AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Lorenzo Baldini | ID
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Lorenzo Baldini | ID
por Lorenzo Baldini Jue Nov 23, 2017 10:44 pm
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Gian Lorenzo Baldini▲EDAD▲
25 años aparentes | 40 años reales▲ESPECIE▲
Vampiro▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase Alta | Duque de Italia▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual▲LUGAR DE ORIGEN▲
Bard, Valle de Aosta. Italia.▲HABILIDADES/PODERES▲
→ Seducción: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o emocionalmente a la persona poseedora del poder. El vampiro seduce a los demás hasta lograr controlar las emociones de su adversario a su antojo. Funciona en cualquiera de los dos sexos. Este poder funciona únicamente como atracción.
→ Persuasión: Habilidad para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona. Este poder logra que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse o incluso darse cuenta, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.
→ Confusión: El vampiro puede hacer que su víctima se sienta completamente desorientada sin más que mirarle a los ojos y hablar con él. La víctima sólo será consciente de fragmentados sueltos de sus propios recuerdos. Se sentirá confuso constantemente y vagará de un lado a otro, aturdido y sin saber que hacer exactamente. La confusión es temporal.
Es un hombre culto que se interesa por temas como política, ciencias y literatura. Ha leído los clásicos de Shakespeare y Cervantes, incluso la poesía de Buonarroti. Tiene un gusto exquisito en arte; es admirador de las pinturas de da Vinci y las esculturas de Bernini, especialmente después de enterarse que había sido nombrado en honor a este último.
Disfruta sobremanera de las actividades al aire libre; si bien ya no puede salir a la luz del día o sentir el calor del sol, eso no le impide realizar largas cabalgatas, salir de cacería o estar al cuidado de sus viñedos, cuando se encuentra en casa.
Tiene muchos gustos muy diversos, y aunque algunos los consideren contradictorios o incompatibles, él ha sabido llevar su vida de la manera apropiada para disfrutar de todo aunque sea un poco. Así como le gusta el campo y le resulta imposible aburrirse llevando una vida tranquila, al pendiente de sus viñedos y los terratenientes en Bard, también obtiene diversión y placer en una gran ciudad, con sus fiestas y su bullicio.
Le gustan las mujeres vulgares tanto como las inocentes, las rubias tanto como las morenas, y las casadas tanto como las solteras y las prostitutas.
Su carácter es bastante calmado, siempre busca la manera de resolver los conflictos por medio de la mediación y la conversación; aunque disfruta de una buena pelea callejera, lo hace por deporte o diversión, son contadas las ocasiones en que ha tenido que llegar a un enfrentamiento físico para llegar a un acuerdo. Es muy franco y honesto. Prefiere decir las cosas directamente que andarse con rodeos, por lo que puede ser tomado como altanero por aquellos que no comparten sus pensamientos.
Es orgullos y competitivo, dos de sus peores defectos, ya que lo han metido en problemas más de una vez. Además de mujeriego; pero, y aunque tiene fama de rompe corazones, nunca ha mentido a una mujer para llevársela a la cama. El que ellas se hicieran ilusiones con él en algunas ocasiones no ha sido intencional, pues bien claro que les dejó desde el principio sus intenciones. A pesar de ello, admite que quizás sus atenciones puedan ser malinterpretadas fácilmente, en especial por jóvenes sin demasiada experiencia o por prostitutas que deseen salir de esa vida.
Es, en cierta forma, un romántico. Capaz de hacer los más bellos detalles a la mujeres, pues conoce sus gustos: enviar flores, llevarlas a alguna obra de teatro, a comer en restaurantes costosos, incluso dedicarles poemas o canciones de amor, los cuales para él no tienen ningún sentido o valor después de la traición.
Disfruta sobremanera de las actividades al aire libre; si bien ya no puede salir a la luz del día o sentir el calor del sol, eso no le impide realizar largas cabalgatas, salir de cacería o estar al cuidado de sus viñedos, cuando se encuentra en casa.
Tiene muchos gustos muy diversos, y aunque algunos los consideren contradictorios o incompatibles, él ha sabido llevar su vida de la manera apropiada para disfrutar de todo aunque sea un poco. Así como le gusta el campo y le resulta imposible aburrirse llevando una vida tranquila, al pendiente de sus viñedos y los terratenientes en Bard, también obtiene diversión y placer en una gran ciudad, con sus fiestas y su bullicio.
Le gustan las mujeres vulgares tanto como las inocentes, las rubias tanto como las morenas, y las casadas tanto como las solteras y las prostitutas.
Su carácter es bastante calmado, siempre busca la manera de resolver los conflictos por medio de la mediación y la conversación; aunque disfruta de una buena pelea callejera, lo hace por deporte o diversión, son contadas las ocasiones en que ha tenido que llegar a un enfrentamiento físico para llegar a un acuerdo. Es muy franco y honesto. Prefiere decir las cosas directamente que andarse con rodeos, por lo que puede ser tomado como altanero por aquellos que no comparten sus pensamientos.
Es orgullos y competitivo, dos de sus peores defectos, ya que lo han metido en problemas más de una vez. Además de mujeriego; pero, y aunque tiene fama de rompe corazones, nunca ha mentido a una mujer para llevársela a la cama. El que ellas se hicieran ilusiones con él en algunas ocasiones no ha sido intencional, pues bien claro que les dejó desde el principio sus intenciones. A pesar de ello, admite que quizás sus atenciones puedan ser malinterpretadas fácilmente, en especial por jóvenes sin demasiada experiencia o por prostitutas que deseen salir de esa vida.
Es, en cierta forma, un romántico. Capaz de hacer los más bellos detalles a la mujeres, pues conoce sus gustos: enviar flores, llevarlas a alguna obra de teatro, a comer en restaurantes costosos, incluso dedicarles poemas o canciones de amor, los cuales para él no tienen ningún sentido o valor después de la traición.
Como segundo hijo, Luis Fabio sabía muy bien lo que se sentía ser dejado de lado y, en cierta medida, menospreciado por su progenitor. Eso no le impidió hacer lo mismo a su segundo hijo, desde el mismo momento en que nació.
Fabio Alessandro, el primogénito y heredero del Duque de Bard con su primera esposa, la hija mayor del Rey, había nacido en Roma, su alumbramiento fue atendido por las mejores parteras del país; aun así, su madre murió durante el parto. Algunos años más tarde, el Duque volvió a casarse, esta vez con la hija menor del Rey, quien solo tenía 15 años al momento. Gian Lorenzo nació en una de las torres más desoladas del Fort di Bard, su madre fue atendida apenas por su propia nana, y ambos sobrevivieron la experiencia.
Durante los primeros años de Lorenzo, como le llamaba su madre, su educación fue bastante pobre, pues los mejores maestros y tutores eran siempre para Fabio. Por otro lado, el pequeño disfrutaba de actividades al aire libre, de jugar y hacer travesuras con los hijos de los empleados y demás aldeanos. Si bien no aprendió mucho de Historia, Política o Literatura, fue bien instruido por los hombres de su padre en lucha, ya fuera sin armas o con ella, especialmente espadas y cuchillos; aprendió también a montar, a cocinar, aprendió todo lo que se tenía que saber respecto a los viñedos y como procesar las uvas para hacer un buen vino.
Ya siendo ambos adultos, los hermanos era completos desconocidos entre sí, además que eran muy diferentes. Nunca tuvieron la oportunidad de compartir juegos, de tener peleas, de hacerse travesuras uno al otro, o hacer travesuras juntos. A pesar de ello, cuando a sus 25 años Fabio murió de una extraña y repentina enfermedad, que se lo llevó demasiado pronto, Lorenzo sintió una pena que no podía describir. Siempre lo admiró, y en cierta medida también envidiaba la mirada de orgullo que su padre sólo tenía para él, pero nunca le deseó ningún mal.
En ese entonces Lorenzo tenía solo 20 años, pero pasaron 3 más antes de que su padre superara la muerte de su primogénito y dedicara un poco de su atención al nuevo heredero, obligándolo a aprender lo que a su hermano le había tomado años en solo unos pocos meses. Eventualmente emprendieron un viaje por Italia, Francia e Inglaterra, conociendo amistades de la familia, informando de la terrible pérdida que había sufrido la familia Baldini y presentando al nuevo heredero.
Dos años más tarde, a su regreso a su tierra natal, Lorenzo conoció a una joven campesina que no había visto en su vida. Era una diminuta pelirroja de ojos color miel y pálida piel. A él le parecía demasiado refinada para ser una simple campesina, pero no puso en duda sus palabras ni por un segundo. Fue amor a primera vista, creyó él. Por un tiempo se frecuentaron, se encontraban a escondidas junto al río que pasa tras el Fuerte, compartían largas charlas, besos apasionados y algunas caricias subidas de tono. De más está decir qué era lo que aquella mujer buscaba, pero Lorenzo no la tomaría por esposa, se lo había dejado muy claro. Él quería hacer sentir orgulloso a su padre, haciendo siempre su voluntad, por lo que cuando él dictó que podría tomarla como su amante pero nunca como su mujer, ella enfureció.
El joven nunca la vio tan molesta, ni antes ni después. Esa noche, en la intimidad, el Lorenzo Baldini que una vez fuese murió, dándole paso a una nueva forma de vida. O no-vida. Sabía que había muerto, por lo que no comprendía cómo podía estar de pie, respirando y sintiéndose más fuerte que nunca, pero también mucho más hambriento. Ella, con una sonrisa malévola le había hecho saber que ahora estaban más vinculados de lo que podrían estar siendo humanos, le habló de su nueva naturaleza y sus nuevos apetitos, difícil de creer para él hasta que tuvo un humano con una herida sangrante a su merced, y comprendió todo.
Se sintió engañado y muy herido. No quiso volver a verla, pero ella insistía en seguirlo, e incluso llegó a amenazarlo con hacerle daño a sus padres. Antes tal amenaza no pudo quedarse tranquilo, por lo que cedió voluntariamente a sus demandas y fue nuevamente a la cama con ella. Sin embargo, mientras la mujer dormía, se alimentó de ella como muchas otras veces había hecho. Ella despertó al sentirlo beber de ella, sabía que todo era muy nuevo para él, por lo que necesitaría sangre con frecuencia, pero se estaba pasando de su límite. Tarde se dio cuenta, cuando ya estaba demasiado débil como para defenderse, que él no tenía planeado detenerse. Dejándola seca, y convirtiéndola en polvo.
Aquel acto había requerido de coraje de su parte pues, al haber sido reciente su transformación, había mucho que debía aprender y que, se suponía, ella debía enseñarle. Pero ya encontraría otros métodos para aprender, buscaría a otros vampiros. No permitiría que algo le sucediera su padre, pues no se encontraba apto para tomar su lugar dadas las circunstancias, y mucho menos a su madre.
En su situación actual le sería imposible tener descendencia, por lo que daba igual si tomaba su lugar o no como Duque. El problema radicaba en que el siguiente en sucesión sería un primo lejano, a quien no le confiaría el bienestar de una oveja, mucho menos el de todo el ducado. Ya se había formado miles de ideas de cómo resolver ese asunto, pero prefería postergarlo lo más posible. Su padre aún era joven y fuerte, muchos años le quedaban de vida todavía. Cuando él ya no estuviera, resolvería aquel asunto.
Los años que siguieron los pasó mitad en casa, y la otra mitad viajando por el mundo, buscando otros vampiros y aprendiendo de ellos, conociendo nuevas culturas, peleando guerras que no eran propias. Luchó un par de veces en batallas contra Napoleón, y se retiró un tiempo a las islas griegas. En lo concerniente a sus padres y demás familiares, primos más jóvenes y nuevos sobrinos, todos comentaban lo joven que se seguía viendo a sus casi 40 años, de lo que siempre se reía y cambiaba de tema. Pero su padre enfermó, y tenía el ferviente deseo de verlo, al menos, comprometido. Por este motivo, y con el único propósito de complacerlo, se dirigió a París, lugar donde su padre le aseguró que conseguiría alguna joven adecuada para él y su posición.
Fabio Alessandro, el primogénito y heredero del Duque de Bard con su primera esposa, la hija mayor del Rey, había nacido en Roma, su alumbramiento fue atendido por las mejores parteras del país; aun así, su madre murió durante el parto. Algunos años más tarde, el Duque volvió a casarse, esta vez con la hija menor del Rey, quien solo tenía 15 años al momento. Gian Lorenzo nació en una de las torres más desoladas del Fort di Bard, su madre fue atendida apenas por su propia nana, y ambos sobrevivieron la experiencia.
Durante los primeros años de Lorenzo, como le llamaba su madre, su educación fue bastante pobre, pues los mejores maestros y tutores eran siempre para Fabio. Por otro lado, el pequeño disfrutaba de actividades al aire libre, de jugar y hacer travesuras con los hijos de los empleados y demás aldeanos. Si bien no aprendió mucho de Historia, Política o Literatura, fue bien instruido por los hombres de su padre en lucha, ya fuera sin armas o con ella, especialmente espadas y cuchillos; aprendió también a montar, a cocinar, aprendió todo lo que se tenía que saber respecto a los viñedos y como procesar las uvas para hacer un buen vino.
Ya siendo ambos adultos, los hermanos era completos desconocidos entre sí, además que eran muy diferentes. Nunca tuvieron la oportunidad de compartir juegos, de tener peleas, de hacerse travesuras uno al otro, o hacer travesuras juntos. A pesar de ello, cuando a sus 25 años Fabio murió de una extraña y repentina enfermedad, que se lo llevó demasiado pronto, Lorenzo sintió una pena que no podía describir. Siempre lo admiró, y en cierta medida también envidiaba la mirada de orgullo que su padre sólo tenía para él, pero nunca le deseó ningún mal.
En ese entonces Lorenzo tenía solo 20 años, pero pasaron 3 más antes de que su padre superara la muerte de su primogénito y dedicara un poco de su atención al nuevo heredero, obligándolo a aprender lo que a su hermano le había tomado años en solo unos pocos meses. Eventualmente emprendieron un viaje por Italia, Francia e Inglaterra, conociendo amistades de la familia, informando de la terrible pérdida que había sufrido la familia Baldini y presentando al nuevo heredero.
Dos años más tarde, a su regreso a su tierra natal, Lorenzo conoció a una joven campesina que no había visto en su vida. Era una diminuta pelirroja de ojos color miel y pálida piel. A él le parecía demasiado refinada para ser una simple campesina, pero no puso en duda sus palabras ni por un segundo. Fue amor a primera vista, creyó él. Por un tiempo se frecuentaron, se encontraban a escondidas junto al río que pasa tras el Fuerte, compartían largas charlas, besos apasionados y algunas caricias subidas de tono. De más está decir qué era lo que aquella mujer buscaba, pero Lorenzo no la tomaría por esposa, se lo había dejado muy claro. Él quería hacer sentir orgulloso a su padre, haciendo siempre su voluntad, por lo que cuando él dictó que podría tomarla como su amante pero nunca como su mujer, ella enfureció.
El joven nunca la vio tan molesta, ni antes ni después. Esa noche, en la intimidad, el Lorenzo Baldini que una vez fuese murió, dándole paso a una nueva forma de vida. O no-vida. Sabía que había muerto, por lo que no comprendía cómo podía estar de pie, respirando y sintiéndose más fuerte que nunca, pero también mucho más hambriento. Ella, con una sonrisa malévola le había hecho saber que ahora estaban más vinculados de lo que podrían estar siendo humanos, le habló de su nueva naturaleza y sus nuevos apetitos, difícil de creer para él hasta que tuvo un humano con una herida sangrante a su merced, y comprendió todo.
Se sintió engañado y muy herido. No quiso volver a verla, pero ella insistía en seguirlo, e incluso llegó a amenazarlo con hacerle daño a sus padres. Antes tal amenaza no pudo quedarse tranquilo, por lo que cedió voluntariamente a sus demandas y fue nuevamente a la cama con ella. Sin embargo, mientras la mujer dormía, se alimentó de ella como muchas otras veces había hecho. Ella despertó al sentirlo beber de ella, sabía que todo era muy nuevo para él, por lo que necesitaría sangre con frecuencia, pero se estaba pasando de su límite. Tarde se dio cuenta, cuando ya estaba demasiado débil como para defenderse, que él no tenía planeado detenerse. Dejándola seca, y convirtiéndola en polvo.
Aquel acto había requerido de coraje de su parte pues, al haber sido reciente su transformación, había mucho que debía aprender y que, se suponía, ella debía enseñarle. Pero ya encontraría otros métodos para aprender, buscaría a otros vampiros. No permitiría que algo le sucediera su padre, pues no se encontraba apto para tomar su lugar dadas las circunstancias, y mucho menos a su madre.
En su situación actual le sería imposible tener descendencia, por lo que daba igual si tomaba su lugar o no como Duque. El problema radicaba en que el siguiente en sucesión sería un primo lejano, a quien no le confiaría el bienestar de una oveja, mucho menos el de todo el ducado. Ya se había formado miles de ideas de cómo resolver ese asunto, pero prefería postergarlo lo más posible. Su padre aún era joven y fuerte, muchos años le quedaban de vida todavía. Cuando él ya no estuviera, resolvería aquel asunto.
Los años que siguieron los pasó mitad en casa, y la otra mitad viajando por el mundo, buscando otros vampiros y aprendiendo de ellos, conociendo nuevas culturas, peleando guerras que no eran propias. Luchó un par de veces en batallas contra Napoleón, y se retiró un tiempo a las islas griegas. En lo concerniente a sus padres y demás familiares, primos más jóvenes y nuevos sobrinos, todos comentaban lo joven que se seguía viendo a sus casi 40 años, de lo que siempre se reía y cambiaba de tema. Pero su padre enfermó, y tenía el ferviente deseo de verlo, al menos, comprometido. Por este motivo, y con el único propósito de complacerlo, se dirigió a París, lugar donde su padre le aseguró que conseguiría alguna joven adecuada para él y su posición.
Lorenzo Baldini- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 20/11/2017
Re: Lorenzo Baldini | ID
por Invitado Vie Nov 24, 2017 4:15 pm
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
ANTES DE HACER CUALQUIER OTRA COSA, TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE CÓMO MANEJAMOS TODO EN ESTE SITIO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES; ESTAMOS PARA SERVIRTE.
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