La noche, la iglesia y dos... ¿ángeles oscuros?, curioso... (Jacqueline S. Ritchway)

Recuerdo del primer mensaje :

Otra noche empezaba a formar parte de mi historia inmortal, me preguntaba ¿que haría esta noche?, no tenia demasiado entusiasmo en ir a algún teatro o museo, no esta vez queria conocer un sito diferente, ¿Pero... a donde?, esa era mi gran duda y como un estallido luminoso, se me ocurrio ir a un sitio que nunca habia pisado desde que arribe a París, ¡Si iria a la catedral!
Despues de mi almuerzo, en los callejones parisinos, me dirigi hacia la catedral, que deseaba encontrar ni yo misma lo sabia.
Cuando al fin estuve frente a aquella imponente catedral, recorde que antes de convertirme en este oscuro ser, nunca pise un recinto sagrado,lo que llevaba a preguntarme ¿Me haria cenizas aquí?, inmediatamente alguien aclaro mi duda pues en lo más profundo de la iglesia vi a un ser que no podia ser mas que un vampiro, un bonito cuadro la noche, la iglesia y dos¿Ángeles oscuros? esto parecía ponerce facinante e intrigante para mi.
¡Ah! Como llamó mi curiosidad aquel miterioso ser, me puse a pensar por un momento ¿Que proposito le traia a este lugar?, ¿Podra ser este el lugar donde encuentra su menú para la noche?
Decidi entrar y dirigirle unas palabras, camine y a cada paso me ocultaba detras de algún santo, cuanta desesperación y tristeza percibia de los pocos humanos presentes, meditando en silencio profudisando sus rezos.
Cientos de velas encendidas, como luces de devoción y esperanza ciega y con fe que iluminaba y enmarcaba aún más el rostro de virgen, vaya hermosa escultura de ella, un expresión de arte humano consalador para los mortales.
Conforme avanzaba me percataba que aquel busco escondite en un pilar, desde donde observaba atentamente a cada humano incado en los reclinatorios.
Seguia avanzando admirando el arte que reinaba en ese lugar, yo y mi inseparable arte no dejaba de ser apasionada a él y de hallarle en todas partes acomodo, observe por un momento los diversos vitrales que enmarcaba figuras de ángeles en colores azules y amarillos que aun con la luna brillaban mostrandome su luz infinita y santa.
Finalmente llegue aquel pilar, descubri que aquel ser era una dama cubierta con velo negro, muy parecido al mio, que observa atentamente a todos esos mortales que de ellos se me figuraba que alguno seria su cena.
Me detuve detras de ella y dije en voz baja similar a un susurro -Buenas noches mademoiselle, ¿Se divierte viendolos o es una especie de ángel oscuro que viene a redimirlos?, disculpe pero es que para mí es demasiado extraño que un ser de mi naturaleza se encuentre aquí cuando hay miles de mitos que amenazan con nuestra existencia a quien se atreva a entrar este scrosanto lugar, gracias a que la vi a usted, y al ver que no sucedia nada decidí entrar a este bello recito artistico.- Ella parecia escucharme, sin embargo no se giraba hacia mi.
-¡Qué descortez! no me he presentado aún,bien mi nombre es Montserrat Shapplin Brightman y yo he venido a observar el arte que vive aqui, y ¿usted como se llama?- seguia susurrando, pero fue entonces vuandoella volteo y me esbozo una sonrisa, ahora era a mi a la que observaba, aunque yo tenia el ligero presentimiento de que me había observado antes sin que yo me diese cuenta,
¿El que que hacia allí? aún me daba curiosidad, pero quiza dentro unos minutos todo se aclararía.

Expresiones en su rostro veía notoriamente, como si una luz venida de la esperanza la iluminace y le diera cierta confianza en que lo que creia perdido en realidad solo debia buscarlo con más empeño, más sin embargo por una extraña razón persivia que la esperanza la veia en mi.
De pronto solo hubo silencio y una caricia, mis labos se quedaron inmoviles al sentir el roce con sus dedos, frios y suaves como la seda.
Por un momento me quede pasmada no sabía que decirle, o como responderle, simplemente me olvide de estas cuestiones y cerre los ojos en forma de alivio.
Al abrirlos resulto estar en mismo sitio, aquel campanario olvidado, con más secretos de los que parecia esconder, el polvo podia versa levemente volando en aire sin opacar la luna, aquel piso de piedra que cargaba una mesa y en ella aquel viejo retrato con el que todo este episodio habia comenzado, y enfrente de mi estaba ella quien con dulsura beso mi frente y con una palabra me invito a seguir el recrrido por ese sitio tan magico y santo.
No soltaba mis manos y yo tampoco deseaba que lo hiciera, tenía una extraña sensación pero con mi pocas vivencias no sabía de que se trataba, de cualquier forma me hacia sentir, contenta y en paz no queria que eso se fuera....
Solte una de sus manos, sosteniendo la otra me agache al piso y recogí un viejo crucifijo de oro con diminutas pidras de colores dispares, de un soplido lo limpie, después lo puse en su mano libre y cerre está, mientras le decia: -Quizás el si escuché mis ruegos, pues deseo que tú recuperes el pasado y yo viva el presente, le doy gracias a él por haberte conocido y sentir.... bueno eso no importa,guardalo bien y continuemos caminando de acuerdo-
La solte de las manos, como si estuviese arrepentida y apenada por lo que iba a decir, sin embargo creo que ella lo notó, no queria me cuestionara así que decidí desviar la conversación esperando olvidará mis palabras -No quiero ir abajo con los humanos, son demasiado intrometidos, pero si usted quiere podemos ir al área más tranquila, no hay mucho que ver, pero igual tiene sus secretos, los confesionarios, allí se huele el arrepentimiento falso y verdadero de la gente-
Mientras decia esto en ningún momento la voltee a ver aunque yo sentia me observaba fijamente, comencé a bajar los escalones, unicamente se escuchaban mis pasos y prontamente los de ella, -vamos los confesionarios estan en la esquina más oculta de la iglesia y que por la noches naturalmente esta vacío, pues los representantes de él deben descansar-
Que sucedería después de lo que dije a medias ese era el misterio....

Caminamos un poco y ella puso en mis manos un crucifijo de oro. Crei que me quemaria pero al parecer si no era de plata no me pasaria nada. Le sonrei ampliamente y me agache para ponerlo junto a mi cascabel, en mi tobillera. Protejeria mi ser y me recordaria por los siglos de los siglos esa bella persona especial que me habia demostrado que la esperanza aun existia...

Fui con ella en direccion a los confesionarios, era una zona muy poco iluminada, solo habia unas pocas velas encendidas y parecia que se apagarian en cualquier momento por la poca cera que tenian.
Habia una duda en mi que quise aclarar. Estaba mal que lo hiciera de la forma que lo hice, pero realmente queria saberlo...
Detuve su paso, tomandola de la mano casi fragilmente. Cuando volteo, tome su rostro en mis manos y con suave voz le pregunte:
-Das gracias por haberme conocido...y sentir...que...?

Mientras bajabamos uno a uno aquellos viejos escalones de piedra, recorde como mi querida acompañante se habia puesto aquel crucifijo en su tobillera junto a un cascabel, recuerdo incline la cabeza ligeramente expresando mi sorpresa y una duda que dio paso a una nueva curiosidad ¿Que significaba aquel casbel, ese que emito un radiante brillo con el reflejo de la luna?, iba observando fijamente al frente sin poder olvidar aquella imagen.
Al fin descendimos, ellla observaba las velas, si es que se podían llamar así, debido a su evidente descuido y desgaste.
Aquellas que estaban colacadas en las esquinas en unos muebles de madera polvorientos, tenian un color amarillento muy probablemente por la antiguedad, todas de los tamaños mas diminutos y una flama que apenas ilumunaba una de las paredes de roca lisa con pequeñas incrustaciones de ladrillo.
En voz alta pronuncie -En este lugar hay silencio por que aqui las almas no hablan de verguenza por sus pecados y hay oscuridad, por que asi nadie puede verlas y juzgarlas-
Comencé a dar vueltas en aquella pared, en cada giro la tocaba, ella solo observaba -No, no estoy demente, lo que pasa es que aquí se guarda la energia de los ecos pertenecientes a los sollozos, aquí por ejemplo- toque la pared dandole la espalda a la misma y tocando por debajo -Se confesó alguien arrepentido por robar a los pobres, por este lado- tocando la pared a lo alto y dandole la espalda a aquella que me observaba -Se confesó una madre que abandono a sus pequeños y del lado más oscuro- Tocaba un rincón -Se haya el secreto de todos los reos antes de ser ejecutados y de los que no han sido atrapados por la ley- Más sin embargo ella se mostraba pensativa, si seguia observandome pero su mente estaba en otro lugar , entonces agregue -Esto lo aprendi sola y se quién se confeso y por que de acuerdo a lo frio, rasposo y oscuro de la pared.-
Camine un poco y ella de tras de mí, pero tomo una decisión que no esperaba, volvio a deternerme, me parecio que tomo mi mano como si se tratase de una escultura de cistal o de nieve que si le aplicaba fuerza se romperia, depués mi rosto quedo entre sus manos que para mi seguia siendo suaves como satín.
¡Otra vez regresaba aquella sensación!, la miraba de arriba abajo, mis ojos no tenian punto fijo, observaban todo menos a ella, volvio a recordarme con una voz dulce y melodiosa aquel enunciado al que no le di termino, abri mis urbes un poco más dejando entre ver mi sorpresa y desconcierto ante la repuesta que pudiera ofrecerle.
Debía ganar tiempo,dedarle otra respuesta menos la acertada, pues tenía miedo de que si se la comentase diera media vuelta y se marchara, pero la cuestión era ¿Comó?.
Por un momento solo reino los cantos de un pequeño coro gregoriano residente en París se encontraban arriba en la capilla, todos entonados en latín.
-Hermosos cantos, ¿no le parece?- acaricie sus manos blancas y perfectas mientras por fin centre mi miirada en ella -Y...hablando de música- sorei mientras bajaba sus manos a mi cintura, sujentandolas en forma de capullo, -debe responderme una cuestión antes de resolver las suyas, ¿Que significa ese cascabel en tu tobillo?- quiza después de su contestación dependaría la mía.
La admosfera a media luz y el misterio acompañandola armonisada por unos cantos antiguos y religiosos era nuestro nuevo escenario para el siguiente capitulo en esta historia que comenzaba a escribirse...

Sabia muy bien que alli, donde estabamos, era sitio de almas que se resguardaban del mundo simplemente porque no tienen otro lugar a donde ir, se sentia su presencia en el aire. Me impresiono el como decifro los confesionarios de los humanos. Yo nunca los habria adivinado pero tampoco era de mi interes, no me gustaria que alguis fisgoneara acerca de mis pecados...

Habia evadido mi pregunta, me estaria ocultando algo que no queria que supiera? Asenti. El coro era algo casi celestial pues a veces era como escuchar angeles cantando.
Asi que le daba curiosidad mi cascabel...
-Hagamos esto: dado que yo te pregunte primero, me respondes y luego te respondere yo.-pero vi algo más detrás de ello, habia una razon para que ella no me lo dijese...-Tienes miedo de que me aleje de tu lado...?

Todo cuanto oia había callado, al escuchar su propuestas, tenía escalofrios, como contestarle a su interrogante que cual eco se fijaba con mayor intensidad en mi mente, ¿Como explicarle que ni yo misma sabía a ciencia cierta lo que era? y ¿Quizás se diera cuenta que soy demasiado joven para seguir entablando conversación con ella?.
Por un momento la observe de arriba a abajo, mientras entrecerraba los ojos, me mordí ligeramente los labios dejando a entrever mis grandes dilemas que tenía en mi mente.
Más sin embargo una pequeña gota dejo veerse sobre mis labios cuando frote mis colimillos en estos saque un blanco pañuelo y limpie la sensación del liquido carmesi.
Me fui ubicando en lo más oscuro del cuarto, en un rincón, nada se veía solo el sonido de mi voz comenzaba a imperar, -¿Así que para saber sobre tu cascabel debo decirte aqullo que deje a medias ¿ha?- abrí mis urbes mientras mi acompañante quedaba perpleja al ver que estos se veian mas brillantes en la oscuridad, parecían no tener cuerpo que les perteneciese, como un felino escondiendose en la noche tras un callejón, -No, no tengo miedo se aleje de mí, más bien lo que pueda pensar usted de mí- sabía estaba mintiendo pero lo dije con tal seguridad que no parecía más mi escondite reflejaba lo contrario, mis facciones a luz indicarían que no se mentir por lo menos a los de mi estirpe.
-Espero no piense que soy demasiado aniñada e inocente por lo que le diré, pero como usted lo ha escuchado de mí, carezco de experiencia sentimental, ni yo misma se que es esto que reina dentro- mi acompañante observaba con total atención y me escuchaba, podía persibir que aquello le estaba generando alguna sensación pero no sabía cuál, por un momento guarde silencio y cerré mis ojos, parecía que no había nadie, Jacqueline volteo de un lado a otro buscandome, se inquieto al ya no ver nada en rincón, camino y se acerco lentamente, cuando la senti a un paso al frente mío abrí mis ojos y dio un pequeño salto atrás de la sorpresa -No se sorprenda, me quede pensando, quizá esto es lo que siento escuche, tengo el presentimiento que cuando estoy con usted no me siento sola, que de hoy en adelante mi vida tedrá algo de luz, que empezaré a conocer de lo que me he perdio.... y que al irse cuando acabe la noche me sentiré extraña pues su compañia es muy grata, una sensación de felicidad se ira con su partida y de nuevo me sentiré vacia... ¿Que demonios es esto, usted lo sabe Jacqueline?-, la tome por los brazos nuevamente y una brisa helada entro por las escaleras, el pañuelo me fue arrebatado por el viento de la mano quedando entre las dos, con una ligera mancha de sangre que reflajaba la poca luz del lugar, de aquellas una era iliuminada por la luz de un vela pronta a apagarse, mientras que la otra resguardada en la oscuridad y en silencio como siempre habia sido, tomando lo unico que le hacia sentir "viva"...

Suspire hondamente en la oscuridad, sintiendome envuelta por los brazos de la joven y con un calor que me quemaba la espalda y las piernas. Sabia que mentia, sabia que solo intentaba desviarme, modificar la verdad pero lo note simplemente cuando me toco. Algo habia en ese abrazo; mucho más de lo que decia con palabras, algo más pero que por el momento, lo dejaria estar. Dos personas ya han sentido ello por mi.

Menudo susto me habia dado cuando se habia escndido en la oscuridad. Antes habia creido que era por la timidez de confesarme algo.
Pase mis manos por su espalda y finalmente tambien la envolvi, cerrando mis ojos y con el dejar del sentir la brisa en mi cabello y mi vestido.
-Mi cascabel...esta conmigo desde que naci como humana...fue un regalo de mi madre y es mágico. Nunca se ha caido, ni roto; la campanilla solo suena si estoy de buenas o si hay peligro cerca...-respondi su pregunta con calma sin responder aun a la segunda.

Pase mis manos por su cabello. No queria aun abrir los ojos. No habia mucho que decir más que las mismas palabras que algunas vez habia dicho a otros seres que me decian lo mismo...No habia que temer practicamente, ella no era humana...pero aun asi, en el fondo, la senti fragil. Aun parecia que si apretaba mis brazos solo una milésima más, la lastimaria o quebraria...Porque...?

-Tienes sentimientos hacia mi, Montse-chan...-le susurre con algo de sinceridad y poco tacto, parecia que el eco de la oscuridad habia hecho oir mis palabras pro toda la Catedral pero solo era una ilusión de ello. En realidad, nadie podria oirnos. No sabria como se tomaria aquel trago amargo por ello decidi continuar.
Elevé su rostro despacio para ver sus ojos en la penumbra. Parecían extraños y gatunos pero no me importo:
-Lo que sientes ahora es algo que quizas ya hayas sentido antes por otro ser y ahora los estas reviviendo...Niegalo si lo deseas pero tus ojos no pueden mentirme esta vez...-y con ello me quede callada, tambien haciendole ver que la habia descubierto.

La miraba fijamente, el que me hubiera descubierto era evidente, en si era la primera vez que mentia a un igual, con los humanos me era más facil.
Aquella historia del cascabel me hizo esbozar una sonrisa, pensaba ojala alguien me hubiera hecho un detalle como ese, despues de esto se borro toda sonrisa y solo me dije ojala algún día pueda escuhar su tintineo.
Sentir su mirada directa mis ojos mientras levantaba mi rostro era extraño, despues de las palabras que acompañaron este gesto.
¿Sentimientos? ¿que demonios era eso?, por un momento me quede analizando la situación, la unica vez que senti algo, si es que fue eso era al lado de Andrea mi creador.
Sostuve su mono con una de las miás mientras la otra uno de sus dedos pertenecientes descansaba en mi labios, mientras mi cabeza volvia a dirigerse al techo ¿Será la misma sensasión?, suspiré, esto fue tan marcado que se sobresalto al ver mi reacción.
-Soy tan inexperta que ni siquiera se distinguir-baje la cabeza mirandola fijamente, despues me aparte y fuí muy cerca de un candelabro de plata con una sola vela encendida de loa tres que había, supongo las otras las extinguio el descuido y el tiempo pues aquel polvo me lo decía todo, este se encontraba ubicado en la otra esquina, para llegar a el cruce la habitación mientras que a medida que avanzaba se escuchaban mi pasos, más en mi cabeza recorde aquel ser que no habia nombrado.
Una y otra vez puse mi mano sobre el fuego sin quemarme, ella se acerco a unos pasos tras de mi al percatarse de lo que hacia pensaba me camaría pero se tranquilizo al ver que solo era mi contacto por la superficie.
Parada frente al fuego mientras le daba la espalda dije -La unica vez que tuve sentimientos, me hirieron en lo mas profundo de mi alma, si es que para ese entonces aun tenía- agache la mirada sin voltear a verla -Hace dos años, conocí a mi creador, su nombre era Andrea, recuerdo- levante mi cabeza arriba -Me enamoré de el si es que eso era amor, si era una sensación que se desperto al verlo entrar donde solía trabajar.
Aun escucho su voz por las noches de soledad consolandome en mi tragica muerte y mi transformación, era un dulce sonido en la inmensidad de la noche, y resaltante entre los gritos de los malechores que provocaron la muerte mortal y ahora el compañero de Andrea los mandaba a un descanso con fin incierto.
Por mucho tiempo estuve en Venecia con él y su otro compañero quien tambien fue mi creador, Andrea me enseño todo cuanto se de las artes y lo más básico que un vampiro recién nacido debe saber de su nueva naturaleza y con ello sobrevivir. La ultima noche que estuvimos juntos me estremesi en el momento en el que.... -cruce mis brazos con los puños cerrandos recargando mi cabeza en ellos volviendo a mirar la llama -Con un abrazo, en cual nos aferramos el uno del otro, parecia me ilusionaba yo misma con sentir el amor por primera vez, pero... me equivoque, vine a París con mi familia y el jamás regreso, lo que sea que haya sentido se volvio en lo que siempre he sabido distinguir y sentir aun ahora ¡Odio y coraje!- golpee el pequeño mueble que sostenia el candelabro con mis puños, el polvo volo y se esparcio en el aire.
-No se igualar nada sentimental, no se que sentimientos como usted dice son los que tengo, ¿que sensación representan? - voltee a verla y luego le volvi a dar la esplada cerrando mis ojos -por ese lado me siento...vacía.-

Sabia muy bien por lo que estaba pasando. Lo entendia a la perfeccion. Su dolor no se comparaba al mio pero lo que yo vivi ocurrio dos veces: con la muerte de influenza de mi esposo y la muerte accidental de mi novia. Era algo que dolia cuando lo recordaba pero sabia que iban a estar por siempre a mi lado.

Me acerque despacio a ella y tome sus hombros dandole la vuelta, sus ojos estaban cerrados pero eso no me impidio ver directamente a su rostro. Sabia que los abriria pronto.
-Representan perfectamente el amor que sentiste.-le sonrei de una forma amable y cálida.-Lamentablemente no puedo ser tu guia en este tramo, ya que a ti te han herido. Tus corazón no ha muerto del todo, lo sé porque siento que esta pidiendo ayuda.-puse mi manosobre su pecho, con cuidado de no tocarle su seno; obviamente no estaba vivo, pero podia sentir que aun estaba alli, muerto pero no del todo. Me aflijia mucho verla asi...Era como ver a una joven que no hacia mucho fue convertida a algo que ni siquiera sabia si ella lo deseo. Me sentia mal por ell a y queria tratar de hacer algo pero no tenia ni idea de que hacer...

Solo podia hacer algo: me acerqué a ella y le di un beso a un lado de sus labios, sin atreverme a tocarlos con los mios y sin denotar nada en mi expresion. Luego la solte y simplemente camine un poco apartandome de ella.

-Solo puedo decirte que cualquier cosa que sientas a partir de ahora, será un grano de arena más para que logres distinguir tus sentimientos de tu ira...-voltee a verla sonriendole.-Es parte de lo que somos, Mons-chan. Yo tambien he pasado por algo parecido y aqui me ves...aun no ha muerto del todo mi corazon...como asi tampoco el tuyo, aunque creas que si.

Sus palabras ahora eran a mi a la que cubrian de esperanza lo que quiza ella supo distinguir mi corazòn muerto y sediento de venganza...
Sabìa bien ella no podìa guiarme en esta mascarada pero me senti ¿Bien? al haber dicho parte de lo que Andrea se llevo consigo desde aquella noche.
En ningùn momento abri los ojos, escuchaba y sentìa sus heladas manos sobre mis hombros me limite a suspirar, despues senti una de sus manos en mi pecho, la coloco con cuidado como si tratara de todos aquellos objetos fragiles que habiamos visto en el campanario.
Estaba tan centrada que su roce de labios cerca de los mìos me tomo por sorpresa, de inmediato abrì mis ojos y voltee a todos lados, como si no creyese estuviera pasando todo en este sacrosanto lugar.
Nuevamente la escuche decir palabras que quiza hasta dentro de algunos siglos vea su resultados, si bien no sabia lo que su pasado la envolvio en dolor y pronto enun ser como yo.
Ambas estabamos dolidas pero una ya habìa aprendido a lidiar con ello mientras que yo comenzaba a pensar que Andrea ya no debìa interesarme y continuar mi sendero a partir de aqui ¿Sola?.
Su sonrisa me invito a preguntarle lo que durante gran parte de la noche me habia rondado en la cabeza
Del mismo mueble del que hace un momento jugaba con la vela recogì una figuriila de un àngel, polvorienta y con una ala rota.
Mientras la tenìa en mis manos rotandola para ver con detenimiento sus detalles comentè -Le he contado una parte de mi historia, y usted mademoiselle me ha ayudado a comprender lo que por coraje no queria entender, lo recordè fragmento a fragmento, mientras sus palabras rompian como cristales aquellos recuerdos fugaces que me atormentaban... debo agradecerle...- Tomè una pausa, mientras comenzaròn los cantos nuevamente entonando el "Ave marìa", el àngel cayo de mis manos al oir la melodìa, termino de romperse aquella ala, el sonido de la ceremica chocar cxontra el suelo no me importo, la figurilla quedò de costado mientras susurre -Alessandro-, voltee a verla me miraba desorientada no sabìa de quièn hablaba -No se preocupe recuerdos que la mùsica revive, ese nombre es historia antigua- me agache a recoger el angel caido, acariciaba la ruptura mientas le decia -Como le decìa le he contado parte de mi pasado, pero que hay dentro de usted ¿Tambien alverga dolor en su pasado?- sople un poco de mi aliento a la figura y aquel polvo volo hasta pasar por en medio de nosotras.

El canto melodico de jovenes entonando juntos y en perfecta armonia el Ave Maria me hizo querer cerrar mis ojos. No entendia por que pero lo hice. Me senti transportada...Sentia que volaba, que no estaba realmente alli...
Me vi en los terrenos de mi hogar pero mucho más nueva, estaba como en un cuadro pintado hacia solo un minuto. Me veia jugar un poco en el parque y tambien cabalgando en los caballos de mi padre...Vi momentos felices en mi vida humana que nunca crei que volveria a recrodar.

Me sente en un banco largo, escuchando cantar ese coro y, regresando a este mundo, abri los ojos.
-Oh...-deje escapar, era la primera vez que recordaba tan fluidamente algo de mi epoca humana. Mire a Montse-chan y tamborilee con mis dedos un sitio vacio, invitandola con ello a que se sentase.-Mi historia es algo dolorosa pues a lo largo de mis años, tuve que soportar yo sola muchas tragedias...Mi muerte, la de mis padres, la de mi esposo, la de mi novia y la de muchos amigos y colegas mios, caidos por quienes defienden sus religiones...-suspire, ladeando el rostro ante el coro. Cerré mis ojos.

-Yo naci en 1479, si mal no recuerdo creo que tenia 17 años cuando mori. Mi vida era la de una tipica niña rica: un padre estricto y fluctuante, una madre cariñosa pero con salud no tan estable que se transformo en muerte años despues, una vida que estaba con un destino a ser casada con otro joven rico sin haberle nunca visto su rostro...Cuando por fin se lo vi, algo malo ocurrio: mi cascabel comenzo a sonar como loco y en mi mente solo brotaban las oraciones de "alejate de él". En ese momento, no entendia porque pero luego si. Una noche de Octubre, él iba a declararse ante mi y yo debia aceptar su propuesta de matrimonio pero antes de ello, le pedi que caminasemos por los jardines y nos alejamos de nuestros parientes. Hablamos un largo rato y le dije que no queria casarme con él.-torci mis labios y la mire a mi acompañante.-En ese entonces, yo era demasiado fragil como para saber defenderme. Se puso muy violento conmigo, al tanto que saco una navaja de su abrigo y me apuñalo en la cintura. No era muy profundo por lo que hui pero el me persiguio. No tenia como volver a la mansion porque no habia mas caminos, por lo que me interné en el bosque y en el cementerio de la familia. Él perdió mi rastro pero yo estaba ya muy debil y cansada para volver, además, habia perdido mucha sangre.-suspire.-Me recoste sobre una tumba. Que mejor lugar para morir que un cementerio? Nadie gastaria en enterrarme, era muy silencioso y estaba acompañada por otros muertos...Pero no conte con una cosa: alli habia un muerto vivo...Quien me transformo, me encontro alli, moribunda, me levanto un poco y me dijo "No te preocupes, todo estara bien..." y fue alli cuando me transformo...-volvi a cerrar mis ojos, sentandome derecha pero con mi espalda apoyada en la pared.-Desperte en una cueva, sola, el sol estaba brillando afuera y me dio un enorme panico salir. Me quede alli hasta que anochecio y pude salir...Alli empece a reflexionar y recordar y fue cuando me di cuenta de que ya no estaba viva...Eso es en principio...-rei un poco y la mire.-Aburrido, no?

Atentamente acepte su invitación, me sente a su lado y escuche su historia con suma y total atención.
Cada palabra que trataba de muerte me hacia pensar en que yo sufria por algo minimo a diferencia de ella, vaya pesar que carga, no se notaba nada de eso cuando la conocí, solo eso pensaba cuando recien comenzo a hablar.
Los cantos se escuchaban cada vez más fuertes y se volvían eco estridentes que armonizaban el relato.
Pero independientemente de ello, continuaba escuchandola y más seguia odiando con todo mi ser a los humanos ¿como se mueven por interes, dinero y bienestar aunque tengan que sacrificar sentimientos que perjudiquen a los demás aunque sean de sus propia sangre?, algunas caracteristicas de su historia eran tan parecidas a las mias, incluso en el momento de mi transformación que era imposible no identificarme con ella.
Cuando termino su cuestión me parecio graciosa -¿aburrido?, no para nada, lo digo sinceramente- asenti con la cabeza.
-Tu historia hizo recordar en algunas cosas a la mía, es doloroso recordar pero debo hacerlo- observe la vela cuya llama comenzaba a extinguirse.
-Sin embargo me queda una duda- voltee a verla a los ojos - ¿Tu novia entonces era humana?, ¿estuviste con ella cuando ya eras tu una inmortal?, ¿como es esto posible,podemos enamorarnos de algun mortal?-
Pregunte con tal curiosidad que parecia un pequeño niño comenzando a descubir su entorno, y ella observaba maravillada supongo mi espontaneidad a mis cuetiones fueron de su agrado, o tambien pensaba era como una niña.

Le sonrei amablemente y tome con delicadeza su mano, acariciandola un poco.
-Querida...mi esposo y mi novia...ambos fueron humanos...-le dije luego mirandola a los ojos.-No me arrepiento de no haberlos convertido...Fue duro en su momento...pero realmente, no me arrepiento.-luego mire al suelo y rememore algunas escenas realmente bellas de mi vida casada y luego en otro noviazgo.

-Ambos sabian que yo era humana pero nunca los pude convertir...Con mi esposo...-no pude evitar reirme un poco pero no sabia muy bien porqué.-No me malinterpretes...Yo una vez quise transformarlo, me hizo prometerlo en nuestra luna de miel para poder estar siempre a mi lado...pero no pude hacerlo...-cerre mis ojos.-...Senti que si lo mataba, iba a tener el mismo destino que yo: huir siempre que sospechen de mi y nunca tener un hogar fijo; además, iba a tener que dejar su empleo de chef y ese era su más grande sueño...No pude hacerlo por mas veces que él me lo haya rogado...-suspire.
-Murio de influenza a los 5 años de estar casado conmigo y...yo ahi, a su lado, sujetando su mano y viendo como la oscuridad envolvia su alma y se lo llevaba, dejando un simple cuerpo esqueletal , sombra de lo que alguna vez fue...-luego abri un poco mis ojos y lo mire a la joven con una sonrisa.
-Pero sabes? Esa noche sonrei mucho. Preferi sostener la mano de un muerto que sostener la mano de un muerto en vida por mi culpa...

La escuchaba atentamente ningun sonido fuera de aquel lugar profanaba mi profundo silencio.
Era casi imposible imaginarme a aquella mi intrigante acompañante casada y con un noviazgo, las apariencias siempre engañan, me decia mientras sentia el tacto de su mano acariciando la mía.
Desvie la mirada de sus ojos y la centre en aquella caricia tan calida, parpadeaba mostrando mi reflexión, mi sorpresa y muy posiblemente el impacto al imaginar todo cuanto le acontecio.
Hacia sutiles pausas al hablar mientras veia el piso de aquella piera gastada, antigua y polvorienta piedra con formas distintas, mas para ella parecia ser el espejo de los recuerdos más embelecedores que su vida con mortales pudo ofrecerle.
Suspiraba y sonreia, si fuese otra persona lo diria con melancolia pero ella lo decia con cierta suspicacia y gracia aquella anecdota que me arranco una sonrisa de mi rostro, su esposo habia muerto y sin embargo rio por la paradoja tan logica de la situación.
Veia al piso hasta que nuevamente aquellas urbes enigmaticas regresaron a las mias, gire el rostro hacia ella -Ojala todos pudiesemos ver a alguien moribundo de la manera en que tu lo viste sobre todo siendo un ser amado-
Con la mano que me quedaba libre comence de en poco a acomadar mi vestido de forma que no tuviera pliegue alguno -Me parece inimaginable que alguieen como usted tuviese relaciones amorosa con un hamanos- suspire -Desde el momento en lque la vi pense que era de aquellos vampiros que alguna noche en mi sendero nocturno me he llegado a topar solitarios, misteriosos y buscando a los humanos unicamente para cenar- tome una pequeña pausa observando mi vestido que ya lo habia lisado por completo -Usted me ha hecho ver otra cara de la inmortalidad- tome su mano entre las mías y le sonrei asintiendo con la cabeza que lo que le decía era verdad -pero aun me queda una espina, quiza algo incomada pero tengo la curiosidad, de hecho siempre he sido curiosa, me dijo tuvo una novia ¿No es verdad?, ¿Que paso con ella?-.
De acuerdo mi pregunta quiza era un atrevimiento un poco insensible de mi parte, sin embargo su historia me habia intrigado y pudiese en algun momento de mi largo vivir mantenerla como ejemplo y con ello poder seguir adelante en los siglos venideros.

Le sonrei, de alguna forma le habia ayudado a ver lo que pocos veian. Siempre decian todos que estar casado con un mortal era algo casi siempre por dinero, poder o alguna cosa vana, pero jamas en la vida...bueno, no-vida, ame tanto a alguien como mi amado Ryan...Dolió su partida pero doleria más si él se hubiera quedado y al poco tiempo me hubiese abandonado o con el tiempo se hubiera aburrido de mi. Me senti bien de que lo haya podido entender como yo.

Pregunto que habia pasado con Lucy. Esa historia era un tanto diferente.
-Bueno...Lucy y yo nos conocimos de un modo peculiar...-rei un poco al recordarlo.-Ella era una cortesana, pero iba a donde se la requeria. Le mandaba un telegrama y luego, en la noche, era mi acompañante. Y...en sí, pasamos mucho tiempo juntas, saliamos y nos enamoramos. Algunos lo ven mal pero debo decirte, que siempre es bueno explorar tus opciones en la vida, incluyendo lo sexual. Yo con Lucy pase unos años estupendos.

Luego recorde el porque nos separamos, no pude evitar ponerme algo seria.
-Una noche, sufrimos una trampa. Unos cazadores me tendieron una emboscada pues alguien me habia delatado; separaron a Lucy de mi lado y no la vi en casi una semana. La busque por todo Paris y cada rincon de Francia.-suspire.-...y la encontre...ahogada a metros de la Iglesia Notredame. Vele su cuerpo y lo enterre pero...-frunci el ceño recordando vividamente lo que habia visto.-...algo extraño senti esa noche; cuando la velé, sostuve tambien su mano pero algo no estaba bien. Sentia algo extraño dentro de su cuerpo, como si algo estuviese alli...A los dos dias, recibo un telegrama del cementerio. Su cuerpo no estaba y el cajo mostraba señales de haber sido abierto por dentro...

Me era extraño pensar que alguien pudiera reirse de su pasado, mostraba tanta alegría al recordar a aquel ser con el que logro por un momento se feliz.
A cada frase que decía podia reflejarse en su faz lo que quiza era ¿Amor e ilusión?, para mi que alguien condenado demuestre algun sentimiento me era insolito y algo.... que nunca he hecho.
La obserbava fijamente, cada detalle que la vela a su lado derecho iluminaba, con la otra mitad que se mantenía oscura tras la penumbra.
Cda pequeña canción que entonaba el coro o alguna oración que venia de la boca de un mortal quedaba acorde con cualquier recuerdo suyo, ¡que escena era aquella!, combinando cientos de elementos para hacer de ella un relato diferente.
De pronto todo en el altar había callado, solo se escuchaban los pasos de los presentes que poco a poco iban retirandose, el padre regresaba a sus aposentos, lo acolitos comenzaron a apagar una por una las velas de la iglesia, lo sabía por que podia escuchar el extinguir de la flama, en algun momento la puerta estaría a punto de cerrarse, era más que perfecto la catedral era toda para dos angeles oscuros.
El silencio se hizo imponente, mientras ella tomaba aliento para continuar con su relato.
Desvie mi mirada al frente, una pequeña imagen de la virgen estaba frente a nosotros, las luz que yacia debajo de ella provenía de un cirio de simbolos extraños, mas dejaba ver las caracteristicas de la imagen su rostro, con sus manos abiertas y su tunica coloreada de los colores mas tipicos con los que se suele representar a la divina dama, azul y blanco.
Su relato habia terminado, cuando le mire nuevamente se hayaba con la cabeza baja, los ojos cerrados y las manos entrelazadas colocadas en su regaso, las acarice por un momento y despues me levante acercandome a la curiosa imagen -Me resulta, increible pensar, que si Dios traza nuestros caminos, ¿para que entonces los deja inconlusos?- tome una pausa y acaricie despacio la imagen -Es decir si el quisiera que llegaramos a el, no tendria por que ser tan severo, así como lo ha sido con usted, le dio todo y despues se lo arrebato, así solo provoca que cada humano se condene al infierno y nosotros al destierro- suspire -Es que ella, su doncella no debío de haber terminado así, yo pienso que su destino debio ser estar siempre con usted, bueno al menos lo que restara de su vida mortal- deje la imagen quitandome el polvo que había quedado en mi mano, examinaba lo poco que había allí intentando reflexionar -Digame Jacqueline ¿Usted cree que la hayan transformado, que su raptor fuera uno de nosotros?- pregunté -¿Pero quien pudo delatarle, no creo que usted tuviera algun enemigo cerca o sí?-gire la mitad de mi cuerpo, ella se limitaba a verme -Disculpe mi impertinencia pero es que realmente hay pocas cosas justas en la vida y la no-vida, que solo me hacen llegar a una conlusión....-. puse mi dedo en mis labios, pensando por un momento
-Que me encantan los finales felices, son tan escasos- rei y despues toda sonrisa se borro de mi rostro -Si mi final hubiese sido feliz, entonces seguramente habría llegado a la vejez y terminado bajo una lapida, y solo entonces...- baje la mirada, asintiendo con la cabeza -Solo entonces hubiera recordado mi pasado con felicidad como usted, lo ha hecho hace unos momentos y quiza entonces hubiera tenido toda una vida mortal para encontrar las piezas de un rompecabezas que completarian las experiencias mas gratas de mi vida- volvi a donde Jacqueline incandome frente de ella -¿Como es que hace usted para que las heridas del pasado no duelan tanto afectando su presente?- tome sus manos que aun cotinuaban entrelasadas sobre su regaso y recarge mi frente en ellas cerrando los ojos y perdiendome en la nada de mis pensamientos, que manchaban de color malva mi anochecer.