AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ritter A. Ribbentrop
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Ritter A. Ribbentrop
por Ritter A. Ribbentrop Miér Ago 10, 2011 7:58 pm
-Nombre del Personaje: Ritter Ribbentrop
-Edad:
Aparente 25, real 1330
-Especie:
Vampiro.
-Tipo y Clase Social:
Alta.
-Orientación Sexual:
Heterosexual.
-Lugar de Origen: Alemannia.
-Habilidad/Poder:
-Descripción Psicológica:
Miles de palabras jamás describirían a este ser. Empecemos por lo más básico.
Ritter es un hombre encerrado en sí mismo. Suele mostrar una fachada de tranquilidad inalterable. Su exquisita educación lograda a base de siglos, embauca, incluso puede llegar a manipular a los más débiles. Le encantan los misterios de la vida, por lo que le podrás ver pensativo o filosofando como quien dice. Valiente y temerario, a controlado su carácter fuerte moldeándolo a su antojo para mostrar un aspecto impecable. Su paciencia ha ido en aumento con los pasos de los siglos por lo que podría decirse que aguanta demasiadas situaciones que en su época de humano hubiera resuelto cual bárbaro.
Elegante, cuida su aspecto al más minúsculo detalle. Adora la pulcritud y en ocasiones puede llegar a ser maniático del orden. Planificador nato, es astuto e ingenioso. Claro que no puede ser perfecto, dado que este estado es inalcanzable hasta para un vampiro por lo que su testarudez y su sentido protector suelen desmesurarse hasta resultar un problema.
Seductor, atrayente, caballeroso y halagador. Una vez cada año, da rienda suelta al bárbaro que vive en él, y desemboca en puro frenesí erótico proporcionando un placer inconcebible y recibiéndolo a su vez. Es un salvaje en la cama, el romanticismo no forma parte de su vida en ese momento.
Claro que siglos atrás, su vena romántica salía al flote con una joven, a la cual trataba como a un reina. Porque lo era. Dulce y cariñoso, fiel y confidente, así fue. Pero eso dejo de existir.
-Historia:
Gibuldo fue criado como un soldado más en una milicia en la que entrenaban a sus hombres desde la más tierna infancia. Si su trabajo era incorrecto, el látigo los esperaba, y esto puede ser lo más agradable de todas las torturas. Él contaba con siete años de edad cuando fue acogido en este ejército. Su madre era hermana del actual rey, pero fue exiliada por casarse con un romano, el cual, la abandonó tras dejarle embarazada. La pobreza había formado parte de su vida desde muy corta edad, su madre enfermó y acabo muriendo tras dar a luz al sol de su vida. Heidi. Como es comprensible, el pequeño acudió al único familiar en vida, su tío, rey de Alemannia que acepto criar a Heidi como suya siempre que él formase parte del ejército. Allí, tampoco es que fuese bien recibido. Era el motivo de las burlas constante y solía ser el chivo expiatorio de muchos de sus compañeros. Pequeño y apalizado. Pero su cuerpo fue cambiando y sus músculos tonificándose. Su tío era estéril aunque la respuesta publica es que había sido maldecido por una bruja. Heidi fue creciendo como cualquier niña, y era querida por su tío como si fuese su hija propia. En cambio Gibuldo, se hizo un nombre a base de luchas internas y externas. A sus doce años, ya mato a quien oso azotarle, y ahí recibió el reconocimiento de su tío. Fue cuando le tatuaron un brazo con los signos celtas de la valentía y el honor. Como cualquier joven, se enamoró de una chica de cabello azabache y los ojos más azules que él había visto en su vida. Encandilado, hechizado, supo desde ese momento que Lorrelein sería su mujer. Su ascenso en el ejército fue rápido. Su fama creció tanto como los años fueron pasando. Lorrelein fue torneando su cuerpo hasta adquirir esa figura de mujer que a él le volvía loco.
Reconocido tras la primera conquista de territorio, su tío le declaró heredero a su trono. Su hermana fue desposada por un sajón y partió con él. Lorrelein era acogida en su lecho todas las noches y ahí comenzó aquella relación de una manera más explícita. Tras la muerte de su tío, ascendió al trono directamente. Su nombre era nombrado por todos los lares del sur de Germanía, y su reina fue acogida con alegría por el pueblo. Todo era perfecto, Lorrelein comenzó a darle herederos al trono, y su vida estaba colmada de grandes logros. Su última conquista Passeu.
El combate fue rápido, la conquista no se demoró demasiado. Una vez que el trabajo fue realizado, permitió que el festejo embargara sus tropas y se unió a ellos con alegría. Unas jóvenes de aquella ciudad, proporcionaron cerveza en grandes proporciones. La piel de estas jóvenes eran níveas como la propia nieve que cubría las calles estrechas de Passeu. Soldados acabaron coqueteando, y la tensión sexual agobiaba el entorno. Ahí fue cuando se retiró a su tienda. Fiel a su esposa, jamás había yacido en un mismo lecho con otra mujer, y eso le enorgullecía. Bajo los efectos del alcohol y de una cena suculenta, cayó en un sueño profundo.
En ningún momento fue consciente de los gritos procedentes del exterior, ni de cuando unos pasos gráciles se acercaron a su lecho, ni tan siquiera de cuando un cuerpo femenino se acomodó sobre él y comenzó a estimularlo frotándose contra el suyo. Su cabeza y sentido común se encontraban embotados, y pensando en su esposa, se dejó llevar por el deseo. Sintiéndose en casa. La temperatura subía mientras las caricias se volvían más atrevidas, llegando al punto que todos los poros de su piel sudaban erotismo. Deseo. Aquella joven de cabellos dorados y mirada verdosa comenzó a cabalgarlo y cuando él abrió los ojos en un momento de lucidez, ella se lanzó sobre su presa clavándole los colmillos en su cuello.
El dolor, los cambios, todo eso es fácil de contar. Solo haré mención que al mes de haber conquistado la ciudad, volvió a su hogar. La joven Ritta, su creadora, estaba en total desacuerdo, ¿pero desde cuando se dejaba gobernar por una mujer?. No, ella no podría decirle jamás que hacer y qué no.
La noche acompañaba su llegada, apenas había luz en el interior de su hogar, pero el efluvio de sus seres queridos hizo que su corazón se encogiese de emoción. Entro sin llamar, su esposa dormía y él la despertó con un beso cálido en su frente. Ahí ella abrió los ojos, y se sobresaltó tanto, que su corazón latió desbocado.-Tranquila mujer-esas fueron sus palabras de aliento, y ella, a pesar de saber que su esposo estaba muerto en “combate”, lo acogió en su lecho, anhelando con toda su alma no despertar jamás de aquel sueño. Ella le acogió como solía hacerlo, él embistió contra su esposa robándole tales gemidos, que todo su ser se centró en ella. No escucho como Ritta entraba en la habitación de sus hijos, no olió la sangre…porque el palpitar de Lorrelein, logro que sus sentidos y su sed se centrasen en aquella vena que se señalaba en su cuello. Al hincar los dientes y empezar a absorber, se olvidó de todo. Ella era lo mejor que jamás había probado. Ese sabor dulce, sería su castigo durante el resto de sus días. Acabo desangrada, y él, se martirizó y maldijo por aquello. Al ver el estado de sus hijos, y Ritta allí feliz, borracho de aquellos efluvios, la montó como nunca. Justo cuando él iba a derramarse en su interior, le rompió el pescuezo y después la decapito con sus propios dientes. Ese fue el fin de aquella historia. Ahí dejo de llamarse Gibuldo y paso a ser, Ritter.
Ritter lucho siempre para el bando vencedor, su fortuna fue creciendo, tanto como su educación y su nombre en el mundo vampírico. Solitario, rehusó siempre de cualquier compañía. El deseo carnal estaba totalmente prohibido, pero anualmente, se dejaba caer en la tentación y ahí de la joven que se rindiese a sus encantos, porque solía beber de ella hasta dejarla al borde de la muerte. Tras ello, comenzaba las auto flagelaciones y las torturas por haber vuelto a caer. Su educación y su poder adquisitivo mejoro con los años, así como el control de la sed y sus ansías por controlar sus habilidades.
-Datos Extras:
-Odia a las mujeres rubias.
-El deseo le hace sentirse vulnerable.
-Es sadomasoca, por eso suele acudir a que le provoquen para después castigarse.
-Ayuda a los más necesitados proporcionándoles comida o trabajo en su mansión .
-Edad:
Aparente 25, real 1330
-Especie:
Vampiro.
-Tipo y Clase Social:
Alta.
-Orientación Sexual:
Heterosexual.
-Lugar de Origen: Alemannia.
-Habilidad/Poder:
-Descripción Física:- Ilusión: Capacidad para alterar la relativamente la realidad por medio de alguna ilusión, algo no real para confundir a las personas.
- Manipulación de la memoria: Concede la amnepatia y la recuperación mental, además ver los recuerdos de la gente y si se quiere proyectarlos en imágenes visibles para todos. También se puede aturdir a la gente mediante confusiones mentales dejándolos como "Enfermos mentales". Es muy difícil usar esta capacidad sin contacto ya que se requiere de mucha experiencia.
- Persuasión: Capacidad de hacer que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.
-Descripción Psicológica:
Miles de palabras jamás describirían a este ser. Empecemos por lo más básico.
Ritter es un hombre encerrado en sí mismo. Suele mostrar una fachada de tranquilidad inalterable. Su exquisita educación lograda a base de siglos, embauca, incluso puede llegar a manipular a los más débiles. Le encantan los misterios de la vida, por lo que le podrás ver pensativo o filosofando como quien dice. Valiente y temerario, a controlado su carácter fuerte moldeándolo a su antojo para mostrar un aspecto impecable. Su paciencia ha ido en aumento con los pasos de los siglos por lo que podría decirse que aguanta demasiadas situaciones que en su época de humano hubiera resuelto cual bárbaro.
Elegante, cuida su aspecto al más minúsculo detalle. Adora la pulcritud y en ocasiones puede llegar a ser maniático del orden. Planificador nato, es astuto e ingenioso. Claro que no puede ser perfecto, dado que este estado es inalcanzable hasta para un vampiro por lo que su testarudez y su sentido protector suelen desmesurarse hasta resultar un problema.
Seductor, atrayente, caballeroso y halagador. Una vez cada año, da rienda suelta al bárbaro que vive en él, y desemboca en puro frenesí erótico proporcionando un placer inconcebible y recibiéndolo a su vez. Es un salvaje en la cama, el romanticismo no forma parte de su vida en ese momento.
Claro que siglos atrás, su vena romántica salía al flote con una joven, a la cual trataba como a un reina. Porque lo era. Dulce y cariñoso, fiel y confidente, así fue. Pero eso dejo de existir.
-Historia:
Gibuldo fue criado como un soldado más en una milicia en la que entrenaban a sus hombres desde la más tierna infancia. Si su trabajo era incorrecto, el látigo los esperaba, y esto puede ser lo más agradable de todas las torturas. Él contaba con siete años de edad cuando fue acogido en este ejército. Su madre era hermana del actual rey, pero fue exiliada por casarse con un romano, el cual, la abandonó tras dejarle embarazada. La pobreza había formado parte de su vida desde muy corta edad, su madre enfermó y acabo muriendo tras dar a luz al sol de su vida. Heidi. Como es comprensible, el pequeño acudió al único familiar en vida, su tío, rey de Alemannia que acepto criar a Heidi como suya siempre que él formase parte del ejército. Allí, tampoco es que fuese bien recibido. Era el motivo de las burlas constante y solía ser el chivo expiatorio de muchos de sus compañeros. Pequeño y apalizado. Pero su cuerpo fue cambiando y sus músculos tonificándose. Su tío era estéril aunque la respuesta publica es que había sido maldecido por una bruja. Heidi fue creciendo como cualquier niña, y era querida por su tío como si fuese su hija propia. En cambio Gibuldo, se hizo un nombre a base de luchas internas y externas. A sus doce años, ya mato a quien oso azotarle, y ahí recibió el reconocimiento de su tío. Fue cuando le tatuaron un brazo con los signos celtas de la valentía y el honor. Como cualquier joven, se enamoró de una chica de cabello azabache y los ojos más azules que él había visto en su vida. Encandilado, hechizado, supo desde ese momento que Lorrelein sería su mujer. Su ascenso en el ejército fue rápido. Su fama creció tanto como los años fueron pasando. Lorrelein fue torneando su cuerpo hasta adquirir esa figura de mujer que a él le volvía loco.
Reconocido tras la primera conquista de territorio, su tío le declaró heredero a su trono. Su hermana fue desposada por un sajón y partió con él. Lorrelein era acogida en su lecho todas las noches y ahí comenzó aquella relación de una manera más explícita. Tras la muerte de su tío, ascendió al trono directamente. Su nombre era nombrado por todos los lares del sur de Germanía, y su reina fue acogida con alegría por el pueblo. Todo era perfecto, Lorrelein comenzó a darle herederos al trono, y su vida estaba colmada de grandes logros. Su última conquista Passeu.
El combate fue rápido, la conquista no se demoró demasiado. Una vez que el trabajo fue realizado, permitió que el festejo embargara sus tropas y se unió a ellos con alegría. Unas jóvenes de aquella ciudad, proporcionaron cerveza en grandes proporciones. La piel de estas jóvenes eran níveas como la propia nieve que cubría las calles estrechas de Passeu. Soldados acabaron coqueteando, y la tensión sexual agobiaba el entorno. Ahí fue cuando se retiró a su tienda. Fiel a su esposa, jamás había yacido en un mismo lecho con otra mujer, y eso le enorgullecía. Bajo los efectos del alcohol y de una cena suculenta, cayó en un sueño profundo.
En ningún momento fue consciente de los gritos procedentes del exterior, ni de cuando unos pasos gráciles se acercaron a su lecho, ni tan siquiera de cuando un cuerpo femenino se acomodó sobre él y comenzó a estimularlo frotándose contra el suyo. Su cabeza y sentido común se encontraban embotados, y pensando en su esposa, se dejó llevar por el deseo. Sintiéndose en casa. La temperatura subía mientras las caricias se volvían más atrevidas, llegando al punto que todos los poros de su piel sudaban erotismo. Deseo. Aquella joven de cabellos dorados y mirada verdosa comenzó a cabalgarlo y cuando él abrió los ojos en un momento de lucidez, ella se lanzó sobre su presa clavándole los colmillos en su cuello.
El dolor, los cambios, todo eso es fácil de contar. Solo haré mención que al mes de haber conquistado la ciudad, volvió a su hogar. La joven Ritta, su creadora, estaba en total desacuerdo, ¿pero desde cuando se dejaba gobernar por una mujer?. No, ella no podría decirle jamás que hacer y qué no.
La noche acompañaba su llegada, apenas había luz en el interior de su hogar, pero el efluvio de sus seres queridos hizo que su corazón se encogiese de emoción. Entro sin llamar, su esposa dormía y él la despertó con un beso cálido en su frente. Ahí ella abrió los ojos, y se sobresaltó tanto, que su corazón latió desbocado.-Tranquila mujer-esas fueron sus palabras de aliento, y ella, a pesar de saber que su esposo estaba muerto en “combate”, lo acogió en su lecho, anhelando con toda su alma no despertar jamás de aquel sueño. Ella le acogió como solía hacerlo, él embistió contra su esposa robándole tales gemidos, que todo su ser se centró en ella. No escucho como Ritta entraba en la habitación de sus hijos, no olió la sangre…porque el palpitar de Lorrelein, logro que sus sentidos y su sed se centrasen en aquella vena que se señalaba en su cuello. Al hincar los dientes y empezar a absorber, se olvidó de todo. Ella era lo mejor que jamás había probado. Ese sabor dulce, sería su castigo durante el resto de sus días. Acabo desangrada, y él, se martirizó y maldijo por aquello. Al ver el estado de sus hijos, y Ritta allí feliz, borracho de aquellos efluvios, la montó como nunca. Justo cuando él iba a derramarse en su interior, le rompió el pescuezo y después la decapito con sus propios dientes. Ese fue el fin de aquella historia. Ahí dejo de llamarse Gibuldo y paso a ser, Ritter.
Ritter lucho siempre para el bando vencedor, su fortuna fue creciendo, tanto como su educación y su nombre en el mundo vampírico. Solitario, rehusó siempre de cualquier compañía. El deseo carnal estaba totalmente prohibido, pero anualmente, se dejaba caer en la tentación y ahí de la joven que se rindiese a sus encantos, porque solía beber de ella hasta dejarla al borde de la muerte. Tras ello, comenzaba las auto flagelaciones y las torturas por haber vuelto a caer. Su educación y su poder adquisitivo mejoro con los años, así como el control de la sed y sus ansías por controlar sus habilidades.
-Datos Extras:
-Odia a las mujeres rubias.
-El deseo le hace sentirse vulnerable.
-Es sadomasoca, por eso suele acudir a que le provoquen para después castigarse.
-Ayuda a los más necesitados proporcionándoles comida o trabajo en su mansión .
Ritter A. Ribbentrop- Vampiro Clase Alta
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Re: Ritter A. Ribbentrop
por Nigel Quartermane Jue Ago 11, 2011 2:57 am
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