Eiri [Ficha]

Eiri/26 años/Humano/Clase baja/Heterosexual/Paris/

Descripción Física

De facciones finas, tiene el color de cabello castaño oscuro y varia para llevarlo, entre largo y corto, aunque en su mayoría termina cortándolo, sus ojos son de un color verde azulado, su madre solía decirle que cambiaban incluso a un color avellana bonito ya que dependía del humor de este chico, de cejas tupidas que le ayudan a una mirada profunda y sexy, sus labios son gruesos, incluso demasiados carnosos, su nariz tiene un ligero respingo, y a veces conserva una ligera barba en ella, su madre confundía su rostro con el de una niña, por lo que siempre ha dejado que este se vea varonil con esa característica. Su cuerpo esta trabajado debido a los arduos trabajos a los que se sometió de muy joven, gusta de estar desnudo o sin camisa cuando puede, su piel es ligeramente aceitunada por lo mismo de estar expuesto al sol, anteriormente era pálido pero ese efecto bronceado en él se fue dando con él tiempo.

Descripción Psicológica

Una persona bastante dócil, que está dispuesto a ayudar a quien más lo necesite, puesto que vio la carencia que él tuvo de niño, tiene un instinto muy paternal, al igual que romántico y demasiado generoso, con las mujeres es demasiado cuidadoso y un ejemplo a seguir puesto que su madre al ser soltera y no tener a nadie más que a él, el amor que se brindaban era incondicional, con los hombres machistas o que piensan que las mujeres no sirven para nada más que estar en el hogar se comporta de una manera fría e indiferente, piensa que con ese tipo de personas no quiere lograr entablar conversaciones, es demasiado responsable y trabajador, la mayoría de las personas que le conocen lo quiere, puesto que es un ejemplo a seguir.

Pero nada es como lo parece puesto que también al ser hijo único y quedar prácticamente huérfano, tiene sus momentos de caídas en lo que es ‘alcohol’, y su actitud suele cambiar como muchos tantos, se vuelve agresivo e incluso tan irreconocible que es mejor no conocerlo en ese estado, ya que sale a flote todo lo que tuvo que tragarse por la muestre de su madre. No es un soñador ni conformista, sabe de lo que es capaz y hasta dónde puede llegar, pero tampoco aspira a ser rey, está enamorado aunque pocas veces lo demuestre, y conforme a eso haría y daría todo por aquella mujer que tanto ama.

Historia

Audrey una chica perdidamente enamorada de un caballero que le lleva más de diez años, ella apenas tenía ocho cuando se perdió en esos orbes avellanados, su piel ligeramente blanca como la nieve y esos cabellos castaños, y ella siendo hija de los sirvientes de esa familia donde ‘su amor’ pertenecía, rubia, pálida, de ojos azules, pero esclava de aquellos, y cada día ella era la encargada de cuidar a los caballos, los jardines y tareas ‘pequeñas’, fue creciendo, su cuerpo moldeándose al de una mujer y ese amor suyo de igual manera, y fue cuando él por fin poso sus ojos, en aquella muchachita de apenas quince años, cada mañana cuando ella debía entrar a la cocina, había una rosa esperándole, una tan amarilla como sus cabello con una carta que escondía hasta que llegara la noche para poder abrirla, era de él, su amor, de aquel apuesto caballero al que esperaba cada noche.

Sin embargo, una noche, él la llevo a los establos, solo para desnudarle y embarazarle, la familia de la chica se deshonro, puesto que ella se negaba a dar el nombre del padre, este le había advertido que callara, si abría la boca la muerte segura estaría, él le destrozo más que la vida, puesto que su familia la exilio, empezó a trabajar con personas de la clase media que fueron bondadosas con ella y con él niño que llevaba en vientre, pero siempre estuvo enamorada de aquel hombre que le arruino y termino con lo poco que poseía.

Y finalmente llego Eiri, un dulce niño que tenía los ojos de su amado, lo cuido y amo con todas las ganas del mundo, se desvivió por darle lo mejor y hacer de él un buen hombre que no fuera como su padre, aquel hombre de clase alta que casado estaba y a ella le había dado un hijo, mientras fingía ser fiel, en el fondo ella sabía que él si le amaba pero que le avergonzaba estar con alguien que no tuviera dinero. A su hijo le dio valores familiares como nadie, le hizo de padre y madre mientras seguía trabajando y aunque no tuvieran demasiado dinero ella le daba una buena educación en casa, le enseño a leer y escribir entre otras cosas.

El chico agradecido y a su vez viendo la necesidad de su madre empezó a trabajar en la casa de las mismas personas, en el campo, en trabajos que solo un hombre podría hacer, así por varios años, siempre adopto a los niños más pequeños de su misma clase como hermanos, pues él era el mayor entre todos, trabajo en la iglesia junto a un sacerdote que le apoyaba y fue su mentor, su madre enfermaba repentinamente, ella era joven y casi no trabaja debido a que Eiri decidió hacerse cargo de ella, como recompensa a haberlo criado. Nunca pregunto por su padre puesto que sabiendo lo que hizo jamás quiso conocerlo.

Pero una noche, ciertas personas llegaron a su casa, mandados por alguien, cuyo nombre no recuerda él, pero si el escudo de esa familia, él había quedado hasta tarde trabajando, lo habían llevado hasta las afueras de parís por un encargo y de pronto, las abrazadoras llamas del fuego consumían la casa donde su madre, intento recatarla, luchando contra todo, pero un hombre de clase alta montando en caballo con más subordinados se lo impidieron, lo golpearon y torturaron hasta dejarlo sin conocimientos, perdió la memoria y recuerdos de esa noche, perdió el nombre de aquel despiadado ser, incluso su rostro no lo recuerda.

Su mentor el sacerdote le dio techo y cuido de él hasta su total recuperación, volvió a construir otra casa con ayuda de otros aldeanos que lo apreciaban y lamentaban lo sucedido, años más tardes después de dedicarse a trabajar en el campo, con el ganado y demás labores, llegan ciertos hombres que lo contratan como servidor para una de las familias más ‘ricas’ en parís, y empieza a hacerlo por meses, pero también encuentra algo ahí, una hermosa ninfa, una hermosa mujer Ellere tan hermosa…


De la cual tiene un sentimiento profundo. Pero una tarde cuando es llamado dentro de aquella mansión descubre algo, aquel escudo que portaba el responsable del incendio, es nadie más que el padre de su amada. Y aunque permanece en esa casa sin ser reconocido por el señor de esas riquezas, su objetivo es descifrar el misterio de la muerte de su madre, además que ya han tenido uno que otro roce pues Eiri en varias ocasiones se ha atrevido a hablarle a Ellere. Y su padre no soporta ver a su hija con ‘un sirviente’ más...