Bienvenue dans mon manoir, Lady Cavey (Privado)

por **Andy Boleyn** Sáb Nov 04, 2017 7:08 am

Andy era vecino de los Cavey, nunca habían hablado, pero este sentía curiosidad por ellos así que un día había decidido escribirle una carta a está familia citándoles a su mansión, ese mismo día. Mientras tanto Andy leía un libro y bebía whisky en su sillón, un mayordomo estaba en la puerta, observándole por si necesitaba algo, y sus cocineros estaban cocinando los mejores platos de comida Irlandesa, pues quería dar a conocer el lugar del que provenía por medio del estómago. Entre esos menús había seleccionado el boxty, una especie de pastel de patata, cuyo olor ya estaba inundando la mansión haciendo rugir el estómago del cazador. Andy le dio un sorbo a su whisk antes de que la puerta de su salón se abriera y un hombre anunciara la llegada de los Cavey presentando a la única persona que había venido, Valeria Cannif.

Andy se levanto dejando el libro en la estantería y cogiendo su copa de whisky y terminándola para dársela al mayordomo dándole la orden de que trajera dos copas de Whisky con hielo. Andy se acercó hasta su invitada y le sonrió amablemente, como de costumbre dado su carácter amistoso.

—Bienvenida a mi mansión, Lady Cavey, o Cannif, la estaba esperando.— Dijo antes de besar la mano de Valeria.—Permítame presentarme, soy Andy de Boleyn, he venido de Irlanda a París y al ser nuevo aquí y no tener muchas amistades he decidido invitar a los Cavey a mi mansión, para una cena.— Andy le ofreció el brazo a Valeria.—Vayamos a esperar al salón mientras se terminan los últimos preparativos, mientras acompáñeme bebiendo una copa de Whisky.— Andy permitió que su mayordomo abriera la puerta y después les sirviera una copa de Whisky antes de irse de allí cerrando la puerta tras él.

por **Valeria Cavey** Sáb Nov 11, 2017 4:23 pm

Hacía un par de semanas que había regresado del Norte, la razón no era otra que los negocios que le ataban a la hermosa París, su ciudad natal. No había dejado de ser la comidilla del chisme, demasiados cotilleos y rumores, tanto en el Norte como en París le perseguían. Caso omiso, poco a poco , volvía a ser esa joven soberbia de carácter fuerte, una mujer indomable incapaz de comportarse como lo haría la típica señora que solo servía de jarrón para presumir ante los invitados de las sin fines fiestas.

Si recibía tantas invitaciones, era por simplemente verla aparecer y chismorrear sobre ella, por eso no se perdía ni una de esas fiestas de etiqueta en donde el lujo era lo primordial. Hermosa y extravagante, delicada y elegante. Una belleza espectacular que dejaba sin aliento, la perfección en aquella sonrisa... permanente en sus labios, esa fiera mirada a la par que misteriosa...y en esas orbes esmeraldas en las que ilegibles para el mundo, escondían su única verdad.

No conocía a sus vecinos, las casas contiguas solo eran eso... pues su interés en conocer más allá era nulo. La invitación a comer le resultó extraña a la par que divertida, ¡la única persona que se atrevía a compartir mesa! Esperaría a su padre, al señor Cavey del brazo de su joven esposa...esa malcriada que se largó en la misma noche que se supo lo del testamento.

Vestido de mangas transparentes de color verde botella, a juego con sus ojos. Cabello recogido en un moño bajo y en su brazo, el mejor vino de su bodega. Su padre jamás se lo hubiese permitido pero ¿acaso estaba allí? no. cuando fue anunciada, una breve sonrisa y una reverencia, desconocía quién era los Boleyn. Mirada fija en el joven que parecía esperarla, de reojo , miró por encima de su hombro como si alguien viniese tras ella.

-Como quiera llamarme... señor Boleyn. -asintió siguiendo sus pasos, de su brazo, siempre manteniendo las distancias... una breve sonrisa -Mi padre me temo que no acudirá esta noche, tiene cosas mejores que hacer como... hacer compañía a los gusanos y veo que es lo mismo por su parte, pensaba que una gran familia me acogería esta noche... -no rió, no le salió más que un suspiro-La mejor invitación de hoy... un whisky para empezar la noche y otro para terminarla... -esperó su copa, agradeciéndole con un gesto de cabeza -No sé si tengo que decir...bienvenidos o un placer volver a veros, no recuerdo haberlo hecho antes... me habría acordado -un trago a su copa, una breve sonrisa prometedora.

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