Robando comida (Libre)

Recuerdo del primer mensaje :

Las calles parisinas estaban abarrotadas como siempre de gente rica, con prisas. Sus pobres sirvientes les sujetaban varios parasoles para que sus blancos cuellecitos no se tornasen tostados como todos los que nos pasábamos la vida en las calles expuestos al sol, al frío, a la lluvia e incluso a que nos asesinasen esos seres que estaban por todas partes en París.

La abuela me había avisado varias veces de que uno de esos seres sedientos de sangre había matado a mi madre la misma noche que yo llegué al mundo. Y saber que una horda de aquellas monstruosas criaturas disfrazadas de humanos campaba a sus anchas por todo París me revolvía el estómago y me hacía tener una terribles ganas de gritar.

Enfilé por una calle abarrotada de puestos de comida. Un hombre gordo y de pelo grasiento anunciaba que tenía manzanas frescas y pan. Me relamí. Hacía semanas que no llevaba manzanas para la abuela y ella me estaría agradecida. Además, habían nacidos dos niños más en la tribu y sus madres necesitarían también algo de fruta para alimentarse ellas y poder darles de mamar.

Sin pensármelo demasiado, caminé hacia allá, tenía que planear la forma en que lo haría. Aguardaría hasta la hora punta en que los pueblerinos se mezclasen cerca de allí...y mis rápidas manos harían el resto.

Su mente ya no razonaba, estaba demasiado asustada, ya ni siquiera podía pensar en si misma como un chico fuerte, ahora era como... lo que era, una débil y asustada niña que no sabía que hacer. Todo lo que había construido ese año con tanto esfuerzo se iba a disolver, su único trabajo estable, su única entrada de dinero que mantenía a su madre y hermana en casa, lejos de la prostitución. Cuando escuchó la voz de Soren, sin pensarlo siquiera condujo a Cam al cuarto de atrás que servía de bodega. Era pequeño, si mucho 4 o 5 metros cuadrados, habían cajas y bolsas enpolvadas por doquier y lo más importante, ninguna ventana o salida.

- Cuídate las espaldas de tu profesor.-

Fue lo único que de repente escuchó, giró su rostro alarmado y se mordió el labio inferior. Cam el chico que le había salvado, le decía que desconfiara del hombre que le había dado un trabajo, la había tradado decentemente y le había enseñado a leer y escribir, durante 6 meses. ¿Que demonios era lo que sentía? ¿Porqué... maldita sea porqué no podía controlarlo todo como siempre?. De repente sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas y un nudo se le hacía en la garganta. Esos hombres irían a por ellos y de alguna forma u otra, terminaría en la carcel o en la calle sin su trabajo.

Escuchó las palabras de Cam cerca a su oído y sin poder evitarlo se abrazó a su brazo como si, de soltarlo fuese a caer en un abismo profundo y oscuro del cual no podría salir jamás. Cerró los ojos escuchando la puerta de madera abrirse...

Habían 4 hombres y una mujer en el portico de la entrada. Dos de ellos claramente policías o soldados de la guardia real de los que patrullaban las calles encargandose de los mendigos y ladrones, 'Limpiando' la ciudad como solían decir los aristócratas. El tercero, con abundante barba y un cuerpo fornido digno de un luchador de 'lucha libre', parecía más bien trabajar como mercenario que como detective privado y la mujer, gorda, con cara de sapo en celo y con un típico uniforme de un restaorante, se quedaron mirándole acusadoramente.

- ¿Se les ofrece algo distinguidos Monsieurs y madame? Aún no hemos abierto la tienda así que... - No alcanzó a terminar la frase puesto que el hombre fornido le hizo a un lado estrujándole y entró en la tienda, los guardias y la mujer le siguieron, Soren se apresuró a perseguirlos por los estantes angostos y oscuros.

- Monsieur Kaarkarogf - Comenzó uno de los guardias - Esta tarde se produjo un robo en uno de los más prestigiosos restaurantes de Paris mientras un miembro de la realeza se encontraba en el lugar, creemos que se trataba de un complot de asesinato en contra de su majestad -

- Pues que infortunio para su majestad - Murmuró Soren alzándose de hombros. El hombre barbado se giró y lo fulminó con unos ojos llenos de determinación.

- Infortunio para usted Monsieur Kaarkarogf - Exclamó y unas gotitas de saliva salpicaron en pañuelo que Soren llevaba en el cuello - Porque resulta que, nuestros informantes en las calles, les vieron entrar a esta tienda y uno de ellos es un gitano al cual le estamos siguiendo la pista desde hace días - Explicó subiendo el tono de su voz - Un maldito ladrón, el principe, según el bajo mundo, en mi opinión otro payaso gitano más -

- Es una calamidad, pero me temo que os han informado mal, eh estado en la tienda haciendo inventario y nadie ha entrado aquí - Explicó Soren con una tranquilidad y convicción que hubiera podido ganarse un oscar a la actuación. Los guardías y la señora se miraron entre si confundidos y avergonzados.

- A mi no me engaña - La voz del hombre peludo como un oso, rompió el silencio que siguió a las palabras del vampiro - Usted tiene negocios con esos... gitanos ¿No será que tiene motivos para ocultarlos? ¡Registrad la tienda! -

Soren no supo que responder a eso, porque era cierto. Ese hombre se ganaba bien el pan como detective. Abrió los ojos de par en par cuando este se acercó peligrosamente a la puerta de la bodega mientras los otros hombres buscaban rápidamente por la tienda, Soren no alcanzó a detenerle y esperaba que Cam hiciera relucir su apodo como principe y tuviera un plan porque por lo que a él respectaba, si no pateaban un par de traseros, no saldrían de esa.

El detective abrió la puerta de par en par y la oscuridad de la bodega pareció cegarlo, pero entonces divisó algo entre las sombras.

- ¡AJÁ! - Gritó triunfante.

(( Perdona que lo haya hecho tan largo pero habían muchos pjs para manerar , pero esto se calentó! ))

La puerta se abrió con un chirrido y un hombre enorme y peludo apareció en el umbral. Sin pensarlo dos veces puse a EunMi enfrente de mí y posé el frío filo de la navaja sobre su garganta. Poniendo una de mis mejores miradas feroces exclamé:

-¡Si da un paso más mataré al chico y luego le rebanaré el pescuezo a usted!- Sentía la adrenalina correr por mis venas en una carrera desenfrnada. Pronto fui más consciente del sudor que hacía que la camisa se me pegase a la piel y responsable de mi cabello húmedo. La mano con la que sujetaba la navaja era firme, sin embargo el brazo con el que tenía atrapado a EunMi no tanto. Si me daba un empellón dejándose llevar por el pánico, conseguiría escapar.-¡Créame, Monsieur! ¡Puedo hacer muchas cosas que le destrozarán la vida!

Comencé a hablar en romaní, el lenguaje antiguo de los gitanos que ya casi nunca empleábamos. A oídos de aquel hombre el susurro parecía una amenaza o quizás un maleficio. Sin embargo sólo era una nana infantil que dicha con ese tono de voz resultaba temible.

El hombre peludo pareció dudar un instante. Mi mente anotó rápidamente la palabra "Supersticioso". Sin embargo, después puso los brazos en jarras y nos estudió a mí y a EunMi.

-¿Y qué me importa a mí el chico? Sólo es escoria extranjera-dijo arrastrando las palabras observando con los ojos entornados la pequeña y aterada figura de EunMi.-Así que creo, gitano, que tu aventura se acaba hoy aquí.

A la desesperada puse a EunMi detrás de mí de un fuerte empujón. Escuché que se caía y derribaba varias cajas de las que allí había. Los sonidos de la porcelana rota se oyeron de repente y temi que el muchacho se hubiera hecho un tajo. Si salía de ésta lo llevaría con mi abuela a que lo curase, prometí.

Rápido como el viente me lancé contra la cintura de aquel hombre enorme, desestabilizándolo y haciéndolo caer hacia atrás. Nunca había matado a nadie y odiaba la idea de hacerlo. Su espírutu me perseguiría para siempre de ser así y me traería mala suerte. Sin embargo, nadie hablaba de no dejarlo inconsciente.

Rodé hacia un lado para alejarme de su enorme corpachón a punto de alzarse y me encaramé al mostrador del profesor. Lo vi mirándome pero supe que él no podía ayudarnos. Si lo hacía se delataría...aunque ya iba a psar bastante tiempo a la sombra por habernos dado cobijo a mí y a EunMi.

-Haga algo, profesor...-dije en un susurro esperando a que el lo escuchase debido a sus sentidos mucho más agudizados-Ayúdenos.

Los policías se abalanzaron hacía donde yo estaba y salté como un gato sobre sus cuerpos, esquivándolos y cayendo al suelo con agilidad felina. Sin embargo aquella horrible mujer franqueaba la entrada, impidiéndome el paso. La miré con el cuchillo en la mano, desafiante.

-EunMi lo ha hecho obligado. Amenacé con matarlo a él y a su familia-la informé antes de lanzarla contra el profesor y ponerme al lado de ambos para gritar-¡Quizás os importe mucho más este rehén, Monsieur!

La mujer chilló cuando vio la navaja cerca de su gargante y se desplomó en los brazos del profesor.

EunMi sintió como si el corazón se le hubiera detenido en el momento en el que el hombre había abierto la puerta, casi ni pudo distinguirlo en la oscuridad y entonces había sido atrapado en brazos de Cam. Con la sorpresa apenas dejó soltar un quejido audible cuando el cuchillo rozó la piel de su garganta. Entendió lo que pretendía Cam en esos frenéticos segundos en los que le escuchaba hablar, pero como era de esperarse, el hombre no tenía nada que perder ni que ganar si un extranjero de las clases más baja era tomado como rehén.

De un momento a otro terminó calléndo contra las cajas, el ruido de la porcenala y de el bronce tintineando entre si, le hizo pensar que seguramente había quebrado el cargamento Italiano, que aún no habían tenido tiempo de checar para el inventario. Costaría una fortuna y el lo había roto casi todo. ¿Pero en que estaba pensando? Unas porcelanas rotas era lo menos en ese momento, debía salir con vida primero, debía... proteger a Cam.

Su cabeza daba vueltas y no entendió nada de lo que Cam dijo después, parecía otra lengua o inclusive una maldición. De un momento a otro, Cam había tumbado al hombre y había salido por la puerta, EunMi se levantó apoyándose a ciegas en la pared, no sabía que hacer, quería protegerle, ayudarle como él había hecho, pero no tenía idea de como.

Cuando finalmente logró llegar a la puerta, notó el desastre que Cam había causado en su intento por escapar, los libros y papeles del escritorio caían lentamente por el aire y algunas reliquias se habían caído de la estantería. EunMi intentó correr hacía él, no podía permitir que dijera esa mentira para cubrirlo. No. Él podría ser pobre y miserable, pero si algo había aprendido de su abuelo era la dignidad del pueblo Coreano y el honor.

- ¡No intentabamos nada en contra de ese monsieur importante! - Logró chillar al fin - Sólo teníamos hambre... ¿Es acaso un pecado? -

Y no alcanzó a decir algo más porque los dos guardias restantes le habían atrapado por los brazos y le golpearon en la cabeza con las armas para que callara, paulatinamente fue perdiendo el conocimiento y lo último que vio fue la mirada de preocupación de Cam.

Él chico era increiblemente hábil pensaba Soren mientras lo veía moverse tan rápido como el viento, burlandose del detective en la entrada de la bodega. Ciertamente se había ganado ese titulo de principe de los ladrones con hechos verídicos. Se sorprendió al ver como tomaba a EunMi como rehen, pero la imagen del abrazo que había visto entre ellos mucho más antes era demasiado contradictorio, por lo que supuso que, este sólo trataba de engañarles para escapar.

De un momento a otro la tienda era un caos, escuchó el susurro de Cam y en medio del movimiento no se detuvo a pensar en si lo había hecho aproposito sabiendo de sus sentidos desarrollados, entonces escuchó las palabras de EunMi antes de que fuera golpeada hasta quedar inconsciente. ¿Habían robado comida o algo por el estilo? Por unos instantes su rostro pareció relajado para luego fruncir el ceño molesto. Toda esa mierda por un poco de comida.

Soren había crecido entre los lujos y la ambundancia en un castillo Noruego, 200 años en el pasado, había tenido exclavos a su servicio y sabía más que nadie cuan bastardos hijos de puta podían llegar a ser esos riquillos arrogantes y lo jodidamente paranóicos que se mostraban frente a la presencia de una persona humilde. Cuando la mujer gorda se desmayó, dejó que se resbalara por sus brazos hasta quedar sentada en el suelo, recostada contra un estante.

Se quedó mirándo fijamente a los dos guardias que sostenían a su ayudante inconsciente, concentrándose en lo que el llamababa 'empujar' sus mentes. Presionándo fuertemente sus neuronas con impulsos nerviosos erráticos que distorcionaban la realidad que estaban observando. Esa era una técnica que su mentor le había enseñado y que le había costado muchisimos años en perfeccionar, la habilidad para alterar los sentidos de la presa, para confundirla. Aquella no era una técnica fácil y mucho menos si se hacía contra dos objetivos a la vez, pero no tenía otra salida, debía a toda costa evitar que alguien descubriera su naturaleza. Y al mismo tiempo le daría tiempo a Cam para hacer algún movimiento.

Unos minutos después de tensión y ambos guardias comenzaron a comportarse de manera extraña, el más alto de los dos, parecía estar viendo algo en la pared y parpadeaba confundido girándose en esa dirección, el otro guardia, parecía estar escuchando algo desagradable, porque se había llevado las manos a los oidos, soltando así a EunMi quien calló pesadamente al suelo.

- ¡Es la maldición gitana! - Exclamó Soren con alarma en su voz - ¡¡Os ha maldecido a los dos!! - Agregó esperando que la comfución le diera tiempo a Cam para lo que fuera que tuviera en mente. Mientras tanto el tercer hombre había aparecido en el pasillo y observaba perplejo la escena, claramente confundido.

(( En hora buena por haber ganado el personaje del mes! te lo mereces! Cam Rohan es genial ! por cierto, checa esto:
https://victorianvampires.foroes.org/z-o-n-a-c-r-e-a-t-i-v-a-f12/ilustraciones-de-los-pjs-del-foro-y-soren-t1082-75.htm#26150
))

Miré a Soren parpadeando varias veces. ¿La maldición gitana? Pero si yo no...Entonces recordé la voz de la abuela, como en un susurro, hablándome sobre los vampiros y demás criaturas de la noche.

"-Los vampiros pueden hacer daño a nuestras mentes casi tanto o más que a nuestros cuerpos. Pueden confundirla, hacerle ver cosas que no son e incluso cortar los hilos que atan una mente a la cordura...No lo olvides, mi niño-me acarició mi cabellera rizada y rebelde de diez años y luego siguió con sus pociones y sus encantamientos."

Así que Soren había engañado sus mentes. Miré al cuerpo desmadejado e incosnciente de EunMi y me deslicé hacia él mientras el grandullón gritaba a sus compañeros. Me eché a EunMi al hombro y miré a Soren.

-¿No puedes hacerles olvidar?-le pedí con miedo. EunMi podía morir realmente después de este espectáculo que habíamos dado.

Me acerqué a la puerta con el joven coreano en el hombro. Era increíblemente liviano para ser un chaval. Sus huesecillos se me clavaban en los hombros.

-Llo sacaré de aquí, profesor. Pero por favor, haga usted algo y reúnase con nosotros en el campamento...-le dije apresuradamente en su oído. Abrí la puerta de la tienda y huí como una exhalación.por las calles cada vez menos transitadas. Me detuve sólo en una fuente para echarle algo de agua a EunMi en el rostro y el cuello. Comencé a abrirle la camisa para que pudiese respirar cuando comenzó a parpadear y a mver la cabeza.

(( Voy a responder con Soren primero, para hacer tiempo a que EunMi despierte de su shock))

Cuando el gitano se había ido, la tienda era un completo caos. Los dos hombres a los que había encantado con sus poderes lucían más perdidos y confundidos que nunca, la mujer seguía inconsciente en el suelo y el detective parecía realmente aterrado con la posibilidad de que la tal 'maldición' pudiera ser cierta. Aquellas eran épocas supesticiosas en la que la gente creía en todo tipo de cosas inexplicables y a jusgar por la expresión de los dos hombres, no cabía duda de que 'algo' les había pasado.

- Me advirtió que me maldeciría a mi también si lo denunciaba - Explicó Soren fingiendo que también estaba asustado, el detective esta vez pareció suseptible, el vampiro esperaba no tener que encantarlo a él también pues se estaba quedando sin energía y si se agotaba tendría que beber sangre y eso era lo último que quería en ese momento.- Será mejor que lleve a esos hombres al hospital, ¡no sabemos que puede pasarles! -

Los hombres cuyas mentes habían sido manipuladas habían comenzado a balbucear cosas incoherentes, algando ver cosas que evidentemente no estaban en la paredes o quejándose del frío tan espantoso de la habitación. El detective le dio una última mirada sospechosa a Soren, pero muy a su pesar debía aceptar que el profesor tenía razón ¿Quien sabe que artimañas endemoniadas se traían los gitanos bajo la manga? Después de todo no eran más que ladrones y foragidos. El detective condujo a los hombres hacía la puerta con expresión frustrada al ver su captura de Cam Rohan imposible.

- ¡Volveré Kaarkarogf! Esto no se queda así - Amenazó desde la puerta - Se que escondes algo y lo descubriré y atraparé a ese desgraciado -

Se encontraba en un lugar oscuro y tenía miedo. Sus ojos no lograban acostumbrarse a la penumbra y solo lograba vislumbrar siluetas aleatorias y amorfas entre la negrura. ¿Había muerto sin darse cuenta? No vamos, eso es una exageración, seguro quedáste dormida, exausta por tanto trabajo como la última vez. Despierta o tu jefe si que te matará.

Parpadeó débilmente, abriendo los ojos, el cielo nocturno fue lo primero que vio seguido por un rostro conocido, encofó su mirada sin reconocerle por unos instantes y entonces fue consciente de que quien estaba allí mirándola era el gitano que había conocido en la mañana, Cam Rohan.

Cam le estaba abriendo la camiza, seguramente para darle aire, movió la cabeza lentamente sin recordar su secreto, entonces de golpe los acontecimientos del día llegaron a su cabeza como una bala de cañón, todo lo sucedido en el restaurante, como habían escapado por las calles y el enfrentamiento en la tienda del profesor. Intentó a hablar, decirle a Cam que se detuviera, que no abriera más su camiza, pero la voz no le salió de la garganta.

Y fue demasiado tarde, sus obvios atributos femeninos quedaron al descubierto, unos pechos pequeños, pero inconfundiblemente de mujer sujetados bajo algunas vendas y telas para disimular su forma, pero que una vez expuesto no dejaban duda. Desvió su mirada sin saber como afrontar a la de Cam.

- Lo... siento - Fue lo único que atinó a decir cuando finalmente pudo hablar.

EunMi comenzó a moverse. Sus párpados temblaban luchando por entreabrirse. Sólo esperaba que no se hubiese hecho ninguna herida grave. Parecía desorientado y eso hizo firme mi convicción de que necesitaba que le echase agua fresca por el torso y el rostro para refrescarlo y que su mente se despejara.

Temía que me odiase por haberlo metido en el lío, al igual que el profesor. Sólo que EunMi no podía hacerme daño y el profesor...bueno, no quería pensar en lo que unos afilados dientes podrían hacerle a mi piel...Sabrina me había mordido una vez y aún tenía las marcas escondidas en un lugar muy íntimo.

Mientras pensaba en todo lo que nos había ocurrido, desabotoné el último botón y me quedé contemplando el cuerpo de EunMi. Llevaba el torso vendado y me asusté pensando que quizás era víctima de malos tratos o había recibido una paliza reciente. Sn embargo, mi perspicaz ojo advirtió algo que estaba fuera de lugar. Dos diminutas formas intentando ser aplastadas a toda costa. Los pequeños montículos que formaban el pecho de una joven.

Al principio me quedé sin aliento contemplando fijamente sus vendajes, sin poder decir nada, mientras la verdad penetraba en mi mente poco a poco pero sin pausa. EunMi...era...una...chica. EunMi era una chica. Lo repetí mentalmente varias veces hasta que escuché como se disculpaba.

Entonces, sintiéndome como un pervetido por haberle abierto la camisa me apresuré a cerrársela con manos temblorosas. No era mi estiloe so de aprovecharme de jovencitas y no quería que él...que ella.

Me senté en el suelo aún con la sorpresa en el suelo.

-Eres una mujer-¡lo había dicho en voz alta-Siento haberte abierto la camisa, yo...no lo sabía y quería que te refrescaras. Tienes que estar pensando que soy un cerdo violador o algo peor...

suspiré y volví a mirarla a la cara. Había advertido que parecía un poco afeminado, pero eso a mi no me importaba. Y que era flaccho y no tenía tanta fuerza como un chico, pero quizás el hambre le había hecho ser así. Y ahora era una mujer.

Sintió ganas de llorar, pero si había soportado años de maltrato y trabajo duro, podría aguantarse unas lágrimas. Algún día tendría que pasar ¿no?. Sólo era cuestión de tiempo que alguien la descubriera. Con dificultad se apoyó en los codos y se levantó lentamente, se abotonó la comiza mientras escuchaba al gitano. Por supuesto que no le consideraba un pervertido o violador, Cam había demostrado mucho de si mismo en sus acciones ese día. No había necesidad de fingir.

- No... no estoy pensando que eres un pervertido - Negó con la cabeza dejando escapar un largo suspiro con expresión compujida - Y si... me has descubierto, soy en realidad mujer -

Hizo una pausa y muchas memorias llegaron simultáneamente a su cabeza, sentía que debía decírselo, después de todo le había salvado la vida dos veces en un mismo día. Si no podía confiar en él ¿Entonces en quien podría?

- Eres el único que lo sabe - Comenzó llevándose una mano a la sien, masajeandola, aún sentía un tenue dolor de cabeza - Mi padre fue asesinado en un bar cuando yo tenía 10 años...Mi mamá tuvo que convertirse en prostituta para traer el pan a casa todos los días - Explicó sintiendo el nudo en la garganta crecer y crecer - Odiaba ver a mi mama todas las noches con esa... espantosa expresión infeliz en su rostro... así que decidí que... alguien tenía que ser el hombre de la casa - Se quedó unos segundos en silencio y giró su rostro para encarar a Cam - El mundo es un lugar injusto y una mujer de mi estatus social no tiene más salida que prostituirse para ganarse la vida... por eso yo... uso este disfraz... para poder ejercer los trabajos exclusivos de los hombres y... ganar más dinero -

(( Puedes continuar tu, creo que a Soren le tomará algo de tiempo encontrarles ))

Sentí pena por la triste historia de EunMi. Ella-que raro se me hacía llamarla así- lo había pasado mal de veras. Sin embargo me alegre de que no hubiera preferido dedicarse a la prostitución. Aunque yo había frecuentado algunos burdeles, había tenido la oportunidad de conocer a las chicas y sabía que no eran nada felices con aquella vida.

Miré a mi nueva amiga con compasíon y bastante admiración. Tenía que ser duro para ella ir siempre así y no poder lucir los bonitos vestidos que las jóvenes de su edad lucían. Ni siquiera tenía la posibilidad de seducir a un hombre, porque su aspecto de muchacho le haría ganarse una buena tunda.

-Tú eres tan..-le sonreí como sonreiría a mi hermanita pequeña-valiente. No puedo entender como eers capaz de sacrificar tu propia identidad por lo que amas. Poca gente estaría dispuesto a hacerlo. Eres extraordinaria.

Le revolví el pelo, pero me detuve a mitad. No sabía si seguir así o darle una fectuoso abrazo o no tocarla. Quizás mis efusivas muestras de cariño la habían puesto algo incómoda.

-Será mejor que salgamos de aquí. Nos vamos al campamento a que la abuela te dé algo para los golpes-le dije tendiéndole una mano. Con una sonrisa burloan le pregunté:-¿te doy la mano o te ofrezco el brazo, madame?

EunMi sintió sus mejillas arder cuando el gitano la había llamado valiente y extraordinaria. Ese era el primer cumplido que recibía de otro hombre, porque generalmente los hombres no suelen aludar a otros de su mismo género, por temor a ser llamados maricones o simplemente por ese orgullo masculino que los caracterizaba, pero en presencia de mujeres los hombres solían sacar toda su caballerosidad, para encantarlas, EunMi si que sabía de eso. Lo había visto cientos de veces.

- Gracias... pienso que la familia es algo muy importante y tu madre... sin importar el tipo de persona que sea, sigue siendo la persona que te ha dado la vida, mi abuelo solía decirme eso cuando le acompañaba en el barco pesquero en el puerto -

Cerró los ojos disfrutando del contacto de la mano de Cam, sonrió como una niña pequeña a la que le han dado de regalo las zapatillas de charol blanco que había estado deseando por meses. Si hubiera tenido hermanos reales, ese debía ser el sentimiento que transmitía.

- Más bien dame una cerveza fría, Hyung - Respondió riendo, golpeando con un puño delicado el hombro de Cam, como solían hacerlo los chicos - Madame... valla, nunca creí que llegaría a ser llamada así - Se puso de pie por si misma, nunca había mostrado debilidad ante nadie y no porque hubiera sido descubierta, comenzaría a hacerlo, el gémero era algo mental, siempre lo había creído - Guíame entonces a tu campamento... y por favor... guarda mi secreto... realmente necesito el dinero, si el profesor me descubre... no se que pueda pasar -

Me reí con ella y ambos echamos a nadar. Asentí con la cabeza ante lo de su secreto.

-Me iré a la tumba con él, dongsaeng-le prometí-. Sé que lo haces por un buen motivo y lo respeto. Sólo espero que algún día me permitas verte luciendo un vestido-bromeé imaginándomelo. No le pegaba nada. Reí.

Anduvimos por las callejuelas serpentenates hasta salir a la zona de bosques. La ente solía decir que el bosque era un lugar peligroso en el que moraban peligrosas criaturas. Yo sabía que en parte llevaban razón. Allí me había encontrado con vampiros y brujas, siendo éstas últimas aliadas de los gitanos. No obstante, jamás sentía iedo cuando paseaba por allí.

Nos introdujimos en la foresta, apartando ramas bajas y arbustos que entorpecían nuestros pasos. Todo era más oscuro cada vez que nos adentrábamos más y más. Por suerte me sabía el camino sino, estaríamos más perdidos que un ciego en el mercado.

-No falta demasiado. Siempre solemos montar el campamento en zonas apartadas de la civilización-dije a modo de explicación-. La gente nos odia, ya sabes...

Mi última palabra fue interrumpida por un chasquido tras EunMi. Me puse alerta y me acerque hasta la chica, para apartarla de ahí. Saqué mi navaja y aguardé expectante.

-¡Guau!

-¡Payaso!-exclamé viendo aparecer a mi maltrecho amigo.

El perro saltó de entre la maleza hacia mis brazos y me lamió la cara. Observó a EunMi con su ojo tuerto y le ladró amistosamente.

-¿Te la presento? es una amiga-le dije al perrillo que me lamía el rostro frenéticamente.

Imaginarse con vestido era algo que nunca se había permitido pensar, pero el comentario de Cam le hizo gracia. Lo siguió por las calles hasta llegar al lindero del bosque, el gitano sabía muy bien por donde caminar y pisar, parecía como si entre más cerca estuvieran en el bosque, más seguro se sintiera Cam. Asintió con la cabeza con su comentario, sabía muy bien como la gente odiaba a los gitanos, eran marginados, ladrones y timadores. Se decía también que usaban la brujería y adivinaban el futuro.

Pero viendo a Cam, recordando los acontecimientos del día, EunMi comenzaba a darse cuenta de que lo que está bien y lo que está mal son solo puntos de vista. Hacía unas horas, esos hombres en la tienda del profesor les habrían matado sin escuchar tan siquiera su defenza, a ellos no les importaban las razones o sus necesidades.

- ¡WOW! - Exclamó al ver al canino - ¡Hola Payaso! - Exclamó y se agachó para palmearle la cabeza - No le creas nada a este loco, no soy una amigA soy su hermano - Rió mientras el perro entusiasmado por la presencia de ambos, batía la cola hacía los lados frenéticamente e intentaba lamerle la mano que le acariciaba las orejas. - ¿Que le paso en el ojo? -

-Oh, si. Es mi nuevo dongsaeng- Payaso nos miró con la lengua fuera y con esa cara suya de bobo. Luego se tumbó panza arriba y se dedicó a gemir hasta que los dos lo acariciamos. Miré a EunMi algo triste al escuchar su pregunta.

-Bueno, yo conocí a Payaso cuando era muy pequeño. él también parecía ser bastante joven-miré al perrilo con cariño-. Lo veía varias veces andando solo por las calles. Solía sentarse frente a una taberna con sus ojos llorosos y su pelo oscuro de bebé. Nunca vi a su madre ni supe si tenía hermanos...
"Una mañana que yo salía de la Plaza Tertre de hacer, bueno, "negocios", eché por la calle de aquella misma taberna. El cachorro volvía a estar allí sentado, como de costumbre. Al otro lado de la calle había una banda de niños de clase media-alta (lo supe por sus ropas) que se acercaban haciendo mucho ruido. Payaso se asustó al verlos, pero luego se acercó vacilante hasta ellos.. Entonces , uno de los chicos lo señaló.
-¡Mirad ese chucho!-exclamó soltando una fuerte risotada-¡Quiere venir con nosotros! ¡démosle el gusto!
Sus amigos le obedecieron y agarraron a Payaso. El perro no se resistió y ellos se lo llevaron. Yo tenía un mal presentimiento así que los seguí a hurtadillas y los vi detenerse detrás de la calle en la que nos encontrábamos. Uno de ellos advirtió a los demás de que había cristales rotos en el suelo y cogieron uno. Sujetaron a Payaso contra el suelo y comenzaron a pincharlo con él. Yo lo observaba todo desde mi escondite, horrorizado. Entonces el que parecía el lífer señaló su ojo...Y sin mediar palabras un joven rubio de larga nariz, le clavó el cristal y se lo sacó.
Jamás olvidaré el alarido de Payaso. Salí de mi escondite y embestí contra ellos, navaja en mano. En cuanto vieron que era gitano echaron a correr casi meándose en los pantalones. Payaso lloriqueaba en el suelo.
Me quité la camisa y cubrí con ella al cachorrito para llevárselo a la abuela. Ella me vio tan conmocionado que no dudó en curarle todas las heridas e intentar hacer algo por su ojo...Hizo que dejara de sangrar, aunque ya nunca pudo recuperarlo.
Por aquel entonces el circo gitano estaba en pleno apogeo y yo adoraba los Payasos y como el cachorro era tan alegre y bromista decidí llamarlo así. Ha sido mi mejor amigo desde entonces."
Rasqué la tripa de mi perro que se había quedado en silencio, como si supiese de que hablaba. A veces tenía la sensación de que Payaso entendía más de lo que dejaba traslucir.

Escuchó atentamente la historia de Cam, acariciando distraidamente al perro que parecía bastante amigable con los extraños, seguramente el animal debía portarse así con todos los que estaban cerca a Cam y convertrise en una fuera si veía a este en peligro.

- Que historia tan triste - Comenta cuando este termina de hablar - Yo nunca he tenido mascotas, en casa no teníamos ni para alimentarnos nosotros, así que tener una mascota es una locura - Exclama sonriendo, entonces su semblante se vuelve serio otra vez - A veces la gente puede ser incluso más cruel que los animales salvajes, después de todo cuando un lobo o un puma atacan a una persona, lo hacen porque están ambrientos o porque son provocados, pero las personas sin importar la cantidad de dinero que tengamos... podemos pensar y decidir nuestras acciones -

Dejó escapar un largo suspiro, comenzando a caminar de nuevo, siguiendo a Cam por aquel sendero, disfrutando del paseo, pero sintiéndo sus piernas cada vez más cansadas con cada paso, aquel no había sido un día tranquilo.

- Yo nunca he ido a la escuela ni nada de esas cosas, pero te aseguro que tengo suficiente sentido común para diferenciar lo bueno de lo malo y no ir por ahí dañando seres inocentes -

-Yo me instruí en el campamento. La abuela insistió en que aprendiese a leer y escribir además de dotarme de lecciones de historia, geografía y matemáticas. Siempre he sido curioso-miré a EunMi-. Y por supuesto también sé distinguir lo bueno de lo malo, aunque haga algo "malo" para subsistir-me refería al hecho de robar.- Creo que las cosas son malas según el ojo con el que se mire, aunque muchas otras...son simplemente imperdonables.

El sendero se hizo un poco menos visible conforme avanzábamos. Al poco rato ya estábamos saltando entre gruesos matorrales, helechos, y algunas plantas repeltas de pinchos. Payaso se pinchó la pata con una y nos detuvimos para sacársela. Cuando el animalillo quedó libre proseguimos.

Al cabo de una media hora larga divisamos el claro en el que el campamento se asentaba. Me giré para sonreírle a EunMi.

-Bueno, estás a punto de conocer a mis amigos...-le dije sonriéndole.

EunMi se puso a mi lado y, de repente, se escuchó un "click". Me encontré junto a EunMi metido en una red como un animal salvaje. Gruñí y me debatí como una fiera hasta que unos pasos apresurados y unos gritos nos indicaron que los gitanos se acercaban.

-¡Maldita sea!-exclamé cuando vi aparecer a mis compañeros-¿Qué demonios es esto?

-¡Cam! Lo siento...-murmuró Filippo con angustia. Hizo una seña a un par de hombres para que trajesen algo con que cortar las cuerdas-A los que estábais fuera se nos olvidó deciros que, bueno, hemos puesto trampas para los seres sobrenaturales que rondan por aquí...Ya hemos perdido a Toby...

Toby era un niño que fue secuestrado hacía unos días. El padre de Toby tenía señales de mordiscos en el cuello, así que nos hizo pensar que había sido un vampiro. Los gitanos iban a atraparlos, por lo que parecía, y asarlos como corderos.

-¿Quién es tu amigo?-preguntó Filippo escudriñando el rostro de EunMi-No parece de por aquí.

-Su nombre es EunMi y es el que nos ayudó hoy en el restaurante. Tu hijo nos acompañó-Filippo asintió, recordando-¿Os trajeron la comida?

-Está toda almacenada. Esta noche habrá suficiente para todos.

Los hombres que habían sido enviados a por un cuchillo regresaron con varios y en compañía de la abuela, que había sido traída por Payaso.

- ¡Valla! eso suena muy bien, yo apenas aprendí a leer hace un par de semanas, el profesor Kaarkarogf me ha enseñado las letras, ya puedo leer casi todo y llevar las cuentas de la tienda, había aprendido a manejar los números gracias a mis diversos trabajos, pero ahora que he aprendido a leer puedo hacer anotaciones y recados, es muy útil - Comentío con orgullo, nunca creyó que llegaría el día en que leyera como los distinguidos monsieurs y madames, eso le llenaba el corazón de felicidad.

Siguió caminando escuchando las aventuras de Cam cuando de repente, el vacío en el estomago la sobrecogió inesperadamente, no pudo razonar en el momento pero todos y cada uno de los vellos de su cuerpo se le herizaron instantáneamente y de repente se encontró metido en una red, iba a dejar escapar un grito como la chica asustada que se sentía, pero se contuvo y entonces observó a otros hombres que llegaban por el sendero. Escuchó la conversación entre ellos y Cam y le tranquilizó saber que eran camaradas.

- Es un placer, monsieurs - Exclamó EunMi un tanto avergonzada con el crédito que le estaba dando Cam. - Me alegra haber servido de algo -

Comenzaron a caminar y les siguió con pasos cansados, tenía la impresión de que caería dormida en cualquier momento, casi ni sentía sus piernas, aquel había sido un muy largo día y se preguntaba si, al despertar al día siguiente, aún tendría trabajo en la tienda del profesor, porque haber perdido su trabajo en el restaurante ya era de por si toda una calamidad.

- ¿Seres sobrenaturales? - Murmuró sin poder evitarlo ¿Acaso existían cosas así en Francia? - ¿Que quereis decir con eso? - Preguntó a los acompañantes mientras se acercaban al campamento.

(( EunMi no sabe nada de vampiros o hombres lobo etc. Por otro lado, creo que en un par de post más, responderé como Soren y podremos terminar el tema ¿te parece bien? ))

Nuestras inesperada escolta nos guió hasta el campamento por zonas seguras. Intuía que había más de una trampa cerca y no quería arriesgarme a que fuera algo más que una simple red. Cuando EunMi formuló las preguntas el grupo de gitanos se removió incómdodo.. Fruncí el ceño intentando elegir entre suavizarle las cosas o contarle historias de terror. La abuela se me adelantó.

-Seres que no son del todo humanos o que quizás lo fueron en un pasado. Ahora sus almas están condenadas-murmuró mirando a EunMi fijamente-. Quizás nunca hayas visto uno pero los hay: seres que beben sangre, seres que se transforman en bestias...Pueden estar en cualquier lado y los bosques son sus lugares predilectos de caza.

Mi mente regresó aal profesor. El nos había ayudado y no parecía malvado. La abuela me había dicho alguna vez que ella conocía excepciones, pero jamás lo había creído. Suspiré y sonreí para restrale importancia al asunto.

-No lo asustes abuela y mira si tiene alguna herida grave. Hemos tenido problemas-la insté mientras el grupo se iba disolviendo y sólo quedamos nosotros cuatro-EunMi, la abuela, Payaso y yo- frente a mi carreta.