Presente y pasado [Privado]

Había sido un día normal en la vida de Dave, alejado como siempre de la sociedad, pocas veces eran las que pisaba la ciudad, prefería vivir alejado de las personas para no herirlas o matarlas, aparte de que le gustaba la vida en el campo por lo que no tenía por nada que quejarse, aunque a veces echaba de menos la compañía, era algo frio el estar tan solo aun cuando el tiempo parecía haberle acostumbrado un poco a eso, en este día se la paso recolectando madera para las noches frías, su cabaña se la había hecho el mismo con los troncos que el mismo había cortado y preparado, era bueno en el bricolaje, había aprendido mucho en sus años de vida y gracias a eso ahora tenía un pequeño hogar, a veces quedaba algo destruido por dentro por su otro lado oscuro pero siempre lo reparaba, ya que casi todo lo que había dentro era de madera, los platos, cuencos, cubiertos, vasos… todo de madera, ya que no tenía dinero para comprarlos ni quería ya que se rompía todo muy rápido, así que prefería la madera y piedra para la chimenea y cocina, así no se incendiaria su casa.

La comida era fácil de conseguir, cazaba animales para tener carne, y plantaba frutas y verduras en su huerto pequeño detrás de su cabaña, al menos tenia lo básico, no tenia leche ni huevos ya que el tener un animal en casa era peligroso ya que podría acabar comiéndoselo su otro yo y como que ese no era el plan, así que en la ciudad hacia trueque, algunas de sus cosas por leche y huevos, el mismo se hacia el pan así que no necesitaba comprarlo, vamos que el dinero no existía en sus bolsillos, aunque eso no quería decir que no tuviera algunas monedas, las tenia pero guardadas, no para su uso sino mas bien para emergencias, no necesitaba medicinas ya que el mismo se las hacía con las plantas aparte de que tenía una salud de hierro para la edad que realmente tenia.

Cuando termino de recopilar madera y haber cazado un ciervo en el bosque, recolecto algunas plantas medicinales, algunas para heridas que el mismo luego sufría y otras para enfermedades, en casa se dedico a despedazar al animal en partes para poder hacer trueque con algunas partes y otras para comer el mismo, las pieles de los animales eran muy codiciadas en la ciudad aunque él las usaba mas para calentar la cabaña, las limpiaba y trataba para que no se les callera el pelo y colgaba algunas en las paredes de madera y otras las ponía sobre la cama o suelo como alfombra, había una en el suelo de un oso enorme, ahí pasaba a veces la noche frente al fuego más que en su cama.

Cuando termino sus tareas, se percato de que le faltaban algunas plantas pero para la cocina, no para uso médico, por lo que salió viendo que la noche se había presentado, si que pasaba el tiempo cuando uno se entretenía pensó el sonriendo mientras se ponía su largo abrigo, se lo regalo una persona a la que el admiraba tiempo atrás, era un buen amigo suyo que se fue de viaje, pero en el presente ya estaba muerto, era una verdadera pena pero era lo que tenía la vida, suspiro mientras se tapaba bien y se encamino por el campo nocturno, viendo las nubes notando lo denso que estaba el ambiente, sabía que iba a llover y curiosamente cuando ese pensamiento paso por su mente, unas gotas finas cayeron sobre él, pero se oculto rápido bajo un gran árbol, resguardándose de esa pequeña lluvia hasta que ceso, sonriendo se arreglo el pelo un poco y comenzó a caminar, le gustaba mucho estas noches frescas, y mas con la lluvia reciente, la luna estaba a medias, era como un reloj de arena nocturno que no le gustaba mucho, antes le encantaba mirar a la luna y verla llena, pero ahora era como una maldición, la odiaba…

A lo lejos oyó un ruido, normalmente imperceptible a oídos humanos pero no para él, por lo que se encamino hacia el lugar, esperaba que no fuesen cazadores furtivos o curiosos, ya que ese lado del bosque estaba prohibido, principalmente por ser lo más profundo del bosque y otras por el cuento de la maldición, muchos temían a esa historia por lo que nadie se adentraba tanto en el bosque, pero al parecer hoy si, era extraño, noto el olor humano pero mesclado con sangre ¿acaso alguien se escapo de la cárcel? No creía… detrás de un árbol, oculto, miro curioso a la persona de la cual procedía ese olor, viendo para su asombro a una mujer pelirroja, tumbada en la hierba húmeda, parecía dormida… ¿acaso aquello era el cuento de la bella durmiente? Arqueo una ceja extrañado ¿se habría desmayado? Estaba intranquilo, no le gustaba ver a las personas heridas y esa chica lo estaba, se acerco en silencio viendo su entera silueta y se quito el abrigo largo para ponérselo a la joven, para que no se resfriara y rápidamente volvió corriendo a casa, para buscar una crema medicinal contra heridas que el mismo había hecho, al encontrarla se la llevo, debió haber traído a la chica pero estaba demasiado nervioso como para pensar con cordura.

También agarro unos trapos limpios para limpiar las heridas y sangre, esperaba que la chica estuviese bien ya que la sangre podría atraer la atención de los lobos del alrededor, y eso si que sería horrible, un destino así no lo deseaba para nadie ya que los lobos del bosque estaban muertos de hambre, Dave había tenido muchas peleas con ellos, en forma humana y la otra… cuando llego al lado de la joven, vio que esta seguía durmiendo así que se inclino a su lado y la destapo un poco, rebusco en su chaqueta –la cual llevaba encima, no en el abrigo largo que tapaba a la joven- un pañuelo para secar la piel de la joven cuando de pronto esta se despertó de forma brusca, Dave al no esperárselo se quedo de piedra a su lado sin siquiera respirar, debía largarse corriendo pero lo había pillado tan desprevenido que ni tiempo a reaccionar tuvo, quedándose con la mano en la chaqueta.


[perdon la demora, falta de tiempo >x<]

Se sobresalto un poco al ver que la mujer se despertaba de semejante modo y se echaba para atrás ¿acaso era tan evidente que era un hombre lobo? Pero ahí pensó mejor las cosas, era normal que la mujer se asustara al levantarse en medio del bosque y con un hombre desconocido, sabiendo la fama de estos era hasta comprensible, pero Dave no era como ellos, no usaban a las mujeres para satisfacer sus bajos instintos, siquiera hacia nada con nadie, temía demasiado el herirlos, pero de pronto la mujer pregunto cosas y a la vez se presento, estirando su mano, Dave algo tímido alargo su mano y la estrecho con la joven, su mano era fuerte eso lo podía notar, de seguro que la joven hacia bastante ejercicio ¿seria por eso que se desmayo? ¿Pero entonces por que tenía esas heridas?  Ahí sí que no sabía si podía acercarse a la joven para curarle las heridas.

- Soy Dave – se presento el hombre y se levanto notando el fresco pero leve, al ser un licántropo, su sangre era bien caliente y podía resistir esas temperaturas y mayores, no sufría tanto como un humano, eso en parte era bueno, aunque añoraba el temblar por el frio y la nieve o la lluvia, le sonrió a la joven pero algo torpe por la falta de costumbre al tratar con una mujer – mi cabaña esta por aquí cerca, si quiere entrar en calor le puedo hacer una sopa y prestarle algo de ropa abrigada mientras espera a que se le seque la ropa que lleva encima – se paso la mano por la nuca – no tema, soy inofensivo, aunque quizás eso lo escucha demasiado, ¿ no? – comento sonriendo con torpeza por la pequeña bromita de comentario – pero le aseguro que en mi caso es verdad, no hay razón para atacarla ni lógica en ello, por lo que si gusta, le puedo curar esas heridas antes de que la fiebre se apodere de usted al igual que una infección – comento tranquilo pero sintiendo fuerte latir su corazón, era evidente que le costaba el tratar a otra persona.

Ya que normalmente hablaba solo con poca gente, demasiado poca por lo que le era raro ahora el hablar con una mujer, era como un cuento, ella ahí tumbada como Aurora, o como era más conocida, la bella durmiente, verdaderamente su visión había sido muy hermosa, ella con las gotas sobre su piel con la luz lunar que se asomaba de vez en vez, no estaba completa, solo había mitad de luna por lo que no estaba en peligro la joven por ese lado oscuro que tenia Dave, le tendió la mano a la joven por si no podía levantarse aunque si no podía andar, la llevaría en brazos ya que no quería que hiciese esfuerzo inútil que podría empeorar su estado, eso sí lo estaba claro ya que al no poder examinarla, no sabía en qué estado se hallaba la joven.