Nella Lombardo ID

La noche, puede ser calma, o tormentosa, pero no por ello deja de ser tan hermosa y misteriosa, como el amanecer o el pleno medio día. En su seno, guarda los sueños y los deseos, de innumerables seres. Aún, en el silencio profundo de la madrugada, los dulces acordes de un violín pueden llegar a conmover el alma mas desgarrada, o puede ayudar a morir a quien se deseo de vivir ha desaparecido. Un alma que en su interior posee la noche, es capaz de ocultar sus pensamientos, sus emociones y aun sus mas oscuros pecados. ¿Pero acaso los pecados no son consecuencia de lo vivido? ¿Un niño, nace con la necesidad de matar a quien le ha hecho daño? o es la circunstancia la que lleva a un ser puro a convertirse en el verdugo de otro? no, la maldad no nace de la nada, ni anida en el pecho de una mujer, porque lo ha deseado. Es aquello que le ha tocado vivir, el detonante de su futuro pecado, y es su propia consciencia, quien deberá dar el perdón, para sí poder dejar la noche atrás, y permitir que su vida, su alma, se ilumine con el brillo y la luz de un nuevo amanecer.

Nella nació en Italia, en el ceno de una importante familia de nobles, fue la primogénita, y aunque se esperaba por tradición, que el primer bebé fuese niño, el nacimiento de Nella, no trajo decepción alguna, por el contrario todo el pueblo se regocijó, pues con ella llegó el perdón de las deudas que los pobladores tenían con sus ancestros, en un gesto de agradecimiento al Dios del cielo, por permitir que la felicidad llegara a la casa de los Lombardos, quienes por muchos años, pensaron que jamás podrían concebir.

De pequeña, mostró un gran dominio de los instrumentos, como del canto, ya desde los cuatro años, recibió clases de piano, al principio como una forma de mantenerla tranquila y querida, ya que por ese año, dejó de ser hija única para pasar a ser la hermana mayor. Cosima, llegó a su vida, y desde el primer momento en que la vio, decidió que sería su muñeca, su tesoro, que nadie cuidaría mejor de ella que su hermana mayor. Fue así que le enseñó a tocar el piano, a cantar, a jugar y sobretodo a disfrutar de la compañía de una con la otra. Jamás existió un sentimiento de envidia, o de antipatía, por el contrario el amor que se tenían la una a la otra era tan visible, tan palpable, que algunos solían decir que seguramente en otra vida, habrían sido madre e hija.

La vida de Nella fue un paraíso, hasta que cumplió los dieciséis años, en ese año, ella conoció el amor, en un joven del pueblo, un muchacho de clase sencilla, pastor de rebaños, que le enseñó a usar una flauta, le habló de las cosas sencillas de la vida, y con quien solía pasar las horas de la siesta, en un valle cercano a su hogar. Cuando el sol comenzaba a descender, Bruno, como se llamaba el pastor, juntaba su rebaño y juntos emprendían el camino de regreso. Ellos se amaban y en su sencillez, su enamorado le pidió que se casara con él. Nella, le aceptó, pero le propuso decirle a su padre, ella amaba a su papá, tanto como a su mamá, y comprendía que la diferencia de clases sociales podían ser un impedimento, pero que al amarlos tanto y al verla feliz al lado de Bruno, ellos aceptarían su decisión de casarse.  Mas no fue así, sus padres se opusieron firmemente, tanto así que decidieron encerrarla por unos días e un convento, intentando que aquella locura abandonara su corazón, mas no fue así.

pasaron las semanas, y ella se negó a comer, luego de días de inanición, las religiosas se desesperaron, y llamaron a la familia, que al ver que estaba pasando con su hija, decidieron volverla al hogar y hablar nuevamente con la pareja. Con mucha dificultad, Nella volvió a comer, a esperar recuperarse, para correr a los brazos de su amado y contarle que sus padres aceptaría el amor que s profesaban. Las semanas pasaron, y ella volvió al hogar, cuando se sintió lo suficientemente fuerte para ir a buscarle, recorrió a caballo la distancia hasta llegar al valle en que tantas veces pasaron juntos las horas. Pero le encontró con unos amigos, por lo que ella se escondió, esperando que le dejaran solo. Así pudo escuchar una confesión que jamás hubiera querido saber. Bruno no la amaba, jamás lo había hecho, solo era un trabajo que le habían encargado, tenía que conseguir desgraciarla, haciendo que los Lombardo perdieran el respeto y el cariño de la gente. Descubrió ademas que todo lo había hecho para conseguir dinero suficiente para casarse con una muchacha de un pueblo cercano.

Cundo el sol comenzaba a descender, Bruno quedó solo, entonces Nella se presentó ante él, con la intención de que él le asegurara que toda aquella confesión no era otra cosa que una mentira. Mas el pastor, volvió a asegurar que esa era la realidad. Nella, se abalanzó contra él, forcejearon, pero como era de esperar él tenía mas fuerza que ella.  Pronto la maniató y pasó la noche pensando que sería lo mejor para hacer con ella. No podía dejarla huir, puesto que si todo salía a la luz, él debería huir, ¿y donde se suponía debería huir, si la familia Lombardo le daba caza? a media noche, se sentó muy cerca de Nella, para pedirle perdón, porque debería matarla. Le quitó la mordaza, y aunque las lagrimas de la joven  bañaban sus mejillas, no se conmovió. - ¿Es que nunca sentiste ni un poco de amor por mi? - le preguntó la joven, él negó lentamente. Cuando la iba a matar,  un ruido le hizo levantarse, allí, como si se hubiera terminado de materializar, un lobo que se dirigía a matar al rebaño. Bruno buscó un cañón y de un solo disparo mató al animal, salvando así sus ovejas. Ensimismado en ello, no se había percatado que el cuchillo con el que pensaba matar a la joven, había quedado mu cerca de ella. Nella no lo pensó mucho, pateó el puñal hasta sus  manos atadas, usó la hoja par soltarse y cuando él creía que el peligro había terminado, un dolor punzante a la altura de su riñón derecho lo hizo girar, para ver con horror, las manos ensangrentadas de Nella. Le había apuñalado, y volvió nuevamente a apuñalarlo, ésta vez en su abdomen, - no me mataras, no me dejarás, no seré uno de tus corderos - dijo, con voz entrecortada.

Se desgarró la ropa, se hirió en varias partes, y montó su caballo, con dificultad llegó hasta los establos de su hogar, cayendo desvanecida, era aún noche cerrada, pero el sonido de los cascos en el suelo, el golpe del cuerpo de la joven al caer, hizo que los sirvientes se apresuraran a ver que estaba pasando. Todo fue caos, grito llantos, y caballos que corrían en busca de un medico.

Nella pasó días sin despertar, y cuando lo hizo, contó que había sido secuestrada, que Bruno la había intentado salvar, pero que cuando logró hacerla subir al caballo, sus agresores se ensañaron con él y no sabía que había pasado con el pastor. Todos creyeron sus palabras, porque ¿quien podría creer que una joven dulce, bella y que jamás había hecho daño a nadie, podía haber matado de esa manera a un hombre, mucho mas fuerte y alto que ella.

Por muchos meses, la joven se refugió en sus instrumentos, en la música y en especial en la dulce voz de su hermana, quien era como un bálsamo. Con ayuda de su hermana, quien volvió a no separarse de ella, logró huir de Italia, de sus recuerdos y sobre todo de su remordimiento, pues jamás olvidó que había matado a un hombre, a su primer amor.

Tras años de vivir en París, su vida a vuelto a la normalidad, todos sus miedos, sus dilemas morales, han quedado encerrados en su corazón. A veces los deja salir, entonces toma su violoncelo y deja que la tristeza fluya como un  manantial misterioso, convirtiéndose en bellas y desgarradoras composiciones.