El infierno está vacío y todos los demonios están aquí - Diego Cruz

por **Lais Delacroille** Vie Oct 05, 2012 4:37 pm

La noche era oscura y en el cielo, las estrellas se escondían tras las grisáceas nubes que amenazaban la aparente tranquilidad del bosque. Lais temblaba pues no había peor miedo que el encontrarse sola en un lugar como aquel.

Intentaba tranquilizarse cuando escuchó voces tras de ella.

“Creo que se ha ido por allí. Rodea la zona, Wilson.”

La perseguían. Su corazón bombeó la sangre con tanta fuerza que la pobre muchacha creyó que en el cualquier momento el principal músculo del cuerpo escaparía de su esternón.

Aceleró el paso y con ello, las pisadas de los hombres que la seguían se hicieron más fuertes. Podía escuchar sus respiraciones entrecortadas y sus jadeos de cansancio.

¿Era aquel el final acaso? Haciéndose tal pregunta, su cuerpo y mente desconectaron, haciendo que ella cayese al suelo, tropezándose con una piedra. El golpe en la cabeza la dejó desorientada y por un segundo, el dolor le hizo olvidarse de quién era o por qué toda su vida se había desmoronado de una forma tan trágica.

por **Diego Cruz** Sáb Oct 06, 2012 4:05 am

Luna llena, finalmente el "sueño" se hizo presente.
Al coronar el cielo, la luna se encontraba como un círculo perfecto, una luz que iluminaba todo aquello que tocaba, otorgando un tono grisáceo a mi entorno.

Conocía aquel trance, mi cuerpo parecía arder durante un largo rato, luego la oscuridad se hacía en mi interior, notando como todos mis músculos se expandían, todo mi aspecto se modificaba, una vez en el reflejo de un lago me vi en ese estado, podía describirme como una auténtica bestia, bella a su modo, pues era puro salvajismo, aunque no todos lo vieran así, pues muchos parecían odiarnos y es que no era el único en mi especie y muchos eramos perseguidos, ypero aquella era nuestra noche, la noche de los licántropos y ése era mi bosque.
Una vez la transformación hubo concluido, me alcé, mi naturaleza me empujó a soltar un largo y tendido aullido - ¡UUoooooouuuUUUUUUhhh!- así anunciaba el lobo que habitaba en mi su llegada, tras esto empecé una alocada carrera a través del bosque, corrí y corrí, solo por el placer de ser libre, sin objetivo, la noche se abría en todo su abanico, podría cazar tal vez? quizá buscar algún entrometido en mi zona?.

De repente, sumergido en mi carrera, en mi mente, como otras veces, sentí como me atravesaba un rayo, ahora la sensación era mucho más potente al encontrarme en ese estado.
Paré mis pasos, alcé la cabeza, olfateando el aire - Humanos- pensé. Eran un grupo, corrían, armaban un buen alboroto, un grito se oyó, alguien persiguiendo a otra persona, tal vez tan solo uno huyendo de un grupo?
Seguí el rastro de aquel olor, - Una hembra!- ya podía verla, sola e indefensa, ante un grupo de perseguidores, - Malditos cobardes!- la mujer tropezó, cayendo de bruces.
Mi instinto fue imparable ante la escena, sin pensarlo el lobo me empujó a saltar en auxilio de lo que consideraba una injusticia.
Todo mi pesado cuerpo cayó como un bloque a las espaldas de la chica que yacía en el suelo, dándole también la espalda a ella, aguardé a que vinieran aquellos que la perseguían.

por **Lais Delacroille** Sáb Oct 06, 2012 6:53 am

Desorientada, observó como los acontecimientos se sucedían ante el azul intenso de sus ojos.
El rugido del lobo sacudió su cuerpo. No daría media vuelta para mirarlo a los ojos mientras la devoraba viva. No pasaría por el trance amargo de suplicar piedad, como lo había hecho con el vampiro que la había violado y torturado, en frente de su aquelarre.

Estaba manchada, maldita y la pobre muchacha lo sabía.

Sus verdugos habían llegado a su encuentro y gritaban despavoridos, ante la imagen del lobo.

“¡Por todos los cielos! ¡La puta del infierno se ha buscado otra bestia con la que poder mancillar el apellido de su padre” Había gritado uno de ellos, antes de echar a correr de nuevo en dirección contraria.

Estaba sola. Sola con la gigantesca bestia que respiraba agitadamente a sus espaldas. La luna se alzaba triunfante en el cielo nocturno, señal de que nada conseguiría salvarla aquella noche.

“Por favor, no me hagas daño” Le dijo aún sin haberlo mirado.

por **Diego Cruz** Sáb Oct 06, 2012 8:35 am

No tardaron mucho hasta aparecer, eran tres o cuatro hombres, con aspecto de matón de poca monta.
En el momento en el que me vieron dieron media vuelta e iniciaron su huida, la bestia que habitaba en mi me empujaba a perseguirles y matarlos a todos, pero no podía olvidar lo qué se encontraba a mis espaldas, la joven. Cuando me aseguré que aquellos rufianes habían desaparecido y me giré hacia aquella humana; la indefensa criatura pedía clemencia por su vida y a continuación me acerqué un poco a ella:

Su olor no era desagradable, aunque desprendía una tristeza interior, nada en mi me indicaba que fuera peligrosa, así que relajé mi postura. Intentando ser menos agresivo, adopté una postura semisentado, aún así ella parecía demasiado pequeña.

En aquel estado era incapaz de hablarle, pero, habiendo mejorado algo mi autocontrol, intenté trasmitirle cierta tranquilidad, así que aguardé a su respuesta, con respiración tranquila, pensé en ayudarla a incorporarse, pero quizá se asustaba, permanecí en mi posición a que ella diera el siguiente paso.

Pronto la noche terminaría y con ella mi transformación, probablemente no recordaría qué había pasado.

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