if you throw a lit cigarette in the tinder, do not expect less than fire (Alyssa + libre)

Mirando de reojo sobre mi espalda, me muevo entre las sobras con ropas de una chica de clase media, ya que pronto terminarían hechas jirones/futuros trapos de cocina. Nadie podía verme aquí, no a alguien de clase alta caminando sola por la calle sin compañía adecuada y con las ropas inadecuadas. Mucho más teniendo en cuenta que todos conocían quién era yo. Recién en un par de años más tocaba moverme de lugar y fingir mi muerte para guardar las apariencias.

Llegué por fin al lugar de siempre, un callejón oscuro donde nadie me encontraría, ni siquiera la peor de las compañías, hasta ellos repudiaban salir a las calles los días de luna llena, aunque siempre había algún valeroso que salía a rondar por las calles. Sentía como la sangre bullía en mi interior y el cambio daba inicio. El callejón estaba ubicado cerca del bosque casi en las afueras y relativamente cerca de la casa en la que habitaba.

El lugar que me daría refugio durante el resto de la jornada nocturna, casi nunca estaba habitado en las noches. Ideal para evitar crear masacres inconscientemente. Los dolores punzantes se agudizaban y casi no me dejaban caminar, pero debía correr para llegar al bosque, a salvo sin ser vista, por nadie en particular.

No podría conseguirlo, esta vez no llegaría al bosque antes de…

Los músculos cambiaron, se tensaron y se agrandaron, me apresuré a desvestirme en una esquina totalmente oscura, detrás de un basurero enorme, oculta a los ojos de los mirones. Mientras aún conservaba la cordura tenía que pensar en las consecuencias de no tener ropa para volver a casa luego. Oculte mis ropas en una bolsa detrás del basurero, y no en la copa de un árbol como acostumbraba. Justo a tiempo para que la bestia saliera fuera y la adrenalina de querer correr kilómetros y kilómetros me embriagara y echara a correr hacia la libertad que me brindaban los bosques.

La bestia de pelaje oscuro y ojos claros, llevaba la mirada asesina en sus ojos, toda su aura gritaba lo que ocurriría de aquel que se atreviera a acercársele. Sangre. Sudor. Agresividad. Yo, la consciencia estaba con ella, pero no podía controlar a la bestia, de ser mi más querido pariente la víctima de ella, no podría detener el destino que le correspondía por haberse cruzado. En parte era una maldición.

Pasaron las horas, recorrimos casi todo París, cenamos unos cuantos animales silvestres, los cuales cazamos por diversión. No había ningún rastro de otra criatura sobrenatural, al menos nada que pudiese detectar su nariz de momento, no había muertes humanas de momento, así que en parte era un buen saldo para una noche a la que se acercaba el amanecer lenta y cálidamente.

Hora de volver a la normalidad…

Claro… la noche no podría ser perfecta, la nariz de la bestia detecto a otro licántropo cerca… la bestia se mimetizo en el ambiente y se puso alerta escuchando atentamente los pasos y buscando con su  visión agudizada al otro ser sobrenatural.