasado. Después de unos segundos de estar tirado ahí por fin reaccione. Mee sente en el lugar para ver que tan grave habia sido lo ocurrido. Aquellos perros habian desaparecido de la nada. Por desgracia ya todos al rededor ponian su mirada sobre mi, solo escuchaba murmullos de algunos, mientras otros ignoraban los hechos y seguian caminando. Realmente no queria causar ningun problema, pero creo que hoy no sera mi dia.

Una de las manzanas quedo colgando de lo que quedo del puesto. Esta sin embargo, rodo y callo justo en mi cabeza. Me levante para sacudirme y quitar cualquier polvo que tuviera sobre mi ropa. Pero Las cosas estaban por empeorar, pues pude ver a la que era la vendedora de esas manzanas. No se miraba muy feliz, y era de esperarse.

por **Amy Defoe** Sáb Ago 11, 2012 1:56 am

Y el grito del joven se hizo escuchar mientras corría en dirección al gran tumulto de personas que pasaban a esas horas por el mercado ambulante, la mayoría se abrió espacio dejando pasar a la jauría enfurecida y claro al joven que corría para salvar su vida. Muchos de los ambulantes comenzaron a lanzar comida a los perros para que dejaran de perseguir al chicuelo… pero eso solo hizo detener a los canes mas el joven siguió corriendo. En una canasta comencé a poner unas cuantas manzanas a una de las compradoras que tan gentilmente me había comprado diez manzanas, mientras sonreía escuchaba el bullicio y no falto poco para que al terminar de poner la ultima manzana todo se convirtió en un verdadero desastre, los cajones se hicieron trizas, las manzanas rodaron en todas direcciones, el cuerpo del joven había chocado con el mío pero no alcance a caer más me di una media vuelta y todo había desaparecido. Mis ojos se abrieron a la par del susto que había pasado y del desastre que aquel tipo había dejado, el silencio en el mercado pareció envolverme, unas cuantas risas comenzaron a sonar y yo… - ¡¡PERO MIRA LO QUE HAS HECHO!! – le grite acercándome a él, tome una de las manzanas y la sostuve apretándola, estaba tremendamente molesta – Y ahora no tengo que vender por qué un tipo viene y me hace perder mi valiosa mercancía – dije recogiendo las manzanas o al menos intentando ordenarlas en un rincón para no perder todo.

Comencé hablar sola – Claro vienen con el derecho que pueden destrozar todo a su paso y ni disculpas piden… - refunfuñe mirando con odio al tipo – TU – le apunte – Ándate antes que llame a otra jauría enfurecida y te coma hasta las entrañas – podía sonar como una amenaza al caso sí lo era pero no de la forma en que lo describía, a menos que llamara a Gianella todo andaría por el momento en calma, rugí, gruño y tire manzanas golpeadas cerca del cuerpo del joven – Por tu culpa mucho niños no tendrán de comer hoy – volví a gritarle, estaba enfurecida, podía sentir el calor en mi rostro y era probable que lo tuviera rojo por la rabia que sentía en ese momento - ¡QUE ESPERAS QUE NO TE VAS! – le grite conteniendo ahora si las lagrimas de la impotencia, pero NO, no dejaría que nadie viera mi dolor en ese momento.

Mientras continuaba recogiendo algunas manzanas veía como las personas la mayoría de clase baja las recogía y se las llevaba – ¡¡Claro roben!! ¡Como están en el suelo no son de nadie! – les grite a los transeúntes que se hacían los ingenuos que no veían, ni oían nada. Mas furiosa me puse, algunos de mis amigos comerciantes me reunieron algunas manzanas las mejores claro por qué la mayoría por no decir todas estaban pisoteadas, mascadas o simplemente despedazadas. Quería irme de ese lugar, quería golpear al joven, quería lanzarle las manzanas y escupirlo y gritar… y muchas cosas más que comenzaban a pasar por mi cabeza, molesta como estaba nada bueno saldría, junto una ruma de ellas, más de veinte no habían y de la pura rabia las patee con todas mi fuerzas terminando por despedazarlas, ya en ese momento se me había olvidado, donde estaba ahora era solo yo, mis manzanas y mi furia reprimida en los golpes. Esa noche no tendría con que comer… esa era la única conclusión a la que llegaba, lo que más me dolía era el hecho de que hoy iba a comprar un pastel para que a media noche celebrar mi cumpleaños… - Maldito niño rico- fue mi última palabra cuando nuevamente los sonidos del mercado me hicieron salir del trance en el que me encontraba.

Offrol: Lamento la tardanza ><

por **Cedric Alixtor** Mar Ago 21, 2012 3:36 am

Apenas y podía prestar atención a lo que estaba pasando a mi alrededor, trataba de fijar mi vista de modo que pudiera estar consciente de lo que sucedía. Valla si había sido un choque repentino con aquel puesto de manzanas. Fue entonces cuando me empece a dar cuenta del grave problema que me había metido al destruir el puesto, fue como si una cubeta de agua helada con hielos me hubiera caído encima, quería que la tierra me tragara literalmente, desaparecer, o que se yo. No podía dar la cara y menos a esa pobre vendedora.

Como pude me levante tratando de no arruinar aun mas aquel puesto. Solo escuchaba como aquella chica me gritaba, y no la culpo, cualquiera estaría furioso, usaba una ropa humilde y supuse que se ganaba el pan únicamente vendiendo manzanas. -Disculpa, enserio, trataba de salvarme y no puse atención a tu puesto-. ¿Que mas podía decir?, es decir, tampoco quise destruir su fuente de ingresos a propósito, trataba de salvar mi vida después de aquella persecución sin sentido.

-¿ Perdón?, sabes, no es mi culpa que tengas envidia de mi fortuna, y ademas, mi intención no era destruir tu puesto a propósito-. No podía creer que halla dicho eso, no me gusta que me digan niño rico pero no me da motivo de ser grosero con los demás. Trate de calmarme pues no quería empeorar las cosas y después de todo ella era la victima aquí. -Disculpa... no quería decir eso, déjame pagar todas las manzanas que tenias, y reconstruir tu puesto- El dinero no era el problema, si no que ella me perdonara, no quería mala reputación, pues todos sabrían quien soy por haber destruido el puesto de una chica.

-Respecto a los niños que mencionaste, te daré el dinero necesario para que los alimentes, solo hagamos como si esto no hubiera pasado-. Como si no hubiera suficiente alboroto, ahora yo tenia que ser el centro de uno, valla suerte la mía.
Solo quiero regresar a casa y olvidar lo sucedido, creo que he empezado mal el día desde que salí. Pero tratare de ver las cosas positivamente.
-Por favor dime la cantidad necesaria para pagar los gastos, tratare de tener un día mas tranquilo, al parecer parís no me ha recibido tan bien como esperaba-, le dije sin mirarla mientras miraba la hora en mi reloj.

por **Amy Defoe** Lun Ago 27, 2012 11:52 am

Ser pobre y ser humilde no siempre van de la mano, había algo que detestaba por sobre todo de las personas con dinero, que intentaban comprar todo para dejar a los demás callados, pero YO no era así, cuando el tipo comenzó hablar mis ojos se posaron en el, con la mirada enfurecida, porque así estaba, le dije mas con mis ojos que con mis propias palabras, ¿Qué se creía que vendería mi alma por unas manzanas desechas? No, podía sentir como el aire comenzaba a faltar dentro de mí, mi rostro estaba rojo y las personas seguían pasando, recogiendo manzanas y llevándoselas. Apreté mi puño con fuerzas, no le pegaría evidentemente yo era un palo a su lado pero me acerque más a él – Tú crees que envidio tu dinero – reí con burla – Eres demasiado imbécil, a un tipo como tu ni el aspecto le envidio – La verdad, ¡Yo envidiosa! Por favor. Si algo sabia era que el dinero no hacia la felicidad, con lo poco que tenia era la persona más feliz, tenía un lugar donde dormir, buenos amigos me rodeaban, todos los días tenía un plato de comida y podía hacer y deshacer y nadie me decía nada. Mi carcajada duro tanto como para que se sintiera que era una falsa.

NO aceptare ni un peso que venga de ti, y si quieres darle dinero para alimentar a los niños, pues ve a la corte de los milagros ahí recibirán el dinero, pero yo no quiero nada de ti – orgullo, de todas maneras, mi orgullo era más grande que mi estatura y nadie me haría cambiar eso de mi. No dejaba que me pasaran a llevar y menos personas adineradas, como siempre digo la venganza esta de mi lado cuando se trata de robarle a personas como él. Y claramente lo buscaría para quitarle aunque fuera un franco. Automáticamente se había ido a mi lista de personas a las cuales fastidiar.

No se me la cantidad, es incierta cuando el precio no es fijo y ya te dije no recibiré ni un franco de tu bolsillo ni de el de tu familia – me cruce de brazos y alcance a escuchar lo de Paris – Paris es caprichosa, cuando algo anda mal siempre puede ir peor, y en tu caso aun te espera un largo día y créeme que aún quedan peores cosas – esa había sido mi forma de darle la bienvenida. Los comerciantes que estaban a mi lado me conocían y las risas se pronunciaron en ese momento, hasta podría decir que deseaban verme encima del como fiera golpeándolo, pero no, no tenía la menor intención de rebajarme a eso.

Se me acerco un amigo Tom y me dio un cajón vacio, le sonreí – Vete luego que me fastidia verte, imbécil – le dije al extranjero y comencé a seleccionar las pocas manzanas que aun estaban intactas, no derrocharía así que mejor ponerme a buscar que esas se las llevaría a los niños de la corte. ¿Qué mejor que llegar con manzanas? Me reí sola y agachada revise una a uno, separando el desecho y las machucadas de las escasas buenas, ya no le prestaba atención al tipo y no quería saber nada de él.

por **Cedric Alixtor** Sáb Sep 01, 2012 4:40 am

Estaba claro que el daño estaba hecho, y ya no podía hacer como si nada hubiera pasado, aunque se que en otro caso lo habría ignorado y hubiera seguido con mi camino ignorando el hecho. Pero no, mucha gente me ha visto hoy, y no quiero ser el malo de la historia.
-sabes… tienes razón- agache la mirada mientras daba una sonrisa tímida y discreta, -si no quieres el dinero de tus manzanas, bien, halla tu. Pero aunque no lo creas nosotros los “ricos” como tu nos llamas también tenemos corazón.-
Quizás no lo pensé bien antes, pero, puede que ella halla tenido que pasar por un día duro para poder reunir todas esas manzanas y conseguir un poco de dinero para sobrevivir. Nunca me ha pasado algo así pues yo he vivido en lujos por así decirlo.
Últimamente he sido como esas personas que solo se dedican a vivir la vida llena de libertinajes, mujeres y champagne, no sonaba nada mal, pero hay cosas más importantes que aun no he tomado en cuenta.
Si no todas las personas podían vivir como yo, no era mi culpa, pero al menos puedo hacer un esfuerzo para mejorar mi actitud ante los demás. Uugh, que aburrido sonaba.
Mi hermana me ha dicho miles de veces que debería de conseguirme sueños y hacer metas si quería llegar a ser alguien, pero, la idea de tener que trabajar me mataba.
Esa chica menciono un lugar llamado corte de los milagros, no estaba seguro de que era, pero si podía tratar de remediar un poco el daño que hice, entonces iré ahí a dejar dinero, la cantidad en realidad no importa.
-Mil disculpas por haberme cruzado en tu camino, no volveré a molestarle- Me agache y me despedí como ultimo acto de cordialidad hacia ella, valla si sonaba hipócrita.
Sin decirle me dirigí hacia aquel lugar, pues no quería que supiera que fui yo quien dono dinero ahí. Entre directamente con el encargado pues por mi aspecto creyeron que era alguien importante, y sin preguntar nada o decir la razón, decidí darles un cheque con una gran suma de francos para donar a ese lugar, se quedaron un poco sorprendidos por tal suma pero igual lo aceptaron, y sin decir mas palabras me despedí y me marche del lugar.
¿Debería decirle a aquella chica?, pedir disculpas ahora era algo tonto pues su actitud era desagradable.

Los días siguientes decidí pasear alrededor de su puesto para ver como seguía, aunque claro, iría desapercibido usando un sombrero y ropa que cubra un poco mi rostro, al igual que mis lentes oscuros redondos.

por **Amy Defoe** Lun Oct 15, 2012 4:10 pm

Me quede en silencio y con los brazos cruzados mirando cómo se iba de aquel lugar en realidad no quería saber nada con ese tipo de gente y entre mas lejos de mi estuvieran mejor seria. Al terminar del día ya había recogido todas las manzanas, la mayoría por no decir todas habían quedado solo para ser alimento de chanchos o abono para las plantas así que de igual menara pude sacarle un poco de dinero a ellas, aunque fuera mucho menos que venderlas como si estuvieran recién cortadas, a final de cuentas prácticamente tuve que regalarlas el poco dinero que me quedo lo deje para mí, no quería llegar y dar lastima en la corte con unos cuantos francos, tendría que hablar con Gia por lo sucedido que tuviera cuidado si iba aquel tipo arrogante y ricachón ella se encargaría de el de la mejor de las formas.

Otro día estaba por comenzar en Paris, y antes de que me vieran en los jardines y por las praderas me fui con un carrito que me había fabricado Gaspar en busca de manzanas al campo de los Monticello, encaramada en uno de los árboles y en completo silencio corte manzanas, me fui de árbol en árbol, ellos tenían muchos manzanos así que tendría variedad al menos este día recogí lo necesario para juntar una cantidad de dinero razonable, pronto se vendría el cumpleaños de Jeanne y quería junto con Gia comprarle un gran regalo que fuera de mi fruto y esfuerzo, no me recibiría nada si lo hubiera robado así que no me quedaba otra una mita para el reglo y la otra para la comida de la corte.

Devuelta al Mercado con la ayuda de mis amigos feriantes, ordene las manzanas por color el sol ya estaba sobre los techos de Paris y ya andaban las criadas comprando para el desayuno de sus patrones seguramente – Hoy grandes manzanas, Amarillas, Verdes y rojas todas jugosas – comencé a gritar para promocionar mis manzana, al poco rato se acercaron varias sirvientas que inspeccionaban las manzanas y las dejaban en sus canasto de comprar – Vuelvan mañana también que tendré mas manzanas – hablaba mientras me pagaban por las que se llevaban. La mañana prometía una gran venta, ya había vendido muchas pero aun me quedaban manzanas y no me iría hasta vender todo lo que había llevado, no tenía lugar donde guardarlas así que era mejor de esa forma – Manzanas ricas las manzanas –Gritaba con un tono bien cantado para llamar la atención de los transeúntes.

Off: Lamento lo corto y la demora, andaba con ausencia.

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