Aleluya Capone

Nombre del personaje: Aleluya Capone
Edad: 24 años

Especie: humana (bruja)
Tipo y clase social: clase media
Orientación sexual: omnisexual
Lugar de origen: Florencia (Italia)

Habilidades:
- Hechicería
- Encandilamiento
- Apatía

Descripción física: mujer alta, de aproximadamente 170 cm y unos 65 kg de peso, kilo arriba, kilo abajo. Es delgada y elástica, de ojos marrones y cabello castaño largo hasta los hombros, que suele llevar recogido en un moño. A pesar de su apariencia, tiene bastante músculo (y mucha adrenalina).
Normalmente viste de negro, con faldas hasta los pies y cuellos altos aunque anchos, con lo que a primera vista puede pasar por una recatada dama de sociedad. Sin embargo, esto queda rápidamente desmentido por sus movimientos bruscos y rápidos, que recuerdan a un luchador de sumo abalanzándose sobre una presa con ansia caníbal. Su cara es extremadamente normal, sin rasgos sobresalientes, aunque usualmente la contorsiona en una expresión casi acrobática que varía entre una agria dosis de mala leche recalcitrante y un beatífico deseo de masacrar a la humanidad.

Descripción psicológica: desde siempre, Aleluya ha tenido las ideas muy claras: si el universo no gira a su alrededor, eso es porque el universo está mal construido. Y, por supuesto, ¡quién mejor para arreglar ese fallo que ella misma! Por tanto, sabe muy bien que la existencia del resto de seres de este mundo sólo está autorizada como sus serviles esclavos o como carne de cañón oprimida bajo su bota de hierro. (No es que en realidad lleve una bota de hierro, aunque guarda una para las ocasiones especiales.) Es autoritaria, decidida, desconfiada y ligeramente cínica, aunque sufre de complejo de hermana mayor, lo que ocasionalmente la lleva a perdonar los catastrofales destrozos que sus hermanos pequeños producen en sus planes y por los cuales cualquier otra persona merecería una muerte infame. Sus gentiles y femeninos gustos incluyen principalmente apalear, estafar y destruir; uno de sus pasatiempos favoritos es sentarse a la ventana a tomar un té mientras escucha los dolientes gritos de agonía de los transeúntes (aunque, lamentablemente, las ciudades modernas ya no están adecuadamente acomodadas para este tipo de actividades, y sólo es posible llevarlas a cabo durante desórdenes civiles o ejecuciones públicas). Desde pequeña, ha adorado las venganzas truculentas y las historias sobre venganzas truculentas, que su amantísima madre solía leerle todas las noches como cuentos para irse a dormir (esto es, las noches que la familia no estaba trabajando). Su comida favorita son los tortellini picantes.

Historia:
Aleluya nació el año de nuestro Señor 1776 en el seno de una humilde pero respetable familia italiana afincada en Florencia, los Capone. Era la primera hija, con lo que su nacimiento fue motivo de especial regocijo, ya que sus padres (aunque aún jóvenes) llevaban varios años casados, pero no habían conseguido tener hijos antes. De hecho, para suplir la falta de retoños y contentar así sus instintos parentales, en los años anteriores habían llenado la casa de perros, gatos, canarios e incluso cabras, lo cual traía de cabeza al resto de la familia. Así pues, cuando tuvieron su primera hija, el hermano del padre primerizo (que era alérgico a los animales) asomó por la habitación poco después del parto, gritando

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Por esto, la niña fue bautizada como Aleluya Capone. Vivió felizmente con sus padres durante seis años, hasta que su madre quedó embarazada de nuevo y dio a luz a un hermoso niño. Justamente, por aquel entonces, su padre, gran amante de los animales, acababa de tener noticia de un animal exótico que vivía en las tierras de América; este hecho tuvo gran influencia en el nombre que recibió el nuevo miembro de la familia.

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Apenas tres años después, la señora Capone quedó embarazada por tercera y por última vez. En aquella época, estaba devorando con avidez una serie de novelas rosas sobre la vida de Alicia de Antioquía; y, fascinada por los personajes que aparecían en ellas, quiso llamar a su hija Danisméndida. No obstante, haciendo uso de su varonil y sexy autoridad, el señor Capone dijo

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y la pequeña tuvo que conformarse con el más común nombre de Alicia. Los tres hijos de los Capone compartieron además el mismo padrino, un hombre maravilloso con gran talento para los... negocios, y una ligera aversión a dejarse ver por la sociedad.

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Los tres crecieron en paz y armonía, arropados por sus amables y cariñosos padres. Los Capone regentaban una herboristería en el centro de la pequeña ciudad de Florencia, y su prole se involucró pronto en el negocio familiar.

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Sin embargo, y probablemente debido a la profunda convicción religiosa de sus padres, la pequeña Aleluya sintió ya a muy temprana edad la llamada de la vocación. Con gran tristeza, pero a la vez orgullosos, sus progenitores accedieron a dejarla ingresar como novicia en la orden de las Pobreticas Franciscanas Calzadas.

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Aleluya pasó allí casi un año, aprendiendo el oficio religioso y regocijándose en la cercanía al Señor. Sin embargo, desafortunadas circunstancias hicieron que su relación con las Franciscanas Calzadas tuviera que terminar abruptamente, y la joven Aleluya volvió a casa de su familia, quien la recibió con los brazos abiertos.

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Con esto, los Capone volvieron a ser una gran familia feliz. No obstante, a medida que los años pasaban y la adolescencia les iba llegando a los jóvenes Capone, comenzaron las desavenencias, y la unidad familiar empezó a resquebrajarse.

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Entonces, los jóvenes Capone, decididos y emprendedores gracias a su temprana experiencia en la herboristería de sus padres, decidieron empezar a ganarse las habichuelas por su cuenta.

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Las cosas les fueron bien en un principio, pero debido a circunstancias adversas (entre ellas, las quejas de vecinos envidiosos), pronto tuvieron que buscarse otra ocupación. Como Italia no se encontraba por aquellos momentos en una situación económica muy holgada, los hermanos pensaron que era el momento de tomar el dinero que habían ganado en su corto pero fructífero negocio y probar fortuna más allá de sus fronteras. Sus padres los despidieron con lágrimas en los ojos cuando dijeron adiós a su hogar y emprendieron camino a la tierra de las oportunidades: ¡Francia!

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El viaje fue largo, pero no presentó grandes incidentes. Ni siquiera en la frontera tuvieron problemas con los guardias de la aduana, normalmente inquisidores y quisquillosos.

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No obstante, una vez llegados a París, que era su objetivo, los hermanos Capone se dieron cuenta de que no todo era tan fácil como ellos pensaban. Sus emprendedoras iniciativas no siempre dieron resultado, y tuvieron que cambiar varias veces de ocupación y alojamiento.

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Sin embargo, ninguna de todas estas circunstancias ha logrado terminar con el espíritu de juventud de los hermanos Capone, ¡que continúan firmes en su afán de tomar (... metafóricamente) París!

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Datos extras:
- En realidad, todo su viaje a París y actividades siguientes es sólo una excusa para hacer tiempo hasta que la pescadería cierre.