Te he extrañado tanto - Privado

por **Laura Tejada Luna** Lun Ene 21, 2019 9:49 am

Desde la llegada de su pequeño hijo, aquel niño que Lisand[er le mostrara en el orfanato, y que con solo posar su mirada en la del infante, supo que jamás podría abandonarlo, Luba se había transformado. No era que su vida cambiara radicalmente, pero lo que por mucho tiempo pospuso, ahora lo veía como algo imperativo. por eso, tras el casamiento, Luba supo que era tiempo de dar vuelta la pagina y dejar atrás sus sueños de bailarina principal, de ser parte del ballet. Porque ahora, era la protagonista de una bella historia, en la que poseía dos amores, uno, tan valiente e inmortal, y el otro, tan dulce y refrescante como una suave brisa de primavera.

El día anterior, tras acomodar a su hijo en la cuna, y dejarlo al cuidado de la niñera. Se dispuso a partir rumbo al teatro. había dejado de asistir, el día siguiente de la llegada de Lisandër, de su ultima redada. No había dado una explicación de sus ausencias, y lo más probable sería que la despidieran. Por lo que se dió valor y decidió enfrentar esa posibilidad. Si se iba a retirar del escenario, sería con la frente en alto, y una sonrisa en los labios, pues lo hacía por sus dos amores, y por la seguridad de toda su familia. Los minutos se le hicieron eternos, en el recorrido desde la mansión hasta el teatro. Como lo había previsto, todo el mundo armó un revuelo al verla traspasar las puertas que daban a los camerinos. - Mujer, ¿donde te habías metido? - dijo una de las bailarinas que era su mejor amiga, en ese lugar, mas en vez de regañarle, corrió a fundirse en un abrazo, - no sabes cuanto te he extrañado - afirmo. Luba le respondió afirmando que para ella también habían sido momentos muy fuertes y que la echó en falta. Como era de esperar, no todas estaban felices, su enemiga y competidora, la miró con furia y se apresuró a dirigirse al despacho del empresario. - No te preocupes, es que se le han subido los humos a la cabeza, en todo éste tiempo, ella se creyó dueña del lugar que habías dejado, pero ahora que has vuelto, tendrá que volver a las sombras - la consoló Susy.

Tras hablar con el empresario, presentar una renuncia escrita, y explicar a su amiga, el porque debía dar un paso al costado, se despidió de aquel lugar que por tantos años había sido su vida, luego de Lisandër. Feliz, y aliviada por la decisión tomada, se subió al primer coche de alquiler que pasó y contó los minutos que a separaron de su hijo. Apenas entrar a la mansión, corrió por el vestíbulo, subió las escaleras y se dirigió a la habitación de su pequeño, deseaba abrazarlo, besarle, y esperar junto a él, que su amado inquisidor regresara a ellos, apenas la noche se presentara. Luego que sus ansias de darle afecto, se calmaran, se retiró a sus aposentos, se bañó y preparó, deseaba verse hermosa para su esposo, quien hacía algunas noches en que no le viera por culpa del trabajo. Suspiró, al bajar por las escaleras rumbo al salón diario, donde lo esperaría junto a la chimenea encendida, ya que el otoño se presentaba ese año, un tanto destemplado.