Un poco de libertad (libre)

por Invitado Vie Jun 25, 2010 9:12 pm

Era una noche oscura y fría... perfecto para lo que tenía en mente. Salíi del castillo sin decir nada a nadie, aunque tampoco hubiera tenido ningún problema para salir si se lo hubiera dicho a los demás puesto que tenían preocupaciones mayores como buscar un buen manjar con el que alimentarse para pasar el resto de la noche.

Ya llevaba un tiempo en aquella ciudad y había localizado los mejores y más apartados sitios parisinos para practicar un poco de brujería, pues aunque era libre de hacerlo en el castillo, prefería un lugar solitario y en el que estuviera yo sola o acompañada de alguna otra bruja. Necesitaba hacer esto para sentirme libre, alejada de la ideología que estaba impuesta y que tan injusta me parecía. Sí, había brujas que se dedicaban a hacer el mal, pero otras solo hacíamos el mal para defendernos de estas otras brujas o incluso de los propios humanos normales que se empeñaban en perseguirnos y darnos caza.

Decidí, entonces, acudir al pantano. Era lo suficientemente tenebroso como para mantener alejada a la mayoría de la gente. Una vez allí y, tras asegurarme de que no había nadie más, comencé con mi pequeño ritual, poniendo a prueba mis habilidades con objetos inanimados. A pesar de llevar un tiempo limitándome a vivir como los demás mortales, no había perdido mis dones y eso provocó que esbozara una pequeña sonrisa maliciosa. Sin embargo, cuando ya llevaba un rato allí, comencé a escuchar unas pisadas acercándose, aunque lo suficientemente lejos todavía como para haberme descubierto. Dejaría el resto del ritual para otro momento y pasaría a comportarme como una inocente chica normal que acababa de perderse en ese oscuro pantano...

por **Arek Monteviour** Vie Jul 02, 2010 1:53 am

Necesitaba un poco de acción, mis neuronas se estaban extasiando completamente solas. Los músculos de mi cuerpo respondían solo a sus instintos así que no pude resistirme más y salir disparado hacia los lugares´más recónditos de París.
El pantano yacía frente amí tan imponente que me regocijé con el simple hecho de oler aquellos aromas fetidos del lugar, el agua sucia de algunos charcos, los desperdicios de carne que ya no se comían los animales, los huesos de otras bestias. Era gratificante ver a las alimañas pasearse por allí, arañas de todo tipo, serpientes, sapos, gusanos, lagartijas, una infinidad de bichos que podrían servirme para algún elaborado hechizo, conjuro ó invocación.
Me sentía como niño con juguete nuevo ante cada nueva cosa que observaba, la diversidad de la vegetación en el pantano me asombro bastante, sonreí de lado, ese típico gesto en mi rostro cuando las cosas me estan saliendo bien.
Entre brincos, esquivos, pasos, zancadas y demás me introduje a lo más escalofriante del lugar. Continuaba con la fascinación descrita en mi rostro, un animalejo llamó bastante mi atención y lo tome con la mano derecha, admire su estructura, el terrible aguijón con ese magno veneno, un escorpión ejemplar. Lo coloque de nuevo en la roca que me lo encontre y continué mi camino, hasta que algo más interesante atrapo mi mirada de aventurero.
Una dama se encontraba en aquel lugar, era una mujer muy hermosa pero bastante extraña, no cualquiera en su sano juicio se adentra en las profundidades de un pantando con toda clase de amenazas nocturnas que deambulan por allí.

"¿Y luego tú, que haces aquí Arek?" Una de las voces de mi cabeza hace presencia para preguntarme eso, resoplo los labios en respuesta, rodeo los ojos y sacudo la cabeza. - No seas tonto, yo no estoy cuerdo... ¡Aceptalo ya! - Le di un pequeño golpe a mi cabeza y camine hasta donde se encontraba la dama, me recoste en uno de los troncos de aquellos árboles enredados que surgían del suelo. "¿Piensas saludar?" Me mordí el labio inferior y no contesté esa cuestión pues me encontraba en una encrucijada, podría ser cualquier cosa extraña esa señorita, desde una simple niña perdida hasta el mismo satanás. A estas alturas de mi vida lo podía creer todo. Arroje un fuerte suspiro.

- ¿Discupadme, por el atrevimiento pero se encuentra bien? -

por Invitado Sáb Jul 03, 2010 4:31 pm

Al poco tiempo comencé a distinguir una sobra en la oscura noche... tendría que esperar un poco más para descubrir de quién se trataba. Había oído que el pantano era un lugar frecuentado por vampiros y seguramente no todos serían como los que hasta ahora conocía. Sin embargo, había decidido correr el riesgo de acudir allí, mi magia me ayudaría a escapar en el supuesto caso que lo necesitara. Además... podría tratarse de cualquier humano normal que estaba tan perdido como lo que yo pretendía aparentar.
Segundos más tarde, ya pude comprobar que la silueta que antes era un borrón para mi pertenecía a un hombre. Aún no alcanzaba a distinguir bien sus rasgos, pero podía apostar a que era bastante fuerte. Me parecía extraño que alguien "normal" se acercara por esta zona a estas horas, por eso tendría cuidado en todo momento o al menos hasta que estuviera segura de que sus intenciones eran buenas. Los sucesos anteriores que habían pasado en mi vida me habían convertido en una bruja bastante desconfiada que, por otra parte, me serviría para evitar posteriores disgustos.

Le notaba un poco indeciso, como si se estuviera planteando acercarse más o darse la vuelta y volver por donde había venido, pero finalmente se acercó.
-No es ningún atrevimiento - comencé diciendo - salí a dar un paseo y, como soy un poco despistada he terminado en el pantano sin darme cuenta - añadí con tono inocente - soy nueva en la ciudad y no sé moverme muy bien... pero no he podido resistirme a los encantos de la noche parisina y he salido a pasear sola - Continué hablando con el mismo tono de antes y una pequeña y tímida sonrisa.

por **Arek Monteviour** Lun Jul 05, 2010 6:56 pm

Desde la perspectiva común ella en definitivo podría ser una joven paricina que perdió el conocimiento de la ubiación y se quedo atrapada en la obscuridad de un tétrico pantano como este, sin emabargo, para la experiencia vivida con hermosas mujeres que de pasean como animales por su casa en lugares tan remotos como lo era el pantano me era desconfiadamente familiar y extraño que lo hiciesen sin termor alguno ¿Qué no se supone que las mujeres son temerosas? fruncí el ceño analizando las palabras que esta me decía, lleve una mano hasta mi barbilla para sostenerla, es el clásico ademán que mi cuerpo por inercia genera cuando me pongo a pensar. Torcí los labios en una mueca.

- De acuerdo... entonces quizá deba ayudarle a encontrar su camino - Comenté con una ceja arqueada pero si regresaba con ella por el lugar de donde había llegado para "ayudarle" entonces ¿dónde quedaría la emoción que vine a buscar? Me quede sopesando esa idea un par de segundos viendo el suelo del pantano encontrando cosas que no deberían por que estar así en un lugar como ese, eran sospechosas, en e suelo un par de rastros que no coincidían con el resto del lugar, arrugue la naríz sacudiendo la cabeza.

- ¡pero que bruto soy! - Exclame en un grito que irrumpió en el silencio abismal del pantano - Me llamo Arek Monteviour - Sonreí con un poco de amargura, si esperaba una reverencia de mi parte pues, esperaba yo que no lo hiciera ella, por que sinceramente no la obtendría.

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