Paraiso perdido... (Libre)

por **Samael von Percy** Sáb Nov 09, 2013 3:50 pm

Las calles son el mejor lugar para encontrar lo que buscas...

Había llegado hace poco a París, de encontrarme con mi hijo de sangre que hace años no veía... el tenia algo de mi que me hacia llegar a París, de estar en mi natal Londres donde mi mansión quedo al cuidado de Priscila, mi ama de llaves.
Sin duda la belle Parisienne había cambiado mucho de la ultima vez que pase por estas calles polvorientas pero vivas entre las luces de lo perdida que parecía la ciudad, caminaba en mi funeraria sensación de encontrarme a alguien vagando o simplemente escribiendo un poema a estas horas de la noche donde marcaban las 21.00 hrs de la hermosa noche parisiense pero solo veía borrachos en las esquinas llorando una gota de licor, concubinas buscando clientes entre las avenidas concurridas y a los policías golpeando a los que provocaban disturbios...
Aun así yo y mi bastón hacían eco entre la piedra caucaso, las baldosas y los adoquines que mohosos hacían resbalar las calles en caída que mostraban la plaza y las luces de la concurrida ciudad.

- Esto sigue apestando a mugre... - susurre casi en voz alta olvidando a mi alrededor.

Escuche desde los callejones aledaños un sinfín de improperios que me hacían más familiar el lugar que honestamente tanto extrañaba, y provocaba en mi esa nostalgia inexplicable de volver donde nunca pensé que volvería.
Me era extraño si, saque mi pañuelo de seda para limpiar mi rostro de la humedad maloliente de la calle y sentí en si un aroma bastante delicado cerca mio, me detuve casi por inercia esperando a que algo se me acercara, no esperaba recibiendo atento si era un extranjero en tierras hostiles aunque el europeo dijera lo contrario...
- Mmm... sé que no estoy solo... es grato tener compañía cerca... - dije sin importar si era cierto o no que me seguían o al menos me observaban...

¿Era posible sin duda que siempre que viniera a la bella París me esperaran de una manera no muy grata?...
Yo creo que si... era la historia de mi vida...

por **Saskia Borgano** Sáb Nov 16, 2013 5:55 pm

"A menudo pienso que la noche está viva y es más rica en colores que el día".
(Vicent Van Gogh)

-¿Que haces, Saskia, en éste lugar maloliente? - se preguntaba segundo a segundo desde que descendiera de su costoso carruaje, vestida con un traje de color azul oscuro y la capa de terciopelo negra que no le pertenecía. Le había dicho al cochero que no lo necesitaría más en toda la noche y apenas verlo desaparecer, en la neblina de aquel lugar maloliente, se había reprochado la decisión.

Resopló, mientras hacía una mueca de asco, y daba una meticulosa mirada a todo lo que la rodeaba - esto es una cloaca - maldijo por lo bajo, debía apresurarse, tenía una agenda algo apretada y la noche siempre le parecía corta en extremo, apresuró su paso, los tacones sonaron en el empedrado desierto de aquellas calles mohosas.

Las callejuelas de los barrios bajos y las que se encontraban cerca de los muelles eran verdaderos laberintos donde cualquiera que no supiera exactamente a donde se dirigía podía perderse o, peor aun, terminar siendo la victima de alguna violación o un homicidio. Saskia sonrió pensando en esa posibilidad, ya que solo sería un buen momento para alimentarse y limpiar de escorias esa zona de la ciudad– pero ese no es mi objetivo ahora – se reprendió, recordando que debía encontrar a cinco mujeres que vivían allí, golpeadas y abusadas por sus maridos, - hombres despreciables – mordió cada palabra que decía. Si de algo estaba orgullosa en su vida era el haber creado junto con Galia y Emilia la Societatis Lilium, aquella empresa que le permitía darles una salida a mujeres como las que esa noche ella buscaba. Por eso su apuro, las vidas de esas mujeres dependían de ponerlas pronto bajo la protección de la Sociedad Secreta.

El acordarse de Galia la hizo entristecer, - nunca pensamos que la muerte nos podría separar así – se contestó mientras recordaba la emboscada que la inquisición le tendiera a su amiga, y el daño colateral como lo habían llamado los inquisidores al asesinato de la pequeña Nouvel, - esos inquisidores me las pagarán, de alguna forma saldaran esa deuda con rios de sangre - se dijo mientras entrecerraba sus ojos y el rostro se transfiguraba en una mascara de ira y maldad.

Caminó con mayor rapidez, tratando de pasar lo mas inadvertida que se pudiera, llegó a una esquina, comprobó que estaba sola y por un momento se quedó apoyada en la rustica pared de la construcción. Suspiró, mientras sacaba una pequeña botella con un perfume, el que usó para humedecer su pañuelo bordado. Se lo acercó a su nariz e inspiró, - mmm... ahora si – caviló sonriendo y cerrando sus ojos disfrutando del suave y delicado aroma a rosas. Así se quedó, en total éxtasis mientras su mente se calmaba quedando en blanco por medio segundo.

Los pasos cadenciosos de una persona que se acercaba la trajeron nuevamente a la realidad. Saskia se movió con la magia de un hada, casi parecía que levitaba, pudo distinguir al extraño, sus palabras la hicieron reír delicadamente, -¿está seguro señor? - le contestó mientras caminaba hacia el hombre con exquisitez y sensualidad.

por **Samael von Percy** Miér Dic 11, 2013 12:53 am

"La fragancia de la noche, es sentir el aroma de una mujer... para tenerla."

Hace ya algún tiempo no me topaba con los míos, los antiguos... los degenerados y desdichados, los malévolos y prepotentes, los hermanos de sangre... los que en medida eran justicieros de una sociedad decadente, sifilizada por la putrefacción de la esencia misma del ser humano...
Había alguien haciendo justicia entre la oscuridad, como el ladrón roba en realidad a los ricos y no a la gente de su extirpe - O eso pensábamos en parte... - Pero algo me hacia entender que me encontraba frente a una presencia que buscaba algo en el odio, y por lo mismo se camuflaba tan bien en la oscuridad, en esa que escondía perfectamente los deseos más etéreos, y casi siempre nefastos...

Era una mujer... por su voz, y sin duda buscaba a alguien, y quizás yo era el equivocado en el peor momento...
Pensaba en mi cabeza... - ¿tendría que haber salido a estas horas a los peores barrios de París?... - me dije a mi mismo, en un baile de pensamientos internos que luchaban por detener esa confusión... necesitaba claridad, más para este momento.

- Vaya... veo que no estoy solo, a que se debe la compañía de una dama como ud. a estas horas de la noche?... -
dije mientras me apoyaba en una muralla, a encender un tabaco de chocolate y mirar la luna, no sacaba nada con arrancar... ¿de que arrancaría?...
Algo me hacia sentir de que ella, la hermosa mujer, no era simplemente una humana con bello cuerpo a estas horas de la noche... algo había y debía tener cuidado.
Era curioso el panorama... casi como una sucubo, se acercaba desde lo lejos, ella... la mujer de carne y hueso hacia mi vejestoria presencia... se sentía la sensualidad y la seducción esfumarse de su energía, de su fragancia... muy dulce por sobre todo, pero aun asi igual me maldita...

- Se lo que eres... ¿que hace una como tu a estas horas?... ¿Matando a alguien tal vez? -
No nos gustaba ser delatados, pero podíamos ser la extrema excepción entre nosotros mismos, aunque yo ya había dejado esas practicas hace ya siglos, comprendía de igual manera lo que la motivaba a seguir o simplemente a vivir...
- Andan cazadores por estos lados, debes andar con cuidado... o te puedes meter en algo más que un problema... - Apenas sentía su presencia, y ya la tenia casi encima, ni se inmutaba ni cambiaba de parecer, como una diestra cazadora iba directa hacia su objetivo... pero curiosamente no era yo... ¿a quien buscabas?...

por **Saskia Borgano** Dom Feb 16, 2014 5:27 pm

Saskia se acercó al caballero, sabiendo que era un ser como su maestro, un vampiro que parecía poderoso. No era ninguna tonta, sabía que mientras mas antiguos, cuanto más años recorrieran las noches insondables de la eternidad, mayor serían sus poderes, y se volvían cada vez mas fuertes. Lo único que la salvaba o creía que la salvaba con Violante, era que él la había creado, aunque aun con el respeto que le tenía, desconfiaba de él, - ¿o acaso no me dejó sola en el momento que más lo necesitaba? - había pensado tiempo atrás, mientras lamía, sola, sus heridas, luego de la horrorosa noche en que murieran su hermana y su pequeña Nouvel.

Sonrió ante los pensamientos y las frases del desconocido, Cuando estuvo a una corta pero prudencial distancia se detuvo y apoyó su espalda en un farol que no alumbraba, por la simple razón que no funcionaba. Lo miró a los ojos y tras un leve segundo le contestó, - vaya vaya, cuantas preguntas... me encantaría contestárselas, pero no hablo con extraños... aunque tengamos tanto en común – se dedicó en silencio a observarlo de arriba a bajo. La manera de vestir, de tomar su cigarrillo, el peinado de cabellos largos,con bucles, todo aquello, mostraba apenas uno se topaba con aquel personaje que se trataba de un caballero de clase alta, - hasta podría pasar como un noble – caviló – pero no lo he visto en ninguna de las reuniones... de seguro me acordaría de él – concluyó, mientras daba unos pasos hacia él.

Hizo un suave movimiento inclinándose, a modo de saludo, - permitame presentarme, soy Saskia Bornago – susurró de tal forma que solo él sobrenatural y ella pudieran oír, no deseaba ser identificada por ninguna de las ratas inmundas que por ahí pululaban, aunque sabía por experiencia que no toda las personas y seres que deambulaban por ese lugar eran de la peor ralea y lo sabía porque mas de una de sus empleadas vivían en el lugar. Al levantar su vista, la volvió a clavar en los orbes del extraño, - sí, estuve buscando a unos hombres que molestaban a mis empleadas – sonrió con malicia – no, no pretendía darles un regalo – se mordió la parte interna del labio inferior, mientras sonreía - y si, un aperitivo nunca está de mas, pero no me apetece hacer daño a gente inocente – las palabras salieron de su boca con una seriedad que también mostraba su rostro, no deseaba dejar dudas al caballero de que ella era una mujer, una vampiresa con principios y no un monstruo bebedor de sangre.

Se alejó del vampiro haciendo un paso atrás, - gracias por advertirme sobre cazadores, ¿pero en verdad, no le parecen que suelen tener un sabor exquisito? - volvió a reír divertida, en verdad para ella existía un solo cazador que deseaba dejar seca como una pasa, pero esa noche no tendría la suerte de encontrársela en su camino.

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