El inesperado encuentro que sella el compromiso | Madeleine Fitzherbert y Scott White| BSTE

por **Chelsea White** Jue Jun 05, 2014 9:10 pm

París 1809...
Restaurantes

Un año atrás y tres días después en el cumpleaños número tercero del hijo de Scott, Chelsea hizo el descubrimiento que no sólo impulsaría la economía que se había estancado por el problema entre Scott y Bambi; sino que también daría un gran título a la casa Nottingham así como eliminar a la ramera de su cuñada. La gemela aún no perdonaba a Scott por no elegir a Bambi y consolidar ambos imperios; por las noches, la atacaba una rabieta en contra de esa sucia mujer que se había revolcado con un aborigen y peor aún que haya tenido un hijo con Scott, ¡Dios! Pensar si quiera en ese niño sucio le provocaba a Chelsea una repugnante ansiedad.

Pero ya no más, pronto esa pesadilla terminaría, tendría a Scott de nuevo en Londres y cumpliría con el documento que su padre había firmado, un compromiso legitimo con la duquesa Fitzherbert y que explicaba el porqué no existió nunca un compromiso entre Bambi y su hermano. A veces, años antes de encontrar el documento ella se preguntaba si Scott desde Río de Plata no extrañaba a la mujer que una vez le confesó amaba, la bella niña caprichosa de Dinamarca, ella creía que ese amor seguía existiendo muy en el fondo de su confundido corazón por no decir engañado y cegado. Ella era su gemela y podía percibir ese sentimiento cuando estaba junto a él -por cierto, pocas veces- sobre todo cuando a propósito la mencionaba.

Tranquilidad y estabilidad emocional le había traído el documento, era como si se tratase de un compromiso propio. ¡Ahh, un compromiso! No sabía lo que significaba esa palabra, no estaba atada a nadie y aunque deseaba seguir así por un largo período era consciente de que pronto tendría que buscar alguien o dejar que esos prospectos llegaran a ella y aceptara a uno, no podía superar los 30 años y seguir soltera, eso hasta para los Whites era mal visto. Camile tenía una hermosa hija, Hilary era cuatro años más joven por lo que aún no se preocupaba por eso si es que algún día tenía esa preocupación. Los White se conocían muy bien, y sabía como era, sí existía alguien que permanecería soltera o más bien, sin hijos, esa sería Hilary.

Alejando sus pensamientos entró a un restaurante de París donde se encontraría con Scott. En Inglaterra no había encontrado a Madeleine, le habían dicho que estaba en París y nada más. Por ese motivo estaba ahí, buscándola desde hacía poco más de un mes y sin tener éxito. Como su hermano, compartía su apatía sobre Francia, tan pronto la encontrara se marcharía a Inglaterra y esperaba con ella como acompañante. Como fuera, antes tenía que saber que tipo de mujer era Madeleine, ¿podría manipularla? Su primera observación le indicó que no era una buena administradora, no sí había un administrador familiar. Había escuchado además que era una joven consentida que le gustaba derrochar el dinero de la familia en placeres y no inversiones, lo que resultaba un gran inconveniente para los Nottinghams. Sobre todo si el propósito era absorber no sólo el ducado sino también el poder económico y político de los Fitzherbert, pero ese problema no tenía que manejarse por ahora, lo importante era conocer los atributos tanto positivos como negativos de Madeleine y presentarla ante Scott para revelar el compromiso. Después, vendría la educación como una White concluido el matrimonio.

El recepcionista la llevó a su mesa, le entregó la carta y con una seña hizo que el mesero le atendiera. Cuan éste llegó Chelsea le dedicó una sonrisa coqueta y atenta escuchó las recomendaciones. Ella no era un mujer que comiera mucho, de hecho tenía una dieta rigurosa por lo que pidió sólo un té, prometiendo ordenar algo más tarde. Desconocía el rostro de Madeleine y realmente no esperaba encontrarla ahí, pero aún así miraba a todas las mesas donde hubieran mujeres, siendo minuciosa en que si estaba Madeleine ahí pudiera hacer un gesto que le indicara ser la duquesa. Por ejemplo, el anillo del ducado -si es que tenía- podría ser la respuesta. Chelsea creía que todas las grandes familias poseían anillos característicos, en su caso, la familia White tenía al cisne negro.

El te llegó con los complementos, leche, terrones de azúcar, miel, un par de cucharas teteras, un plato extra y unas pinzas para el azúcar. Tomó dos terrones y los soltó en el té de limón, con la cuchara empezó a mover el líquido hasta disolver el azúcar con la particular clase de todo ingles; después, retiró la cuchara poniéndola sobre el plato tetero extra y dio dos cuidadosos sorbos de la bebida caliente, mientras con su mirada arrastraba todo el lugar, esperando la llegada de Scott.