Tundra S. Helladise

por **Tundra S. Helladise** Dom Sep 02, 2012 6:02 pm

tundra s. helladise

20 años

Cortesana/Humana

Bisexual

descripción física

Tundra es una mujer hermosa, dotada del cuerpo que podría hacer a una diosa morir de envidia, y de un rostro que puede iluminar incluso la habitación más tenebrosa. Ella lo sabe, por supuesto, y por ello le saca todo el partido posible a su físico entregándose a fondo en el trabajo que desempeña. Esbelta, de complexión delgada pero dotada de unas bonitas curvas, parece a los ojos de los demás una delicada flor, de caderas estrechas y senos redondeados, curvos... sensuales a pesar de su mediano tamaño. Sus manos también son delgadas, de dedos largos, manicura cuidada y una bonita forma, que podría inspirar al más exigente de los artistas. Sus pies también son pequeños, y suele calzarlos en bonitos zapatos de tacón, que le dan un toque muy femenino y hacen que sus piernas parezcan más largas de lo que ya son. Su cabello es rubio, dorado como el sol, y brilla mientras cae en suaves ondas hasta una altura algo por debajo de los delicados hombros femeninos. Sus labios son jugosos, carnosos y sensuales; decoran un rostro con forma de corazón, caracterizado por las mejillas redondas y la barbilla fina, algo acabada en pico. Pero de toda la anatomía de Tundra, quizás sean sus ojos lo que más llame la atención, azules como el mar, con cierto toque verdoso que le da exotismo. Su tez tiene cierto toque bronceado, y su ropa, como buena cortesana, deja una buena porción de esta dermis a la vista de aquellos que deseen probarla... por una buena suma de dinero. ¿O no?

descripción psicológica

Al igual que su aspecto físico, la forma de ser de Tundra también es muy especial. Afectada por la dura vida que ha llevado desde niña a manos de uno de sus familiares, su personalidad se ha transformado. No tuvo una bonita infancia, así que en su interior no hay ni rastro de ilusiones, sueños o esperanzas, como en la vida de cualquier muchacha de su edad. Vital, activa... incapaz de estar durante demasiado tiempo sin realizar alguna actividad. A los ojos de los demás, se muestra abierta, simpática... con un humor algo negro y especial, pero al que se le puede coger cariño muy fácilmente. Tiene una forma de hablar suelta, extrovertida, capaz incluso de sacar una sonrisa del más serio e inespugnable de los seres. Pero, en el fondo, tras todo ese cúmulo de energía, esta amante de la adrenalina, el riesgo y lo prohibido esconde un alma rota y perdida, que tras muchas traiciones y mucho dolor, ha creado a su alrededor un muro de desconfianza y misterio que la ayuda a protegerse de las posibles agresiones que le sobrevengan en el futuro. Es desconfiada, ya no cree en la bondad de las personas, y se ha acostumbrado a vivir sola sin la necesidad de que nadie la esté cuidando. Se ha vuelto una joven independiente, algo complicado y poco común dado el machismo de la época y el nivel de vida que tiene una cortesana común, pero mientras se sienta a gusto consigo misma, seguirá sacándose ella solita las castañas del fuego, le pese a quien le pese. Es sencilla, directa... incapaz de mentir a una persona allegada, y leal a quienes se han ganado su respeto y su confianza.
Nunca ha tenido amigos de verdad, primero por su infancia aislada... y segundo por el tipo de empleo que posee. Al burdel acuden hombres que, desde luego, no buscan una bonita amistad, sino un polvo de una noche que al día siguiente ninguno de los participantes recordará. Por eso, aprecia tanto cuando las personas se acercan a ella con buenas intenciones, y evalúa con cuidado y exactitud la forma de ser de cada ser humano, y si realmente están siendo sinceros con ella. Desde luego, pareja tampoco ha tenido, de nuevo por los mismos motivos. Nunca se ha visto sentimentalmente implicada en la vida de otra mujer u otro hombre, así que palabras como amor, compromiso o matrimonio son simples espejismos para ella, cuya dura realidad machaca cualquier tipo de esperanza que pueda tener de un futuro con alguien que la aprecie por ser quien es, y no por su cuerpo.

gustos

La fruta
Las noches de luna llena
Los baños aromáticos
Los animales, sobre todo los gatos
Las flores, en especial las rosas rojas
La ropa bonita o los zapatos
El maquillaje
Arreglarse, sentirse coqueta
Leer y escribir
Dibujar, sobre todo pintar al óleo

disgustos

Los malos modales
El desorden y el mal olor
La gente que abusa de su poder
El machismo
Recordar su pasado
Las arañas y las serpientes
Los gritos o los ruidos demasiado fuertes
El mal aliento
La gente desaliñada
Las injusticias

historia y familia

*Frederick Helladise: Su padre, un hombre de estrictas creencias religiosas, nunca quiso a su hija... y eso marcó el futuro de Tundra.
*Marla Helladise: Su madre, falleció cuando la niña tenía apenas ocho años, y esto desencadenó muchas tragedias.
*George Helladise: Su tío, hermano de Frederick y todo un experto en el incesto, la pederastia y la prostitución.

Tundra nació en el seno de una familia londinense bastante adinerada. Su padre, era dueño de una industria naviera, que poseía pequeñas flotas de barcos a lo largo de todo el ancho mundo. Su madre, en cambio, era la típica ama de casa, dedicada en cuerpo y alma a un marido que, ciego por el machismo y los celos, nunca la trató bien ni le dio el amor que debe darse en un matrimonio. El nacimiento de Tundra fue fruto de un mero acuerdo entre ambos, él quería un digno heredero, y ella buscaba no seguir sintiéndose sola entre las cuatro paredes de su frío "hogar". Cuando la niña llegó al mundo, fue recibida con dos reacciones muy distintas por parte de sus progenitores. Frederick ya la odiaba, simplemente por haber nacido mujer y no varón. Su madre, en cambio, intentó darle todo el cariño que era capaz de entregar, tratanto de suplir la falta de consideración de su esposo. Tundra pasó los primeros años de su vida escondida bajo las faldas de su madre, temiendo a un padre que las maltrataba a ambas. Ella, como niña que era, no comprendía de dónde venía tanto desprecio, y llegó incluso a pensar que se merecía todas esas palizas y ese machaque psicológico por haber nacido y seguir respirando. Pero, si las cosas ya iban mal, el destino iba a demostrarle a la pequeña lo cruel que podía llegar a ser, complicándole más la vida y llenándola con el dolor de la perdida.

Una mañana, montando a caballo con su esposo y unos amigos de este, Marla cayó de su yegua y sufrió una fea fractura en la columna y algunos pisotones del animal... que acabaron con su vida. Rota por la pena y la seguridad de haber perdido al único ser en ese mundo que la quería, Tundra se pasó semanas y semanas llorando la ausencia de su progenitora, de aquella que le había dado la vida y la había tratado de proteger de todos esos males que la acechaban. Sin la supervisión de Marla, era Frederick quien tenía que hacerse cargo de la chiquilla... algo a lo que no estaba muy dispuesto. Decidido a deshacerse de ella, la entregó a un hermano suyo de Francia, que... según sabía, cuidaba niños y les ofrecía un trabajo de provecho. Tras dos largos días de viaje, cuando Tundra llegó a París... no se encontró con un buen samaritano que acogía pequeños sin hogar, sino con un explotador de niños, que se dedicaba a la prostitución infantil. Fue precisamente su tío quien la instruyó en el arte del sexo desde que tenía nueve años de edad, y la estuvo vendiendo al mejor postor hasta que cumplió los dieciocho. Como él solo trabajaba con menores, entregó a Tundra al burdel de la ciudad, donde esperaba... siguiese ganándose el sustento con aquello que él le había enseñado.

Ahora que Tundra se ha acostumbrado a ese tipo de vida... ¿Volverá a darle un revés el destino?

✖ MISS NATASHA PARA SOURCECODE ✖

por **Nigel Quartermane** Lun Sep 03, 2012 4:10 am

FICHA APROBADA
Bienvenida a Victorian Vampires

Tundra S. Helladise

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Re: Tundra S. Helladise