Calor y soledad

por Sybelle* Mar Ene 01, 2013 8:54 pm

Era una de esas tardes bien normales, había desayunado bien por la mañana, mi hermana se había levantado con un humor de perros pero fue soportable la situación. Había leído el diario antes de salir de casa para enterarme de las novedades, por la mañana no hubo ni un solo cliente, la mayoría estaba sin salidas sociales así que imagine que seria por eso. Me había aburrido mucho esa mañana así que me dispuse de unos papeles y un lápiz para poder diseñar algunos modelos básicos, algo aplicable a cualquier reunión casera de alta alcurnia, algo con estilo y que a la vez sea un modelo básico para alguna fiesta de la alta sociedad, algo sutil y poco llamativo.

No tenia mucha inspiración actualmente porque me había mantenido hace varios días sin salir, sin hacer nada divertido. Era esclava de mi soledad y monotonía, que cosa peor que la mía?
Había muchas peores, ciertamente. Pero buscaba aventuras. La noche pasada me había despertado por la noche con ansias de compañía, no era algo que sucedía a menudo, pero realmente necesitaba de un hombre que me reconfortara por la noche, si fuera tan fácil conseguir alguien con quien compartir el lecho... en realidad lo era, lo difícil era encontrar lo que mi madre llamaría " el hombre adecuado " ademas no tenia ganas de meter a cualquiera a mi casa. Era inseguro.

Por la tarde en el local seguía la monotonía. Hacia bastante calor encima así que me contentaba con abanicarme frente al mostrador mirando un manqueen a ver si automáticamente me inspiraba. Por la noche iría a visitar el burdel.. una loca idea a la que nadie me acompañaría de seguro, pero hubiera sido bueno contar con alguna amiga soltera que fuera de ayuda en esta situación... Podría colocar un cartel en el exterior de la casa de modas? me reí sola de pensarlo. Era una idea alocada, inducida posiblemente por el calor. Marianne, la dueña del local, entraba y salia del mismo a medida que iba realizando algunos tramites.

-Dios... porque nadie entra???-

por **Lucinda Gregory** Miér Ene 02, 2013 6:49 am

Casi me habían obligado a salir. Durante aquellos días había estado bastante apática, sobre todo después del funeral, aunque, irónicamente, había despertado cierta inspiración en mi, me hacía ganas de crear más poesía. Una poesía oscura, melancólica, algo que me mantuvo durante horas escribiendo, bien en mi habitación o bien en algún lugar oculto de París, dónde nadie pudiera pillarme, ni siquiera Eva, que muy a menudo se reía de mí por esa apatía. Le parecía algo sencillamente ridículo. Pero yo ya no hacía caso a lo que dijese mi hermana. Aunque ella había decidido que ya iba siendo hora de que saliese un poco, así que prácticamente me había arrastrado fuera de casa por la tarde. Entre mis protestas. Pero como ella era mucho más fuerte que yo, pues me había visto arrastrada, y no podía hacer nada, absolutamente nada, para evitarlo. Así que me llevó de un lado para otro mientras sonreía de vez en cuando ante mi fastidio. Y así durante todo aquel bendito día.
Hasta que en un ir y venir terminamos en una tienda de vestidos. O al menos eso es lo que me pareció a mí, aunque Eva por lo general sabía mucho más del asunto. Así que se perdió entre vestidos y más vestidos de satén mientras yo andaba de un lado para otro como si fuese una bala perdida, dándole de vez en cuando algunos toques a mi vestido negro y curioseando con cierta apatía alguna que otra cosa. Tampoco podía decir que los vestidos no estuviesen mal. La mayoría de los que había por allí eran bonitos, aunque yo no tuviese mucha idea de moda que digamos. Me gustaban las telas, y no era difícil imaginarse llevando uno de esos bonitos vestidos. Una de las dependientas pasó por mi lado, pero yo apenas me di cuenta de ello. Caminé de un lado para otro mientras esperaba a mi hermana, aunque ya me estaba planteando la posibilidad de escaparme de allí dejándoa sola, incluso sin el carruaje. Bien que se lo merecía la muy ramera. Mi atención se dirigió hacia el techo, y luego mi atención se dirigió hacia la dependienta, que en aquellos momentos se estaba abanicando. Debía de ser culpa del calor, aunque en aquellos momentos yo apenas me daba cuenta, de lo distraída que estaba. Ladeé la cabeza y mi pelo largo y rubio cayó en cascadas onduladas por un lado, cosa que solía pasarme siempre que perdía cuidado. Lo cual sucedía muy pero que muy a menudo y en cosas que normalmente me parecían importantes. Pero importantes de verdad, no cómo esas cosas que normalmente no tenían sentido algunos. Cosas en las que a más de uno se les escapaba la vida. Y había un millar de cosas que podías incluir en ese punto.
Y entonces se me ocurrió una cosita que me animó un poco. Algo que quizás me salvara de haber perdido aquel maldito día. A lo mejor si me conseguía un bonito vestido de satén como ésos que me había imaginado...a lo mejor eso me animaba un poquito. Me acerqué a la dependienta pensando en cómo formular lo que se me acababa de venir a la cabeza. Era un poco caro lo que podría pedir. Pero, en cuanto a vestidos, no me preocupaba mucho el dinero, y a mi hermana menos, que si la dejáramos bien sería capaz de desvalijar aquella tienda y unas cuantas más de paso.
-Disculpe...-esperaba que no entrara Eva de repente y me interrumpiera. Pero eso no sucedería al menos durante los próximos veinte minutos. Mi gemela andaba de un lado para otro absorta en los vestidos como un gato que contempla un delicioso banquete que está a puntito de comerse. Probablemente en aquellos momentos ni se daría cuenta de nuestra presencia, lo cual era algo bueno-me gustaría hacer un pequeño encargo, madame. Me pregunto si sería...posible.

por Sybelle* Jue Ene 03, 2013 8:09 am

El calor me había agobiado por completo porque casi ni había notado la campanilla de la puerta repiqueteando cuando entró clientela, por Dios! que diría la dueña del lugar si sabia que la vendedora había salido del local abandonándolo por completo para irse de aventuras con un hombre, era muy liberal y lo veía bien, al menos no se enclaustraba en la rutina como yo, al menos tenia vida. Seguí abanicándome solo que mantuve un poco mas erguida la postura esta vez, en este momento yo era la única cara visible del local.

Dos mujeres habían entrado en la tienda, a juzgar por lo que veía se podía decir que una era el reflejo de la otra salvo por la pequeña diferencia de actitudes, una era mas decidida y estaba como buscando algo en concreto, en cambio su copia fiel parecía solo acompañarla como de compromiso. Solo las contemple porque no conocía técnicas de venta en absoluto, solo podría ofrecerles ayudas con los diseños y lo que mejor les iba a quedar pero no mucho mas que eso. Lo de la venta no se me daba bien, no sabia ni vender ni comprar, ni hablemos de trueque o regateo, era un asco con esas cosas por eso no lo hacia, salvo el habito de la compra aplicaba a mi día a día.

Una de las jóvenes se quedó pensativa pero aparté mi vista de ella porque no quería que notara que estaba entrometiéndome en su situación, busque unos papeles bajo el mostrador y los dejé sobre él y acomodé el mismo que estaba algo desprolijo a la vista con algo de polvo sobre el vidrio superficial. La chica pensativa se acercó a preguntar

-Disculpe...me gustaría hacer un pequeño encargo, Madame. Me pregunto si sería...posible.-

Esto lo dijo en un tono algo bajo, discreto y mirando de reojo a su gemela por lo que le seguí la corriente y tomando las hojas que había dejado sobre el mostrador y despacio respondí con una sonrisa.

-Por supuesto, dígame que prenda desea encargar?-

por **Lucinda Gregory** Vie Ene 04, 2013 7:42 pm

En cuantito que aquella dama me preguntó lo que quería encargar, me puse a pensar. En miles de cosas. Porque eso era algo que tenía que pensar muy bien, aunque yo sabía muy bien, que se me vendría a la cabeza tal como se me suelen venir a la cabeza casi cualquier cosa, incluyendo por supuesto lo que más amo en el mundo. Así que, cuando comencé a hablar, lo hice de un modo bastante improvisado, tratando de describirlo tal como lo tenía en la cabeza, sin artificios ni nada, aunque tenía que admitir que más de un retazo de fantasía le estaba añadiendo a mi pequeña descripción. Ya ella definiría si era demasiado descabellada o no. O aquello a lo cual muchos terminaban pensando tarde o temprano: que estaba como una cabra.
-Un vestido de cola larga larga que llegue hasta la puerta...eran así, ¿o me equivoco? Tan largos y pesados. Negro con ribetes dorados y además con varios adornos...que esté lleno de adornos...-al principio sonaba un poco vago, eso era cierto, pero lo importante es que fuera el encargo correcto-Que muestre los hombros, que se ciña a la cintura sin necesidad de corsé, aunque corsé se usará, por supuestísimo que sí-eso era algo impensable, por mucho que nos asfixiáramos mi hermana y yo, sobre todo yo, que a veces no podía evitar sentarme o tumbarme en el suelo para escapar de esos ahogamientos personales.-y que permita movilidad. Algo bonito, no importa lo que cueste. ¿Sería posible, mademoiselle?-me moví de un lado para otro con cierto nerviosismo, como si no quisiera interrumpir nada, absolutamente nada, en los cavilamientos de aquella dama. Mientras tanto, en el otro lado de la tienda, Eva me miraba fijamente, había escuchado la descripción que yo había hecho y estaba furibunda, nerviosa a más no poder, vete tú a saber el por qué.

por Sybelle* Sáb Ene 05, 2013 1:30 pm

Apenas comenzó con la descripción note el nerviosismo al expresarse, su voz era normal pero sus movimientos denotaban timidez, la chica era muy bella tanto físicamente como en todos sus rasgos. Era una pena que los ocultara bajo un largo faldón que seria el que cargaría en fin con la cola. Quizá habría forma de usar alguna tela mas sutil que realce sus rasgos ya muy bonitos y su juventud.

-Me parece bien mademoiselle, lo que plantea es algo bello, salvo por el detalle de la falda pesada con cola, en realidad si usted me permite creo que no debería taparse, es usted muy joven como para andar ocultando sus atributos, eso es mejor dejarlo a cuando sea ya mayor y las cosas no se sostengan por si solas...-

Reí un poco para romper el hielo. Fue sincera tanto la sonrisa como la opinión, se notaba una joven menuda, era una picardía no decírselo y dejarla pasar por una mujer 10 años mayor con un vestido pesado.

-Ademas piense que esta haciendo bastante calor en estos días. Si usted me permite puedo mostrarle unas nuevas telas que ingresaron hace poco y que realmente le sentarían mas que bien para esta estación y su figura se notaria mas. Podemos inclusive agregarle una cola que de todas formas dejaría a distancia de un metro nomas, a menos que desee un vestido para su boda...-

Dejé entrever la pregunta por las dudas, quizá me equivocaba en su idea y ella buscaba un vestido para contraer matrimonio y no uno para una fiesta!

-Tiene alguna idea sobre el color? o buscamos alguno que la favorezca mejor?-

Me puse a examinar los colores de su tez y ojos para ver que color podría sentarle mejor, pero había que tener en cuenta su preferencia también. De perfil noté que su hermana la estaba mirando con cara de pocos amigos desde el otro lado del local.

por **Lucinda Gregory** Lun Ene 14, 2013 8:18 pm

No ocultar los atributos hasta que una mujer tuviera la edad suficiente como para tener que ocultarlos de forma permanente. Eso se me antojaba algo extraño, incomprensible, sí, era cierto. Pero aún así no me importaba pensar en que aquella mujer quizás estuviera en lo cierto con todo lo que me estaba diciendo. Aunque Eva no estaría de acuerdo con semejantes ideas. Para ella taparse no era necesario en ninguna edad, nada para ocultar los tributos que una debe de tener y otras en cambio...
-Estoy de acuerdo con vos, madeimoiselle. Es una excelente idea.-asentí con la cabeza una y otra vez. Me sentía totalmente de acuerdo, y a decir verdad eso era algo que se me antojaba un poco extraño, estar de acuerdo con algo así. Es que no sé...Claro, ¿yo qué voy a saber de estas malditas modas de hoy en día? Modas, y modas, y más modas....y luego todo simplemente volvía a dónde siempre tendría que haber estado a ese sitio dónde uno jamás sabrían dónde estarían de nuevo. Hasta que su luz volviese a brillar.
Vale, Lucinda, para. ¿Otra vez estaba pensando en su poesía? En esa prosa indestructible...pero eso la joven lo tendría que dejar para otro momento en especial. En aquel momento lo que tenía que decir Lucinda era:
-Pues a decir verdad estaría encantada de que me mostráseis esos diseños, y en cuanto al color, cuando más oscuro mejorCon ribetes y con algunas esmeraldas.-recordé por un instante lo ocurrido durante el entierro de mi amigo. Claro que este vestido no sería precisamente para un entierro. Era algo para lucir, una creación que debía ser creada simplemente para ser vista. Y eso me ilusionó. Se notó sobremanera en el brillo de mis ojos, había sentido cierta ilusión por la posibilidad de encontrar lo que tanto quería encontrar.

por Sybelle* Jue Ene 31, 2013 5:18 pm

Estaba completamente segura que el esmeralda le sentaría genial, inclusive el bordado del vestido podía contener algunas pequeñas piedras que resaltaran los colores y ser en si color negro para darle mas formalidad. Esperaba que no lo quisiera con miriñaque porque si bien su contextura era pequeña y delgada no lo consideraba necesario, sus atributos resaltarían mas si enfatizábamos en las pequeñas bondades de su cuerpo como su fina cintura o sus hombros bien proporcionados. El tocado que estaría por parte de ella debería ser un aditamento simplemente, al igual que el sombrero que marcaría el perfil de su cara y resaltaría sus facciones.

- Madamme, permítame mostrarle para que se figure a lo que me refiero - dije tomando uno de los tantos tomos bajo mostrador de diseños dibujados a mano.

- Luego le estaré mostrando las telas, por el momento solo fíjese en el modelo, a estos modelos le sentarían bien dos colores, negro de base y de fondo para dar el tono sería como usted dice, el esmeralda con algún aplique de piedras para darle mas elegancia. A eso le puede sumar algún camafeo de preferencia, una bonito bonett y lucirá como una princesa - seguía pasando las hojas hasta encontrar el modelo buscado hasta que se presentó tras una de las páginas del medio.

- Aquí esta, fíjese... considero que con su figura este le sentará genial. Se verá trascendente sin espantar a nadie con el colorido.-

Me quedé observándola y viendo el cambio en su cara, a ver si realmente le gustaba o si tenia alguna otra idea en mente.

por **Lucinda Gregory** Dom Feb 10, 2013 6:36 am

Me incliné para ver mejor el modelo que se me ofrecía, el que la dependienta había hecho, sacado directamente de mi estrafalaria idea, cómo dirían muchos, del producto de mi fantasía o de una idea sacada de un sueño, tal cómo era realmente. El modelo, decía que era. Lo contemplé con muchísima curiosidad, pensativa, esperando que hubiera algo que no me gustara...porque respecto a estas cosas...¡siempre solía encontrar algo que no me gustaba! El diseño que me mostraba me gustaba más de lo que podría decir.
Todo podría salir a partir de ahí. Con una mera imagen era muy fácil imaginarse lo que podría salir, aunque en aquellos momentos no pudiera decir que estuviera muy segura de si hubiera algo más que añadir. Los colores eran perfectos, la idea, perfecta, la inspiración, más aún, pero sobre todo el modelo. No había nada que pudiera criticar ahí, si el vestido llegaba a salir así entonces podría...bueno, había muchas cosas que se podrían hacer y decir, eso estaba más claro que el agua.
Claro que estaba el problema del color. Negro y esmeralda, colores que en ciertos lugares podrían causar...¿pero en qué demonios estaba pensando? El vestido que había sacado de mi cabeza, lo que se me había venido a la cabeza sí cómo de repente, no había estado pensando con interas de...bueno, sí, pero cuando dijo eso de espantar con el colorido se me vino a la idea que era cierto. Eva probablemente lo sabría también, aunque ella había ido a su último baile con un vestido rojo cómo la sangre.
Y con un escote lo bastante pronunciado cómo para que nadie le dijera nada. Nuestra clase no era lo bastante alta cómo para que la tacharan de algo raro, y tampoco lo bastante baja cómo para que se nos faltara al respeto, ya que teníamos el suficiente dinero para hacer ciertas cosas. Pero de todos modos, a pesar de todo, de la exactitud de las ideas que buscaba, tenía que admitir que el último modelo me gustaba mucho, casi tanto cómo el anterior.
-Creo que ya entiendo más o menos a lo que se refiere...-dije mientras ella iba pasando por cada boceto.-Me gusta más la idea de lo que creía, a decir verdad. Incluso por éste último, sobre todo-dije señalándolo. En aquellos momentos estaba lo bastante centrada cómo para no pensar siquiera en Eva o en alguno de sus últimos desplantes-Pero...entonces pienso que podría ser adecuado para otro tipo de baile...se supone que ni mi hermana ni yo hemos sido presentadas aún en sociedad...¡auch!-no debí haber dicho eso-dije tapándome la boca y mirando a mi alrededor por si nos había oído alguien.
Más me valía que nadie se enterara de ciertos metemanejes, de ciertas fiestas, de ciertas cosas que debían o que no debían ser. Mi hermana se había metido en varios problemas, en ciertas fiestas, y a menudo me había arrastrado, o a veces yo me había escapado a ciertos lugares en los que había terminado viviendo ciertas cosas que traían grandes inspiraciones o recuerdos felices. No por algo, hacía un par de veces que llegué a conocer a Fabian y entonces...agaché la cabeza y me incliné a la dependienta para decirle:
-Tiene usted buen gusto para éstas cosas...mucho más que algunos que yo me sé...¿cómo sabe tanto?¿Cómo se llama? Debo saberlo por si terminamos de llevar este pequeño proyecto a término-sí, si el vestido llegaba a hacerse, que ojalá, tenía que saber cómo se llamaba para ir yo a recogerlo sin llevarme a la mema de mi gemela, que muchas veces o la obligaban a venir conmigo o se venía para fastidiarme. Y entonces, así, cómo de repente, Eva se acercó a nosotras y nos miró con cara de enfado.
Luego con cara maliciosa, de ésas que te solía poner cuando planeaba alguna que otra maldad.
-Voy a traeros algo-dijo mi hermana mientras salía de la tienda. Miedo me daba...véte tú a saber lo que iba a traer ahora cuando volviera, fuera lo que fuera que tuviera fuera de la tienda esperando.

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