Ojos verdes (+18)

por **Marianne Allarousse** Dom Oct 23, 2011 11:38 am

-Eres lo más valioso que tengo y todabía sigo sin creerme que seas mío. Tengo tantas ganas de estar a solas contigo, de poder acariciar tu piel, de poder rozar tus labios... pero esta noche me tocará conformarme con soñar contigo. Te echo muchísimo de menos, no paro de pensar en tí. Nunca pienses que lo nuestro no va a ser para siempre, porque yo quiero pasar el resto de mis días a tu lado. Eres lo más bonito que me ha podido dar este mundo, y eres la única persona que me puede hacer completamente feliz. Te amo, mi vida...-
Mi pluma, empapada en tinta, recorría atropelladamente una hoja que había encontrado en el suelo. Había llegado de mis clases, de la ciudad, y en la cabaña no había nadie. Al percibir su ausencia, mi interior se había corrompido con tristeza, y mi soledad había vuelto a salir a la superficie de mi alma.
Le dejaría la carta sobre el piano, y me dormiría en su cama, para que, cuando llegase, me viese allí y me tomara entre sus brazos, devolviendo la vida a mi cuerpo.

Me desvestí, me puse el camisón para dormir y me metí en la cama, sintiendo el frío de mi soledad y mirando por la ventana, deseando que apareciera de un momento a otro.

por Invitado Lun Oct 24, 2011 11:10 am

Había salido a alimentarme, pero no solo valía con eso. Quería darle una sorpresa a Bella. Había llenado una botella de vino con la sangre sobrante de mi víctima, y me disponía a compartirla con ella. Corría por el bosque, esquivando los árboles, prestando atención a cada sonido, intentando pasar desapercibido, como una sombra, como un cazador.
Localicé la cabaña. Nuestro hogar. Nuestro sueño. Las llamas de las velas expandían sombras extrañas por toda la habitación. La ventana estaba abierta, y las cortinas ondeaban como plumas movidas por el aire.

De un salto, me encaramé al marco de la ventana. No me hacía falta mirar en su interior, sabía que estaba ahí. La olía, la percibía, con un perfume sagrado e inmortal que penetraba en mi cerebro como el olor de un loba atrae a sus lobeznos. La miré, allí en nuestra cama, desnuda y cubierta por las mantas. Ansiaba meterme allí con ella, pero pude ver algo sobre la tapa del piano. Me acerqué y lo tomé en mis manos.

Era una carta de Bella. Al leerla, me recorrió un escalofrío... su letra, sus trazos, sus palabras... todo estaba perfectamente dispuesto, capaz de derretirme con solo oler la tinta. Aun así, la leí, y el nudo de mi garganta fue creciendo más y más, impidiéndome hablar, y en lugar de palabras, surgieron lágrimas. Su carta me había llegado hasta el alma. Su carta me había llenado de felicidad, y ahora sabía que me amaba, tanto como yo a ella, sin duda alguna.

Me acerqué lentamente a Bella, apagando con mis dedos todas las velas que encontraba a mi paso, aunque sin dejar de mirarla. Era tan hermosa como un sueño, tan perfecta y musical como la mejor obra de Mozart.
-Es preciosa...- susurré, en la oscuridad, aunque estaba seguro de que ella me veía igual. Sin más dilación, me acerqué peligrosamente a ella, aspirando su dulce aroma, antes de besarla.

por **Marianne Allarousse** Miér Oct 26, 2011 12:15 pm

Estaba medio adormilada, cuando percibí su aroma y me desvele pero seguí en la cama sin moverme ni un centímetro.
En ese momento el ascendió por la ventana de la cabaña, y distinguí el dulce olor a sangre fresca, no pude evitar sonreír en mi interior, me había traído un regalo, pero yo sabia perfectamente a lo que el quería jugar.
Escuche el roce del papel que estaba posado encima del piano con sus manos, supuse que habría encontrado mi carta y que la estaba leyendo, a si que decidí quedarme en la cama como si estuviera dormida.
Entonces se aproximo poco a poco a la cama y note como iba apagando las velas a cada paso que daba, a continuación se tumbo en la cama al lado de mi, me gire y le abrace con todo mi cariño, ya que le había echado mucho de menos durante mis clases, y mientras me acorde de el regalo que me había traído no pude evitar susurrarle al oído.
-Con que mi punto débil…-y tire mi aliento en su oreja, de forma que pude notar como le recorría un escalofrío, y dije-Eso es jugar sucio.
Y empecé a rozar su pierna con la mía, y acariciar sus pies con los míos, sabiendo perfectamente cual era su punto débil. Y finalmente dije:
-A si que no pretendas que yo juegue limpio- con una sonrisa en el rostro.

por Invitado Jue Oct 27, 2011 2:00 pm

Escuché sus palabras, y me quité la camisa. El aire era frío, incluso más que mi cuerpo, pero el roce de la piel de Isabella mantuvo mi temperatura. Me subí sobre ella, abriendo el corcho de la botella de sangre con mis dientes. Bebí y sentí cómo aquél líquido encarnado y cálido caía lentamente desde mi boca a mi barbilla. Dejé la botella sobre el suelo, con cuidado para que nos e derramara y me incorporé sobre el cuerpo de Bella, apretando sus manos contra el colchón.
Entonces acerqué mis labios agresivamente a ella, observando como sus pupilas se dilataban exageradamente por el olor a sangre. Saqué mis colmillos y sonreí felinamente, echando mi gélido aliento sobre su boca.
-Entonces... ¿quieres jugar conmigo?- dije, cambiando mi expresión a una más inocente. Volví a sonreir y lamí su labio inferior, esperando que mis intenciones llegaran a alguna parte aquella noche.
Ansiaba escucharla gemir en mi oído.

por **Marianne Allarousse** Mar Nov 01, 2011 11:57 am

Se quito la camisa y se coloco sobre mi, no pude evitar quedarme observando su torso, pues era lo mas bello de este mundo, cada poro de su piel, cada mirada que me regalaban sus ojos, cada mínimo detalle de él estaba perfectamente creado para que mi ser se estremeciera cada vez que le contemplaba, seguía sin creerme que me hubiese elegido a mi, pero me daba igual, le amaba con todo mi ser. Entonces cogio la botella de sangre y probó un trago, poso la botella sobre el suelo, a continuación se volvió hacia mi aferrando mis manos contra el colchón y observe como se le derramaban unas gotas de sangre por la barbilla, acerco sus labios a los míos y arrojo su aliento en mi boca, el aroma me dejo fascinada, cerré los ojos y note como se me hacia la boca agua. Y finalmente dijo:
-Entonces… ¿quieres jugar conmigo?- y lamió mi labio inferior, el sabor a sangre me excito aun más y me provoco un escalofrío. Casi sin aliento dije:
-Acaso lo dudabas- me acerque a su rostro con intención de besarle pero en lugar de eso, lamí las gotas de sangre de su barbilla y me relamí los labios. Pude observar como se le formaba una sonrisa en el rostro. Hice ademán de ir a besarle pero se apartaba, simplemente dejaba que mis labios rozaran con los suyos, así repetidas veces asta que me di por vencida y me relaje apoyándome en el colchón, esperando a que el me hiciera suya, cosa que deseaba con toda mi ansia.

por Invitado Mar Nov 01, 2011 3:18 pm

Ella se rindió cuando yo huía de sus besos. Mi rostro se volvió serio, pensé que le había sentado mal el apartarme de ella, pero al final, volví a sonreír cuando tuve su cuello junto a mi boca. Olí su dulce aroma, dejé jugar a mi lengua en su piel, y eché mi aliento en su mentón. Besé su cuello, recorriéndolo suavemente hasta su hombro, después me levanté de golpe. Quería más sangre. Me llené la boca, y el líquido carmesí se escapó de mis labios, recorriendo mi barmbilla y mi cuello, hasta cubrir mi torso. Pareció que me habían degollado.
Le dejé a Bella la botella, mientras yo me quitaba las botas de cuero y los pantalones. Ella estaba desnuda, y yo en ropa interior, aunque el aire gélido del exterior me erizaba la piel. Me senté sobre la cama, cruzando las piernas y coloqué a Bella sobre mí. El roce de su piel me erizó el bello.
-¿A qué quieres jugar?- pregunté inocentemente.

por **Marianne Allarousse** Lun Nov 07, 2011 5:11 am

Empezó a morderme el cuello, recorriéndolo con la lengua. Entonces se levanto y cogió la botella de sangre y bebió de ella asta que se le derramo por todo el cuello y hasta que le cubría parte del torso, a continuación me entrego la botella, pero yo no quería beber la sangre que se encontraba en la botella, la sangre que se me antojo a mi era la que se encontraba cubriendo su torso.
Se colocó en la cama con las piernas entrecruzada y me coloco encima de el, me pregunto a que quería jugar, pero en lugar de responderle, empecé a lamer la sangre que tenía por su cuello y la que se encontraba en su torso, de modo que cada vez me iba excitando mas y mas, le bese con todas mi avaricia, como si mi vida fuera en ello, le bese con agresividad pero al mismo tiempo con ternura, y empecé a morder su labio inferior, al mismo tiempo que mi mano jugueteaba con la parte trasera de su pelo, esperando a que eso le sirviera como respuesta.

por Invitado Mar Nov 08, 2011 9:31 am

Ella comenzo a besarme agresivamente, y yo respondó acariciando su espalda, aunque conforme me cogió del pelo, mis caricias se convirtieron en arañazos. Acaricié su pecho izquierdo cada vez con más fuerza, miwentras le mordía la oreja y exhalaba en ella mi frío aliento. Me excité y sentí que estaba listo para complacer su ansia, por lo que comencé a acariciar su pubis.
Con mi dedo corazón alcancé el punto exacto que más le satisfacía, el roce indirecto de mi miembro bajo mis pantalones me provocó, por lo que fuí acariciando su intimidad cada vez más rápido. Entonces me quité los pantalones y volví a colocarme como estaba antes.
Gemí en su oído cuando ella me rozó sin querer y volví a besarla. Sentía una especie de sed... o hambre de ella, de sentirala bajo mi cuerpo, de hacerla mía por completo, de juntarnos en un mismo ser.

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