Claro de luna (Libre)

por **Charlize Cästlelion** Mar Feb 25, 2014 11:14 pm

Cuando sois la grafía de lo inasequible de predecir podéis caminar entre la verde hierba del bosque y pasar entre los frondosos árboles de este y estar en completa soledad pero, al mismo tiempo, contemplando la compañía de las ánimas y espectros que merodean las mismas tierras por donde fatuamente camina una dama de buena bonanza.
Y así, mientras doy pasos carentes de destino, escucho y… ¿vos escucháis también? aquella voz que susurra dócilmente “¿Dónde está vuestra vergüenza, dama sin nombre, cuando le llaman por vuestro nombre? ¿Quién la ha puesto el libertad si hacéis tanto daño a inocentes víctimas de vuestros encantos?”
Así, condenada y serena, respondo con una pequeña sonrisa cariñosa; “El amor en sí mismo es tan inocente como las rosas en mayo. Sé que los condenados no albergamos misericordia y que el amor en sí mismo es tan breve como una vela bajo la sombra de una noche de brisas. Pero el amor es voraz como el pecado, ¿Acaso vos sois capaz de desoír los encantos que a vosotros les puede entregar lo corrompido por muy efímero y falso que sea?”
El viento resopla suavemente y oscila mis largos cabellos castaños. El silencio en el viento primaveral es la respuesta afirmativa a mis reflexiones y, al mismo tiempo, la aceptación de su derrota. Y es ante mi triunfo fantasioso que sonrío victoriosa. La noche, a quien por un tiempo aborrecí, ahora es mi eterna compañía y no puedo ver en ella más que una grata amistad. Sólo en la noche puedo salir, oh eterno castigo a mi demoniaca naturaleza, que en la oscuridad estoy sentenciada a peregrinar.

Mis pasos me dirigen hacia un claro de luna donde la luz platinada del astro celestial se filtra por entre las altas y tupidas copas de los árboles. Detengo mi marcha cuando la luna me absorbe por completo y el rostro blanquecino se me ilumina gracias a la claridad de los rayos de la luna. Es allí que no puedo evitar pensar en dos cosas; la primera consolidando mi compasión y comprensión por los licántropos ante su amor eterno e imposible hacia la luna, y lo segundo lo irónico que resulta ser tocada indirectamente por los rayos del sol los cuales se reflejan por la luna y hacia mi rostro sin correr el riesgo de ser quemada por la implicancia del sol en este fenómeno.
Cierro los ojos, sintiéndome bañada por la plata y bendecida por la luna quien acuna a una hija que se ha ido por el mal camino. Me arrodillo sobre la hierba húmeda en medio del claro de luna, mi vestido es de seda color perlado, de lo más fino si me permitís jactarme, pero ignoro estos ostentosos detalles cuando deambulo por la noche en busca de entretención nocturna.
Francia me vio nacer, me vio crecer y contempló mi muerte humana cuando aquella noche llegó el señor de las tinieblas del cual jamás supe de él. Y, ahora, me tiene de vuelta, como una fiel y cándida noble inglesa, sí, pero mi corazón aunque no palpite sigue siendo eternamente francés.

por **Kidarakash Brizaveloz** Jue Feb 27, 2014 8:57 pm

Escapar del bullicio de la ciudad, de las miradas de discriminación, no estoy acostumbrada a el movimiento de la grandes ciudades, no me imagino vivir encerrada en cuatro paredes mirando por cristales lo que tanto deseo al menos encontré este olvidado lugar donde la briza es pura y solo se escucha el sonido de la naturaleza estos bosques me recuerdan tanto a mi natal Noruega, es uno de los pocos recuerdos felices que tengo de mi hogar. Sentir la corteza áspera de los árboles y la hierba húmeda mojando mis zapatos es tan gratificante.

Treparlos es el significado de la libertad que ahora tengo y no deseo perder, no solo me daba una hermosa vista de la ciudad de París al llegar a su cima si no que era un perfecto lugar para hacer mi pociones lejos de los ojos de aquellos que nos odian por naturaleza eso no me impide aprende mas de artes oscuras de mi gente y a la vez benéficas, no soy mala pero a veces tengo que actuar así para sobrevivir.

Sonido, tal vez un voz que hizo que dejara a un lado y pusiera atención a lo que en verdad sucedía en las tierra de abajo, una joven de elegante y fino vestido cruza las tierras desoladas del bosque. ¿Cómo una joven de tan digna presencia se en cuanta aquí? Me pregunte, una sensación recorrió mi cuerpo un color carmesí en ella se poso -¿Qué es esto?- recordad los escritos de antaño de la biblioteca en deterioro, carmesí, auras, vampiros… si era un vampiro, solo he leído de ellos nunca me enfrentado y peor aun nunca he visto uno, tal vez sea la oportunidad única para averiguarlo.

Con la sutiliza de un felino me movía por las ramas de los arboles lejos de la vista de aquel ser, se dice que son peligrosos seres de la noche que solo entregan maldición y penumbras pero tal vez solo sea una exageración eso también dicen de mí… de los brujos que solo merecen morir en la hoguera, yo solo quiero saber si los escritos se equivocan. Se detuvo en un claro natural de luna por un segundo creí que se había percatado de mi presencia mas solo seguía en sus pensamientos, me acerque cada vez mas confiada de mi agilidad y movimientos. Un crujido de la rama en la cual me encontraba apoyada se produjo. –No puede ser.- me dije a mi misma, después solo sentí que mi cuerpo era absorbido por la gravedad seguida por un dolor el cual fue causado por la caída al suelo húmedo.

Estoy en aprietos seguro esto si atrajo su atención.

-Te odio curiosidad.

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