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El caso de las Mariposas {Amaury Porter} 2WJvCGs


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PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

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Mensaje por Chanterelle N. Allamand Dom Ene 31, 2016 12:30 am

Froté mis manos entre sí para alejar el frío. Odiaba el frío, me entumecía los sentidos y ralentizaba mis movimientos, por eso no dudé en salir de casa enguantada y abrigada; decisión que me benefició pues pronto el fuerte viento helado golpeó contra mi rostro arrancando nubes de vapor a mis respiraciones. Normalmente con un clima como ese hubiera preferido quedarme en casa a entrenar o a leer, pero esto era un asunto de trabajo; últimamente la tasa de muertes importantes se estaba acrecentando: muertes de personas en la clase alta que no pasaban desapercibidas y que las malas lenguas, las más efectivas para recabar información, decían que ocurrían en circunstancias sospechosas. Eran suficientes conjeturas como para asumir que un vampiro estaba al acecho, y el modus operandi de aquel era similar al que mató a mi madre; la simple esperanza de por fin encontrarlo era suficiente para que olvidara el horrible tiempo que hacía.

Había llamado a la comisaría para enterarme de ciertos detalles de la investigación, no fue difícil, algunas mujeres asesinadas eran conocidas mías. Bueno... casi todas las mujeres de la alta sociedad se conocían entre sí, era su trabajo si pretendían escalar en la escalera del poder, casi todas conocían perfectamente al menos por rostro y nombre a las otras mujeres y con eso las hacían llamar sus amigas. Sonreí irónicamente; lo que siempre me había parecido un acto de hipocresía y superficialidad ahora me serviría de excusa para enterarme de los pormenores del caso. En la comisaría me habían dicho luego de mi insistencia, no sin algo de vergüenza, que se habían quedado sin pistas y habían tenido que contratar a un detective privado para ayudarles con el caso. No fue difícil sacar el dato del investigador y pronto me dirigí hacia ahí.

Llegué al despacho en el que se encontraba justo a tiempo para evitar mojarme con una lluvia helada repentina. Sacudí mi vestido y mi abrigo invernal de color lila para asegurar mi apariencia de una dama como cualquier otra, preocupada por sus amigas muertas. Miré mi reflejo en el cristal de la puerta, un perfecto gesto de preocupación practicado con los años y entonces Llamé a la puerta, la cual fue abierta y sin esperar invitación entré.

—Buenas noches. Deseo ver al detective a cargo—, no esperé respuesta, me aproximé al hombre que veía al fondo en un escritorio, leyendo lo que esperaba fuera el caso.

—Ese debe ser usted. Vengo a verlo por el caso del Asesino de las Mariposas—, me costó mantener el rostro preocupado. El nombre que le había dado la prensa al caso era, cuando menos ridículo. Todo porque, a su parecer,  las víctimas eran tan bellas y frágiles como mariposas. No era un caso muy anunciado por la prensa, es verdad, pero le nombre era tan pegadizo que esperaba que lo reconociera por él.

—Esperaba que pudiera informarme los pormenores sobre el caso. Intenté con la policía pero me re direccionaron con usted—, lo miré detenidamente, esperaba tal vez un interrogatorio. No eran exactamente horas para venir a preguntar sobre una investigación en curso, probablemente no me diría mucho, por lo que me senté en una silla cercana con un gesto de súplica en el rostro.

—Por favor, se lo imploro. Anne Marie era amiga mía—, listo. Esperaba que con esto bastara para ganar su simpatía y que me dijera algo. Necesitaba una pista para ponerme en marcha.
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Mensaje por Amaury Porter Dom Ene 31, 2016 1:24 pm

El frío daba con toda su intensidad en parís, era como si nunca hubiese azotado a la ciudad y me calaba profundo la piel al igual que a mi buen amigo Hyperion como a nuestro buen Alaric el Border Collie de mis amores. Aquel frío pegaba fuerte aun con los abrigos que portábamos para tratar de no sentir aquel helado sentimiento. Pero dentro de la oficina privada que había conseguido el frío no se hacia notar tanto como en otros lares, aunque claro hubiese preferido la comodidad de la casa de Hyperion, no hace falta decir que él es de clase Alta y yo soy de la clase media debido a mis derroches de dinero, pero como mi buen amigo Hyperion me abala financieramente soy un hombre disfrazado con la máscara de clase media, pues es el buen Hyperion que me hace tener las riquezas de alguien de la clase alta (más por mi solo, soy de clase media).

Me encontraba en la silla de aquel lugar leyendo un periódico, todos pensaran que miraba aquel periódico para leer las noticias más importantes de nuestra amada como adorado parís pero se equivocan yo simplemente leía aquel periódico leyendo algunos cuentos escritos por muy buenos artistas en aquellos diarios. Hyperion se encontraba totalmente cómodo entre la silla y la compañía que Alaric le brindaba a su regazo, ambos tratando asuntos importantes. Hyperion me platicaba sobre crímenes recientes que debíamos resolver y yo le escuchaba de forma discreta interesado en mi lectura. Me habían llamado a estos lugares para atender un peculiar caso como el “Caso del asesino de las mariposas”. Nombre un tanto peculiar a mi opinión, pero al no dejar que Hyperion se enterara  de que estoy aquí por ese caso podía confundir prioridades (es decir podía tomar las prioridades a mi antojo y no como Hyperion me haría tomarlas). Ya había resuelto muchos casos en parís era algo conocido a decir verdad aunque mi fama no fuera de las más altas y aunque pareciera no importarme aquel caso del asesino la verdad había conseguido uno de los esqueletos asesinado por aquel famoso asesino del cual solo se le conocía por el nombre del caso. Había investigado un poco si, pero sin dejar que Hyperion se enterara pues era un caso un tanto complejo e Hyperion no me dejaría descansar hasta saber que el caso estaba resuelto. Por lo tanto me esforzaba por mantenerlo alejado de tal caso, Y como podrán imaginar no lo dejaba leer ni el diario pues se enteraría que me asignaron tarea tan importante.

En ese preciso instante alguien toca a la puerta de mi despacho me quedo observando atentamente a Hyperion ambos sabíamos que no eran los oficiales ni quien nos asigno a este lugar, trate de decirle a Hyperion que no abriera no era nada importante pero el mismo pudo intuir que le ocultaba algo motivo por el cual no tardo en abrir aquella puerta y observar que se trataba de una mujer Hyperion simplemente comento. –Se le ofrece algo?- aquella mujer hablo e ignorando por completo al buen Hyperion entro en mi despacho, he de admitirlo era una mujer bastante hermosa para mis ojos tanto que me hizo apartar la vista de mi diario un momento para observarla de forma discreta.

>Y demonios!< exclame en mi mente tenía que mencionar aquel caso, antes de que yo dijera algo Hyperion me quedo viendo fijamente molesto.-Estas al tanto del caso del asesino de las mariposas y no me comentaste?, maldito bastardo!- exclamo molesto y no pensaba hacerlo enojar mas simplemente reí mientras observaba a tan hermosa dama que había arruinado mi diversión. –Ese mismo y si mi querido Hyperion, y antes de que digas tu típica frase me pondré a trabajar así que tranquilo- por esta vez evite que Hyperion mencionara su típica frase “Mañana voy a morir” y no porque mis palabras le convencieran si no porque antes de hablar fue interrumpido por aquella hermosa dama.

Observaba atento a aquella mujer usaba mi inteligencia propia de un detective para deducir cosas de ella con mi vista, estaba observando hasta el mas mínimo detalle en su rostro, cuerpo, gestos y hasta en su actuación…. Si, actuación de preocupada, por favor soy un detective no es la primera vez que trato con una persona que llegue a actuar. –Disculpe este caso está a mi mando y es confidencial, solo mi estimado doctor puede tener información- comente un tanto burlón ante las expresiones de la misma.

Recalco, se nota la diferencia deductiva entre mi estimado Hyperion y vuestro servidor, Hyperion había creído aquella actuación y con una mirada me suplicaba que le ayudásemos a la mujer frente a nosotros y fue esa mirada que se intensifico aun más cuando la misma llego a pronunciar que Anne Marie era su amiga, Por dios Hyperion se había tragado todo mientras su servidor solo llego a reírse un laxo corto de tiempo para regresar a la normalidad. Y antes de que dijera algo Hyperion supo que algo había captado en aquella mujer y esa mirada compasiva en el desapareció esperando a que mi voz se escuchara. –Querida soy un detective, puedes dejar de fingir que te importa que los de clase Alta sean asesinados, mirándote(sus ropas) puedo deducir que eres de clase alta, mas la preocupación que profesas es en parte falsa, no te importan los de clase alta, te interesa captar al asesino pues puedo decir que tu trabajo no es ser solo una cara bonita, verdad?- comente con picardía y algo de descaro mientras sacaba mi pipa depositándola en mi boca, tomaba el fuego de la fosforera y encendía la pipa para fumar, aun observando a l hermosa mujer frente a mí. –Además Anne Marie no era tu amiga, Anne Marie no se hacía amiga de ninguna mujer más hermosa que ella por miedo a perder a su marido y todo lo que la clase alta le brinda y antes de que digas como se todo eso, simple. Hago mi trabajo. Además querida-.

Me levante de aquella cómoda silla para caminar hasta el armario del despacho  y abrir el mismo, Ahí se encontraba un cráneo y los restos de un cuerpo. Aquello apestaba no lo negare pero eran los gajes del oficio. –Esto es lo que quedo de Anne Marie después de ser asesinada hace 2 meses, me dedique a contemplar otros cuerpos. No llame el caso como “El caso de las mariposas” porque las victimas fueran hermosas, no negare eso, Lo llame así porque una vez que el maniaco les quitaba la vida, se dirigía al cubito de la mariposa- comente señalando el cráneo de la ya difunta Anne Marie y colocando mi dedo arriba de lo que en el rostro humano seria el puente de la nariz y la parte que separaba nuestros ojos ahí había un hueco causado por el asesino. –Y lo destrozaba- Aquel pequeño cubito de la mariposa llamado así porque da la forma de una pequeña mariposa era la marca de que ese asesino había matado a alguien. –Por eso es el caso de las mariposas. Además… llamadme loco pero el asesino es un vampiro…. Y desquiciado para colmó, pero se que no me llamaras loco pues crees en mis palabras, o me equivoco preciosa?- dije con un tono un tanto bromista mientras seguía fumando logre mirar la cara de Hyperion otra vez impresionado por mis palabras, adoraba ver ese rostro. Y para finalizar dije. –Se le ofrece algo más?-
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Mensaje por Chanterelle N. Allamand Dom Ene 31, 2016 6:27 pm

Observé con curiosidad hacia el compañero de éste hombre. Ni siquiera parecía estar enterado que llevaba ese caso, por lo menos no hasta que yo lo hube mencionado, volví a examinar al hombre que parecía tener el control en ese lugar. Después de todo había logrado mantener a su compañero en la oscuridad total y no parecía preocupado de su enfado.

Como supuse no había querido darme información, por lo que me dispuse a actuar más preocupada, mencionando a mi amiga. Tuve que reprimir una sonrisa al observar de reojo el lenguaje corporal de su amigo; me había creído cada parte del tema, con algo de suerte rogaría al hombre frente a mí por permitirme saber del caso. Pero para mi desgracia eso no ocurrió, al contrario; la actitud del hombre que se hacía llamar Hyperion cambió, volviéndose más firme. No pude evitar fruncir el seño extrañada dándole mi entera atención al Detective. Su mirada era intensa y penetrante, casi parecía que me atravesaba con la mirada, tragué en seco mientras el profería una carcajada. No hizo falta que preguntara a que se debía su risa, aunque no pude evitar sentirme algo indignada dentro del papel de una dama preocupada: no era correcto que se burlara así de la preocupación de alguien.

Sin embargo sus palabras acabaron con mi acto, mis facciones se transformaron conforme escuchaba como me había descubierto, sabía bien que mi preocupación era meramente laboral y no pude evitar sonreír de lado satisfecha, ese hombre era muy inteligente. Comenzaba a apreciar el hecho de que la policía lo hubiera metido en el caso, aunque eso me dificultara trabajar sin ser descubierta, algo me decía que mi cubierta no tardaría en caer.

—Vaya... debo decir que me impresiona su perspicacia, detective. Aunque usted mejor que nadie debería saber que una mujer, más aún en mi posición social, no necesitan ni deben trabajar. Menos aún en algo tan poco femenino como atrapar criminales. Me alaga que me considere algo más que una cara bonita pero no creo entender como pretende que use yo mi información para atrapar a nadie—, no pude evitar sonrojarme, debo decir que no esperaba que me dijera de ese modo, me había tomado por sorpresa y no me había quedado más remedio que fingir que no sabía de que hablaba.

Por desgracia para mi, mi cubierta quedó descubierta por completo cuando él dijo que Anne Marie no podría ser mi amiga. Lo miré desconcertada y mi sonrojo solo se incrementó al escuchar sus palabras. Con lo entrenada que estaba para casi cualquier situación, no lograba entender porque el que me llamara más hermosa me causó ese efecto. Me sentí incluso tímida ante su mirada. ¡Tímida yo! Que toda mi vida había corrido por las tierras de excavaciones arqueológicas de mi padre dando órdenes como el capataz mismo y siendo respetada incluso más que él desde la corta edad de ocho años. Yo que cazaba vampiros y hombres lobo sin ningún reparo y que me burlaba de las preocupaciones femeninas como "el qué dirán" y los cortejos de los varones de mi círculo social. No podía comprender a qué se debía por lo que guardé silencio sin despegar mi mirada de sus ojos frunciendo el entrecejo con una mezcla de extrañeza y sorpresa.

Él se levantó para mostrar aquel cadáver malformado y en proceso de putrefacción. Estaba demasiado entrenada para esto, a diferencia de una mujer de mi clase normal: ellas se habrían cubierto la boca, proferido un grito e incluso desmayado y por torpeza mía (o puede que porque aún me encontraba sorprendida por mi reacción anterior) me tardé demasiado en reaccionar, observando el cadáver y agradeciendo que al menos el vampiro no las estuviera convirtiendo en vampiras a su vez, ahorrándome el proceso de excavar las tumbas después para poder darles misericordia y acabar con ese sufrimiento eterno. En lugar de fingir asco, miré al detective, otorgándole la victoria en esto; no podía hacer nada más  y en cambio me levanté y me acerqué para ver el cadáver con detenimiento. Por mi posición como mujer, no había logrado ir a la morgue a ver los cadáveres por mi cuenta, por lo que no había tenido oportunidad de apreciar el trabajo del asesino. Asentí a lo que el detective decía, concordando con él y levantando la mirada hacia él solo para sonreír de lado.

—Bueno, si me preguntas, creo que ahora el nombre tiene mucho más sentido. Me agrada—, comenté sosteniendo la mirada en él quizá más de lo debido; era guapo, joven pero lo que de verdad llamaba mi atención por sobre todo era lo extremadamente astuto que era. Seguí su dedo mientras señalaba el cráneo percatándome del hueco. Me incliné para observarlo con detenimiento.

—Curioso modus operandi...—, comenté tomando notas mentales hasta que él mencionó que el asesino fuera un vampiro, levanté la mirada como si hubiera dicho algo prohibido y observé a su compañero con cautela. Era un tema delicado, no solo porque no muchos creían al respecto sino porque a veces era mejor que no lo creyeran para mantenerlos en calma. Volví a mirar al detective seriamente y asentí.

—Supongo que no tiene ningún caso negarlo, para este punto habrá notado que ninguna víctima tenía sangre en su sistema—, miré a Anne Marie —De lo contrario, el cuerpo estaría en peor estado del que está para tener dos meses guardado en un armario. Así es, el asesino es un vampiro y ya que hemos aclarado eso no me molestaría que me dijera si ha averiguado algo sobre su paradero—, me crucé de brazos firmemente, no iría a ningún lado sin la información que pudieran ofrecerme. Ese modus operandi era, en efecto el del asesino de mi madre. Aunque cabía la posibilidad de que fuera un simple aprendiz suyo, creado por el a su imagen y semejanza, tenía la esperanza de que al menos podría darme indicios de donde localizarlo. Sonreí con suficiencia, tenía algo bueno que ofrecer a cambio de la información que los detectives pudieran otorgarme y le ahorraría mucho trabajo al hombre, cosa que sin duda agradecería.
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Mensaje por Amaury Porter Dom Ene 31, 2016 8:36 pm

Que puedo decir, No estaba seguro si por el frío o la falta de retos intelectuales, No , a quien trato de engañar, por primera vez en mi embustera vida la belleza de una mujer había logrado cautivarme lo suficiente para sin siquiera haber deseado trabajar en aquel caso llegara a tratar de darle la consideración que merecía, pero para dar apariencias fingiría que hacia eso debido a no recibir sermones de Hyperion aunque de ambas partes era cierto una tanto como la otra se complementaban así mismas en esta exquisita como singular escena que mis detectivescos como observadores ojos lograban contemplar.

También debo admitir que aquella hermosa dama era buena en lo que realizaba sabía llevar bien una buena actuación pero no lo suficiente para engañar a un “humilde” y astuto detective de 24 años capaz de deducir cosas complejas o resolver casos de lo más complicado de esta irónica vida por puro placer intelectual, llámenme loco, pero la locura es una dulce bebida que no todos abrazamos y aceptamos, mas todos estamos locos de una u otra forma. Hyperion se mantenía inexpresivo después de haber confirmado escuchar lo que yo pronuncie y simplemente regreso al sofá de mi despacho acariciando a Alaric que durante nuestra pequeña charla se había ido a recostar en aquel sofá siendo bien recibido por parte del buen Hyperion que ahora solo daba una mirada de “Ahora qué demonios harás”.

Mi cara mostró una sonrisa de malicia pura como de diversión debido al peculiar comentario de aquella hermosa dama. “Vaya... debo decir que me impresiona su perspicacia, detective. Aunque usted mejor que nadie debería saber que una mujer, más aún en mi posición social, no necesitan ni deben trabajar. Menos aún en algo tan poco femenino como atrapar criminales. Me alaga que me considere algo más que una cara bonita pero no creo entender como pretende que use yo mi información para atrapar a nadie“. –Vaya cortejando a un galante detective como yo- Fui interrumpido por una alta y muy burlesca risa de Hyperion que logro rebotar por todo el despacho a su acto le acompaño Alaric que parecían haber escuchado el mejor chiste del mundo por aquel leve comentario un tanto bromista pero no para llegar a esos extremos, luego de aclarar mi garganta y hacer el sonido “Jum…. Jum” . Mis amigos se mantuvieron en silencio para escucharme hablar, que bueno es cuando te dejan expresarte. –Oh querida pero yo no he dicho nada, Tu acabas de delatarte sola. Simplemente me refería al hecho de que la curiosidad le había ganado para descubrir quién es el asesino, jamás comente que quisiera atraparlo- Exprese con un tono burlón y guiñándole un ojo mas una expresión en mi rostro que claramente daba entender “No me puedes esconder mucho”. Hyperion entendía perfectamente que yo había captado cosas que el ni por cerca pensaba captar. Era más que obvio quien era el de la lógica y el detective con tan solo escucharnos, aunque cuando me ponía de bohemio el detective parecía Hyperion.

Ver aquella desconcertada expresión contraria cuando descubrí el teatro me provoco bastante gozo y alegría en mi interior he de admitir que me divertía ver cuando descubría a alguien era bastante divertido. El simple hecho de que la misma no reacciono inmediatamente o mostró naturalidad como alguien de la clase alta pudiese demostrar me hizo comprobar que todo lo que suponía que era ella en esos momentos era real, Aquella sonrisa de malicia solo ponía incomodo y bastante inquieto a Hyperion que estaba desesperado por escucharme a hablar y revelar lo que había notado respecto a aquella hermosa mujer, pero Hyperion tendría que esperar a escuchar eso, pues en estos momentos se encontraban cosas aun mejores que evaluar.

-Darle sentido a las cosas es mi trabajo, todo trabajo tiene una función al igual que el suyo señorita- dije guiñando un ojo para continuar aquel psicológico juego que estaba creando en ese instante, mejor dicho desde el momento que la misma de forma imprudente interrumpió mi paz y relajación fuera de asuntos detectivescos de este grado y lo que tendría que soportar por haberle mentido a Hyperion, después de todo alguien debería pagar por los platos rotos aun y ese no sería Alaric. –Tan curioso como vuestra profesión- volvía a recalcar mientras miraba como Hyperion se levantaba y tomaba el cráneo de Anne Marie, mirándome con rostro de insultado. –Espera, que mierdas hablas Amaury?, No hay ningún cubito o hueso mariposa, se llama Esfenoides, pedazo de animal!- recalco el graduado en las ciencias de medicinas mientras me causaba un pequeño golpe con la palma detrás de la nuca, llegue a reír mirando a Hyperion.

–que se llame como quiera, pero tiene forma de mariposa. El punto es que todos los asesinatos carecen de la particular base de la mariposa o Esfenoides como gustas de llamarle tu Hyperion- termine comentando a modo de complacer masas, lo que llega a hacer uno por las amistades.

Sin en cambio respecto a lo del asesino es o no un vampiro solo diré que Hyperion se mostro inexpresivo a eso, aquello no le sorprendía después de todo aunque no fuese un detective como yo, no necesitaba serlo para saber que el cuerpo había sido desangrado (si Hyperion es un buen y de los mejores doctores) y simplemente afirmo con su cabeza dándome la razón respecto a lo del vampiro asesino. –Tampoco tuvo ningún caso tratar de negarme su profesión sin embargo ha seguido esquiva a la situación- comente aun molestando a mi contraría por aquello de su profesión y es que no se me pasaría tan fácil y tampoco perdonaría tan fácil a tan bella mujer por haber interrumpido mi tranquilidad libre de casos de asesinos locos, ya estaba cansado de tratar con desquiciados mira que hasta he tratado con cinco pirómanos de lo que va la semana, ya casi siento que me volvía un pirómano para casualmente llegar tan galante mujer y delatarme ante mi compañero de no estar realizando mi trabajo.
Suspire mostrando una expresión algo arrogante como triunfante ante las ultimas palabras de la hermosa mujer, Hyperion solo me miro de forma atenta esperando a que dijera algo, el sabía que hablaría. –Oh por supuesto que he averiguado cosas respecto al asesino como en tan solo unos segundos he averiguado cosas de tan hermosa dama o debería decir, tan hermosa cazadora?. Y antes de que niegues podrías dejarme hablar y luego tratar de desmentirme?- pregunte y sin esperar respuesta proseguí mis comentarios con intentos de ver que tan pasiva podía ser la hermosa mujer cuyos ojos contemplaba –Una mujer hermosa de clase alta cómo ya exprese minutos atrás, Por sus expresiones su forma de caminar, la textura de vuestro cuerpo y huesos es fácil adivinar que posee usted 20 años, verdad? (digo fácil, claro para mi). Eres humana, El interés demostrado por este vampiro y por supuesto que puedo notar que por muy hermosa que seas no eres como el resto de damas, eso te vuelve aun mas especial y sacara interés en hombres como yo, digo eso te vuelve demasiado especial y el simple acto de no demostrar pudor inmediato ante el cuerpo de Anne Marie puedo decir que eres una cazadora verdad?. Es decir a menos que portaras algún problema mental no hubieses mostrado pudor y no hay que tener mente brillante para saber que estas tan cuerda como mi querido Hyperion- Si en mi querido lector surge la duda de porque tome de ejemplo a Hyperion y no a mí, es simple, aun me considero como un loco, no uno que posea enfermedades mentales, pero si un loco. Y como saber que la chica era Cazadora?, Digamos que la magia siempre te ayuda en esas cosas para poder escudriñar unos cuantos pensamientos de esa hermosa mujer y asimilarlos a mis deducciones, pero claro no abuso de mi magia pues aquel conjuro para bucear en la mente había mencionado en el punto que explicaba el nombre peculiar del caso “Cubito Mariposa” la frase que yo poseía para bucear, como mi querido lector pudo imaginar había errado a propósito todo para mis fines, pero aquello había llegado a su fin en ese momento pues ahora solo utilizaría mi mente.

-Bueno ahora que todo está dicho y que un detective sabe que buscara eliminar al asesino, le ofrezco trabajar juntos y nadie se enterara de quien erradico la raíz del “caso mariposa”. A menos que quieras trabajar por tu cuenta, cuando la raíz del asesino mariposa desaparezca ten por seguro donde pasaras las noches querida- dije guiñándole un ojo y Hyperion simplemente se rio mirando a la joven. –Tranquila, ese tipo que vez ahí, le haz gustado, por eso te ofrece que le ayudes, pero no te esta mintiendo- dijo referente a mi comentario de “Donde pasaras las noches”
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Mensaje por Chanterelle N. Allamand Lun Feb 01, 2016 1:08 am


Estaba impresionada. Aquel hombre de apariencia tan juvenil que por momentos costaba considerarlo un detective tan renombrado como lo era, había logrado descifrar todas y cada una de mis actuaciones. Llegué a pensar que se debía a mi torpeza, eso podía ser. Después de todo, jamás había actuado con tanta torpeza, sonrojándome por comentarios completamente normales y luego volviendo a hacerlo cuando mencionó que lo cortejaba. No era ese mi propósito y sin embargo mis mejillas se habían teñido de un rojo intenso y aquella sensación de timidez tan extraña para mi regresó más fuerte que antes. A tal grado que preferí observar como su compañero reía a carcajada limpia desde su lugar al lado del perro, antes que permitir que me viera sonrojada. Eso me dio oportunidad de volver a verlo con una sonrisa divertida y sin un rubor tan evidente. No era posible que no pudiera controlar algo tan simple como eso.

Por supuesto, debía admitir que mi rubor bien podría haberse incrementado, no porque me causara alguna reacción el hombre en sí, cosa que no me admitiría tan simplemente, sino el hecho de que mis palabras hubieran terminado por dejarme en ridículo: yo sola le había dicho todo lo que tenía que saber sobre mí y sin pretenderlo. No pude evitar cierto enojo hacia su gesto de suficiencia, como si me dijera que no podría esconder lo que era por más que lo pretendiera, pero el enojo no era hacia él sino hacia mí por no saber esconderlo tan bien como yo creía.

Su conocimiento fue tal que comenzó a insinuarlo, diciendo que todo trabajo tenía una función al igual que el mío, guiñando un ojo con complicidad, provocando que mirara hacia su compañero. Él aún no se había percatado de nada pero no tardaría en hacerlo como la vez pasada, por lo menos ya estaba consciente de que su amigo le ocultaba cosas. Por lo que, temerosa de hablar para incriminarme más, decidí mejor guardar silencio y continuar con el caso, necesitaba lo que pudiera obtener para continuar mi investigación. Pero aquellos comentarios "tan curioso como vuestra profesión" me estaban poniendo nerviosa, un nerviosismo que jamás había sentido. No era inspirado en la preocupación como cabría esperar sino en algo más, un revoloteo en la boca de mi estómago y con él volvía la timidez aunque por suerte el señor Hyperion hizo esta vez acto de presencia suficiente para ayudarme a relajarme, los miré analíticamente mientras discutían el nombre correcto de la parte del cráneo que el asesino atacaba y no pude evitar interrumpir.

—Supongo, caballeros, que tendrán una hipótesis de con qué herramienta pudo acceder a esa zona del rostro...—, tenía la esperanza de que aquel debate entre ellos se prolongara, sacándome a mi del foco del escrutinio del Detective Amaury y a la vez dándome más información, aunque tenía la hipótesis de que el vampiro no había necesitado gran equipo para ello.

Es sorprendente como algunos humanos, hombres de ciencia y lógica, están dispuestos a ver con normalidad cosas tan oscuras como lo son los vampiros, frente a mí, ambos hombres parecían completamente relajados en cuanto al tema, Amaury no me extrañaba pues él mismo había sacado tal conclusión pero sin embargo su compañero, Hyperión, me sorprendía. No lo había puesto en duda ni por un segundo y al contrario, asintió para apoyarlo, esto me dejó atónita, por lo que cuando dijo que seguía esquiva al asunto de mi profesión yo fruncí el entrecejo.

—Como dije, Detective Amaury. No tengo una profesión, no necesito esquivar la situación—, alcé la barbilla con orgullo y obstinación, y tragué en seco pensando que no podía considerarlo en sí una profesión si no recibía remuneración de ello, al contrario, costaba tiempo dinero y mucho esfuerzo. Era más una vocación que una profesión, pero no expresé nada de esto en voz alta. No podía seguir callada más tiempo, me daba la impresión de que él lo estaba disfrutando más de lo que debería y no podía seguir permitiéndolo.

Sin embargo, su carta bajo la manga estaba por ser revelada. Palidecí visiblemente cuando me llamó cazadora. ¿Cómo podría saberlo? No podía haberme delatado tanto, ¿acaso él ya lo sabía? Abrí la boca para... ¿para negarlo?¿Preguntar cómo lo sabía? Ni yo misma estaba del todo segura lo que habría salido de mis labios, pero él no me permitió hablar. En un desplante de sus habilidades explicó como había llegado a aquella conclusión, lo miré con cierto recelo, alzando una ceja cuando habló de la textura de mi cuerpo y sentí que mis mejillas volvían a encenderse en un rojo vivo sabiéndome observada a detalle por aquel hombre, cruzándome de brazos como única respuesta antes su pregunta sobre mi edad. No hacía falta contestar, estaba segura que él ya conocía la respuesta, sin embargo tuve que bajar mis brazos a los costados en derrota: mi actitud ante el cadáver ahí presente había sido mi perdición. Por fin asentí, tenía razón, por lo que le regalé una sonrisa honesta.

—Excelente deducción, detective. No cabe duda que es astuto. Me deja sin palabras—, admití en mas buen humor del que creí que estaría cuando por fin descubrieran mi secreto. Jamás en todos los años que llevaba haciendo esto, había vivido una situación semejante pero lo único que me alegraba de todo esto era que quien me descubrió había sido un hombre que superara mi astucia, tenía que reconocérselo.

Lo miré con reprobación por un momento, frunciendo el entrecejo cuando insinuó que pasaría las noches tras las rejas y me mantuve con ese gesto indignado mientras su compañero rió hasta que mencionó que le había gustado y por eso me ofrecía ayudarle. Aquel revoloteo en la boca del estomago regresó a mi por multiplicado y me hizo retroceder un paso algo ofuscada. ¿Eso que querría decir realmente? Con este par podría ser casi cualquier cosa. Por fin pude reponerme lo suficiente para volver a sonreír con suficiencia, extendiendo mi mano hacia él para que la estrechara.

—Bueno, en vista de que no me dejan otra alternativa. Supongo que será un gusto tenerlo como aliado. A ambos.—, los miré intercaladamente demorándome un poco más en el detective Amaury aumentando mi sonrisa, era alguien que se había ganado mi respeto, y levanté la barbilla mirándolos con cierta burla.

—Después de todo, creo que ustedes necesitarían a un señuelo para atrapar a semejante ser con la guardia baja, no es verdad? Y dudo que alguno de ustedes dos cumpla con el perfil que el asesino busca—, ese había sido mi plan desde el comienzo, aprender lo suficiente para que no me tomara con la guardia baja, fingir vulnerabilidad y dejar que me viera como una víctima potencial. Después de todo no era del todo ignorante de mi apariencia: ese vampiro atacaba mujeres jóvenes, atractivas y de la alta sociedad. No había señuelo mejor para esto que yo misma.
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El caso de las Mariposas {Amaury Porter} Empty Re: El caso de las Mariposas {Amaury Porter}

Mensaje por Amaury Porter Lun Feb 01, 2016 2:10 pm

Siempre que llegaba a mi cabeza explorar y descubrir todo de una persona me lo proponía era uno de mis retos “intelectuales” favoritos que podía disfrutar en algunas ocasiones, pero no era descubrir los secretos o cosas del resto que me provocaba tanta satisfacción en mi labor, al contrario el descubrir aquellas cosas me causaba satisfacción al notar las actitudes contrarias, aquellas caras de admiración y confusión al mismo tiempo, típicas de resignación al saber que mi brillante como deductiva mente les había descubierto, ese era mi pan de cada día. Siempre me he considerado de los ateos pero si algún dios existe, el mismo ha de disfrutar la raíz de mi felicidad en tan humilde trabajo desempeñado por vuestro servidor.

Aquella magnifica figura femenina que sin saber había interrumpido mis descansos, me había enfocado en divertirme mientras descubría sus secretos, por alguna razón en esta ocasión la causa de mi diversión no fueron los actos de resignación o admiración que la misma desempeñaba a mi persona, al contrario toda esa diversión que anteriormente disfrutaba como si no hubiese mañana se iba por el caño, el ver aquel hermoso rostro demostrar timidez, observarla tan confusa, aceptando la realidad y sobre todo como aquel rostro tomaba un precioso color rojo entre las mejillas, solo presenciar esas emociones eran la causa de tanto jubilo. Mi querido Hyperion podrá no ver lo que yo logro mirar, observar, captar e incluso admirar con increíble precisión, pero solo Hyperion sabe el momento cuando llego a sentirme atraído por alguien, Pero a medida descubría a la magnífica mujer con quien me divertía cortejándola como solo yo podía cortejar damas.

Este es mi juego divertido, este es mi campo y zona, un juego en el cual me he llegado a especializar mis habilidades en el mismo me certifican dándome meritos por salir vencedor en mi zona de guerra, actualmente no encuentro mente capaz de llegar a superarme en mi juego, sigo a la espera de la misma, pero jamás se ha necesitado una mente brillante para superar a un “genio”. Simplemente una mente común capaz de realizar cosas brillantes, me refiero a la mujer frente de mí?. Podría ser, pero no me dejaría perder hoy, no cuando aun tenía que divertirme y saldar la cuenta por interrumpir mi descanso, nadie había pagado esos platos rotos todavía y la chica lejos de mostrar ser ella quien los pagaba comenzaba a evitar las “acusaciones”.

Se notaba que ella era consciente de lo que llegue a percibir la chica ya incluso guardaba mas silencio de lo normal y cuando guardas silencio de esa forma solo existe una explicación, no quieres quedar descubierto de una forma tan fácil como yo podía hacerlo. Pero el silencio no era la mejor de las elecciones y menos cuando me tenías frente a ti. Mi padre siempre decía que un gesto dice mil cosas y el silencio confirma aun más.

La mujer parecía tratar de aprovechar aquel breve debate entre mi persona y mi buen Hyperion, pero no somos de los que se llevan la vida discutiendo por todo y por nada, no señor Hyperion es el mejor amigo que se podría pedir, aunque tengamos nuestras diferencias no podría pedir mejor amigo como socio en mis labores. Aquella pregunta de la fenomenal belleza era un pequeño intento desesperado de evitar mi atención, al menos así lo captaba su servidor, llegue a sonreír al mirar a la dama. –Señor Hyperion podría usted decir lo que es evidente respecto al rompimiento del cuerpo o cubito mariposa?- conteste un tanto burlesco pero guiñándole un ojo a mi contraría como si aquello dijera “te seguiré tu juego”. Hyperion parecía disfrutar más que cualquiera de aquella escena pero se le notaba que trataba de mantenerse “formal” (cosa rara estando en mi presencia). –Amaury a veces no se si admirarte o simplemente sentir lástima por tanta estupidez, pero preferiré sentir lástima a tan ignorante hombre que no sabe que esa zona del cráneo se llama Esfenoides, Amaury por muy brillante que seas, no hay cura para tu estupidez- comento burlón mi compañero evidentemente para hacerme quedar mal frente a tan hermosa mujer, no negare que llegue a reírme por tanto acto de maldad y también le dedique una mirada que el entendería ante tantos años de amistad, aquella mirada claramente decía “Que gran amigo”. A lo que el mismo respondió con un guiño y una expresión tan clara que se entendía a la perfección “de nada querido”. –Seduciéndome frente a tan hermosa dama?, que dirán los demás querido?-comenté de forma tan burlesca que se pudo notar como ambos nos llegamos a reír.

Hyperion volvió a hacer su voz presente ahora con toda intensión de aclarar la duda de nuestra agradable dama. –El esfenoides es un hueso de la parte frontal del cráneo en el cual se distinguen cuatro huesos, casualmente el esfenoides es de los huesos mas hermosos al tener la forma de una mariposa. Y según entiendo los cráneos pierden la base del esfenoides, querido amigo Amaury, en que forma encontró el cráneo de la “honorable” Anne Marie?-. Comento y pregunto, haciendo énfasis en la parte “honorable” si en mi querido lector surge la duda de porque Hyperion hacia énfasis en aquella peculiar palabra, solo existe una respuesta, Anne Marie era una mujer tan interesada en el dinero y poder como tan cortesana podía llegar a ser, es decir hace unos años salió con mi buen Hyperion cambiándolo por otro hombre solo por poseer más riquezas. –En vista de que no quieres responderle a la dama lo hare yo, gracias por nada querido- le respondí burlón a Hyperion y continué, claro Hyperion sabía mejor que nadie que le agradecía por la explicación, pero también él sabía mejor que nadie, que sin ser doctor sería mejor que yo explicase este asunto.

-El hombre no causo un hueco al exterior de las víctimas, lo causo al interior, es decir no les saco la base del esfenoides, La rompió empujándola a los adentros. Dejando el cubito mariposa dentro de las funciones cerebrales. Si aquello causa un dolor horrible y más porque también fracturo el resto del esfenoides. Para investigar mejor el caso tuve que hacer un poco de forense por eso el cráneo de Anne marie se encuentra sin la piel, aquello fue asqueroso debido al olor que emana pero por fortuna no soy un niño de mami y papi. A lo que llegare es. El asesino no uso ningún arma en partículas, de usarla no hubiese incrustado de formas tan particulares el cuerpo “esfenoides”- comente observando a mi buen Hyperion y la hermosa dama. –Pero entre estos dos meses no he llegado a la conclusión de que es un solo asesino, al contrario, hay tres asesinos. El primero podría decir que es este que deja en los adentros el cuerpo del esfenoides, este no se lleva el Esfenoides, por esa razón la prensa y los forenses no lograron captar tan peculiar detalle Y si, este es el asesino que ha salida en la presan. El siguiente asesino tiene una forma de maniobrar más particular, este si extrae la base del cuerpo Esfenoides y el tercero , si me preguntan el mayor loco de estos tres, Arranca todo el esfenoides, los últimos mencionados son unos locos coleccionistas por su forma de actuar, en cambio este que asesino a Anne Marie, es simplemente un aficionado. Y si mis queridos, los tres son vampiros- concluí sin mas, Hyperion estaba sorprendido y admirado por mis formas de explicar las cosas, llego a dar un leve aplauso y acto seguido llevar su dedo índice a la pupila de su fingiendo como si hubiese llorado y se encontrara limpiando una lagrima, acto seguido sacudía su índice como una pequeña broma.

Luego la chica con sus palabras trata de fingir que no reconoce a que me refiero, “bueno le dejare seguir unos segundos más” pensé en mi mente sin hacer más referencia a ese asunto y poco después ya estaba comenzando a soltar toda mi sopa verbal de suposiciones a las cuales por un breve instante la contraria trato de rebatir o negar, más no logro su acometido y decidió dejarme hablar “excelente elección” comente de formal mental a mi propia persona, Hyperion simplemente rodaba los ojos en muestra del evidente y alto ego que se subía ante la emoción del momento. Incrementando mi orgullo cuando la misma me dedico una sonrisa honesta a mi persona la cual correspondió aquella sonrisa, era evidente salí ganador de la contienda, pero esto era simplemente un calentamiento, la verdad estaba por venir.

-Gracias por cortejarme hermosa dama- comente guiñándole un ojo de forma bromista y con un aliento un tanto triunfante, más luego de aquel comentario Hyperion volvió a estallar en risas fuertes que inundaron la habitación, se estaba burlando de mi comentario y como muestra de ello entre risas decía. –Jaja… Alguien cortejándote a ti!?... jajaja, Te haz vuelto muy chistoso en los últimos tiempos Amury- comentaba burlesco de mi comentario, así era Hyperion y sin embargo seguía siendo mi mejor amigo.

Luego de expresar de forma tan clara y contundente que me ayudara la misma pareció pensarlo un instante haciendo la mejor de las decisiones, trabajar con mi persona, a lo que sonreí y estreche la mano de aquella hermosa mujer separando mi mano de la contraria tras terminar aquel sello de trato. –Excelente querida, solo falta una cosa más, presentarnos formalmente, Soy Amaury Porter detective del caso y el es Hyperion- dije tras presentar a Hyperion que hizo un gesto de saludo y acto seguido señale a Alaric. –El es nuestro querido Alaric y usted hermosa dama es?-

Tras aquello escuche las palabras de la hermosa mujer y simplemente asentí. –En efecto querida, ni yo ni el buen Hyperion como Alaric cumplimos los requisitos para servir de carnada a aquellos asesinos, es usted el objetivo ideal, además que nuestro asesino tiene una forma de operar aun mas interesante de operar- comente con una sonrisa en el rostro contemplando a la dama. –entonces Hyperion nos acompañaras?- pregunte observando a mi querido amigo un breve instante quien sonrió respondiendo. –Bromeas?, no puedes vivir sin mí, alguien debe cambiarte los pañales- comento burlón ante aquello, no estoy seguro si Hyperion quería competir conmigo por aquella dama o simplemente quería verse mas bromista de lo común.
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Mensaje por Chanterelle N. Allamand Mar Feb 02, 2016 12:43 am


Observé el intercambio entre esos hombres, era notorio a simple vista cuan unidos estaban uno del otro y no pude evitar sentir curiosidad. ¿Habrían vivido grandes peligros para haberse unido tanto? Quizá habrían crecido juntos como amigos de la infancia. Intenté imaginarlos pero no lo conseguía, se los veía tan opuestos que me complicaban la tarea, tal vez había otro vinculo que los mantuviera unidos pese a sus diferencias, pero no me atrevería a a considerarlo y no porque tuviera algo en contra de ello. El motivo para evitarme considerar aquello no era otro que la afinidad que yo misma sentía hacia ese hombre, por lo mismo desee que fueran buenos amigos de la infancia al grado de parecer hermanos. Los observé con disimulo sin poder reprimir del todo una sonrisa ante el trato tan confiado con el que se llevaban, resultaba claramente divertido y un tanto enternecedor, sin duda si lucían como hermanos; o por lo menos con la visión que yo tenía de lo que sería un hermano. Siendo hija única era algo que sólo podía llegar a imaginar.

Su explicación también me brindó un descanso del escrutinio del detective, aunque tenía bien presente que era un descanso que él mismo me había otorgado, algo que él había dejado bastante claro al guiñarme el ojo con complicidad pero era algo que no me molestaba: mientras tuviera un receso no importaba la naturaleza de éste. Necesitaba tiempo para despejar mi cabeza del curioso efecto que ese hombre tenía sobre mí, la idea estaba ahí: presente en el rabillo de mi ojo, lo suficientemente visible para hacerse presente pero yo no me había atrevido a observarla de frente; la idea de sentir atracción por un hombre no era fácil de digerir, normal que intentara fingir que no la veía ahí: haciendo acto de presencia intentando llamar mi atención. Yo tenía bien decidido mi destino, apartado de las reglas comunes de la sociedad que dictaban que era una desgracia para una mujer no contraer matrimonio, tanto así que preferían verlo como un contrato: un medio para un propósito del que solían ganar prestigio y riquezas. En cambio si se quedaban solteras a cierta edad pasaban a ser unas solteronas y por tanto unas parias sociales como si fueran menos mujeres por no haber podido amarrar a un hombre a su lado. No, no deseaba nada de esa hipócrita tradición que no estaba tan apartada de la prostitución desde mi punto de vista: vender tu cuerpo y tu alma, por riquezas. Así que teniendo eso en cuenta, no lograba entender como precisamente ahora aquel sentimiento subía por mi pecho y preferí apartarlo para escuchar la explicación. El caso estaba primero.
Sin embargo no pude evitar volver a tener presente aquella idea cuando el hombre respondió mi sonrisa, haciendo que ampliara la mía. Me sentía como una chiquilla deslumbrada y ese sentimiento solo se incrementó cuando el volvió a comentar que lo cortejaba. Mi sonrojo me tomó por sorpresa y me hizo agradecer que su amigo Hyperion reclamara su atención con una sonora carcajada que por fin me gano a mi misma una tímida risita, no burlándome de Amaury, sino al contrario, una risita enternecida ante el cariño que se profesaban ambos a su modo.
—Veo que sois un gran dúo. ¿Sois hermanos acaso?—, me llevé una mano a la boca para intentar reducir mi risa, sorprendiéndome a mi misma de haber preguntado aquello por lo que algo más seria volví a comentar —Oh, seguramente no es de mi incumbencia—, comenté mas como recordatorio para mí misma que por educación, la verdad es que para una dama de sociedad yo era bastante poco propia pues poco me importaba lo que pensaran de mi o si me consideraban ruda. Esto era para recordarme que algunas preguntas están mejor sin ser contestadas, simplemente porque la curiosidad no debía ser siempre satisfecha «La curiosidad mató al gato.», la voz de mi madre resonó en mi mente por la frecuencia con la que decía eso a una versión infantil e intrépida de mi. todo lo quería saber, todo lo quería descubrir y en el proceso había arruinado más de media docena de vestidos, además de más de un mueble de la casa en mis "experimentos arqueológicos caseros" o en mis simulaciones infantiles de cacerías en las que buscaba por toda la casa al temido monstruo del armario que tanto me había atemorizado cuando era más pequeña.

Ella tenía razón, la curiosidad a veces mataba al gato. El problema era que mi curiosidad había sido nociva para ella y no para mí. Fruncí el ceño volviendo a la realidad recordando algo que casi pasaba por alto: había tres Asesinos, no uno. Eso triplicaba la posibilidad de que aquel vampiro no fuera el que buscaba, cosa que no podía evitar que me fastidiara; sentía como si llevara toda la vida buscándolo. ..
—Tres asesinos...—, murmuré por lo bajo con desaliento, era un pensamiento en voz alta que más bien era solo para mi, entonces levanté la mirada a los hombres llena de decisión —Bueno, pues si de mi depende atraparemos a los tres sin falta, caballeros. Esta colección retorcida tiene que llegar a su fin. Las mariposas se quedarán en las mesas de los entomólogos y sólo ahí—, mi gesto decidido no dejaba cabida a dudas. Ya fuera que esos hombres me ayudaran con ambos o tuviera que encargarme del resto por mi cuenta, esto no seguiría su curso.

Los miré algo sorprendida cuando Amaury dijo que faltaba presentarnos, era verdad; lo había olvidado por completo. En mi abrupta entrada, no había pensado en presentarme: la policía había facilitado el nombre de Amaury y él me había facilitado el de su compañero Hyperion, la única misteriosa ahí era yo y sabiendo aquel detalle no pude evitar sonreír divertida.

—Vaya, vaya. Una cosa que el astuto detective no ha averiguado aún. Me siento casi tentada a mantenerlo en esa duda, detective Amaury—, levanté una ceja retadora, llevándome las manos a la cadera en gesto triunfante, pero antes de darle tiempo a adivinar (parte de mí lo creía ya capaz hasta de eso) dejé mi postura y me encogí de hombros —Pero si vamos a trabajar juntos es un dato importante. Mi nombre es Chanterelle... Allamand—, al final agregué el apellido luego de cierta duda, sabía ya tanto de mí que por un segundo la sombra de la sospecha me hizo preocuparme de que supiera todo mi nombre, pues no quería que mi profesión, mi vocación, se supiera por ahí, pero una holeada de confianza en el hombre frente a mi me hizo decidirme a entregarlo completo.

Sonreí sincera al escuchar la respuesta de Hyperion, que modo más cómico tenía para decir que se preocupaba por su amigo. Sin más me encaminé hacia la puerta esperando que los hombres me siguieran. A menos que tuvieran alguna objeción, prefería ponerme a ello cuanto antes. Miré por sobre mi hombro hacia Amaury con curiosidad.

—Parece muy seguro de saber cómo obrará el asesino. ¿Quiere decirme el plan? ¿O prefiere que la chica se acerque al peligro con el plan en secreto?—, lo piqué para ver si con eso me respondería, de nuevo la curiosidad podía conmigo.
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Mensaje por Amaury Porter Mar Feb 02, 2016 5:40 pm

La amistad profesada con mi buen Hyperion es un tanto particular, cualquiera que llegue a observarnos por primera vez puede llegar a llevarse una mala impresión pensando que somos un par de hombres que no se soportan el uno al otro. Aquello es solo una fachada de un par de hombres que años de amistad los han forjado uno a otro y más que una simple amistad hay un sentimiento profundo del uno al otro, entre ellos existe la hermandad, una hermandad creada entre años de convivir y conocerse y al ser vuestro servidor viviente en la familia de Hyperion.
Aquella tan peculiar amistad podía llegar a sacarle más de una risa a cualquiera, después de todo no cualquiera trata al contrario de forma tan descarada y sin muestras de respeto como en ocasiones llegamos  a realizar ambos, nuestra amistad es un lazo tan fuerte que muy pocos podrían llegar a conocer siendo yo el apoyo perfecto de un hombre tan “refinado” como Hyperion y siendo Hyperion la mejor compañía de un hombre tan “Bohemio y Embustero” como suelo ser visto a los ojos de la sociedad. Ambos somos el dúo perfecto, nuestros años de amistad y de compromiso al trabajo nos abalan con contundencia, después de todo cuando Amaury Porter y Hyperion llegan a tomar un caso, no hay delincuente que se mantenga a la luz mientras nosotros estamos a cargo.

Las explicaciones eran dadas una tras otra, Hyperion ayudaba y yo continuaba dando conclusiones que a la vista de Hyperion y la hermosa dama que me observaba aquello era eficiente como perfecto. La hermosa figura femenil parecía estar complacida con la presentación de astucia e inteligencia que mostraba esa noche, Hyperion seguía como siempre, impresionado y con un cierto toque de orgullo que en su rostro decía “Ese es mi muchacho” cada vez que llegaba a dar una de mis hermosas y brillantes deducciones que tanto cautivaban a las personas, y a causa de cautivar también incrementaban el trabajo saliendo uno tras otro criminal que asesinaba o creaba un caso al antojo de su maquiavélicamente solo para probar o contemplar el perfecto dúo formado por Hyperion y vuestro servidor.

El caso de esa noche no era tan complejo ni mucho menos resultante de un uso de todas mis capacidades intelectuales, Solo requería astucia y saber fijarse hasta en las cejas de un mosquito como mi padre solía expresar en el desarrollo de su amada labor. Yo simplemente había sido un peón de mi padre en este oficio. Y fui aquel peón capaz de proclamar su golpe de estado, volviéndome uno de los mejores detectives de los actuales tiempos, muy pocos pueden presumir que superan a mi padre, yo puedo presumir, que supero a aquel pequeño grupo capaz de quedar arriba de la astucia de mi padre. Junto a Hyperion, no hay nada que nos detenga, por algo somos tan respetados en el oficio detectivesco.

Nuestros pequeños debates al parecer hacían de aquella escena más agradable de lo que ya era, también servían para camuflar aquel sonrojo que evidentemente alguien tan observador como mi persona podía notar en tan hermosa dama que contemplaba.  Una pregunta por parte de la chica se hizo presente en aquel momento, aquella pregunta era totalmente salida del tema del asesino. Ambos llegamos a observar más atentos a la mujer para con una sonrisa Hyperion me dejaría hablar. –Cree usted que tan hermoso hombre como yo, puede llegar a ser hermano carnal de este señor?- comente señalando a Hyperion, ambos nos reímos al mismo tiempo para luego Hyperion tomo la palabra. –Podría decirse que somos Hermanos, nos conocemos desde la infancia y tras una serie de eventos, decidimos adoptar a Amaury. Eso responde la pregunta?- termino expresando Hyperion dejando mas que disipadas las dudas o eso parecía al menos desde mi perspectiva aunque no era la primera vez que nos preguntaban si somos hermanos. Aunque no hay que destacar que somos mas hermanos espirituales que hermanos sanguíneos.

Tras aquel comentario de los tres asesinos nadie llego a dudar, pero una muestra de insatisfacción recubrió el rostro de aquella mujer o al menos eso miraba, era como si no fuese lo que esperara, como si buscara a alguien responsable de algo, aquella expresión me recordó a mí persona cuando junto a mi noble Hyperion buscábamos al asesino de mi familia. No diré que fue de aquel asesino, no pienso revelar ese asunto que no le contamos ni a Alaric, pero fueron esos días los que dieron el sello de amistad y hermandad creado entre el hijo de un detective y un clase Alta.

Observaba a aquella mujer soltando el comentario respecto a los tres asesinos, no tuve que esperar mucho para simplemente comentar. –No es que sea machista, tampoco dude de sus habilidades, pero el caso de las mariposas es mi responsabilidad, por lo tanto le brindare , Brindaremos toda la ayuda posible, así que tendrá que soportarnos durante algún tiempo- le comente bastante bromista a la hermosa mujer que contemplaba, al final de todo siempre terminaba siendo una noche bastante divertida para mi persona. Sin necesidad de que alguien pagara los platos y el asunto de tomar represarías ya había sido zancado comenzando a ser cautivado por la hermosa mujer.  Pero el buen Hyperion suspiro pesado y se llego a dar un golpe con la palma en el rostro observando a ambos diciendo con solo esa expresión “par de locos”, luego la voz del buen Hyperion se hizo presente. –Señorita…. Los entomólogos estudian los bichos…. El Esfenoides es un hueso y es más estudiado por un osteólogo o un forense, así que apreciare si rectifica el error- comento el buen Hyperion que respecto a su zona no dejaba pasar un mínimo error, así de quisquilloso podía llegar a ser.

Con respecto a los nombres la contraria pareció divertirse respecto al simple hecho de quien no conocía su nombre era yo. Aquello lo podía descubrir con mi magia, pero no quería aprovecharme tanto de mi magia tampoco quería asustar tanto a la contraria, aunque era extraño, respecto a estas cosas yo era capaz de todo hasta de tirarle por la ventana la esperanza a cualquiera. Dedique una mirada con la ceja alzada a la contraria. –Siéntase tentada, pero no responderé cuando descubra su nombre y secretos tan vergonzosos para usted, espero sepa decidir- comente bastante bromista y un tanto arrogante, pero era capaz de eso, estaba seguro que la esbelta mujer como mi compañero sabían que era capaz de conseguirlo. Sonreí al escuchar aquel nombre y guiñe un ojo. –hermoso y perfecto nombre para la ocasión- comente.

Antes de que todos comenzáramos a marchar la duda de la contraria se hizo presente Hyperion me miro también pues poseía la misma duda, tome aquella pipa que fumaba de forma leve y dando una bocanada para después expulsar el aire comente. –Simple queridos míos, Si alguno ha de ser tan observador, lo suficiente para superar las observaciones de la prensa (que a mi gusto son en si los peores observadores). Habrá notado que todas las victimas además de la belleza y falta de alguna parte Esfenoides. Lo que más tienen en común es una cosa tan interesante como peculiar. Los asesinos trabajan de la siguiente forma el asesino que quita la base del hueso esfenoides todas sus victimas comparten la característica de que una de las iniciales en cualquier secuencia del nombre de los de la clase Alta, inicia con la letra A, quien arranca todo el esfenoides ataca a victimas de clase alta, que la inicial del nombre posea la letra C. y precisamente ambos desquiciados van en una secuencia casi alfabética. Haciendo recuento de las victimas…. Y dejando simplemente a los restantes, la siguiente en la lista es mi querida Chanterelle, esta noche podríamos atrapar dos pájaros de un solo tiro, o fallar en el plan… cosa que acarreara tu muerte, pero tranquila. Si mueres, te vengaremos- comente divertido dando otra bocanada a la pipa. –ante esto, solo resta una duda, sigues con la convicción de correr ese riesgo?-
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El caso de las Mariposas {Amaury Porter} Empty Re: El caso de las Mariposas {Amaury Porter}

Mensaje por Chanterelle N. Allamand Miér Mar 02, 2016 10:29 pm


No pude sino reír cubriendo mi mano al unísono de esas dos risas masculinas por el comentario del detective Amaury, de cierto modo ambos eran hermanos y actuaban como tales, de eso no cabía duda. Asentí aún con gesto divertido cuando el señor Hyperion pregunto si mi pregunta habia quedado respondida.

Enteramente, señor— comenté para dar énfasis a mi asentimiento.

Contemplaba las posibilidades, en mi cabeza se creaban escenarios que me distraían levemente de la realidad, las personas que habían visto esto en mí me habían llamado desenfocada, incluso soñadora o distraída, como si eso fuera algo malo sin saber el motivo de mi ausencia de la realidad. Nada más opuesto que eso, mis pies estaban tan clavados al suelo que no podía hacer otra cosa, debía pensar en cada cosa que podría salir mal, fue por esto que cuando el detective Amaury me habló di un leve respingo y volví mi mirada para verlo. No pude evitar fruncir el ceño por una fracción de segundo al escuchar su comienzo; nada que comience con "no es que sea machista" suele ser bueno para mí. La realidad es que los hombres de la época lo eran. Aún sin pretenderlo, mi propio padre había prohibido que yo siguiera con esto como si fuera decisión suya y no mía, y él era el hombre más abierto de mente que conocía... al menos hasta la fecha. Por lo que no pude evitar temer que quisiera quitarme el caso atribuyendo justamente a que sería muy peligroso para mí.

En cambio me sorprendió ofreciéndome su ayuda. Lo observé por varios minutos antes de asentir, su ayuda, a diferencia de la de cualquier otra persona, no sería del todo mala idea; no solo porque poseía una astucia que podría ser útil sino que a diferencia de cualquier civil común y corriente, el lucia en buena forma, ambos lo hacían, no supondrían una carga en lo que a correr se refiriera, por lo que asentí sonriéndole sin percatarme de que en mi rostro había una expresión emocionada. Algo me decía que esta sociedad sería cuando menos instructiva y muy enriquecedora.

Bueno señor mío, si no me queda más remedio, supongo que podría contar con su ayuda como dice—, mis palabras tan desanimadas como si no quedara otra opción, solo eran desmentidas por mi rostro interesado y mi media sonrisa hacia él en particular —. Espero que sean buenos corriendo, cabe la posibilidad de que sea necesario y no podré esperarlos si no saben llevar el paso—. Terminé al fin intentando sonar más profesional, pero ese profesionalismo fue roto por el comentario del señor Hyperión, que terminó por arrancarme una leve risa y con aire divertido le hice una leve reverencia tomando mi vestido y doblando las rodillas levemente en un gesto un tanto inocente.

Ruego me disculpe. No pretendí  decirlo en sentido literal sino figurativo. Una metáfora si gusta—, dije con mi sonrisa divertida aún en los labios. Ambos caballeros eran agradables a su modo, debía admitir: aunque el Detective Amaury lo fuera la mayor parte del tiempo y fuera consciente de ello, el señor Hyperión lo era de un modo ingenuo muy entretenido.
Observe sus gestos mientras retenía mi nombre, parecía ansioso y por segunda vez temí que pudiera adivinarlo, por suerte había decidido ceder; tanto por el bien de nuestra sociedad como el de mis "secretos tan vergonzosos", aquella frase me hizo sonreír y alzar la barbilla con superioridad, aunque pronto deje de lado ese gesto y con una inclinación de cabeza agradecí su halago.

Gracias. aunque temo decirle que la clase de hongo por la que debo mi nombre no me parece especialmente bueno para la ocasión, tampoco hubiera podido guardarlo. No por temor a que vislumbrara mis "vergonzosos" secretos, como usted los llama. Temo informarle que tengo muy pocos secretos y aún menos que me avergüencen. Simplemente que la confianza debe comenzar en algún punto—, giré mi mirada hacia su compañero—¿no lo cree así señor Hiperyon?—.

Me sentía bastante optimista, la información que había reunido era más de lo que había conseguido en los últimos años y me hacía pensar que quizá aunque fueran tres los asesinos hoy sería la noche perfecta, por lo que no pude evitar detenerme a sopesar las posibilidades con forme el Detective mencionaba los datos: un asesino tenía predilección por las victimas con la letra A «Allamand», vino a mi mente al instante. mientras que el otro atacaba a victimas con el nombre iniciando en C «Chanterelle», susurró esa vocecita en mi cabeza de nuevo. Me llevé una mano a la barbilla en gesto pensativo sin observar a los caballeros. ¿Podría ser acaso una coincidencia? No había una evidencia que señalara lo contrario pero en mi familia teníamos un dicho: "Las coincidencias no existen, sólo existe lo inevitable". Si pensaba así... ¿tal podría ser la opción que ambos tuvieran el deseo de dar conmigo? No podría ser, era demasiado fortuito. Yo no creía conocer a los tres asesinos como para que tuvieran todos alguna intención conmigo. ¿A qué se debería? Fue entonces que me llegó un pensamiento escalofriante y que me heló la sangre.

Asesino "A" y Asesino "C". Quiere decir que... en esa ecuación falta uno: el asesino que no se llevaba nada, ¿no es verdad?

Aquel que había atrapado la atención de la prensa y que por tanto, había comenzado con todo. ¿Podría ser que la quisiera a ella y organizara a los otros dos? Negué con la cabeza, era una idea ridícula y suspirando resignada esperé que alguno de los dos que podríamos atrapar fuera el que buscaba. Levanté por fin la mirada hacia ambos hombres, posándola en los ojos de Amaury con gesto serio y firme levantando una ceja y sonriendo de lado con actitud despreocupada, casi divertida. Había comentado que me vengarían si moría; lo dudaba. Si alguien altamente entrenado que había pasado su vida preparándose para esto no podía con ellos... no tenía muy claro que dos detectives privados pudieran con ello, pero aún así la pregunta de importancia fue la que hizo a continuación.

Detective... sé que no nos conocemos bien aún. Es por eso que le diré algo que debe saber de mi: yo jamás pierdo la convicción por tan pequeño riesgo. Si he de morir esta o cualquier otra noche, será librando de las calles a esos seres llenos de maldad, es algo que ya he aceptado. Pero no por eso ustedes deben compartir mi destino: si algo llega a pasar no necesitan vengar a nadie, no lo intenten, no quiero más muertes sobre mis hombros—, bajé la mirada avergonzada un segundo antes de regresar con el fuego de la convicción en la mirada —Ya sea que este plan tenga éxito o fracase, esta noche esos seres dejaran de existir—, dicho esto di una pequeña palmada a mi bolso: femenino, sí, pero también demasiado grande para lo que se acostumbraba, dentro algo repiqueteó con un sonido metálico al chocar con el anillo que tenía en mi dedo pulgar. Tal vez no lo parecía pero venía preparada.

¿Listos para irse caballeros?— comenté por ultimo antes de girarme, como si lo preguntara para llegar a un evento de gala rutinario, como si fuera lo más natural del mundo y dicho esto comencé a avanzar hacia fuera cual resultara ser mi destino esa noche.
Chanterelle N. Allamand
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