Rompiendo fronteras | Tania Fernandez

por **Bard Blase** Lun Ene 13, 2014 3:57 pm

Que aburrido esta el día, cansado y tedioso, distante y tranquilo, ¿quien diría que a veces la tranquilidad y la paz podrían llegar a ser tan aburridas? Parece que necesito estar en medio de algo o si no me voy a morir de aburrimiento, este instinto de hacer idioteces es mas difícil de controlar de lo que parece, bueno hay que hacer o voy a tener que quedarme esperando que el tiempo pase sin remedio.

Me dispuse entonces a salir a caminar por la ciudad -Uffff- suspiro con decepción al notar que el dia continuaba siendo mas tranquilo de lo que parece, parece que después de todo ni así podre cambiar el animo de las cosas. Una pequeña y corta caminata mas solo por probar ya al menos estaba en medio de la gente, pero hoy no hay nada donde meterme.

Luego de un tiempo llegue a la popular plaza donde muchas personas van a socializar y descansar, aproveche para dar un par de vueltas y bueno el ambiente era mas agradable, me sentía mas cómodo por lo que me quede un rato mas y poder quitar el aburrimiento que tenia.

por **Tania Fernandez** Vie Ene 24, 2014 2:36 pm

” Esclavo es aquel que espera por alguien que venga y lo libere.”
— Ezra Pound

Los hombres parecían pensar que las mujeres eran mercancía, no importaba el lugar en donde estaban, la pobre latina estaba en esos problemas, habían muchos hombres que siempre rondaban el burdel, teniendo siempre la mala suerte de encontrárselos en la calle, cuando deseaba ser una mujer normal, al menos en apariencias, aunque sus caderas, parecían despamplonar sensualidad a cada paso que daba, haciendo que fácilmente los hombres encontraran su procedencia y las mujeres de clases susurraban de la culpable de que a sus maridos le gustaría estar en el burdel, en el cual, Tania Fernández, era la organizadora, de ese lugar de pecadores. Y ella que solamente quería pasar por un lugar tranquilo, su vestido mantenía las normas de la sociedad, no mostraba nada, de la mercancía, su cabello recogido, la hacían ver mayor, los años comenzaban a notársele, eso comenzaba a hacerla sentirse angustiada.

— Tata, querida — dicen con cierto ánimo, Tania gira su rostro, con cierto fuego y disgusto, odia que la llamen “tata”, pocos hombres lo hacen. Se trataba de un proveedor de licor, ella frunce el ceño, no quiere verlo en esos momentos, pero el viejo insiste acercándosele peligrosamente — Monsieur, no está en el burdel, como para entrar en mis senos. ¿Acaso quiere que los chismes lleguen a su mujer? — dice ella con tranquilidad, siendo lo más amable que puede, pero el hombre ríe, manda todo al diablo, su entrepierna comienza a tener telarañas por el tiempo que no se para, Tania hace que reviva el muerto.

Duro tan poco su paciencia, todo termino, cuando quiso alzarle las faldas en público, un puñetazo, porque una bofetada seria poco, su mano cerrada, formando un puño, se encontró con la quijada del hombre, que quedo inconsciente en el piso de la plaza — Me respeta, lejos del lugar de trabajo, malnacido — ella no tiene voz ni voto, mira a todos, están susurrando, un miedo hunde su corazón, aunque él fuera el culpable, la culpa se la echarían a ella, retrocedió varios pasos, sosteniendo la pequeña bolsa con la que iba a comprar un poco de pan y leche, que era para lo que le alcanzaba los francos, que había recogido en el burdel, pero aun así, no se arrepentía de nada, estaba muy feliz de haberle dado su merecido, pero la mejor idea era salir de allí, dio media vuelta, alzando el mentón, con su orgullo bien arriba, hasta que un oficial la sujeto del hombro.

— Oficial… — trago saliva, mirando hacia los lados, en donde se encontraba una multitud, el hombre se levantaba, maldiciendo a pulmones a Tania, diciéndole a los cuatro vientos lo rastrera que era, la iré comenzaba a apoderarse de ella, giro su cuerpo, queriendo volver a golpearlo, pero el oficial la detuvo sujetándola de la cintura — Pero me necesitas, pues ni tu mujer hacen que se levante ese amiguito que tienes allí — gruño, mientras algunos susurros se volvían mas fuertes — Tan poco hombre que es y tu mujer no es la que no sirve, eres tú, te aseguro, que me la puedo follar mejor que tres hombre juntos — rio, mientras sentía como el oficial la levantaba para retirarla del lugar, mientras ella seguía pataleando y diciendo lo buena que era en la cama, sin importar el sexo que la acompañase.

por **Bard Blase** Vie Ene 31, 2014 5:05 am

El ambiente seguía aburrido y tedioso como me imaginaba, cosa que no parecía que cambiaría pero, justamente cuando ya estaba a punto de levantarme y volver a mi casa cabizbajo algo muy peculiar paso, entre el grupo de personas que se encontraban por la pasa alcance a ver a una mujer pero que esta no era una típica francesa, yo había visto esas facciones antes, no eran de Francia, las mujeres de aquí no tienen ese color de piel y esos detalles que solo un ojo detallista como el mio puede observar, esta chica era bastante peculiar.

Cuando digo bastante es porque lo es, en tan solo un momento vi como un viejo se acerco a esta y luego de tratar de manosearla ella le ha lanzando un golpe que le ha dejado en el suelo, que con esa sangre que lleva aun pequeña puede dar unas fieras patadas, sonreí un poco entonces pero comencé a escuchar el murmullo, los franceses son bastante quisquillosos pero era obvio que la chica se iba a meter en problemas, comenzaron a hacer señales y me levante, inmediatamente me puse a seguirla pero antes de que me acercara la policía llego para poner el asunto en sus manos, parece ser que las cosas se iban a poner feas para la chica.

Luego de una bastante acalorada pero corta discusión la chica comenzó a ser llevada a rastras, si quería hacer algo era ahora o nunca, entonces me dispuse a correr acercándome al policía y grite -¡Detengan ce!- mientras antes de llegar -Alto- cuando llegue debía hacer bien el papel por lo que coloque mis manos sobre mis rodillas y respirando agitadamente hacia como si estuviera bastante cansado luego de una carrera -Por favor- observe entonces como el policía llevaba a la chica e hice un movimiento brusco -¿Que le esta haciendo a mi esposa?- Me moví con rabia y se la arranque de los brazos al policía para luego cubrirla con los míos apretándola fuerte -Amor soy yo cálmate- le dije mientras notaba aun sus movimientos y en el abrazo acerque mis labios a su oído para susurrarle -Sigue la corriente- le moví el rostro entonces para mirarla luego a los ojos y la bese con algo de desespero y luego de separarnos un poco -Te dije que no salieras de casa ¿porque no me hiciste caso?- exclame enojado para luego mirar alrededor la conmoción y ver directamente al oficial que parecía confundido -Señor oficial por favor discúlpeme- dije en un tono sumiso -Se que no debí hacer esto pero es que mi esposa y yo hemos sufrido mucho últimamente y esto me tiene algo descontrolado- continué aun protegiendo la chica entre mis brazos -Ella ha sufrió recientemente un accidente que la a dejado con una secuela y por esto en algunos momentos pierde la cordura y actúa de la forma como lo estaba haciendo hace un momento- mis ojos se encontraban algo aguados y apreté fuerte a a chica -Esta bajo unos fuertes medicamentos y temo dejar que este sola porque cualquiera podría aprovecharse de lo vulnerable que esta ahora- dije para entonces observar al sujeto que trato de manosearla, -Cuéntame que sucedió- mire a los ojos directamente a la joven esperando una respuesta.

por **Tania Fernandez** Sáb Feb 22, 2014 1:01 pm

” Existen tres tipos de personas; aquellas que se preocupan hasta la muerte, las que trabajan hasta morir y las que se aburren hasta la muerte.”
— Winston Churchill

Ella seguía pataleando, sin querer ceder ante el arresto. Tenía todas las de perder, un hombre de clase alta como él, podría quejarse con las autoridades y llevarla a ella hasta los calabozos por un buen tiempo, no deseaba estar encerrada, por eso se atrevía a vociferar y forcejar con el policía, en busca de cualquier oportunidad de liberarse. Por un momento no supo porque se detenían, gracias a sus mismos gritos no podía escuchar que alguien había proclamado que se detuvieran, pero su agarre era aun firme, dejando sin posibilidades a Tania de salir corriendo, dejo salir un leve suspiro, callándose, mordiéndose los labios mientras notaba que un hombre salía de la multitud a socorrerla, por unos segundos no pudo creerlo, se sintió extraña, afortunada de poder ver alguien diferente entre todos ellos.

— ¿Eh? — la cara de Tania era de incredulidad, como todos los demás, cuando se sintió arrebatada por los policías, entendió que debía seguir la línea que había trazado el hombre desconocido, que aparentemente solamente quería ayudarle, entrecerró sus ojos, queriendo sentirse libre, sin ningún agarre, pero este solamente fijo aun mas sus brazos en su cuerpo. Trato de quedarse quieta, aunque eso no evitaba que su corazón estuviera acelerado y su cuerpo lleno de adrenalina, sus músculos también estaban tensados, sin ninguna posibilidad de relajarse, no hasta que se viera libre completamente.

Como toda cortesana, un beso de alguien desconocido no le hacía nada extraño, trato de callarse, mientras el hombre de la casa, hacia su trabajo, simplemente bajo la mirada, cuando recibía cierto reproche, sin pensarlo dos veces, se puso detrás del joven, era extraño ver como alguien buscaba poner una buena escusa a lo que sucedía, le estaba diciendo loca prácticamente, Tania sentía que no debía exagerar, pero si eso la sacaba de los problemas lo aceptaría.

Sin pensarlo dos veces señalo al hombre, que aun parecía dolido, mas su orgullo que otra cosa — quería ir a comprar algo, querido, para hacerte un almuerzo, un rico almuerzo, pero aquel hombre atrevido, me insulto — se mordió los labios, mientras escondida su rostro en el pecho del hombre, haciendo suaves gimoteos — trato de arrastrarme a algún lugar solitario, para hacerme, solamente dios sabe cuántas cosas feas — siguió su drama, mientras se aferraba al hombre, para que no se atrevieran a dejarla. Los oficiales y la gente, parecieron convencidos, dejaron al hombre quieto, solamente por ser un reconocido empresario, dejando solamente una advertencia de que cuidara bien de su “loca” al hombre.

Tania quedo un minuto inmóvil, mientras veía como todos parecían restarle importancia, suspiro largamente, mientras una de sus manos acomodaba cualquier mechón que estuviera desprolijo en su rostro. —A ese maldito imbécil, ya lo veré en el burdel… allí no se salvara fácilmente, apuesto que ni me mirara a la cara — escupió, sintiendo su sangre hervir, pero lo que más le molestaba era el hecho de las miradas de las personas. No pudo mas, se sintió derrumbada, derrotada en ese momento, como deseaba poder ser una persona diferente, encontró un banco y se sentó, mientras su rostro se hundía en una gran tristeza. ¿Sería diferente en España? Tal vez debía buscar a su familia, estaba segura que su padre la trataría muy bien, tal vez hasta la extrañaban… ¿cambiaria algo?

por **Bard Blase** Vie Feb 28, 2014 1:14 pm

La joven se movía con bastante fuerza en brazos del policía, se notaba que a el se costaba mantenerla entre ellos, mi indiscreción pareció molestar al policía pero era lo que podía hacer, era esto o que la chica terminara en la cárcel, espero que mi idea resulte y se crean mi mentira, aunque debo esperar a ver como reacciona ella, tiene que hacer bien su papel o si no ambos nos vendremos abajo y yo seguro la acompañare por cómplice, no se ni porque me metí en todo esto.

Noto el rostro de la joven extrañado, por un momento pensé que la chica me fallaría y dejaría de lado mi estrategia y arruinaría todo lo que tenia planeado pero luego de un momento parece que agarro mi idea y comenzó a seguirla de buena manera, se dejo besar sin intentar detenerme y aunque fue un beso fugas siempre se disfruta de un beso mas de una chica hermosa, trato de parecer convincente en todas las palabras que digo para salir de eso rápido y no tener problemas.

Escucho a continuación como la chica parece estar haciendo bien su papel y tengo que continuar con el mio para tratar de convencer a los guardias -Pero amor te dije que no salieras sola- comente con el rostro afligido -No te imaginas lo preocupado que estaba por ti cuando llegue a casa y no estabas- abrazo fuerte a la chica para darle mas drama y vuelvo a darle un beso -Se me lleno el cuerpo de pesar- suspiro, -Pero estas bien y eso me alegra mucho- miro al oficial -Lamento mucho los inconvenientes ocasionados si es necesario yo corro con toda la responsabilidad, haré lo que sea por mantener segura a mi amada- dije volteando a verle con una sonrisa calidad a los ojos -Si es necesario iré a la comisaria- espero que no sea necesario o estaré en graves problemas, por suerte mi acto de amor ablando sus corazones y me dejaron ir con una alerta.

Cuando estábamos retirados logre escuchar a la joven aun molesta y me senté a su lado rodeándola con mi brazo -Amor no deberías decir esas palabrotas en publico- sonrió -¿Que te he dicho de mantener la compostura en publico?- comente haciendo un gesto con los ojos a los transeúntes que aun paseaban por la plaza y que sabían lo sucedido -Te he extrañado todo el día- susurre para volver a darle un beso a mi “querida” un poco mas intenso que los anteriores.

por **Tania Fernandez** Lun Mar 17, 2014 11:41 am

Fue una mirada fugaz, al momento de sentir que estaba el hombre sentado a su lado, queriendo seguir el juego, noto que aun habían algunas personas que se habían situado en el problema, además un policía, que aun los miraba de manera desconfiada como si estuviera esperando un error de Tania para encerrarla. Dejo que el desconocido la besara, correspondió, no le parecía extraño besar a un extraño, pero casi siempre, al menos le decían su nombre antes de llegar a algo mas con ella, lo retiro suavemente, mientras aun tenía las manos, en sus hombros — ¿En serio quieres seguir jugando a la fiel esposa y al amoroso esposo? — pregunto en un suave susurro, mientras una sonrisa se aproximaba a picara, aproximo su mano, para recorrer su rostro varonil, y arreglar un poco su cabello, hacia detrás de la oreja.

— Serian 20 francos y te prometo ser la esposa más fiel que hayas conocido, hasta que te aburras de mi — acoto, sin tapujos, para luego besar nuevamente sus labios, en un casto y pícaro beso. De sus labios se había ido el tono rosado que se había puesto, saco de un bolsillo oculto un pequeño recipiente en donde tenía lápiz labial casero, de noto rojo, comenzó a pintarse sus labios, untando tu dedo corazón en el recipiente, para luego esparcir delicadamente por aquellos labios carnosos.

— Soy Tania — dijo al terminar — Buena forma de pasar mi día libre — se alzo los hombros, con cierto aire de decepción, pero la verdad estaba feliz en no estar en el calabozo, en donde estaba segura, que había tenido que someterse a muchos favores para poder salir de allí, pero al menos estaba libre, recibiendo calor del maravilloso sol. — ¿Aceptara mi oferta? ¿O puedo irme, querido esposo? — pregunto mientras su cuerpo se tensaba, con notable intensión de levantarse e irse de ese lugar.

por **Bard Blase** Lun Mar 24, 2014 8:51 pm

Todo se había calmado ya, no tenia porque preocuparme por los guardias ni mucho menos por las personas, aunque mi historia fue algo rebuscada pues parece que la gente tampoco tiene mucha imaginación, de todas maneras ya no me preocupo por eso, ya estoy mas tranquilo y es momento de disfrutar de mi premio, o al menos eso planeaba, esta chica esta increíble, de verdad espero pasarme un buen momento con ella, al menos tratare de hacerme un poco mas cercano a ella, seguro que tiene sus secretos.

-¿Pero amor como dices que es un juego?- sonrío calidamente y te rodeo con mi brazo -Con el amor no hay que jugar- comento al aire y luego me quedo un momento viendo tus ojos con mi sonrisa aun cuando escucho la propuesta y levanto mi mano para llevarla hasta el costado de la joven rodeándola -¿20 francos por una esposa?- dije en voz baja -¿No tendré que ir a cenas familiares ni conocer a tus padres y todo eso verdad?- sonrío algo burlón, -Seremos solo una pareja perfecta con mucho amor para dar- acaricio nuestras narices.

Pagar por tener con quien pasar no es algo que este conmigo pero teniendo en cuenta que igual saldria mas caro cortejar a una mujer puedo hacer la excepción -Tania, el nombre de mi amada- de turno -Soy Bard Blasé querida, pero tania no es un nombre de por aquí- acaricio sus cabellos -De hecho tu no pareces ser una francesa, sin ofender claro esta, estas hermosa y radiante como ninguna otra- coloco sus cabellos detrás de su oreja -Me parece una buena oferta, pero, los deberes de una esposa son muchos, ¿los cumplirás todos?- le respondo con una sonrisa amigable.

por **Tania Fernandez** Sáb Mayo 24, 2014 1:44 pm

— No se preocupe — sonrió suavemente — tiene razón, no soy francesa, no tengo ni pizca de serlo, vengo del nuevo mundo; como muchos osan describirlo. — explico sin mucha emocion de revelar que era una de las nativas de aquella tierra — usted no me ha dicho que esposa debo ser, ni tampoco me ha mostrado lo que yo he solicitado ¿recuerda? — acerca sus labios a su oído y susurra coquetamente — 20 francos — Bard; como había dicho que se llamaba, se adentraba al juego sin antes tener las reglas claras, eso no le gustaba a Tania, quien prefería ver primero su ganancia antes de seguir, la vida le había enseñado a tener el dinero asegurado, pues no se sabía cómo podría llegar a pasar más adelante.

Frunció el ceño y gruño levemente, mientras buscaba algo de distancia — Oye… no toques la mercancía antes de haberla pagado ¿o acaso es así usted con todas las mujeres que pasa por sus manos? — rio mientras delicadamente se soltaba de sus agarres, devolviéndole sus manos escurridizas. — Sin paga no hay servicios — sentencio — No crea que por ser una señorita de dudosa reputación soy fácil Monsieur— añadió antes de intentar levantarse del banco.

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