Plegarias no escuchadas

por **Lilianne Dugarry** Sáb Abr 23, 2011 4:46 am

Los tacones de mis zapatillas resonaron en el piso de la iglesia haciendo que algunos feligreses que se encontraban rezando voltearan a verme con curiosidad. Sin importarme las miradas y los susurros llegué hasta el frente de la iglesia y me senté justo a un lado del cubículo de confesión.

Me gustaba acudir ahí cuando quería disfrutar de un poco de tranquilidad. Una iglesia es silenciosa y fresca en verano; cálida y acogedora en invierno. Las personas no hablan en voz alta como en un restaurante o parque; ahi estan en silencio, consumidos en sus propios pensamientos, tratando de remediar lo que no tiene remedio.

Una niña tomada de la mano de su madre apuntó a mi cabello y dijo que parecía salido del sol. Le sonreí con ternura mientras me decía adiós con la mano. Me recordó un poco a mi cuando era solo una pequeñita de su edad, cuando mi padre me llevaba de paseo o a comer con sus amigos. Me mordí el labio sin dejar de sonreir, bajando un poco la cabeza.

Seguía con la sonrisa dibujada en los labios cuando sentí la presencia de alguién cerca. Demasiado cercano para ser un simple parroquiano. Levanté la mirada lentamente y saludé a quién había tenido, al igual que yo, la misma idea de acudir esa tarde a la iglesia- El Señor esté contigo... -Hice una pausa y añadí irónica- Porque conmigo no ha estado en mucho tiempo.

por **Jocelyne Landreau** Mar Jun 14, 2011 9:10 pm

Entró en la iglesia sin ganas. No había sido su idea ir a aquel lugar y tampoco le apetecía en aquellos momentos estar allí, pero como buena dama de sociedad que era, tenía que visitar de vez en cuando aquel recinto. Su rostro serio, jamás dejaría notar que no estaba a gusto.

Avanzó por aquel pasillo mientras el susurro de las plegarías llegaba a sus oídos. Miró hacía el frente y aquel altar se imponía ante ella, realmente como algo divino, aunque su atención se dirigió a una pequeña niña que se iba tomada de la mano de su madre. Una sombra de lo que pudo ser una sonrisa surco su rosto. No recordaba cuando había sido la última vez que había ido a la iglesia con su madre, si es que alguna vez lo hizo.

Podía sentir las miradas de algunos curiosos posarse sobre ella, pero por raro que pareciese en aquel momento eso no le produjo nada. Quizás un poco de la humildad del señor había hecho mella en ella al estar ahí. Tuvo que reprimir una sonrisa ante ese pensamiento absurdo.

Se dirigió a la parte delantera y al pasar por al lado del confesionario, una joven no mucho mayor que ella habló y la hizo detenerse para mirarla.

Levantó una ceja irónica al escucharla.

La observó y notó que debía ser una joven de clase alta, sin duda. Sus ropas y accesorios no podrían ser de otra persona. Al haber regresado hace tan poco tiempo no conocía a mucha gente y los nombres que estaban en su cabeza eran demasiado pocos.

—El Señor este contigo —correspondió a sus palabras—. Esperemos que ahora tengas más suerte —agregó en un susurró sonriendo.

Spoiler:

por **Lilianne Dugarry** Mar Jun 21, 2011 1:14 am

Giré el rostro para ver a quién había respondido mi diálogo imaginario. Era una joven completamente desconocida pero su presencia me indicaba que debía ser de nuestro círculo de amistades- Por eso rezo cada día, en espera de que él me acompañe de nuevo -Le respondí sonriendo. Aguardé unos segundos, solo para poder darme cuenta si ya iba en retirada o estaría más tiempo en el templo. Cuando me percaté que no se marchaba o iba acompañada de alguién más, hice un sonido con mi garganta para llamar su atención. Cuando ella giró su rostro para verme, le indiqué con mi mano que podía tomar asiento si lo deseaba.

Anhelando empezar una charla, comenté- Disculpe mi curiosidad y perdone si lo siente como una intromisión ofensiva, porque esa no es mi intención, pero... ¿vive Usted en Paris o es una turista que nos distingue con su visita? -Me di cuenta que quizás estaba siendo un poco curiosa y agregué entre sonrisas- Solo lo digo porque soy asidua a este templo y no la había visto jamás en ninguna de mis visitas... y recordaría a alguién como, Usted.

Spoiler:

por **Jocelyne Landreau** Miér Jun 29, 2011 6:51 pm

Cuando ella le ofreció el sentarse a su lado miro el lugar y tomo asiento. Si tenía que estar en aquel lugar por lo menos podría hacerlo acompañada. Aquella joven parecía ser agradable, no es que le llamara demasiado la atención, pero no le vendría mal el hacer amistades ahora que estaba en Paris.

—Está en lo correcto —le dijo, afirmando su suposición— acabo de llegar de Londres. Es la primera vez que vengo a esta Iglesia desde mi regreso —con aquellas palabras dejaba claro que ya había estado en Paris y que no era la primera vez que lo visitaba.

Al igual que la ciudad, la catedral tenía ese algo sobrenatural que te llamaba la atención y que tanto la atraía. Toda un aura de misterio rodeaba la capital. Las historias que se contaban acerca de las criaturas que allí residían recorrían los países, despertando la curiosidad en muchos y el horror en otros. Jocelyn se descantaba por lo primero. Volviendo a la realidad volvió a mirar a su acompañante.

—Jocelyne Landreu —se presentó ante ella. Si tenía suerte quizás podría acompañarla a dar un paseo y hacer de aquel día algo más interesante. Estar con alguien que conociera los lugares y pudiera mostrarle lo que había cambiado desde que se fue sería agradable. Tenía ganas de salir de allí y visitar algo más animado.

por **Lilianne Dugarry** Mar Jul 05, 2011 3:47 am

Asenti con la cabeza cuando me dió la confirmación de lo que imaginé. No es que me preciara de conocer a las personas, pero si a los lugares. Me adelanté y extendí mi mano para saludarla cuando mencionó su nombre- Un placer señorita Landreau, me llamo Lilianne Dugarry. Soy iniquilina de la ciudad desde que nací y no tiendo a irme lejos... extraño mi Paris demasiado cuando lo hago -Me sonreí e intenté recordar el apellido Landreau, pero no tuve suerte. En Paris eramos tantos y tan pocas gente interesante, que me alegré de que regresaran habitantes. Retiré mi mano y me alisé el vestido, seguí viendolo hasta que se me ocurrió decir- Debió estar fuera algun tiempo, la iglesia es antigua y bastante conocida, por eso me es extraño que no hubiera venido antes... pero en fin, usted está ya aquí, asi que lo menos que puedo hacer es mostrarle los alrededores -Me pregunté si tenía algun compromiso, así que opté por tomar su opinión-Después de la oración de la tarde, si gusta, podemos ir a tomar un café o dar un paseo para que conozca un poco los alrededores; no es nada de mencionar o halagar, pero por lo menos no se perderá cuando vuelva de nuevo.

por **Jocelyne Landreau** Dom Jul 17, 2011 5:05 pm

Sonrió ante la propisición de la joven, era justo lo que necesitaba en aquél momento. El ambiente de aquel lugar era un tanto deprimente. Nunca le había gustado demasiado visitarlo, pero era una obligación que no podía pasar por alto siempre.

—Solía venir aquí de pequeña —contó—, antes de irme al extranjero. Ahora que he vuelto, puede que nos crucemos más seguido —le sonrió.

Las ganas de salir de allí crecían. Y más ante la expectativa de ir a recorrer los alrededores en compañìa. Hasta aquel momento no se había dado cuenta de cuanto extrañaba Paris. El lugar donde había vivido todos aquellos años era hermoso y le había gustado. Pero aquella ciudad la atraía de sobremanera, se sentía en su lugar estando allí.

—Me encantaría —le contestó—. Sería agradable poder pasear un rato con buena compañía. La verdad es que no tengo muchas amistades en la ciudad —le confesó. Era extraño que le dijera aquellas cosas, pero Lilianne le parecía una joven agradable y era fácil conversar con ella.

La señorita Dugarry había logrado que su mal humor se esfumara. Las expectativas por salir de paseo hicieron que su cara mejorara, aunque fuese poco perceptible.

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