Remember me {Privado}

por **Lauren Von Krautzs** Dom Oct 27, 2013 1:05 pm

Noches aburridas, una tras de otras siempre igual, hace bastante tiempo que no había llevado acabo alguno de sus macabros trabajos, y aquello llegaba incluso a desanimarla. Prácticamente vagaba de un lugar a otro, no tenía un residencia fija, puesto que siempre terminaba abandonándola, ya sea por seguridad para si misma; por la cantidad de inevitables enemigos que poseía, o sencillamente, por que la monotonía de permanecer en un sitio demasiado tiempo, no le agrada en lo absoluto.

Fue así que llego a parar al Hostal de París, ciertamente con su clase social, mas el dinero que poseía, pudo llegar perfectamente al hotel mas refinado de la ciudad. Pero no, buscó algo mucho mas modesto, ignorando un poco las comodidades a las que estaba acostumbrada, algo totalmente nuevo para Lauren, pero que sentía no estaba de mas probarlo.

Cruzo la puerta con determinación acercándose al malgastado recibidor. Su vestimenta simulaba ser humilde, ya que mas que nada, solo era posible apreciar la larga capa negra que cubría su cuerpo y la capucha del mismo tono que se encargaba de esconder hasta la parte superior de sus ojos. Siempre caminaba de esa manera, y aunque su cabeza se encontrara en alto, no permitía que posaran la mirada en sus pupilas, era algo que evitaba la gran mayoría del tiempo.

Esperó a que la mujer del vestíbulo se percatara de ella, y sin decir palabra alguna, dejo unas valiosas monedas sobre el mesón, haciendo que su dedo señalara una de las llaves de las habitaciones mas apartadas, ya que evitaría cualquier molestia por parte de quien fuera que se le ocurriera la maravillosa idea de convertirse en un inoportuno inquilino. Retiró bruscamente la llave de la mano de la joven cuando está se la ofreció con una educada reverencia, mientras ella ignorándola, emprendía camino hacia su momentáneo lugar de descanso. Había mucho silencio a su alrededor, al parecer la gran parte alojada ahí, ya se encontraba durmiendo, finalmente era pasada la medianoche, una hora en definitiva de cuidado.

No estaba a mas de 3 metros, solo separada por una tosca escalera, que hasta su olfato llegó un peculiar y familiar aroma *Vampiro* Se dijo a si misma, y aunque levantó su cabeza al momento de percatarse de este, no evito que se estrellara suavemente con el dueño de aquel aroma.
- Deberías cuidar tus pies. - las palabras nacieron tal y como un regaño al extraño, mientras la cabeza de Lauren giraba a encontrarse con el, siendo en ese momento que una lluvia de recuerdos invadió su memoria *Moriarty.*

Aquel ingenuo joven, ¿Cómo podría olvidarlo?... si fue ella misma quien en sus tiempo en la inquisición lo había torturado sin piedad alguna, viendo como la sangre bañaba por completo su cuerpo, y el rostro de el, no reflejaba nada mas que agonía. Aquel Moriarty, debería estar muerto, mas para ella siempre fue un misterio como había logrado su libertad, o si había conseguido escapar. Pero las vueltas de la "vida" eran demasiadas, y son esas mismas las encargadas de volverlos a reunir esta fría y misteriosa, noche invernal.

por **Darwyn Moriarty** Lun Oct 28, 2013 4:11 pm

Buscaba alimento, solamente eso, algún humano que estuviera en la tranquilidad de su profundo sueño, alguien fácil de arrebatar la vida, sin necesidad de molestarse en alguna batalla, no estaba interesada en eso en estos momentos alguna diversión prometedora, prefería moverse, en esos momentos con discreción. Por eso buscaba personas de bajo recurso, estaría haciéndole más un favor de liberarlos de aquel cruel mundo, era cierto que en ocasiones los sobrenaturales se podrían sentir como dioses, juzgando quien sería el sacrificio de esa noche, para poder calmar la sed que de sus demonios internos y seguir descansado otro día mas, por toda la maldita eternidad.

Había sido fiel devoto, porque su familia se lo había implantado desde niño, pero luego de convertirse en vampiro ¿Qué quedaba? Dios lo había abandonado porque no tenía un alma al cual salvar, pero al menos sus víctimas estarían en un asenso prematuro hacia la liberación del alma y la salvación. Su victima había sido una pequeña niña enferma, que se había quedado dormida, antes de que su madre hubiera salido a buscar algo para traer. La maldita era una cortesana que se paseaba pavoneando su cuerpo, en una forma de suplica para algunas monedas. La pequeña tenia neumonía por su exposición al crudo invierno, su respiración era irregular, sin las atenciones adecuadas morirá en pocas semanas. ¿Por qué hacerla esperar más?.

Con tranquilidad había salido de la habitación, se limpio sus labios con un pequeño paño, mientras con cuidado cerraba la puerta y dejaba a la pequeña dormilona sola. Caminaba sin rumbo, con sus ojos aun desorientados por el éxtasis de una sangre tan joven, por eso no se dio cuenta de que alguien igual a él estaba cerca, sus sentidos aun estaban acostumbrándose a tener en su sistema sangre, aun sus demonios estaban regocijándose, pero todo fue interrumpido con aquel tropiezo, que termino siendo como una desafinada notada, en una perfecta composición. Sus ojos se encontraron con los del contrario, que con la capucha, solamente podría apreciar aquellos grandes ojos de un tono azulado. Frunció el ceño levemente, sin darle importancia a sus palabras. Dio tres pasos hacia un lado y siguió su camino, como si hubiera sido un fantasma lo que hubiera visto en ese momento, pues no le interesaba interactuar con otro de su especie, era ya suficiente con sus hermanos.

por **Lauren Von Krautzs** Mar Oct 29, 2013 11:56 am

Al parecer el encuentro tan poco presupuestado, había sido simplemente eso, y el vampiro no fue capaz de notar como volvía a darle la espalda a su pasado, uno que de seguro esperaba olvidar. Lamentablemente su antigua captora no iba a permitírselo, tampoco esperaba iniciar una inoportuna lucha en el lugar, ni mucho menos llamar la atención de todos los que ahí, intentaban descansar.

Las marcas carmesí que el joven se apresuro a limpiar, demostraban que ya había irrumpido en alguna de las habitaciones , y claro, acabo con una vida, y ya sea inocente o no, era algo, un destino en este caso que no le correspondía, puesto que esa decisión no se hallaba en sus sucias manos.

Lauren simplemente soltó un sonido provocado suavemente por sus labios, antes de ubicarse frente a el, tapándole el paso, y ahora si deseaba continuar hacía adelante tendría que pasar sobre ella.
- Darwyn Moriarty... - murmuró con aquella dulce voz, que solo en ocasiones nacía de ella, y el por que de haber salido ahora, fue sencillamente la "alegría" de volver a encontrarlo.
- ¿No me recuerdas? - le preguntó sin levantar su vista aún, y solo se mantenía cual maniquí inmóvil frente al frío cuerpo, que se hallaba también algo estático ¿Qué reflejaba su rostro en ese momento?

Lentamente sus manos llegaron a los bordes de la capucha, removiéndola hacía atrás, mientras su cabello se liberaba por los hombros, y sus ojos azulados llegaban a posarse a los del vampiro, sostuvo su mirada, y de haber sido posible, le habría dedicado una sonrisa llena de maldad. Pero no, su mirada, su semblante, fue sumamente sereno he intimidante, aguardando a descifrar las expresiones dibujadas en el fino rostro ajeno.

Solo se dio el lujo de dar un imperceptible paso al frente, un escalón que la acerco mas a el, pero aún conservando una distancia bastante prudente entre ambos, no deseaba comenzar a acorralarlo; al menos no todavía sabiendo cuanto podía divertirse ¿o no?.
La noche estaba recién comenzando para ellos, y de seguro el Moriarty tendría muchas cosas que contar, alguna historia, alguna anécdota, o de ser posible, le revelaría la incógnita de por que aún conservaba su maldita existencia.

por **Darwyn Moriarty** Miér Nov 06, 2013 2:28 pm

Yo ya he corrido bastante. He venido aquí precisamente para dejar de correr.
Amos Oz

Se detuvo, dio un paso hacia atrás, para ver fijamente a la creatura que le estaba tapando el paso, su velocidad había sido sorprendente, pero eso ya no impresionaba al joven vampiro, solamente chasqueo su lengua. ¿Acaso no podrían hacer que no se habían visto y seguir con su maldita inmortalidad? El escuchar su nombre hizo que su cuerpo se tensara, siempre le había gustado mantenerse en cierto anonimato, ser un fantasma que todos veían pero no conocía, le enfurecía sentirse desprotegido, desnudo, pues al saber el nombre de alguien, puede llegar a saber más de lo que se puede imaginar.

— Y si la recordara… ¿Qué diferencia haría? — pregunto dejando salir un largo suspiro. Para el solamente era una sombra que lo perseguía, una más de sus aventuras en aquellos días de Inmortalidad. Sus ojos curiosos, aunque buscaba mantenerse en cierto desinterés, no pudieron evitar, sentir atracción, cuando la creatura se destapaba de forma lenta y misteriosa — Mujer de Satán, disfrazada de cordero, que sirve al Cristo redentor — mascullo suavemente, mientras una suave sonrisa se delineaba en sus labios, que habían encontrado un poco de color, gracias a la sangre de la dulce niña, que ya debía estar en el cielo como un bello ángel. — Olvidarse de un ser como usted, es casi imposible — indico, mientras daba dos pasos más hacia atrás, al verle a ella la intención de avanzar.

Rio suavemente, notando que era inteligente, de no acercarse tanto a él, miro hacia los lados, no había un lugar para desviarse — ¿No podemos hacer, como que no nos vimos? Somos fáciles de pasar como fragmentos de recuerdos pasados, que llegan al presente a atormentarnos nuestro presente — suspiro nuevamente, una vez más, de forma larga y perezosa, definitivamente no era uno de los Moriarty que le gustara tener enemigos, pero con los otros, aun más inteligentes que él, quedaba el idiota que parecía ser atrapado con facilidad.

— Deme paso señorita, diré, solamente por protocolo, que fue un encantador gusto encontrármela de nuevo, espero volverla a ver dentro de un siglo o tal vez… nunca más — inclino su cabeza, de forma respetuosa, pero con una amplia sonrisa burlona en su rostro, que nadie se la podría quitar fácilmente.

por **Lauren Von Krautzs** Sáb Nov 16, 2013 4:22 pm

Aveces las cosas no son solo coincidencia, y esa noche había sido la encargada de demostrarlo, justo frente a sus ojos. Lauren dejaba que la brisa de diera el lujo de jugar con su hasta ahora peinado cabello, su mirada se fijaba, con un cierto brillo de curiosidad en el vampiro, ciertamente tenía dudas, que tarde o temprano debería comenzar a poner sobre el tablero, aprovecharía al máximo el momento, llegando incluso a sacarle provecho, si no era ahora ya seguramente no tendría otra oportunidad, y sinceramente Lauren no es una mujer que desperdicie absolutamente nada.

Se percató del retroceso del otro, conforme lo acechaba el jugaba a evadirla, y eso estaba bien para ella al menos por ahora. La distancia siempre es algo bueno, mas aún considerando a la rata que tenía en frente.
- ¿Mujer de satán?... Por favor, no me hagas reír.- le dijo con voz filosa, sin importar que aquellas palabras fueran mas bien una simple broma, su humor era así, seco y tajante.
- Y a quien sirva, creo que no es tu problema, aunque ciertamente el que lo sepas es provechoso para ti. ¿Como fue vivirlo en carne propia, Moriarty? - agregaría esa pregunta, con un tono siniestro, buscando que el recordara todo el daño que le fue provocado y los tortuosos días cautivo, de seguro no era algo que olvidaría, aún con todo el tiempo del mundo.

Negó lentamente con su cabeza, mientras se llevaba una mano al cuello. Ella podría haberle dejado marchar, pero sencillamente no quería hacerlo, sin mencionar lo divertido que comenzaba a volverse todo.
- Es cierto, podemos pasar fácilmente desapercibidos, un recuerdo o una ilusión. Pero lo siento por ti, creo que esta noche se transformará en una de esas que no olvidarás.- finalizó con seguridad, dicho y echo, sabía que tenía razón, puesto que ella misma se encargaría de eso.

Realmente se haber sido algo que acostumbrara a hacer, se habría reído de su "protocolo", pero simplemente alzó su ceja, y dio un nuevo paso, dejando atrás las escaleras, apoderándose del pequeño cuadrado de suelo que se les otorgaba en tan humilde residencia.
- Si tengo suerte, no tendré que volver a verte nunca mas. Pero, si por el contrario, tu logras irte, te aseguro que nos volveremos a ver mas pronto de lo que crees. Ahora dime ¿Quienes fueron los imbéciles que te dejaron escapar? - le preguntó, paulatinamente sus puños se cerraban con fuerza. De haber estado bajo su completa custodia, no habría cometido semejante error, y ahora, de seguro los culpables tendrían que vérselas con ella. Pero eso sería luego, ahora su atención estaba en el, nada mas.

por **Darwyn Moriarty** Vie Nov 29, 2013 3:50 pm

“El horizonte está en los ojos y no en la realidad.”
Ángel Ganivet

No quería ni verla en pintura, en su mente llegaban las imágenes, como ráfagas, que lo hacían recordar todo por lo que paso, las largas torturas y los diferentes métodos, que querían utilizar, para un fin, que no recordaba o tal vez nunca le dijeron. Su cuerpo estaba tensado, no soportaba tenerla cerca, la sentía como un verdadero peligro, sabia la calaña que estaba al frente de el. Se alzo los hombros, buscaba no darle importancia a lo que esta pudiera decir, eso haría sentir que tenía cierta seguridad, aunque él sabía que no era cierto. Movió su cabeza, mostrando cierta amargura, pero relajándola, para que una de sus manos hiciera una señal, de que dejara de hablar.

— ¿No olvidar? — Susurro, mientras su cuerpo se tensaba aun mas, dejo salir un leve jadeo, para luego morderse su labio inferior y gruñir por debajo — ¿Quién impedirá que borre algo de mi memoria? — Pregunto riendo histéricamente — ¿Me perseguirás por toda la eternidad recordándome lo trágico de aquella temporada que te conocí? — trato de no reír mientras hablaba, pero bufo, dejando que otra carcajada saliera de sus labios — por dios… no seas estúpida — no le respondió a sus preguntas, no merecía saber, cuáles fueron sus artimañas para salir, ella debía recordar que Darwyn venía de uno de las familias de cazadores mas recalcadas de las décadas anteriores.

Tenía sus trucos, muchos a decir verdad, que le habían enseñado desde muy joven, pero que simplemente no le encantaba utilizar, aun así, si se veía obligado, no dudaba en utilizar lo aprendido — No te dire~ — bufo, sacando infantilmente la lengua — y si me permites, en ese momento escapare, au revoir — concluyo, para salir corriendo de ese lugar, paso por el vestíbulo, la encargada solamente sintió una vaga presencia que termino por deshacerse en unos momentos, mientras que Darwyn, se disponía a surcar los tejados, alejándose cada vez mas de aquella mujer, su cabello se movía violentamente, por unos momentos se vio ciego por ellos y tuvo que detenerse de golpe, sus pies resbalaron por la capa resbaladiza de hielo y termino chocando un una chimenea. Bueno… nunca había sido perfecto y siempre torpe.

por **Lauren Von Krautzs** Mar Dic 03, 2013 6:35 pm

Ciertamente todo de ella deseaba volver a tenerlo bajo contención, totalmente sometido, recibiendo lo que merecía una bestia como lo era el, o al menos así lo veía Lauren, como a todos los demás que tomaron un destino tan maldito, sin redimirse, ni buscar el perdón de nadie, y solo se sumergían cada día mas en las sombras.

El moriarty lo había decidido así, y lo que pudo llegar a recibir por parte de la inquisición, no era ni mas ni menos de lo que merecía, aunque para la vampiresa y su gusto por como llevar las cosas, había sentido un castigo suave, todo partiendo desde el trato que le fue otorgado. El era una bestia y debía ser tratado como tal, no habían mas opciones.

Escucho sus absurdas preguntas, con una mirada cortante y su rostro mostrando una clara señal de molestia. A pesar de todo lo que le había tocado aún sentía ganas de reir de esa forma. La vampiresa pensaba con seguridad que algo en su cabeza no andaba del todo bien.
- ¿Quien lo impedirá? Yo Darwyn, me encargaré de eso.- respondió prácticamente al instante de que el imprudente de callara, pero solo por unos minutos. Al parecer disfrutaba de batir esa lengua venenosa lo mas posible, llegando incluso a frustarle.
- No voy a perseguirte para que lo recuerdes, sinceramente espero que puedas volver a vivirlo, pero esta vez sin escape alguno.- Sonaba muy segura de sus palabras, como siempre, gustaba de llevar esa actitud, y todo era gracias a la confianza de sus habilidades, y la resistencia que poseía.

Luego de que el se negara a contestar, regalandole de paso un gesto realmente inmaduro, le observó correr, y sin pensarlo dos veces salió praticamente disparada tras el. Dejándo atras por unos metros el Hostal que les había servido de reencuentro.
No paso mucho tiempo antes de que los ojos de la vampiresa observaran con gusto, la torpeza del otro, quien se vió estampado contra unas de las chimeneas sobre los tejados.
Lenta y cuidadosamente llegó hasta el, con una mirada altanera y desafiante.
- Eres un completo idiota Moriarty, sin mencionar lo patética de tu... huida.- mencionaría alzando su ceja, mientras ladeaba imperceptiblemente la cabeza para mirarle con mas detalle.
Rápidamente hizo uso de su velocidad para instalarse justo frente a el, y posando la suela de su bota en el pecho ajeno, lo empujaría con fuerza hacía abajo, buscando que volviera al suelo, justo entre dos paredes; un callejón. Obviamente no deseaba iniciar una pelea sobre un hogar, donde de seguro descansaría alguna familia. No, Lauren intentaría acabar con el vampiro, de manera silenciosa, y los mas veloz posible.

por **Darwyn Moriarty** Lun Ene 27, 2014 8:35 pm

No estaba en nada contento con lo que había encontrado. ¿Quién lograría estarlo? Se sentía atrapado, totalmente en peligro, aunque por razones obvias no estaban en la misma posición que la vez anterior y no lo estarían jamás, Darwyn no lo permitiría, antes debería pasar por su trágica muerte, antes de aceptar nuevamente un trato como el que había recibido a manos de la inquisidora. Un miedo se apodero de él, cuando sintió que la inquisidora no dejaría las cosas como estaban, bueno, el sabia que eso no sería posible, pero al menos intento mostrarse indiferente ante la situación.

La odiaba, con todo su corazón muerto y marchito, se creía tan superior, pero ella también era una bestia, la misma bestia que era Darwyn, no había diferencia alguna, aunque ella quisiera demostrar lo contrario. ¿Cuál sería la diferencia? Que ella servía a unos sanguinarios que no podían aceptar la igualdad.

No sabía quién le provocaba más odio, mas asco, mas intolerancia, si de los inquisidores condenados; esos los de su misma raza. O de la misma iglesia, que los utilizaban como títeres para sus planes. Y pensar que los Moriarty realizo uno que otro trabajo para la iglesia, le asqueaba, pensar que su apellido tuviera que ver con la iglesia, aunque no fuera de una forma profunda, los desagradecidos, no tuvieron ninguna duda en meterlo en un calabozo, aunque su apellido saliera en los registros de los aliados.

— Joder — se quejo del dolor, por haber enfrentado una pared dura. Escucho a la inquisidora y solamente chasqueo su lengua —Es que tu belleza me deslumbra — cito, con una amplia sonrisa burlona. El impulso lo hizo quejarse, tratando de detenerse, pero lo que lo detuvo fue un montón de escombros, en donde salieron ratas y cucarachas despavoridas del lugar.

— Ahg… Maldita arpía. ¿Qué crees que haces? Yo no te he hecho nada — se quejo, levantándose torpemente de su lecho, se limpio un poco, pero estaba completamente sucio, hasta una parte de su chaqueta se había desgarrado, quedando inservible. Del enojo busco una piedra y se la lanzo con tal fuerza, que era más peligroso que un proyectil disparado por una escopeta. Si Darwyn era un infante, un loco, un torpe, en el cuerpo de un vampiro, de un adulto.

por **Lauren Von Krautzs** Dom Mar 23, 2014 12:54 pm

Lauren realmente estaba disfrutando de la escena, ya que muy dentro de si, estaba segura que todo ese sarcasmo, esa ironía usada por quien tenía frente a ella, solo escondía la verdadera rabia e impotencia que le provocaba el volver a verla. El desprecio era mutuo, y eso podía sentirse el aire. Aquellas palabras lanzadas de un lado a otro, cortaban como filosas navajas el ambiente tenso que se empeñaban en mantener. Mismo que alimentaba los deseos sanguinarios de la Inquisidora.

El siniestro brillo en sus ojos se agudizo considerablemente al escuchar como le reclamaba sus acciones. Para ella, el era un niño, uno que no sabía medirse, ni mucho menos controlarse.
Ágilmente bajó del tejado y se ubicó frente a el, a un par de metros, solo para tenerle en la mira en caso de que intentara algo aún mas imprudentes que lo anterior.
- Tu me haces algo con solo existir, tu sola presencia significa una real molestia... Aunque, en cierta forma me divierte, creo que solo por eso no te desmiembro de una jodida vez.- intentó con esas palabras explicarse mas a ella misma, que a su oponente el motivo de su aparente calma.

Matar era un placer, pero torturar de manera lenta y macabra, jugar con la mente de quienes detestaba, le formulaba un juego mucho mas atrayente, y esta no sería la excepción.
- Ha pasado tiempo, pero tu Moriarty, nunca debes olvidar cual es tu lugar... Déjame refrescar tu memoria.- mencionaría bajando considerablemente la voz, mientras su mirada se alzaba hasta los ojos del vampiro, y una de sus manos extendía hasta tocar una de las paredes cercanas.
Luego de eso todo su alrededor comenzó a cambiar, llevándolos a ambos, sin dudas al lugar preferido de Lauren; un calabozo. La ilusión que estaba creando llegaba a ser palpable. Armas en cada esquina, cadenas con restos humanos colgando de ellas, y un suelo que daba la impresión que el rojo era su color natural... El hermoso color carmesí de la sangre de los caídos ahí, decoraba de manera perversa todo el lugar.
- ¿Deseas que juguemos?.- una pregunta fría y calculadora, mientras avanzaba con lentitud hacía Darwyn. Sus manos acariciaban parte de la lúgubre decoración, y por primera vez en esa noche, una tétrica sonrisa se dibujo en sus labios.

Se sentía satisfecha con lo que había creado, un retrato perfecto del lugar que había sido testigo de los alaridos del vampiro, su maltrato y mas tarde, lo que aún era un misterio incluso para su captora; su escape.
No descartaba la idea de que le hubieran ayudado, existían mas traidores dentro de sus "filas", en las cuales de la forma mas sarcástica, ella también debía incluirse.

por **Darwyn Moriarty** Mar Mayo 06, 2014 3:23 pm

Era para él intolerable estar junto con ella, quería irse, huir lejos, si pudiera en ese mismo momento dejaría parís para ir a otra ciudad o hasta la misma Francia, pero todo sería inútil si en ella quedaba una pizca de interés por él. Los vampiros eran muy caprichosos, debían aburrirse de algo para dejarlo en libertad o alejarse de aquello, pero en Lauren parecía no haber descargado las ansias que le tenía a Darwyn.

Termino retrocediendo, sintiendo como todo parecía cambiar a su alrededor, la desorientación hizo que en él hubiera cierto mareo, pero se pudo mantener en pie. La miro con toda la rabia que podía trasmitir en su mirada — No gracias — respondió automáticamente, mientras sentía que sus músculos dolían de lo tensado que los tenia. Ahora ya no estaban en parís, estaba a merced de aquella demonio de caderas infértiles.

La odiaba, inmensamente, no había palabras para describir su verdadero e intenso odio hacia ella — ¿Qué quieres? !Sácame de este lugar!— gritaba a todo pulmón era una completa tortura para él, volver a donde todo había comenzado a donde la había conocido, no era bueno para su salud, su mente retrocedía en el tiempo, estar en ese lugar le recordaba todo lo que había sufrido con ella. Estuvo a punto de volver a correr, pero no sabía hacia adonde, la ilusión lo desorientaba, pronto la tuvo al frente de él y prácticamente se paralizo, chasqueo su lengua.

Gruño mostrando sus pequeños y afilados colmillos, de forma primitiva le advertía que su acercamiento no era muy grato — ¡Que te alejes de mi he dicho! — rugió sujetándola de los hombros, aferrándose a ellos para luego empujarla con gran fuerza hasta el otro extremo del calabozo. Darwyn comenzaba a moverse de aquí y allá, como si se tratara de un león enjaulado, como tal era peligroso. Comenzaba a volverse loco, no deseaba estar en ese lugar, le traía muy malos recuerdos.

por **Lauren Von Krautzs** Dom Mayo 25, 2014 8:33 pm

Era un disfrute tan macabro, tan ruin, pero que por increíble que parezca la Inquisidora estaba disfrutándolo enormemente. El miedo y la rabia reflejada en el rostro del vampiro era un deleite macabro para sus ojos, mismos que se encargaban de examinar sus reacciones.
Todo lo que se había encargado de crear era absolutamente siniestro, y lo consideraba tan acertado. Una perfecta pesadilla para aquel que rápidamente sucumbía a su temor por volver a ese obscuro lugar.

Le escucha gritar, su ira al verse expuesto nuevamente ante sus ilusiones, que en un caso extremo parecía mas real de lo que ella misma podría pensar. Aún así no podía contenerse, y se regocijaba por el echo de que aún sin tocarlo, podría provocarle algún tipo de mal.
- Quiero verte sufrir, quiero ver reflejada en tu rostro esa desesperación... Tal y como ocurre en este momento.- respondió con sinceridad, aunque en estas mismas palabras se oyeran desalentadoras para el otro.
Mantuvo su acercamiento hasta verse frente al cuerpo del vampiro, sintiendo como su cuerpo se tensaba, y el de ella prácticamente se preparaba para comenzar a volver el encuentro mucho más interesante.

Sintió el agarre, y aún así no intentó zafarse, permitiendo que su cuerpo se viera por pocos segundos pegado a la pared que había simulado, para luego reincorporarse y fulminarle con la mirada.
- Deja de ser tan impulsivo... Cobarde, enfrenta tus miedos. - buscaba humillarlo, conocía esa parte frágil que intentaba ocultar mediante las agresiones que profería hacía ella, pero la inmortal sabía a quien tenía en frente y para mala suerte de él, estaba vez no pensaba irse con las manos vacías.

En lo que dura un parpadeo, se hallaba de vuelta frente a su enemigo, a una mínima distancia que sirvió para sostenerle con fuerza localizada sobre su cuello, mientras su mano libre se encargaba de inmovilizar las muñecas ajenas, y así mismo alzarlo desde el suelo.
- ¿Qué se supone que haré contigo?... Si te elimino de una vez, sería una lastima y me quedaría sin diversión demasiado pronto. -comentó, de una manera irónica y casi como si estuviera hablándose a si misma. Terminó por encogerse de hombros y lanzar con potencia el cuerpo que sostenía hacía atrás, creando la ilusión de hacerle caer sobre cadenas que se hallaban en el suelo, mismo que aún se veía manchado de sangre coagulada.
- Debería desmembrarte lentamente, ver como tu asquerosa sangre se derrama y disfrutar de tus alaridos por algunos minutos... ¿Qué opinas, Moriarty?. - la mano de la Inquisidora viajó hasta sus propias ropas, desde donde sacó una de las tantas dagas que traía encima, con ella entre sus manos, manteniendo su mirada en el vampiro, y con ayuda de su propia ilusión, se hizo invisible para los ojos ajenos, todo producto de levantar un muro inexistente entre ambos, ella seguía ahí, acechándole, buscando la tan ansiada demencia del inmortal.

por **Darwyn Moriarty** Lun Jun 02, 2014 11:51 pm

Quería salir de ese lugar desesperadamente, era como si estuviera sufriendo por estar encerrado, las paredes podrían volverse mas y mas estrechas en cualquier momento, su tortura no era solamente estar en aquel calabozo en donde paso tantas horas entre torturas y sufrimiento, era que estuviera ella frente a frente, aquella mujeres era su verdadero sufrimiento. Porque era ella quien lo había enseñado el grado de dolor que no era agradable ni satisfactorio. Negaba enérgicamente mientras sentía como todo se venía abajo, su poca cordura parecía abandonarlo completamente, sentía que podría echarse a llorar en cualquier momento, por tan desesperada situación.

No pudo ni saltar del susto cuando vi el horrible rostro de Lauren tan cerca de el, ya estaba arriba, sin tocar el suelo, mientras ella parecía divertirse aun mas por su forma de actuar. Darwyn parecía un ratoncito asustadizo, tratando de luchar con una serpiente que le tenía mucha ventaja, pero aun así su cuerpo buscaba luchar, obtener resistencia en donde no tenía.

— ¡Maldita perra! — grito a todo pulmón, mientras leves quejidos de dolor se alzaban al aire, trataba de reincorporarse, mientras aun escuchaba la voz distante de la vampiresa, debía recordarse mentalmente que era una ilusión, que nada de lo que estaba allí era verdad, pero todo se sentía tan real que su mente se confundía. —Demonios…— susurro al notar que el mismísimo demonio había desaparecido. ¿Dónde estaba? De forma desesperada volteaba por todos lados en busca de alguna señal de ella, pero no, estaba solo, ni la respiración muerta se podía escuchar.

— ¿Acaso te has aburrido de mi y te has ido? — esperaba que si, tenía la estúpida esperanza de que no volviera mas, que la ilusión se desvaneciera pronto y terminara solo en un lugar desierto, mientras sus únicas compañeras serian la noche y la soledad. Que estúpido e inocente podría ser Darwyn, los tintineos de las cadenas lo ponían cada vez más nervioso, se levanto desesperadamente, cayéndose dos veces por culpa de su torpeza, buscaba una salida de allí, pero apenas llegaba a la puerta esta se volvía una pared y la puerta aparecía en otro lugar, no podía salir de allí, estaba atrapado, aunque no pudiera verla ni sentirla sabia que ella estaba allí, asechando, riéndose a sus adentros por el estúpido intento de Darwyn de salir de su ilusión.

por **Lauren Von Krautzs** Dom Jun 22, 2014 5:37 pm

¿Cuál sería la mejor opción ahora?... Podría comenzar a remontar sus ilusiones, llevarlo a borde de la total demencia, y traerlo de vuelta, o liberarlo ahí, permitir que escapara con una rata que había corrido con suerte esa noche. No, ese no era modo operandi de la inquisidora, si iba a continuar con eso, atraparía todo el simulado dolor que estaba creándolo y lo llevaría a sentirlo hasta el fondo de sus entrañas.
En cuanto su mente comenzaba a analizar cada una de las formas en que podría hacer aquello, su cuerpo ansiaba iniciar, era altamente impaciente en ese sentido, y de no ser por lo cómico que le parecía ver tan arratonado al vampiro hace mucho que le habría atacado.

Ahogó una risa que le delataría al escuchar su estúpida pregunta, aún así sabía que solo buscaba calmarse a si mismo, y estaba mas que consiente sobre su presencia que continuaba ahí, más cerca de lo que el inmortal podría sentir.
La daga se deslizaba con gracejo entre sus manos, mientras tanto sus ojos contemplaban detenidamente el cuerpo ajeno precisando que lugar sería el mejor para realizar su cometido.
Detallaba los pasos que daba, observando con burla como al avanzar uno, retrocedía dos y quedaba en el mismo lugar, aún más confundido. Sabía que él no conseguiría romper la ilusión, y solo por eso gustaba de derrochar tiempo en estudiarlo.

Un leve chasquido de su lengua la puso en marcha, acercándose vertiginosamente por su espalda, atrapando los antebrazos del vampiro para inmovilizarlos, y dándose el lujo de acercarse hasta su oído y aclarar su anterior duda.
— No, Moriarty... Y si ese fuera el caso, ¿no crees que debería llevarme algo para recordarte?— inquirió, concentrando su agarre solo con su mano izquierda, haciendo que la diestra, que aún conservaba la daga hiciera uso del objeto por su parte mas filosa, contra los tres últimos dedos de la mano ajena, rabanandolos, creando mayor presión en el meñique hasta extirparlo por completo, dejando el medio y anular pendiendo de un hilo. Luego de cumplir su macabro objetivo, liberó los brazos del vampiro, sosteniendo con burla su dedo, mientras acercaba su mano, por la cual aún escurrían gotas del tibio carmesí, llevándola a su boca para saborearlo.

Apreciaba con regocijo como su presa admiraba el impacto de tan simple, pero efectiva maniobra, y seguido de realizar unos cuantos desprecios al Moriarty, estiró sus manos en alto, haciendo finalmente que la ilusión se desvaneciera frente a sus orbes, regresando a la lúgubre realidad del callejón de hace unos minutos.
— Siempre sabes como hacerme pasar un grato momento, ¿cómo esperas a que te destruya por completo? — trazó una macabra sonrisa en sus labios, en cuanto aquella confesión salía a flote, reconociendo así que no iba a matarle.
— Y a pesar de ser un incompetente, y una vergüenza... No tienes tan mal sabor.— así expulsó el comentario más sarcástico de la noche, dando el broche de oro al succionar con sus labios, la poca sangre que aún conservaba el meñique, antes de guardarlo entre el amarre de su vestido.
Le guiñó con arrogancia, y nuevamente su cuerpo se mantuvo alerta, esperaba al menos un intento de agresión por parte del inmortal, y de ser ese el caso, estaría ansiosa por recibirlo.

por **Darwyn Moriarty** Mar Jul 01, 2014 9:25 pm

Debía aceptarlo, eso no era real, trataba de explicárselo a su cerebro, pero el miedo y la desesperación lo habían consumido completamente, ya no podría salir fácilmente de aquel trance, estaba a total merced de la vampiresa, una mujer más poderosa que él; aunque doliera admitirlo. Su única esperanza seria escapar, pero aunque se moviera sabiendo que esa pared no será real, cuando la tocara sentiría el frio del concreto y olería la humedad de ella, podría hasta sentir la presión en las yemas que hacia estar tocando la pared.

Chillo como ratón atrapado por un gato, se sintió inmovilizado, busco locamente zafarse de aquel agarre mientras escuchaba como la voz de la mujer entraba a su campo auditivo como si fuera veneno de una mismísima víbora, pero nada podría salvarlo de lo que venía y el a cada segundo sentía el peligro mas inminente.

Un ardor, placentero y aterrador, crearon gritos rítmicos mientras las gotas de sangre salían de su herida, apenas se sintió libre salto lejos de ella sujetándose su brazo maltrecho —AHHHHH……— grito mientras sus ojos se llenaban de lagrimas, veía como sus dedos colgaban y uno faltaba — Mi dedo… devuélvemelo antes de que sea tarde — veía con repulsión como la inmortal saboreaba su sangre. Mostro sus dientes, mientras sentía como la piel de sus dedos colgando comenzaba a regenerarse.

Obviamente era estúpido pensar que se lo iba a devolver, como una bestia segada salto hacia ella, esta vez logro aferrarse a sus hombros y deposito sus dientes en el cuello de la mujer. ¡destrozarla! Solamente pensaba en eso, sabía que no llegaría a hacerle mucho daño pero podía lastimar un poco su dignidad, con su mano ensangrentada buscaba desesperadamente algún indicio de la parte de su mano, pero al no hallarla se desespero aun mas — Maldita!!! — grito aferrándose a su cuello y mordiéndole, pudo sentir como sus colmillos se aferraban a esa piel de porcelana, la sangre pronto broto de la herida llenando su boca de una sangre inmortal más vieja que la suya o la de sus hermanos.

Comenzaba a ser un festín para él, hasta llegaba a disfrutarlo un poco, pero el sabia que eso no iba a durar mucho, sintió el agarre que lo alejo de la fuente de sangre y lo lanzo hacia otra parte con mucha fuerza, cuando cayó al suelo algo desorientado, se dio cuenta que la ilusión se había desvanecido, rio suavemente levantándose, limpio sus labios y sonrió ampliamente — te has llevado algo de mí, pero yo también he tomado algo de ti — dijo ciertamente sintiéndose orgulloso, su mano se regeneraba mas rápido gracias a la sangre de la condenada, pero no tenia su dedo meñique, lo que termino siendo un pedazo de carne en lo que había antes un dedo.

por **Lauren Von Krautzs** Lun Jul 21, 2014 12:19 am

Sus gritos, aquellos significativos alaridos que emergían desde lo más profundo de su garganta, era un desquiciado placer para la inquisidora. La risa que se desencadenó luego de tan cruel escena no se hizo esperar, haciendo que la misma resonara en el estrecho callejón que aún servía como guarida para ambos seres, quienes no paraban de fulminarse mutuamente, aunque las expresiones en su rostro eran absolutamente contrastantes; mientras el Moriarty plasmaba el más profundo odio contra su martirizadora, ella por su parte, no paraba de sonreír de manera macabra, gozando al máximo de la rabia que su victima emanaba. Eran las dos caras de una misma manera.

Lo que vino luego era una reacción fácil de predecir, y aún así el cuerpo femenino se mantuvo en su lugar, observando como el vampiro se lanzaba contra ella y buscaba con tal desesperación el provocarle un daño que rozaba lo burdo, delatando lo improvisado del mismo. Sólo las manos de la condenada se movieron, escondiendo de las ajenas el meñique que había sido desgarrado tiempo antes.
— Al fin reaccionaste.— murmuró con la voz entrecortada, producto de la incomodidad que sus colmillos le provocaban.
Dejó que los siguientes segundos avanzaron, sin que intentara zafarse de la débil trampa que los brazos masculinos significaban, internamente sabía que su sangre le ayudaría a sobreponerse, y le otorgó aquello a cambio, pero claramente le limitaría.
— Ya gozaste lo suficiente, bastardo.— dicho ésto, finalmente su cuerpo al igual que sus manos recobraron la movilidad, sosteniendo el torso del vampiro, con el fin de quitárselo de encima, alzándose velozmente del suelo y balanceando su cuello hacia los costados, estirándolo, sabía perfectamente que la marca de los caninos ajenos desaparecería en unos pocos minutos, pero la perdida de él con respecto a su mano, sería eterna.

Asintió a sus palabras, muy en el fondo albergaban una verdad considerable, ambos tenían un minúscula parte del otro, independiente de las claras diferencia que sus ganancias tenían.
Las ganas de tortura que sentía la vampiresa, disminuyeron considerablemente, siendo ésto un claro beneficio para Darwyn, puesto que si algo como eso sucedía, muy dentro de ella sabía que ya era hora de retirarse.
— Saborea mi sangre mientras puedas, imbécil, es lo mejor que probaras durante mucho tiempo.— pronunció con soberbia, y asegurándose de que los orbes ajenos se mantuvieran sobre ella, retiró de sus prendas el meñique, mostrándoselo en su su palma, cerrando luego la misma con fuerza.
— Había pensado en conservarlo, pero creo que recapacité...— seguido de sus palabras, comenzó a comprimir de tal forma su mano, que el dedo reventó dentro de la misma, quedando reducido a restos de hueso y piel, los cuales fueron a dar contra la ropa ajena, en cuanto Lauren sacudió su mano en dirección a él.
Sus ojos se mostraron conformes, absolutamente satisfechos de la fechoría que había realizado, motivo por el cual no se privó de corresponder aquella sonrisa que se trazó en sus labios, manteniendo aún fija su mirada sobre su acompañante.
— De ahora en adelante aprenderás a cuidar tus pasos.— acotó, refiriéndose al primer choque que anteriormente había sufrido.

El avance del tiempo fue algo inminente, y no faltaba demasiado para la llegada del alba, por lo que pronto ambos seres de la noche tendrían que hacer su retirada.
Los ojos femeninos, se clavaron en los del vampiro, prácticamente exigiendo que le observara, y en cuanto se vio complacida por ésto, enviaría un pequeño golpe de dolor a través de todo su cuerpo.
— Una muestra de mi aprecio... Nos volveremos a encontrar, Moriarty.— le aseguró, mientras acomodaba la capucha sobre su cabeza nuevamente, haciendo que su rostro quedara oculto bajo las sombras que la tela provocaba.
No había más que decir, ella siempre sería el demonio tras el inmortal, y lo había dejado muy en claro.

por **Darwyn Moriarty** Sáb Oct 18, 2014 4:27 pm

“Aunque sea un acto inútil, el esfuerzo que le pones se queda dentro de ti.”
— Haruki Murakami

— ¡MALDITA! — fue como si un relámpago golpeara la tierra. El estruendo pudo haberse escuchado en varias cuadras, pero no le importaba haber perturbado el sueño de los mortales. Sus colmillos aun estaban a la vista, con gotas de sangre, que se derraban por su boca. Veía con horror como la mujer de caderas grandes se mofaba de él, lo torturaba de la manera más cruel que se había presentado. Quiso deshacerse de su agarre, pero de nada valió su esfuerzo, ante sus ojos veía como la poca esperanza de volver a obtener la parte de su cuerpo, se volvía ceniza en un abrir y cerrar de ojos.

— Ohh… Mi hermoso dedito — Gimoteo sintiendo como los pedazos chocaban contra su ropa. Su mano ensangrentada trato de tomar alguno de los pedazos que la cínica del vampiro había dejado. Pero sus manos se torcieron, su cuerpo se encorvo y solamente quedaba mirar al piso, mientras una ola de dolor se incrustaba en cada célula de su cuerpo. Su mejilla toco el suelo, mientras entre quejidos y jadeos buscaba maldecir con todo el vulgar vocabulario que se sabía a Lauren; aquella inquisidora que parecía estar encantada de tenerlo como juguete. Para ella él era un simple objeto que podía ir a disfrutar cuando quisiera.

Ahora lo abandonaba como un trapo sucio, en medio de la confusión y el dolor. Cuando se alejo lo suficiente como para que su cuerpo no sintiera su presencia, no se percato que había pasado ya los minutos suficientes como para que la claridad le advirtiera que la luz del sol estaba a punto de tocarlo. La sensibilidad de su piel, lo hizo chillar nuevamente de dolor. Quemaba, mataba, podría morir, una desesperación interna lo ataco, sin pensarlo comenzó a arrastrarse, hasta que llego al borde del edificio y cayó hasta un callejón. Había vuelto a la parís de 1800. Podía ver como los hombres comenzaban a salir de sus casas para ir a trabajar, mientras él como una rata trataba de ocultarse entre la basura.

El sol amenazante se imponía, como guerrero de Alejandro magno, imponente y necio. No tuvo tiempo de quejarse por la caída, se levanto, tambaleando, sintiendo la falta de su dedo, pero ya sin poder hacer nada. La herida había cerrado completamente, parecía como si en ese lugar nunca hubiera existido tal extremidad, no había cicatriz, solamente un simple pedacito de carne que le había dejado como dedo. Ahora volvía a chocar contra las paredes hasta que encontró un oscuro y aparentemente abandonado lugar, que tal vez no sería molestado hasta el anochecer…

Ese sería su lecho.

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