Vilhelm Larsen

-Nombre del Personaje:
Vilhelm Christiansen Larsen

-Edad:
20

-Especie:
Humano/Brujo

-Tipo y Clase Social:
Clase media y extranjero.

-Orientación Sexual:
Heterosexual

-Lugar de Origen:
Odense, Dinamarca

-Habilidad/Poder:
]Empatía, premonición y hechicería.

-Descripción Física:

Spoiler:

-Descripción Psicológica:
Antes era un chico de gran confianza, quien adoraba a su padre y a su madre por igual; desde lo ocurrido con su madre, perdió toda confianza en la familia y en las mujeres y hombres por igual. A causa de éso, se muestra de lo más callado con los desconocidos y le cuesta mucho conocer gente nueva -aunque tampoco le interesa mucho-.
Es un joven que lucha por sus ideales y que le cuesta entender opiniones diferentes a la suya. Gracias a su habilidad de empatía, llega a comprender perfectamente los sentimientos de otras personas, aunque no llega a inmiscuirse del todo con esas personas. Se podría decir que tiene miedo a las nuevas relaciones.
Es inteligente a pesar de que en el pasado no tuviera la oportunidad de poder estudiar cuando era el criado de los Anderberg, desde el incendio, comenzó a aprender a leer y a escribir, y siempre considerará un buen entretenimiento un libro sobre ciencias.
Además, es un chico sincero el cual dice lo que piensa, aún así siempre tendrá la habilidad de poder guardar sus propios secretos. Le pueden llegar a afectar los problemas de la gente, pero siempre se puede desvelar con su mirada -es muy fácil de leer-.

-Historia:
Vilhelm nació en el seno de una familia de criados. Su madre, una bella y joven mujer de nombre Fiona, había pasado por toda una vida de penurias hasta que conoció al que sería su marido, Erik Larsen. Erik era un hombre diez años más mayor que Fiona, aún así eso no les impidió que se enamorasen el uno del otro. La familia Larsen había sido durante cien años mayordomos de una familia noble perteneciente a Odense, los Anderberg.
El joven no tuvo una vida especialmente acomodada, como su familia vivía en la misma mansión que la de sus amos, eso significó una boca más que alimentar. Creció en un ambiente hostil donde aprendió el verdadero significado de la palabra dureza. Mientras que su padre trabajaba hasta poner en peligro su vida, su madre era una y otra vez cortejada por el señor de la casa, el viudo Argus Anderberg. Finalmente el señor de la casa consiguió lo que pretendía, hacer de Fiona su amante.
Un día lluvioso, como otro cualquiera, Vilhelm se estaba encargando de cambiar la leña de todas las chimeneas de la mansión. La terrible verdad se alzó ante los ojos del joven. Encontró a su madre en la cama de Argus, su señor, intentando reprimir sus gemidos. Aquella visión trastornó al joven Vilhelm quien pensaba que su familia era inquebrantable. Cuando el chico bajó a lo que era la sala común de los criados indignado, todavía sin poder créerselo, deseó con todas sus fuerzas que Argus Anderberg muriera aquella misma noche en su lecho.
Y así ocurrió.
Los gritos de su madre reinaron durante ese instante en toda la mansión. Al día siguiente, el heredero de Argus regresó a la casa después de un viaje. Dagmar Anderberg se encontró a su padre muerto en su habitación. Horrorizado, mandó llamar a la que fue su amante -ya que el hijo no era para nada tonto y conocía su relación- y le pidió explicaciones. Al no saber explicarle, Dagmar la declaró bruja y la llevaron a juicio. Un día antes del juicio, Fiona Larsen se suicidó. La muerte de su esposa enloqueció a Erik, quien había dedicado toda su vida a su esposa, hijo y trabajo, y culpó de la muerte de su mujer al nuevo señor de los Anderberg. Así, como cómplice de brujería, llevaron a Erik Larsen a juicio y fue declarado culpable.
La única luz que le quedaba a Vilhelm en ese tiempo era la única amiga que había hecho en esos doce años, Clady Anderberg una chica de catorce años quien siempre trató bien al chico. Ella fue quien avisó a Vilhelm que su hermano iría tras él y que debía huir de lo que era su único hogar. Con lágrimas en la cara, huyó tan lejos como sus piernas se lo permitieron, pero una imagen fue a parar a su mente. La mansión de los Anderberg incendiada, aquello significaba que la vida de Clady corría peligro. Intentó regresar, pero ya era demasiado tarde, las llamas se estaban disipando y con ellas, la esperanza del chico.
Cuando lo único que quería Vilhelm era morir, se encontró con un ser de lo más extraño. Era una mujer que había aparecido de la nada, vestida con ropajes negros y que le tendió una mano. Ella dijo que tenía poderes que la mayoría de humanos no podrían entender, y que solamente ella le podría ayudar. Confuso y desorientado, tomó la mano de la extraña joven y se embarcó en lo que era su nueva vida.
La mujer era una vampiresa, quien había sufrido mucho durante su eterna vida y quería redimir algunos de sus pecados con el joven muchacho. Gracias a ella, Vilhelm conoció todos sus poderes y aprendió a controlarlos. Desde lo ocurrido en la mansión Anderberg, Vilhelm y ella vivieron juntos, viajando hasta llegar a París, un lugar al que la vampiresa le guardaba especial cariño. Y así pasaron el resto de sus cinco años, conociendo París y conociendo a otras extrañas criaturas...

-Datos Extras:
Prefiere que le llamen Will (en vez de Vilhelm).
Le fascinan los libros científicos (su autor favorito es Galileo Galilei).
Tiene muy buena mano a la hora de cocinar (a veces servía de ayudante de cocinas en la mansión de los Anderberg).
En la única persona en la que cree poder confiar plenamente es la vampiresa que le salvó.
Sabe hablar con fluidez el danés, el inglés, el francés y el alemán.
Suele pasar muchas horas metido en la biblioteca.
El fuego le suele recordar momentos pasados...