La Mirada de Occidente... Tinieblas. Te Ofrezco una Conversación. | -Cailen

por **Erikson Draven** Sáb Sep 12, 2015 5:39 pm

El camino a seguir, siempre era el mismo…un mismo destino, donde sea que mis pies tocaran la superficie, el Caos venía a reclamar su puesto haciéndome algunas veces un poco ir de aquí y allá entre los polos del buen ánimo y el mal ánimo. Todo vivía dentro de mí, era difícil pero éste era mi destino y mi sublime sendero… Por las calles de París me hallaba divagando estos pensamientos que me seguían desde que me había liberado de todas mis cadenas, de todas aquellas ataduras que se presentaban detrás de mí como manos que salían desde la tierra queriendo rasgar mi cuerpo mortal. Los espíritus se apresuraban para poseerme y así dejarme helado como una piedra, más muerto de lo que yo ya estaba. Pasear por las calles se había transformado en una costumbre dentro de mi andar. Pero a veces percibía tan fuerte las energías de cada una de las criaturas de luz que se desplegaban en aquella podrida sociedad, que a veces me sentía aprisionado en medio de las calles…

No, sinceramente es que no me agradaba mucho el contacto con los demás seres pero mi sendero he de seguir en este plano, y tenía que aceptar la naturaleza de las cosas, de este mundo… de este pequeño universo infinito. Divagué con cansancio en el análisis de ciertas pociones que me habían encomendado necesarias para hacer un ritual de magia ‘pagana’ cualquiera… Supongo que los auspiciadores de estas prácticas sabrían de antemano que cuando las cosas se hacen, hay que hacerlas bien… pero aquellos vejestorios atrapados en la decadencia de su magia incompleta no me producían más que cierta burla, suspiré agotado y me acerqué al centro de un pequeño paraje escondido, casi llegar a un callejón simplón del lugar y me senté en unas escaleras que daban tránsito hacia algunos edificios amontonados en una leve inclinación callejera.

Saqué de mi bolso, que siempre iba junto a mí, un frasco peculiar que pasaba desapercibido y que contenía cierta poción de hierbas, que yo mismo cultivaba para un ritual de relajación dentro de mi cuerpo y organismo. Aproveché de observar con cierto arisco a los transeúntes, yo no salía mucho de día, las luces artificiales de los faroles de las grandes tiendas y plazas yo detestaba... aunque más bien…toda la Luz Solar en sí, eran como mi enemigo… Me molestaban. Por lo que aquella noche, se desplegaba tranquila la actividad, y era aún más perfecto que aquella Luna fastidiosa no estuviese brillando en el cielo entero cubierto por las tinieblas… mi destino, mis dominios…mi hogar…. Mientras bebía tranquilo aquél elixir relajante, dentro de todas las energías y espíritus que se liberaran bajo el manto nocturno, percibí no muy lejos de mí a un Ser existiendo con el desplante curioso y expectante de su jovial esencia….

Un muchacho, de cabellos claros desaliñados se encontraba entre la energía atmosférica de la ciudad, pero con un tinte de curiosidad que replicó entre las ondas vibratorias de todo su ser, un poco más fuerte que de lo normal. Al parecer estaba muy apegado a su calle, tal y como si él fuera una “parte de”. Le dirigí mi mirada serena, pero inexpresiva. Pero su estilo de ver aquél paraje como si fuese su territorio, llamó enormemente mi atención. Aún lo era más, su vibratoria chispa de curiosidad que se materializó dentro de nuestro plano y que yo pude observar exquisitamente con claridad…

-¿Desea probar un poco?...- alcé mi pequeño frasco reparativo, enseñándoselo a aquel joven que parecía haber sido usurpado de una noble cuna para experimentar el sendero de su vida en la calle… pues, para ser alguien que vive en ella, su apariencia física me llamó bastante su atención.
Aquél pequeño todavía tenía la conciencia de sí, que muchas personas de la calle pierden entre el alcohol, la prostitución, los pleitos y las aberraciones de una sociedad que camina hacia la muerte, como todas las civilizaciones de Occidente…

El Ser que aún escondía luz en su inocente interior, materializó su existencia en el momento en que lo miré desde lejos directamente a los ojos, un proceso que para cualquiera de los seres humanos es inconsciente, pero tan real que pocos llegan a darse cuenta de la magia y poder que poseen.

por **Cailen Gowan** Dom Sep 13, 2015 1:40 pm

La noche era cálida, a diferencia de lo que fue el resto de la semana. Me parecía bastante cómoda como para ser una noche de invierno, el viento era gentil conmigo, tal vez demasiado. Bueno, eso no era importante en ese momento, si no hacía frío y tenía el estómago más o menos lleno, no había mucho por lo que quejarme así que, me senté en el callejón que había reclamado como mío sin que nadie más se hubiese enterado, la verdad no entendía cómo es que este escondrijo no había sido reclamado por otro de mi "especie", era un buen lugar, el viento no daba directamente y supongo que esa era la razón de que estuviese tan calientito ahí. En segundo lugar, los contenedores de desechos del local del sastre a mi derecha servían para esconderme en caso de tener visitas indeseadas que quisieran apresar a personas como yo, por el simple hecho de vivir marginados; como los únicos desechos eran trozos de tela sobrantes, agujas dobladas y otras cosas, se podían utilizar para dormir más cómodamente. En mi caso, ya había amontonado varias piezas, listas para cuando morfeo decidiera ponerse a trabajar y con algunas cosas extra que encontré, me puse a remendar la camisa, la parte de atrás estaba rota y no quería que la gente viese las cicatrices de mi infancia.

Mientras estaba cosiendo, me mantenía alerta para reclamar ese callejón, un lugar así podía ser codiciado por otros vagabundos y ladrones como yo. Había tardado tres días buscando otro lugar a donde ir y ahora que lo había encontrado, no iba a ceder fácilmente. Un palo de madera bastante grueso estaba a mi lado, en caso de necesitarlo estaría al alcance. De vez en cuando volteaba la mirada o trataba de alcanzarlo con la mano para asegurarme de que siguiera ahí, siempre fui bastante débil físicamente y sin mi arma improvisada, era una pelea ya perdida. Mientras estaba cosiendo mi camisa y me preguntaba cómo es que empezando por un hilo se podían llegar a hacer prendas de tantos tamaños y formas, escuché una voz a unos metros de distancia que hizo sobresaltarme y tirar el hilo y la aguja que estaba usando, por suerte la camisa logró sostenerse de mi torso.-¿Desea probar un poco? -Instintivamente tomé el palo con fuerza y alcé la mirada.

Para mi sorpresa, resultó ser un hombre bien vestido, así que descarté la posibilidad de que tuviera que pelar por "mi territorio", pero no por ello bajé la guardia, lo observé ahora con un poco más de atención, tratando de adivinar sus intenciones ¿echarme, insultarme, llamar a algún guardia? no supe. Presté atención a lo que me estaba ofreciendo, un frasco de forma y color interesante. Lo miré a los ojos y al hacerlo sentí un escalofrío por mi espalda, como si hubiese visto mi alma o algo parecido. Miré al frasco y luego a él nuevamente y negué lentamente con la cabeza. Aún alerta, me coloqué de nuevo la camisa remendada a medias y, sin darme cuenta, comencé a abrazar mis piernas, protegiéndome.

por **Erikson Draven** Lun Sep 14, 2015 6:51 pm

El susurro de los espíritus ensordecían toda mi audición y aun así mi cuerpo mortal parecía impasible, ‘normal’, como diría cualquier ser humano. Después de haberle ofrecido a aquél joven un poco de mi poción la cual no aceptó guardé mi frasco en el maletín. Y mis manos rozaron suavemente mi rostro como si me lavase la cara con agua, estaba cansadísimo de todos los susurros, porque no todos me servían y algunos eran tan engañosos como el alma misma que los encerraba. El muchacho del cual no ignoraba su presencia y su luz seguía allí haciendo no sé qué, no me importaba mucho…pero me acerqué hasta él, vigilado por un grueso palo de madera que de seguro él utilizaría como arma para quiénes se cruzaran en su camino…
-¿Me puedo sentar aquí un momento? Aquellas tenues luces de los faros molestan a mi vista…- dije con la voz serena que me caracterizaba y con algunos toques de cansancio. Aun cuando no le di mucho tiempo para responder, yo me senté de igual forma.

Observé entonces con más claridad cómo se empeñó tan arduamente para enmendar sus ropajes rotos. Di por sentada mis suposiciones de que aquel ser pertenecía a esa calle, pero más que nada a él mismo y sentí grandes deseos de hacérselo saber. El silencio inundó la calma de la noche y de mi atrevimiento a compartir el metro cuadrado con el marginal a mi lado, simplemente no me molestaba de dónde provenía, cómo vestía o qué podría hacerme. Aquella noche estaba ensimismado entre mis tinieblas y cuando pasa aquello, que ya se ha vuelo una especie de costumbre, mis actitudes toman un giro bipolar de tanto en tanto. Entrecerré mis ojos lentamente mientras la luz de aquél ser tocaba mi espíritu. Pero, es algo que no podía absorber porque las tinieblas siempre son más fuertes, y son el sendero de mi camino, desde que tomé mi decisión…

-No se preocupe… no vengo a quitarle su espacio ni nada por el estilo, tengo mi propio hogar. Tampoco vengo a molestarle… pero los caminos a veces se cruzan por algunas razones y es algo que yo no puedo evitar… Incluso siendo algo que no quisiera que sucediera… por mí, yo me quedaría en la tumba de mi alcoba y existencia, sin tener que despertar al día siguiente….- dije con la voz serena y lúcida. Mas yo sabría que quizás aquél joven no entendería mi habla, porque tampoco estamos en armonía, ni mucho menos en la misma línea de este tiempo y plano.

Sabía en alguna parte de mí ser, que aquél muchacho no estaba temeroso de mi presencia, aun cuando tuviera un arma terrenal con la cuál defenderse, pero yo sabía también que tenía un arma espiritual que lo mantenía despierto y alerta aun cuando él no se diera cuenta de que la tenía. Algunos humanos, personas, seres existenciales son tan predecibles…este plano terrenal ha dejado de sorprenderme ya, por lo que los pies mortales que dirigen mi sendero saben siempre a dónde dirigirse, y así mismo a quién dirigirse.

-A usted le ha tocado el destino silencioso de las calles… yo le he visto varias veces ya deambular por algunos rincones.- dije porque si mi espíritu me ha permitido acercarme a este ser, es porque en alguna otra vida hemos cruzado más caminos.

Aun así él no entendería el sentido de esto si yo se lo explicase, por lo que si he de decirlo, me haré responsable de lo que le cuente y no lo que él piense o quisiera entender. La noche cubierta ahora por las nubes, se presentó ante mí como el alma que yo no poseía. Observé atento un poco el cielo mientras entrecerraba mis ojos de cansancio mental, y de percepciones de mi alrededor. Luego dirigí mi mirada hacia el pequeño escondido en la miseria:

-Puede llamarme Bast….- dije con la voz que poseía mi espiritual ser. Trataría de comunicarme de la mejor forma con él, si se ha cruzado por mi sendero.

Surgían las energías inquietas nuevamente haciéndome abrir los ojos un poco más, y esta vez no era efecto de la poción que me tomé, sino que de la fuerza superior del exterior hacia mi interior. Lo dejé fluir, lo dejé fluir todo… todas las energías, la atmósfera, las acciones del universo y al muchacho a mi lado….

por **Cailen Gowan** Lun Sep 14, 2015 11:10 pm

-¿Me puedo sentar aquí un momento? Aquellas tenues luces de los faros molestan a mi vista…- Dijo el hombre de ropa fina. Me extrañó que una luz tan débil como la que provenía de la calle le molestara a este individuo, incluso parecía que le lastimaba por la forma en la que se frotaba la cara. Estaba a punto de preguntarle la razón por la que me hacía compañía en un lugar tan nauseabundo como en el que yo me encontraba pero antes de que me dejara cuestionarle, se sentó sin darle importancia a limpiar primero el lugar en donde decidió reposar. Como si no le importara que se ensuciaran sus ropas tan elegantes y limpias. Seguí observándole con intriga, sin darme cuenta de que tenía la boca semiabierta ¿y cómo no? un extraño había llegado de la nada a ofrecerme algo y a pesar de que le rechacé, se sentó junto a mí. Incluso me hacía sospechar de sus intenciones para demostrar tanta amabilidad con un vago como yo -No se preocupe… no vengo a quitarle su espacio ni nada por el estilo, tengo mi propio hogar. Tampoco vengo a molestarle… pero los caminos a veces se cruzan por algunas razones y es algo que yo no puedo evitar… Incluso siendo algo que no quisiera que sucediera… por mí, yo me quedaría en la tumba de mi alcoba y existencia, sin tener que despertar al día siguiente….- Volvió a decir, no entendía cómo, pero su voz, su presencia, me inquietaba y al mismo tiempo me sentía protegido, estaba tan sereno y se veía seguro de lo que hacía y de lo que decía, sin miedo a decir en voz alta lo que pasaba por su mente. No entendí el sentido de lo que quería decirme ¿acaso estaba triste? -P... perdone monsieur pero no le entiendo. ¿Está diciendo usted que no le gusta su hogar? -Pregunté con voz baja, lo último que quería era hacerle pensar que quería intimidarle. -Y... no crea usted que lo digo por faltarle al respeto pero ¿qué hace un hombre como usted a esta hora de la noche? y con alguien como yo.

Interpreté su silencio como si no me hubiese escuchado, parecía estar distraído observando la luna, ya no le encontraba belleza pues me había acostumbrado a la presencia de ésta, ¿sería que este hombre jamás salía de casa y por eso era que aún la encontraba bella?. Giré la cabeza para observarla mejor, tratando de recordar cuándo fue que dejé de admirar a la esfera de luz blanca, sin éxito.

Volví a mirar al hombre que yacía sentado a unos metros de mí y al bloquear miradas, el aura serena de él se me contagió, somo si aquél enigmático individuo lo hubiese hecho a propósito. -A usted le ha tocado el destino silencioso de las calles… yo le he visto varias veces ya deambular por algunos rincones. -Al terminar su frase traté de recordar su rostro ¿lo había visto en alguna parte? ¿acaso yo le había robado alguna vez? -Puede llamarme Bast….

Sin dejar de abrazarme a mí mismo, lo volví a mirar, esforzándome aún más por ubicar al elegante señor de nombre... ¿Bast? ¿sólo Bast? Seguramente era una especie de prueba, a ver si le faltaba al respeto si no, entonces no sabía qué era. -Perdóneme monsieur pero, me temo que no recuerdo su rostro ¿nos hemos visto a alguna vez? -Respondí sin atreverme a usar su nombre.

por **Erikson Draven** Sáb Sep 26, 2015 7:23 pm

La cercanía que la gracia me permitió tener con aquél Ser de Luz, decantó los pensamientos del individuo dentro de mi mente, y pude saber algunas cosas que pensaba. Me daba un poco de risa, su atónito estado con respecto a mi presencia, pues al parecer llevaba tiempo sin sentir de cerca la sensibilidad de una energía diferente a la suya, pero el joven era consciente del aura. Y aquello fue lo que me llamó a acercarme, porque si este ser era consciente de algo tan invisible como el aura, a la vista de cualquier ser humano… es porque el muchacho poseía dentro de sí, muy escondida la sensibilidad de la perfección de lo invisible e inmaterial.

Algunas de sus sutiles preguntas, fueron tan inocentes y banales que no podía responderlas para no ensuciar el equilibrio de su conciencia, por lo que las dejé pasar y me limité a contestar lo justo y necesario:
-De seguro que en esta vida no recuerdas haberme visto…- contesté sabiendo que en Otra Vida éramos la misma cosa. Lo supe desde que lo percibí en la luminosa calle de París.

Compartí con él aquél joven la esencia de nuestros cuerpos alineados en la misma frecuencia, a pesar de todas las dudas que el joven tenía, nuestra existencia estaba neutralmente alineada y perfecta en aquél momento. Me gustaba mucho encontrar en este plano a este tipo de seres, con los que puedes compartir realmente la pureza de la esencia y existencia misma. Eran tan pocos, pero habían… habían rondando por la Tierra y el toparse con ellos de a pequeños momentos y circunstancias era algo que no me permitía ignorar, o dejar pasar. Este Universo nos tiene mil y una cosas que ofrecer, y al momento en que llega a nuestras manos hay que aprovecharlos, inclusive si estaba muerto.

-Detesto la luz de la luna… estimado.- comenté con voz serena al joven del cual aún no tenía conocimiento de su nombre, aunque poco importara la verdad.

Con respecto a la mortal y obvia pregunta del porqué me encontraba a su lado en aquél momento respondí:
-Nada más estoy aquí… organizando el sendero, y canalizando las instancias.- dije con tranquilidad en mi voz suave, mirando con la palidez suave de mis ojos a los ojos de aquél muchacho.

Las luces parisienses y del astro lunar, hicieron que de mí se despertaran las sombras, algo más inofensivas que las propias tinieblas y fue entonces que me levanté del asiento en el cual me encontraba, dejando al muchacho, tomando un poco de distancia, y con mis manos a los bolsillos alzando mi vista al cielo para contemplar la Noche evitando la luz lunar, dándole la espalda mientras que en su atmósfera se desteñía el nocturnal negro en un cargadísimo degradé, lleno de vibraciones etéreas. Supe que seguramente aquél joven pensaría de mí mil y una cosas, ante mi presencia tan extraña dentro de la humanidad, pero no podría explicarle de inmediato los designios de la Oscuridad, pues en ello tardaría millones de años… Sólo esperé entonces a que el inocente muchacho planteara cualquier pregunta banal, sin significancia para mí, pues así es como se empieza a conocer a los mortales y una de aquellos cuatro tipos de alma….

por **Cailen Gowan** Sáb Oct 03, 2015 9:11 pm

Había muchas cosas que me llamaban la atención de aquella presencia , no solo el factor de lo inusual de sensación de estar acompañado, sino también todo su carácter tan sereno y sus elegantes movimientos, podía darme cuenta de que lo primero no era necesariamente porque estuviese en calma, algo le atormentaba, no podía ver que era pero podía sentirlo, se levantó y de alguna extraña forma me daba cuenta de que aquella sensación que percibía le acompañaba a él a donde fuera y un escalofrío recorrió mi espalda. ¿Quién era este hombre que se hacía llamar Bast, que hablaba de forma tan enigmática? sus palabras podrían decirse que habían salido de algún loco pero sabía que estaba perfectamente cuerdo. Cuando se puse de pie, pensé por un momento que se retiraba e hice el ademán de levantarme sin explicar por qué mis acciones. Me asombraba de mí mismo.

Al verlo quedarse ahí cerca me apoyé nuevamente en el suelo sin quitar mi vista de él ¿y por qué había tenido la intención de seguirlo? me pregunté a mí mismo. Lo atribuí a mi carácter curioso, quería saber más de esta persona, algo en él me despertaba mil y un dudas como si él tuviese la respuesta a todas ellas. Lo miré en silencio nos segundos. -¿Cómo está tan seguro de que nos conocemos, y más aún, en una vida anterior? Si eso fuese cierto y puede recordarme aún ahora, significa que fui importante para usted, y de ser el caso, yo debería de recordarlo también... ¿o no? -Pregunté, entrando en duda yo mismo.

Lo observé mientras seguía en silencio, podía notar que evitaba ver de frente a la luna y también evitaba la luz proveniente de los faros cercanos, aún tenía la sensación de... perturbación, en forma de cosquilleo en mi nuca, -No quiero sonar muy entrometido... -Me disculpé de antemano. -Pero puedo sentir que algo le... acompaña ¿qué es? ¿es malo?

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