Cerise Moreau

Cesire nació en Casa Moreau, un famoso burdel de Lyon. Su madre, Tian, fue traída desde la lejana China para ejercer de prostituta allí. Tian fue la estrella del burdel durante un tiempo, la flor exótica que distinguía a la casa Moreau como el mejor burdel de la ciudad y no podía ser de otra manera puesto que traerla había costado una fortuna. La madame del prostíbulo protegía su pequeño tesoro con recelo pero fue inevitable que Tian se quedara embarazada. A los nueve meses, una pequeña criatura vino al mundo pero por desgracia, Tian murió a los pocos días, puesto que no pudo recuperarse del parto. Normalmente, los vástagos de las prostitutas son desechados, yendo a parar al hospicio en el mejor de los casos pero la madame deció quedarse con la niña, al fin y al cabo, si la madre había sido un tesoro bien podría serlo la hija.

Cesire pasaba los días con los 2 hijos de la madame, algo mayores que ella. La madame les procuraba una buena educación y cada día, por las puertas traseras de  la mansión, desfilaban diversos profesores que diligentemente enseñaban a los dos niños. Cesire se acoplaba a determinadas clases de manera casual y siempre era bien aceptada y bienvenidas sus rápidas capacidades intelectuales. Sin embargo, evitaba a toda costa a ciertos tutores, los hijos de la madame decían que tenía un sexto sentido con las personas y en cierto modo así era, puesto que Cesire era capaz de ver el aura de las personas. Así, desarrollo la costumbre de esconderse bajo las escaleras, a la entrada del burdel y observar a los hombres que entraban, la mayoría poseían auras comunes pero en ocasiones se tornaban rojas (y ella avisaba a las chicas que tuvieran cuidado con ese cliente, puesto que solían ponerse agresivos) o aparecían personas con colores raros, algunas con auras frías y blanquecinas, otras que desprendían una esencia animal... estas personas que le provocan una extraña combinación de fascinación y miedo.

Al cumplir los 12 años, la madame comenzó a difundir entre sus clientes la noticia de la temprana incorporación de su pequeña flor de loto al negocio e instaba a sus clientes a hacer pujas por desflorar a la niña. Los hijos de la madame, como hermanos para ella, quisieron impedirlo y llegaron a la conclusión de que tenía que escaparse. Precipitadamente y con los escasos ahorros de los dos niños, Cesire fue a parar a las calles de Lyon.

Gracias a su capacidad de ver auras, consiguió mantenerse alejada de un peligro extremo pero acabó viéndose involucrada en robos, falsificaciones y toda clase de trabajos del bajo fondo criminal. Su educación y sus poderes la sirvieron para hacerse un nombre y poder subsistir. A los 16 años, durante un trabajo, se topó con seres sobrenaturales y comenzó a investigar hasta descubrir que ella era una bruja. Su interés sobre el mundo de lo oculto creció, llegando a convertirse en una obsesión.

Ahora, a sus 22 años ha llegado a París, capital de Francia y de lo sobrenatural. Quiere convertirse en una poderosa hechicera y por ello busca un maestro en la capital