Beast || Memories

por **Tündér Rákóczi** Lun Nov 10, 2014 10:52 pm

Caminar, intuir, cazar. Mi boca se llena del regusto metálico de la sangre de mi presa, y la desgajo, le arranco las entrañas en dos tarascones violentos, instintivos, imparables. Degustado cada palmo de su piel, cada gota de sudor, de dolor; los gritos se convierten en ecos lejanos, sólo somos la carne y yo, mi presa y yo. Mis ojos sólo ven los trozos que llevaré a mi estómago, el deseo inminente de saciar el brutal apetito que la Luna llena despierta, y que sólo el amanecer es capaz de calmar. El olor a tierra, los rastros carmesí, cada inmisericorde actuar, se mezclan en la vorágine que parece no acabar. Y de pronto, los lamentos y los ruegos ya no se escuchan, la garganta se ha apagado; las orbes desorbitadas ya no me miran, pero siguen clavadas en mi imagen de bestia brutal y pagana, artera y asesina; soy el ángel que cayó de los cielos y convirtió en oscuridad la luz, soy la que le robó la vida a un ser que aún tenía que vivirla.

La cacería finalizó. Mis ojos se posan en la víctima. Es uno de mis hijos. No me importa. Sólo quiero continuar alimentándome. Un susurro, el viento trae el aroma de la humanidad de un inocente. Alzo mi pata derecha, paro mis orejas, mis instintos se decantan por una dirección, y corro hacia ella. Allí está, la niña con las trenzas prolijas, abrazada a su muñeca, lloriqueando, con el rostro repleto de tierra. “Mami”, susurra. Sí, soy tu mami, pero no lo soy. Algo me dice que espere, pero allí voy, de un zarpazo la tengo en mi poder. Es tan menuda, huele tan bien… Y sin mediar súplicas, sin tiempo a lágrimas, le rebano la yugular.

El amanecer se abre paso entre la penumbra. Me quedo dormida, y cuando regreso a mi forma humana, estoy desnuda, envuelta en la sangre y los miembros de mis hijos, los cuales devoré. Grito, pero nadie me escucha. Arranco los cabellos de mi cabeza y todo se vuelve oscuridad, una vez más.

Despierto agitada, nauseabunda y adolorida. La pesadilla es recurrente, tengo pánico a que se vuelva realidad. Tengo la penosa necesidad de encontrar a quien me ayude a combatir mis fantasmas. Con Janos tomamos las medidas necesarias, pero puede escaparse algo de nuestro alcance, y ahí perderé por competo la razón.