¿Perdido? No, no lo creo -Libre-

Creo que he pasado ya por aquí

-Era obvio que lo había hecho, aunque Lionel tenía buena memoria fotográfica y conocía todos los callejones de París, había mucho tiempo que se dedicaba a cruzar por los callejones fuese de día o de noche, sabía donde ir y donde no ir, los puntos peligrosos a unas horas y los que podía pasar a todas horas, donde estaba la gente que deseaba dinero y donde se localizaba el mercado negro. Precisamente a ese ultimo había tenido que acudir, los gitanos deseaban nuevas armas después de todo lo que habían tenido que pasar. Nuevas oleadas de violencia contra los gitanos pero los más preocupados eran los familiares con ancianos o las mujeres, los que venían a meterse con los gitanos eran sobre todo hombres y les gustaba de las violaciones o simplemente la violencia gratuita.

A Lionel le habían llamado porque no parecía un gitano, su piel pálida a pesar de todo el tiempo que pasaba en el sol, sus orbes claros, todo parecía indicar que era un muchacho de buena familia, se sujetó el cabello con una goma, no le gustaba sujetárselo pero tampoco se lo quería cortar, se lamió los labios humedeciendo el grosor de estos, le había entregado las armas a uno de los gitanos y había recibido algo de dinero como agradecimiento. Cuando vio que había llegado donde el primer sitio se detuvo, volteó el rostro ¿le seguían? Lionel parecía un animal salvaje, se había criado en los bosques y no era de extrañar que sus hábitos como niño salvaje apareciesen de vez en cuando. Podía escuchar un paso que otro y arrugó el ceño, pero decidió seguir caminando, escogió un sitio que le sonaba de vista y acertó ya que vio aquellas farolas que de primera vez le habían servido como referencia.

Se sonrió, encontró de nuevo aquellas farolas tintileantes, donde muchas veces había escrito más de una ocasión, poesía que nunca llegaría a ningún lado o donde estaba leyendo. Palpó , inconscientemente las monedas que tenía guardados en el bolsillo, conseguía que no hiciesen ningún sonido, ya sabia bien que en ese sitio donde los ricos son mas ricos y los pobres o mueren o simplemente se quedan más pobres y por ende, la desesperación agudizaba no el ingenio sino el asesinato y las pocas monedas que tenía Lionel eran bastante importantes para él si quería comer algo caliente mañana-

-Se quedo callado mientras silenciosamente se percató de que aquellos pasos que le estaban siguiendo al fin dieron señal de aparecer, no como una especie extraña como él había pensado sino como una mujer que le miraba fijamente, esa mujer, sería atractiva de no ser por las facciones de su rostro, sus ceños, sus ojos ausentes, los labios húmedos. Cuando mencionó acerca de las monedas su cuerpo se tensó aunque bien sabia que ella no había hecho nada..."aún" pensaba mientras sus ojos se quedaban pegados sobre los de ella, de nuevo, ahi estaba aquella mania de mirar a las personas, siempre se dedicaba a mirar fijamente a las personas incluso su padre le indicaba que eso no era lo acertado cuando se trataba de un desconocido. Acaricio lentamente sus monedas, una y otra vez-

¿Está insinuando que yo podría hacer algo malo? O que en mitad de la noche es cuando todos hacen las cosas malvadas.

-Eso ya lo sabía, él casi siempre había tenido la certeza de que en ese sitio se vivía en el pecado, pero era por el delirio del dinero, antes era lo mejor especialmente cuando se predicaba el cambio, uno daba arroz y conseguía carne a cambio o incluso postres, azucar, cualquier cosa y podía conseguir otras cosas, de ese modo nadie era demasiado rico ni demasiado pobre porque todos tenían lo suficiente para subsistir, en cambio ahora el dinero lo había vuelto todo demasiado loco quien tenia mas ahora parecía ser el doble de rico y los otros simplemente se dedicaban a sobrevivir-

Lo lamento...no nos han presentado.  

-Era una estupidez como se estaba comportando incluso de hecho podría decirse que más que caballeroso la curiosidad le estaba llevando a carecer de los modales con los que siempre se presentaba, una voz distinta, distorsionada parecía hablarle, pero él tan solo estaba mirando fijamente a aquella mujer, cuando en otro momento o mejor dicho cuando lo normal habría sido dirigir sus pasos hacía atrás o echar a correr y como no una parte de su mente la que era más lógica estaba gritando que corriese, que no le escuchase que simplemente hiciera lo que muchos hacen, tratarla de ignorar, de loca y simplemente andar a paso rápido hasta que se perdiese en un callejón cercano y correr a la seguridad del bosque. Pero ahí estaba, con el pecho elevándose debido a cada una de las respiraciones que parecían anormalmente calmas, sin ninguna rapidez que indicase que estaba asustado o preocupado, sus manos estaban donde el mismo lugar, bajó los orbes al cabo de unos minutos longevos y apoyó la espalda en la farola, que parecía parpadear al peso que estaba sometida. El gitano dudó en hablar o no hablar, sentía mas curiosidad en ver que es lo que estaba haciendo o que sucedía, escuchó algunos sonidos, ¿no era ella la única que le estaba siguiendo? de nuevo se puso alerta, a pesar de la curiosidad que mostraba era capaz de contenerse y alarmar a todos sus sentidos- Sh...-susurró cuando simplemente se acercó hacia ella, escuchando sus propios sonidos, los de ella y a su vez los de su alrededor-