Almas perdidas en el paraíso {+18}

por **Leonor Daxmins** Jue Ago 22, 2013 7:01 am

" I’ve been believing in something so distant
As if I was human
And I’ve been denying this feeling of hopelessness
In me, in me...
All the promises I made
Just to let you down
You believed me, but I broke it
I have nothing left
And all I feel is this cruel wanting
We’ve been falling for all this time
And now I’m lost in paradise"

Unos recuerdos que no la dejaban en paz, pasaban y se restregaban por su mente una y otra vez, imágenes que deseaba borrar, aniquilar literalmente, sentía que perdía el control de su cuerpo y específicamente de sus acciones, sus sentidos estaban disparados por el ambiente, y la falta de alimentación de hace algunos días era evidente y en este caso no le ayudaba en lo mas mínimo, puesto el echo de conseguir alimento danzaba de la mano con las ganas de destruir su alrededor, ya ni ella misma era capaz de reconocerse dentro de su ser, y le aterraba pensar que esa chispa de imaginaría humanidad que conservaba se estaba apagando rápidamente.

Sentía odio, contra todo en ese momento, su naturaleza, sus macabros y destructivos deseos, y por sobretodo contra si misma y contra el... si, no iba a engañarse, si era precisamente eso la que la llevaba al destino que ella iba trazando ahora...volviendo por sobretodo distorsionado he indescifrable, un verdadero laberinto que le colmaba la paciencia, volviéndola un ser mas insensible y controlado por hilos de melancolía, haciéndola un verdadero títere de su propia "vida".

Daba pasos temblorosos, débiles pero decididos, mientras avanzaba a duras penas por el bosque, era capaz de sentir la frescura del césped bajo sus pies descalzos, y siendo que esta sensación siempre la había relajado ahora no le producía nada especial...sus ropas se veían desgastadas y con marcas, mantenía solo con un ligero vestido, el cual rozaba con la fría brisa de la noche que la acompañaba.

Escucho pasos cerca de ella, al parecer aún quedaban algunos humanos en el bosque, tal vez paseando o que cosas habrán de hacer, lamentablemente para ellos, la sed que ardía en la garganta de Leonor se hizo mas intensa, haciéndola abalanzarse contra ellos; una pareja joven ambos tomados de la mano, se les veía enamorados y dichosos, pero sin mas preámbulos esa felicidad se vio terminada de un momento a otro por la descontrolada neófita, quien en pocos segundos acabo con ellos sin la mas miníma pizca de compasión, alimentadose desesperadamente de ambos cuerpos, los cuales lentamente comenzaban a ponerse rígidos y amoratados, dos vidas inocentes aniquiladas, dejando sobre su cuerpo la marca de la inocencia de ambos, con un tono carmesí y aún así la vampiresa no se sentía satisfecha.

Se levanto limpiando su boca con su mano derecha, observando a su alrededor, un aroma cálido aún embriagaba el ambiente, y lastimosamente para ella, le parecía familiar y de no haberse encontrado en ese estado le reconocería al instante, pero no se molesto en eso y emprendió una veloz corrida hacía ese aroma, el cual se volvía mas intenso frente a cada paso, reviviendo nuevamente en su interior las ganas de continuar con esa matanza injustificada.

Solo cuando logro divisar la silueta del joven su mano se fue de golpe a su garganta, dibujando una expresión de completo desagrado y nerviosismo en su rostro.

- No... - dijo a penas al darse cuenta que se encontraba frente a uno de sus mas cercanos amigos de la infancia, mientras se maldecía a si misma por sus ganas de ir tras a el, rogaba ser capaz de controlar su cuerpo, no deseaba hacerle daño, no se perdonaría algo así, por lo que se apresuró a esconderse tras un árbol, aferrando sus dedos a la corteza, como si se encontraran clavados a esta, esperando a que el hiciera su parte y continuara con su camino...

- No... no, por favor - susurró con tristeza, pero su sed nuevamente tomaba control de ella, poniendo en una injusta balanza sus sentimientos y su naturaleza asesina, la cual ahora se concentraba en el, y en que no le permitiría salir con vida del bosque, dejando que la sublime luna llena, fuera la única testigo de su predecible final, o al menos eso creía Leonor...

por **Mikelangelo Van Dort** Jue Ago 22, 2013 10:02 am

Corrí hasta el bosque al sentirla a kilómetros de distancia, era algo impresionante como el olor a sangre, sudor, tristeza, rabia e ira llegaban hasta mis entrañas, corrí y corrí hasta que mi conciencia se perdía entre la velocidad y los sonidos perturbantes y fuertes en mis oídos.
Recordando a golpes los bellos recuerdos que en cada minuto de mi vida me hacían sentir pleno.
Mi mente se perdío en este bosque pensando en aquella calma noche donde la escuche bañarse dentro del lago, su pelo mojado, y como la ropa se le pegaba al cuerpo...Yo en un árbol escribiendo esa melodía que me demoré en terminar hasta hace poco, y que asimismo se la entregué a sus manos solo hace unos días atrás, tocándosela en mi violín. Las imágenes en mi mente corrían rápidas y de a golpe mientras mi cuerpo se movía a mayor felicidad hasta que de pronto paré y llegué quedando frente a ella observando su mirar...
Sus ojos brillaban más que nunca, apuñalando en mi interior placenteramente. Veía su maldad, una maldad que me ha gustado siempre, y que me une. Aquellos dolores que la atormentaban los hacía míos -inconscientemente llevé mi mano hasta mi pecho con suavidad-
Recibía su rabia, su ira y su dolor, como si alguno de estos humanos cazadores quisiese asesinarme. Soñando con que esas armas produjeran en mi algun tipo de dolor.

Senti con placer aquel olor a sangre penetrando en mis fosas nasales, era dulce y exquisito. Ver en los labios de mi mujer sangre, con rabia e ira me exitaba aún más. Su maldad también me exitaba. Me acerqué a ella, sosteniéndola fuertemente en mis brazos, era una cosa obvia de que ella no podía con mi fuerza. Por lo que la sostuve con mas firmeza. Susurrándole que ya estaba aquí, con ella. Canté una suave canción cerca de su oído con calma, susurrándole cuanto la amaba en todo su esplendor.
Ignoramos todo lo demás a nuestro alrededor, mientras sentíamos como nuestro lazo se tensaba más y más entre nosotros, sujetándose, sentí su figura apegada a mi cuerpo, la silueta media encorvada que producíamos. El aroma del carmesí esparcido por todo el lugar. Nuestro amor y deseo de estar por siempre juntos se veía más potente que nunca en el aire, rodeándonos como una especie de aura clara y visble.

Me agaché junto a ella cubriéndola con todo mi gran cuerpo, acariciando su cabello desde la nuca hasta su espalda. De una forma en que jamás había sentido antes. Era un roce distinto, era como si mis pensamientos y el ambiente se conectaran con mi brazo, y le hicieran moverse por inercia.

-Siempre voy a estar contigo, aqui, ahora, por siempre... No te abandonaré nunca más.- le dije algo quebrado, en susurro... derramando una lágrima que terminó cayendo suavemente por su cabello-

Alzé suavemente su rostro, miré a sus ojos intensamente, al igual que ella miró los míos. Y posé mis labios sobre los suyos con intensidad. Mi rostro estaba seco y pálido, como si nunca hubiese derramado esa lágrima para que ella no la viese. Continúe besándole y la acercaba a cada segundo un poco mas fuerte a mi cuerpo, apretándole y sosteniéndole firmemente contra mi. Mi pasión estaba descontrolada, y ella solo parecía un cuerpo inerte, un ente que no sabía que hacer, ni donde ir. Permití que se dejara llevar y se perdiese en mi cuerpo y en mi beso. La acaricié con esa pasión de niño para encontrar un tesoro en una larga aventura, desee amarla en aquel momento como siempre lo he deseado. Solo sabía que ella existía y nadie más junto a nosotros. Era hermoso, era real, y era majestuoso. Dos almas en una unión inquebrantable. Jamás le dejaría ni ahí, ni en nignuna otra parte, siempre la llevo conmigo, a otros lugares, a otras vivencias y experiencias... Siempre la llevo conmigo, en mi alma, corazón y todo lo que me compone. Es mi mujer, mi hermana, mi hija, mi todo. No iba a dejar que le pasara nada, y por eso es que corrí hasta aquí volví por ella y me la llevaré de su sádico trance.

por **Leonor Daxmins** Jue Ago 29, 2013 8:47 pm

Sus ojos finalmente destellaron, haciendo que su oscuro deseo tomara posesión de su cuerpo, permitiendo que sus manos soltaran el árbol que ella quería pensar, le servía de amarre, sus piernas se tensaron, listas y dispuestas para arremeter contra el humano, no había mas en su mente, que esas ganas de acabar con todo a su alrededor, ira descontrolada y que hacía que su parte mas "humana" se extinguiera dentro de ella, convirtiéndola en un ser frió he impulsivo.

Dio un paso firme hacia adelante, y se detuvo en seco, abriendo sus ojos con sorpresa, y mas ira a la vez, ahí estaba el, el mismo hombre que la había abandonado haciéndola caer en su estado mas siniestro y destructivo, el mismo al cual amaba de irracional he incondicional manera, su creador y su eterno amor, se hallaba ahí de pie, formando una barrera entre ella y lo demás, observándola con una atención incalculable.

- No... tu no... - se llevo rápidamente una mano a la frente, mirándole con rabia, y cuando estuvo a punto de echar a correr lejos del lugar, le frenó, atrapándola con sus brazos, cuan si fueran cadenas contra el, intentó inútilmente de zafarse, pero le fue imposible. Su cuerpo temblaba, tanto de impotencia como de nervios, al no saber que hacer, ni que pensar, de pronto escucho su voz, estaba cantándole buscando de alguna forma que esto la calmara, al igual que sus palabras, reflejando en ellas el amor que el sentía y que jamas había desaparecido, la joven ya no estaba segura de que debía hacer, se sentía tan o mas perdida que hace unos minutos antes de esto.

Notó como se doblaban sus rodillas, haciéndolos quedar a ambos arrodillados en el suelo, el leve sentir de su mano acariciando su cabello, y su frió cuerpo contra el de ella, le hicieron soltarse un poco, aunque su respiración aún se mantenía irregular. Levantó su mirada, encontrándose con los ojos de el, sabia perfectamente lo que reflejaban los propios, pero sin embargo le sorprendía el echo que los ajenos, solo reflejaran ese deseo tan característico de su persona, aún en una situación como la que estaban viviendo ahora.

Se sobresaltó al sentir como lentamente comenzaba a besarla, y no supo como responder, sus brazos permanecían a los costados de su cuerpo, sin ser capaces de realizar acción alguna, aunque lo deseaba, sentía dentro de su ser ese deseo de abrazarle también, mas aún cuando notaba como el la contenía, estrechando mas y mas sus cuerpos, esa rabia que emanaba comenzaba a transformarse, mientras sus labios se encargaban de responder, estaba retomando el autocontrol, y lo odiaba, odiaba el echo de que lograra hacer que sus sentidos reaccionaran al tenerle así con ella, odiaba que el despertara sus deseos de poseerlo en ese momento, haciéndola incluso desear su sangre, de una casi manera caótica he incontrolable.

- ¿Nunca mas?... nunca debiste hacerlo para empezar - susurró con molestia contra sus labios, devolviendole esta vez el beso, haciendolo con intensidad, llevando a posar una mano a su cintura, y la otra hasta su cuello, palpando el lugar que imaginaba morder.
- ¡No deberías estar aquí Mikele! - le dijo alzando la voz, sabiendo que ya no podría contenerse mas, y se abalanzó contra el cuerpo ajeno, dejando que una de sus propias manos mantuviera sujeta una de el, mientras la otra se encargaba de descubrir su cuello, permitiendole a ella inclinarse sobre este, clavando con fuerza sus colmillos en el, succionando la sangre que comenzaba a emanar con creces del lugar. Y ahí se quedo, y solo cuando se vio satisfecha de aquel elixir, removió sus colmillos, dando paso a su lengua lamiendo con dedicación la piel de su cuello.

- No he podido borrarte de mi... no te imaginas como lo he deseado, pero no puedo... no puedo... - le reconoció finalmente contra su fina piel, mientras sus ojos dejaban caer dolorosas lagrimas, las cuales intentó ocultar. El deseo por su sangre estaba compensado, mas no así el de su cuerpo, y por esta razón dejo que la mano que antes se encontraba sirviendo para sujetarlo, le liberara y emprendiera paso por su cuerpo, acariciándole sutilmente, esperando que el se diera cuenta, y le ayudara a olvidar su odio y rabia contra lo que la componía, ya que estaba consiente que era el único capaz de ver mas haya de su macabro estado.

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