Sed de sangre...[Merlina Draven Bancroft]

Uno de los pocos defectos que tengo es el de ser un despistado y, como ya me había pasado muchas veces antes había esperado hasta el tercer día para beber sangre, estaba sediento, pasé todo el día inquieto, de un lado a otro de mi habitación, esperando a que el sol se escondiera dejando paso a la Luna, para poder salir de caza, la garganta me quemaba y el estómago me dolía, contribuyendo a agrandar mi nerviosismo.
Cuando noté que por fin la Luna reinaba en París, salí corriendo hacía las afueras, sabía que siempre había algún turista rezagado, borracho o perdido, del que beber su sangre, ya lo había hecho muchas veces antes, cuando llegué al París, y siempre tenía la suerte de encontrar gente con una sangre deliciosa y dulce, no solía beberme hasta la última gota de sangre, ya que tantos muertos por mordeduras en el cuello levantarían sospechas, pero hoy haría una excepción, necesitaba saciar mi sed, calmar mi cuerpo, y volver a poder pensar claramente.

Como había predecido antes, había un caballero joven en las afueras de la ciudad, al lado de la carretera, preguntándome algo que mis oídos no quisieron escuchar, supongo que fue mi mirada asesina, o mi sonrisa, dejando relucir mis colmillos a la luz de la Luna, pero este echó a corres por callejuelas laberínticas, estaba claro que ya no lo podía dejar vivir, había visto claramente mi rostro, fallo mío, pero, como había dicho antes claramente no podía pensar con claridad cuando la sed de sangre me invadía.

No sé como acabamos en una zona desierta, con casas derruidas y llenas de vegetación, que no hacían más que darle un toque siniestro al lugar, cuando por fin localicé a mi presa, eché a correr con todas mis fuerzas tras de el, le estaba pisando los talones, su fin estaba cerca, y nada lo podría impedir, llegamos a un barranco, de muchos metros de altura, el se paró en seco, dándome a mi la oportunidad de lanzarme a su yugular como si de un felino me tratará, el murió rápidamente, pero yo seguí bebiendo su sangre, la cual sabía dulce, con un suave toque ácido, deliciosa, notaba como mi cuerpo se llenaba de energía, incluso como mi piel se volvía más bella, haciéndome parecer una perfecta estatua de mármol.

Cuando acabé, tiré el cuerpo por el barranco, viendo como caía rápidamente y se perdía por la arboleda que había debajo del barranco, un sonoro golpe me informó de que la caída habría sido dolorosa, de haber estado vivo.
Me disponía a irme a mi mansión y descansar un poco, cuando de repente oí unos pasos tras de mi, instintivamente, me relamí la boca, quitando de mis labios y mis comisuras la poca sangre que quedaba de mi ya fallecida presa, luego me giré, sonriendo.

Una chica pelirroja y de físico envidiable se presentaba ante mi, tapándose la nariz, asustada, no tenía ni idea de porque se tapaba la nariz...quizás....quizás lo había visto todo, lo dudo, yo mismo me percaté de llevar a aquel mortal a un sitio alejado, cuando me eché a su garganta cual fiera hambrienta, que, al fin y al cabo era en lo que me convertí en aquel momento, dudaba que me hubiera visto,tenía mis 5 sentidos alerta por si alguien se acercaba.

(¿Eso crees?- un escalofrío me recorrió la espina dorsal, como si estuviera loco una voz, como la mía pero más perversa me habló (De verdad estabas atento mientras le sorbías la última gota de su vida a ese pobre y desgraciado humano?, créeme, estabas muy ocupado como para darte cuenta de lo que pasaba a tu alrededor )...¿Desde cuando oigo yo voces?, decidí ignorar este último suceso y centré toda mi atención en la mujer que se presentaba ante mi

-Que hace a estas horas de la noche en este lugar alejado de la mano de Dios? se ha perdido?, puedo acompañarla a su casa si desea-mi voz sonó demasiado siniestra, aunque esa no era mi intención precisamente....-Disculpas por mi voz de antes, estoy un poco acatarrado...
Oh! genial...ahora si que has sonado creíble Gray-pensé sarcásticamente
-Es decir.....yo...

Balbuceaba cosas incomprensibles mientras me preguntaba donde estaba escondido el vampiro que antaño hizo una matanza y que hacía unos escasos minutos le arrebató la vida aun joven...

Más le valía a esta chica estar más loca que yo y hacer como que no me ha escuchado, porque cualquiera en su sano juicio correría, y no quería volver a matar, estaba hasta las cejas de sangre, volví a relamerme la boca, en busca de algún rastro de sangre, y, después de cerciorarme y saber que no era así decidí comenzar desde cero la conversación.
Bonita noche....-sonreí un poco, tímidamente, esperando que la reacción de la chica no fuera del todo extraña....

Una pícara sonrisa se dibujo en mi cara cuando la misteriosa mujer cuestionó mi pregunta, las mujeres no me solían plantar cara muy a menudo, aunque era algo que me fascinaba de una estas, su carácter, y al parecer ella rebosaba de carácter.
-Gran carácter tiene usted señorita.....hmm¿puedo tener el atrevimiento de preguntar su nombre? a cambio yo le diré el mío claro, no quiero ser descortés...-sonreí

Observé atentamente todos y cada uno de los movimientos que la mujer hacía, como si me estuviera provocando, lo cierto es que el juego al que me estaba invitando a jugar me gustaba.....sin duda mi idea sobre ella estaba cambiando, no era la típica mujer que se asustaba al ver a un hombre solo en medio de la nada...si solo se imaginara lo que hice hace apenas unos minutos....

Y como si me estuviera leyendo la mente de su boca salieron las siguientes palabras ''Apesta a sangre fresca''....mujer, no preguntes, no me obligues a matarte, una mirada sombría dominaba ahora en mi cara ¿como era capaz de oler la sangre? definitivamente, ella no era un vampiro, entonces...¿como era posible que....? el nerviosismo se apoderó de mi, no llevaba ni 10 minutos de conversación con esa mujer y ya me estaba desconcertando todo lo que hacía, primero miedo, luego sensualidad, luego dudas...todo tipo de sentimientos y pensamientos se apoderaban de mi ¿debería de hacerlo? ¿debería de matarla, aún sin tener razones para hacerlo?.....no, aún no, primero debo optar por no emplear la violencia, solo la uso en contadas ocasiones....

-[color/firebrick]No sé de que habla madamme, yo no huelo a nada[/color]-en realidad mentía, el olor de la sangre penetraba por mis fosas nasales y me recorría todo el cuerpo, aquella mujer estaba en lo cierto, apestaba a sangre, pero lo mejor por el momento era negarlo, quizás si conocía la existencia de los vampiros, pero de momento era mejor cerciorarse....

De repente la cada vez más extraña mujer llevó sus manos a la cabeza y grito que se callaran, ¿quien debía callarse? aquí solo estábamos ella y yo...entonces¿por qué hacía eso? definitivamente, estaba loca, o al menos lo parecía...
Después de formular unas palabras.....desconcertantes, si, sin duda ese era el adjetivo que mejor les iba, la mujer emprendió su camino, como si no hubiera tenido ninguna conversación conmigo.....no lo iba a permitir, ella me iba a explicar definitivamente el por qué de sus cambios de humor....

Dí 3 o 4 zancadas, llegando hasta donde estaba ella y la agarré por el brazo, girándola, viendo como sus cabellos ondeaban en el viento..sin duda tenía una bonita cabellera, no había mucha gente con ese color de pelo en París...

-Perdone, le pasa algo? no he podido dejar de pensar en que quizás usted esta un poco nerviosa, ¿le ha sucedido algo de camino hacía aquí?-mi voz sonó decidida y armoniosa, nada que ver con mis anteriores frases, cada cuál mas penosa.....

La mujer forcejeó conmigo, queriendo liberarse de mi brazo, que la tenía agarrada, no opuse resistencia y dejé que se soltara, no quería armar un escándalo.
Escuché atentamente su presentación, al final había caído, aunque fuera un poco, en mis redes, ya sabía su nombre, un paso más cerca estaba de obtener algo más de ella, y si, tan rápido como del miedo pasé a la sensualidad, y demás estados, ahora quería seducirla, lo cierto es que la mujer era muy bella, con un cuerpo envidiable, y un pelo precioso, y su cara, con unos rasgos femeninos, pero, a la vez fuertes, como si quisieran remarcar su personalidad, como las demás veces, insinuó que había bebido sangre, o al menos, que había tenido algo que ver con sangre, no iba nada desencaminada,,,,,
-Precioso nombre señorita Draven, y, al contrario que yo, usted huele estupendamente, permítame que se lo diga-intenté quitarle importancia al asunto de la sangre, quizás se sentía alagada y dejaba de pensar mal de mi, quien sabe...

Luego fui testigo de como sus se posaban en mi rostro, frío como el hielo, y pálido como la nieve, después de su alago hacía mi persona me dispuse a decir con una sonrisa en la cara un simple (''Gracias'') pero me lo impidió el echo de que cada vez su boca estaba más cerca de la mía, cerré los ojos y me dispuse a cogerla de la cintura, pero la rapidez con la que se alejó de mi no me dio tiempo a reaccionar.

Un tanto contradecido y asombrado por el extraño comportamiento de Merlina hacía mi balbuceé mi siguiente repuesta.
-Si..si..si que fue una estupidez-cuando ya me recuperé por completo sonreí, y continué la frase-no soy ninguna mala persona, es más, la gente dice que soy muy amable, aunque no me lo creo del todo- me llevé una mano a la nuca, rascándome mientras me reía.
-No tengo ni idea de quien es la sangre que usted dice oler, yo no huelo a nada, aunque igualmente, no sé muy bien como huele la sangre-actué todo lo bien que pude mi papel como humano normal y corriente.
Reí, como respuesta a lo que según ella, olía su sangre, era realmente divertido como bromeaba acerca de ella, poca gente lo solía hacer, tenían demasiado ego...

Luego apareció en escena una rata, que, Merlina, se apresuró en recoger entre sus manos, me agaché situándome enfrente de ella.
-Por fin alguien a quien le gustan estos animalitos-reí-Dime, por qué intentaste besarmen?