Haciendo una nueva amistad (Jack Turner)

por Invitado Lun Ene 31, 2011 3:15 pm

No se había escondido todavía el sol cuando subía a mi carruaje con destino al Palacio Royal, había quedado con unas duquesas para tomar una taza de café y también no quería darle explicaciones a Zarek desde nuestra última conversación hace un par de días, me habían herido sus palabras y necesitaba salir de nuestra improvisada casa en París, debía salir de allí, despejarme, olvidarme de todo por unos instantes.

Como siempre me acompañaba mi doncella y dos miembros de la guardia real, aunque dentro del Palacio Royal había mucha seguridad pero nunca se sabe que podía ocurrir durante el camino. Clavé mi mirada al exterior del carruaje viendo como el paisaje pasaba ante mis ojos y como poco a poco la noche bañaba de un color azul oscuro cada rincón de París.

Ya era totalmente de noche cuando llegué, el carruaje se paró ante la puerta principal y unos lacayos abrieron la puerta de dicho carruaje y me ayudaron a bajar de éste. Detrás de mí bajo mi doncella siempre manteniéndose un par de pasos detrás de mí. Con paso firme me dirigí al interior del edificio. Era temprano y las mujeres con las que habían quedado no estaban aún, de esperar. Pedí que prepararan una mesa en lo que se podría decir que habían acomodado como una especie de sala de café con unas mesas y sillones y me senté en una de ellas sola esperando que llegaran las duquesas. En esos instantes me daba igual el que dirían de que una reina se sentara sola a esperar.

por **Jack Turner** Lun Ene 31, 2011 9:36 pm

Como casi siempre al anochecer, salía de humilde apartamento parisino a pasear, atrás dejé la mansión de los Turner en el viejo Westminster, aun así, mi nombre era aún reconocido por las altas sociedades inglesas, y mi fortuna era tal, que aun siendo inmortal, quien sabe si algún día alcanzare a derrochar tal suma. En Paris era aún casi anónimo, pero mis arcas pronto atrajeron a los mas perspicaces aristócratas y hombres de negocios hacia mí.

Esa noche tocaba vestir de gala, atrás deje mi desgastada gabardina azabache y las botas de cuero, y me vestí con mis mas valiosas prendas... La primera impresión oficial en Francia, si quería destacar en la nueva ciudad, debía hacer uso de mi encanto y mi dote natural para ganarme a la gente. Había quedado en el palacio Royal con un importante exportador de vinos francés.

Llegué a palacio y tras citar mi nombre a los guardias, me dejaron entrar, aunque la gente que moraba por allí me miraba de una forma un tanto extraña, era una cara desconocida, y todas las urracas de la ciudad se encontraban por allí, al acecho de nuevas almas que exprimir, pero tenían un problema... yo no tengo alma.

Estaba en el vestíbulo, esperando al caballero del viñedo, pero era aún pronto, mas era conveniente mi apresurada llegada, a fin de conocer el terreno, y divisar posibles amistades con las que ganarme un puesto respetable en la capital francesa. Me puse a merodear por el interior del edificio, y al final de un pasillo encontré una puerta entreabierta, que daba, a lo que parecía ser una sala de reuniones, con una mesa preparada para lo que tenia aspecto de una especie de tertulia de señoras, con tazas de café y pasteles por toda la mesa.

Me asomé por el hueco abierto de la puerta, pero no veía nada, abrí un poco más la puerta... y vi a una bella dama sentada sola a un extremo de la mesa, intenté contemplarla unos segundos, pero para cuando quise darme cuenta, se percató de mi presencia, y me decidí a entrar a saludarla como un cortés caballero.

-Propicias noches mademoiselle, ¿que hace una bella dama como vos tan solitaria en esta frívola sala? si no es indiscreción mi curiosidad.

por Invitado Mar Feb 01, 2011 5:01 am

Por un momento estaba absorta en mis pensamientos, había salido de casa para no pensar pero la soledad de aquella sala no me permitía otro entretenimiento en ese instante que darle vueltas en mi cabeza. En un instante, noté como alguien me observaba, como cuando lo hacia Zarek desde la oscuridad. Directamente, mi vista se clavó en la puerta y vi a un hombre. No pude evitar sobresaltarme, me llevé la mano al pecho como si quisiera recuperar el aire y me levanté de la silla a la vez.

El apuesto y elegante hombre me saludó cuando me di cuenta de su presencia y me preguntó que hacia sola en aquella sala -Ahora mismo sobresaltarme.- fue mi respuesta mientras recuperaba el aliento. Cerré los ojos un instante para serenarme -E-estoy esperando a unas duquesas para tomar café pero yo he llegado demasiado temprano.- respondí finalmente a la vez que tocaba mi mano la frente y me colocaba bien la discreta tiara que me había puesto esa noche.

Miré al hombre más serena al fin, no era ningún conocido de los que me habían estado presentando hasta ahora.

por **Jack Turner** Mar Feb 01, 2011 9:03 am

La joven, era una hermosa mujer de ojos verdes e intensos, un cabello castaño, ondulado y suave, y un ligero aroma primaveral, casi era el vivo retrato de Alexandra, jamás había visto a nadie con un rostro tan parecido al suyo, esa piel pálida, y las mejillas sonrosadas, la piel tersa como la de un bebe, y esa mirada hechizante que solo mi fallecida madre adoptiva y amante poseía. Un leve hormigueo recorría todo mi cuerpo, y la luz de la luna llena entrando por un pequeño ventanal al fondo me hacía estremecer, mientras mi mente volaba imaginativa y mis manos gélidas cerrando el puño intentaban tranquilizar mi exaltación.

Me di cuenta de que se me había ido la cabeza un momento, la muerte de Alexandra había sido a penas hace dos meses, y la fragancia de esa muchacha era tan embriagadora, que casi no podía contenerme, pero volví a mi ser y recupere la cordura.

-Lo siento madame, se me ha ido el santo al cielo un instante, siento mucho haberos asustado, yo también he llegado demasiado temprano al parecer y me apetecía conocer las instalaciones un poco...oh! que descortés por mi parte, mi nombre es Jack Turner- dije mientras me ponía firme de nuevo, aunque siempre con esa cercanía que inspiraba confianza-. ¿Y cual es el nombre que se oculta tras el rostro de una flor tan agraciada y delicada como vos?- le pregunté mientras acariciaba su barbilla arrastrando los dedos pulgar e índice, suavemente hacia abajo

No estaba seguro de si había sido demasiado osado, al atreverme a siquiera rozarla, pues no estaba en uno de los tugurios que frecuentaba, ni debía de ninguna de las maneras tratar a una dama del palacio Royal, como si estuviera cortejando a una cortesana cualquiera del centro, pero tenía la esperanza de que mi encandilamiento rompiere cualquier atisbo de desconfianza o alejamiento de la muchacha.

por Invitado Mar Feb 01, 2011 9:41 am

El caballero se presentó como Jack Turner, efectivamente, durante mi estancia en París no había oído mencionar su nombre, tal vez fuera un recién llegado. Pero Jack se atrevió a acercarse mucho a mí con tanta confianza que mientras preguntaba mi nombre a la vez que me alagaba sus dedos acariciaban suavemente mi barbilla, me quedé hipnotizada y paralizada a la vez. Ese pequeño instante que pareció eterno memoricé cada parte de su rostro. Mi respiración era profunda y relajada.

Volviendo a mi momento de lucidez aparté su mano e hice un paso hacia atrás -¿Cómo se atreve?- pregunté firmemente clavando una mirada dura en él, era una mujer de carácter fuerte capaz de enfrentarse a cualquiera y hacerse valer -¿Trata así a todas las damas? No soy una mujer con las que se pueda permitir tanta confianza.- le dije poniendo recto mi cuerpo como si quisiera parecer más dura y alta de lo que era.

Antes de que hablara también parecía que Jack estuviera pensando que había sido un error acercarse tanto a mí, si era así, estaba en lo cierto.

por **Jack Turner** Mar Feb 01, 2011 10:02 am

La muchacha se apartó, sin duda era una mujer difícil, pero después de mas de 150 años de vida, había visto y vivido de todo, e intimidarme no era algo que cualquiera se pudiera permitir, aún así, me retracté, dado que no podía echar a perder mi primera oportunidad de lograr una reputación en Paris.

-Cuan osada mi impertinencia, mis mas sinceras disculpas madmoiselle

¿Quién se creía que era esa joven para descargar tal obscena interpretación ante mi persona? eso me hizo pensar... quizás no era una simple dama de la alta sociedad, y estaba metiendo la mano en la boca del lobo, pero bueno... los lobos tampoco eran algo que pudiera intimidarme, y volví a intentar ganarme su confianza, esta vez mas cauteloso.

Creo que no hemos empezado con buen pie... soy Lord Turner de Westminster- dije mientras me inclinaba levemente ante ella- y vengo a palacio por un asunto de negocios relacionados con un viñedo en Normandia- estreché la mano firme y la mire a los ojos con seguridad esperando a que me contestara con su nombre y título.

por Invitado Mar Feb 01, 2011 11:35 am

Asentí ante su disculpa señal de que la aceptaba. Poco a poco me relajé al ver que el señor Turner demostraba mucha más cortesía.

Se inclinó levemente ante mí volviendo a presentándose de nuevo pero está vez también mencionó su título y la razón de que estuviera en el Palacio Royal. El tacto de su mano me recordó mucho a la de Zarek, la misma frialdad que hacía que me estremeciera desde la parte baja de mi médula espinal hasta mi nuca, lo miré un tanto extrañada por el contacto con su piel.

-Soy Julia Dalaras, reina de Italia.- me presenté, no creí necesario volver a decir el motivo por el cual estaba en el Palacio. Mientras me presentaba incliné levemente mi cabeza haciendo una ligera reverencia en forma de saludo sin soltar su mano.

Solté su mano -Le ofrezco que se siente conmigo mientras espera al señor del viñedo de Normandia, Lord Turner.- le ofrecí señalando la pequeña mesa donde había unos pasteles, café y una tetera con té.

por **Jack Turner** Mar Feb 01, 2011 12:14 pm

Nada mas... ni nada menos... una reina... jamás había conocido a una reina europea en persona, después de 154 años, había recorrido todo el mundo, conocía a jeques árabes, a princesas del lejano oriente, a hombres ricos y poderosos, a mercenarios y a soldados, a duques y condes, a comerciantes del nuevo mundo, pero nunca a nadie de su talla. Y allí estaba ante mis ojos, la preciosa Julia, su verde iris se clavaba cada vez mas en mi mente, y su grandeza era comparable tan solo a un amanecer de verano con la brisa marina recorriendo tu cuerpo.

-Su presencia es un gran placer para mi, su majestad.-volví a inclinarme esta vez mas formalmente

Acto seguido me senté a su lado en la mesa que había a mi izquierda, y rápidamente me interesé por su persona, la reina de Italia... parecía que la fortuna estaba a mi favor y que aquella noche podría acabar siendo fructuosa, ¿y quién sabe? quizás, lejos de todo ámbito formal o comercial, pudiere surgir una grata amistad con aquella deslumbrante joven.

-Y bien... ¿echáis de menos vuestras tierras? he recorrido casi toda Italia, sin duda un lugar tranquilo y fascinante, con un toque bohemio, y todo muy rústico y familiar, aún puedo sentir el pan recién hecho por la mañana en la casa de la signora Isabella- en ese momento me deje llevar por los gratos recuerdos con Alexandra en la Toscana-.¿quiere que le sirva algo mientras esperamos majestad?

por Invitado Mar Feb 01, 2011 3:31 pm

Cuando el señor Turner oyó que estaba tratando con una reina hizo una nueva reverencia mucho más formal la cual le respondí con una nueva leve reverencia con mi cabeza.

Aceptó mi invitación a quedarse conmigo a esperar al hombre de negocios con el que había quedado. Me senté de nuevo donde había estado sentada antes y Jack se sentó a mi lado. Muy amable, empezó a entablar conversación conmigo y me ofreció servirme algo -De momento no, gracias. Pero sírvase usted lo que quiera, por favor, si le apetece.- le respondí con una ligera pero sincera sonrisa en mis labios. -¿Sinceramente? Sí, echo de menos Italia. Francia es un país espectacular. Italia no tiene nada que envidiar. Ambos países tienen su propia belleza: Italia tiene el sol de la verde Toscana, Francia tiene bonitos bosques… Podría estar horas hablando de las maravillas de cada país, aunque alguna vez extraño mi país natal. Supongo que a todo el mundo le pasa.- empecé a hablar con más relajación y con más confianza.

-¿De qué parte de Inglaterra es usted, Señor Turner?- le pregunté para no estar hablando todo el rato yo.

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