El arte del rival (Priv. Mary Sibley )

por **Clinton Allen** Jue Sep 14, 2017 10:52 am

De todas las actividades de ricos, la opera podría ser la única que le interesaba realmente. Nunca se ha sentido parte de una sociedad de millonarios pedantes que se mueven en carruajes brillantes y caminan en zapatos de charol, aunque el mismo lleve unos. Cuidar la apariencia, es tan importante para la sociedad de la que ya forma parte, que el tan sólo pensar en su pasado se le dificulta.

Cuando era marino, muy joven, recuerda escuchar baladas románticas que algún otro muchacho decía dedicarle a su damisela en algún lugar de las costas de Cuba, aquellos años parecían dorados en los componentes como estos, cuando la gente se acomoda en las butacas, las cortinas se abren y alguna mujer con sobrepeso cantan una melodía fuerte y tan entonada que haría cantar a los malditos hipopótamos.

La ópera le recuerda más sus días de estar tomado de la mano de la ley y no los de pirata, por alguna razón, el escuchar melodías tan finas lo hunden en un pensamiento de positivismo, ese que compartía de joven y que fue desapareciendo mientras cortaba o disparaba algún español entre los ojos.

Durante la ópera, el tiempo parece pasar como una nota más, mientras Clint se separa de la pomposa obra de vida que lleva incómodamente día con día. El payaso canta como un arte ante un público que, seguramente, no sería del todo humano. Aunque el hechicero a escuchado historias de un teatro exclusivo de vampiros, no cree que tengan el gusto exclusivo por obras tan sangrientas, algunos aun quieren ser humanos, al menos eso cree.

Por un momento puede imaginar el mar en el horizonte sobre un barco lleno de música, la imagen se distorsiona varias veces pensando en la sangre derramada sobre esa misma madera o los gritos de dolor de adultos humillado a simples pedazos de carne para los tiburones hambrientos de un mar salvaje y cortante.

-Después de la obra habrá un gala en el vestíbulo, dicen que toda clase de comerciantes y gente importante estará en el lugar-escucha murmurar a una anciana pareja-incluso hablan de comerciantes que podrían darnos un especial trato por algunos de nuestros bienes pendientes.

Escuchar las conversaciones de los demás no suele ser su fuerte, pero esta vez, por alguna razón, en unas cuantas butacas adelante, seguramente no lo sufrientemente lejos para no escuchar, un aura se altero suavemente, tal vez pensando que hablan de ella o deseado que lo hagan.

-Se dice que los Sibley están aquí, personas encantadoras con los que seguro debemos llegar a algún trato.

Ese último comentario, justo ahí, un aura alterada suavemente, por unos segundo, una concentración con mucha maestría, no una persona cualquiera de seguro.