Callejones peligrosos (Darien)

por Invitado Sáb Ago 13, 2011 1:09 pm

Aquel día tenía una prisa como nunca antes para llegar a casa, no quería estar más minutos en la calle. Había acabado de trabajar y había salido corriendo del burdel, pero por las ganas de llegar a casa no me había dado cuenta de una cosa. Me había metido en los callejones oscuros de Paris. Me di cuenta demasiado tarde, se oían pasos por todas partes. Se me ponían los pelos de puntos, lo malo es que el vestido que llevaba no era poco llamativo. Se parecía al de una mujer de clase alta pero a la vez se notaba que era de cortesana. Así que por allí corría peligro, pero caminaba lo más rápido que podía. Me alejaba de los callejones anexos al que caminaba, sabía que si seguía por aquel camino encontraría la salida del callejón pero me equivocaba cuando llegue al final del callejón solo me encontré en un callejón sin salida. Cuando me di media vuelta me encontré con un tipo un borracho, me miraba con celo y deseo. Él sería un hombre y tendría más fuerza que yo pero yo era más rápida. Mucho más rápida.

Así que mire las posibilidades que tenía de huir de él, se iba acercando a mí dando tumbos. Me quede quieta haciéndole creer que me rendía y que podría hacer conmigo lo que quisiera. Iluso. Cuando vi que gracias a uno de sus tumbos dejo un espacio considerable, me escabullí por allí corriendo en dirección a cualquier parte. Él me seguía gruñendo por lo bajo, si creía que me iba a quedar allí para que me utilizara a su antojo lo tenía claro. Además era un hombre horroroso, seguro que vivía en la calle. No pare de correr por los callejones hasta que lo despiste. Entonces me apoye contra una de las paredes que formaba el callejón, me eche el cabello hacia atrás y mire hacia los lados.

-Por los pelos Elinor.

Dije cerrando los ojos y poniéndome las manos sobre mi vientre la carrera que me había metido era brutal y por culpa del corsé había hecho que todo mi cuerpo me apretara mucho más de lo normal. Respire hondo hasta que sentí unos pasos abrí los ojos para saber quién era o que era. Pero ahora no estaba en condiciones de correr ni siquiera de escapar de quien fuera.

por **Røthgar Sbjören** Dom Ago 21, 2011 9:03 am

La estadía de los gemelos en aquella ciudad había sido tan solo el comienzo, el resurgir de todo aquello que atraía lo oculto, lo maligno. Su despertar había sido mas doloroso siquiera que la muerte, pero en aquella cripta los secretos se oían a voces para ellos. Que pese a estar dormidos en un profundo sueño mágico esperaban el momento propicio para despertar.
Habían pasado unas semanas, y ya se sentía distinto. Para ello tenía que volver a sus mas fieles costumbres cosa que a ambos hermanos les fascinaba de sobremanera. Las viejas costumbres jamás perdían su fortaleza.
Darien, decidió aquella noche salir solo, pues era a lo que estaban acostumbrados en su anterior "vida" aquella hacía ya unos cuantos siglos.
Su espalda se resentía, al igual que su voluptuoso y fuerte cuello de hombre como eran los de su estirpe. Los Dacios.

- Mujer... - inhaló aquell putrefacto aire que acariciaba aquellos callejones parisinos, y un claro rastro de perfume barato inundó sus pulmones. Su cuerpo ya comenzaba a estremecerse bajo aquel influjo femenino y la idea de poseerla de forma brutal como tan solo él sabía, entre torturas sangre y sexo se encontraba el verdadero frenesí, que solo una mujer podía satisfacer.
Se encontró con una mujer, que bien por su belleza, su respiración entrecortada y su vestido parecía una mujer de alta alcurnia, pero ante los ojos y los sentidos del jóven brujo no serían motivo de engaños, sabía qué tipo de mujer era, tan solo una simple meretriz.
El hombre se acercó, con aquel traje que solía usar en sus paseos en la ciudad y que le hacían parecer como lo que un día había sido, un hombre de grandes e imponentes amistades dentro del populo, cosa que jamás habría podido conseguir si no fuese por sus contínuas extorsiones.

- Buenas noches, mà chère.

por Invitado Miér Ago 24, 2011 6:42 am

Después de unos minutos, mi respiración se comenzó a normalizar y el dolor del vientre remitió. Cerré los ojos durante unos segundos más apoyando la cabeza en la pared que tenia detrás. No se escuchaba ningún ruido y por lo visto, el borracho que me había perseguido y había intentado aprovecharse de mi había desistido en su intento de encontrarme. No me sorprendería que pronto encontrara a una nueva pobre víctima y que quizás esa no tuviera tanta suerte como yo. Abrí los ojos y mire a mi alrededor, había una leve luz gracias a que no sé porque habían puesto unas pequeñas bombillas en aquellos callejones. Pero era muy poco lo que iluminaban y eso daba a los callejones un aspecto desolador y escalofriante que invitaba a salir de allí volando.
Estaba decidida a salir de allí, cuando escuche unos pasos. Mi cuerpo dio un respingo no tendría nuevas fuerzas para encontrarme de nuevo con “mi amigo” por lo que mire con algo de angustia a la dirección donde se oían los pasos pero me tranquilice al ver que era un hombre. Extremadamente atractivo y por cómo me saludo también muy educado. La verdad es que me atraía con solo verle, pero les pasaría a muchas mujeres. Ese hombre era de veras muy, muy atractivo.

-Buenas noches, Monsieur.

por **Røthgar Sbjören** Jue Sep 01, 2011 2:42 am

Aquel hombre sostuvo la mirada en el piso, y conforme se acercaba a la mujer iba levantando la mirada. Con pasos lentos, decididos, pero con toda la parsimonia del mundo bajo sus pies, deleitándose con cada escalofrío que la muchacha tenía, con cada respingo o susurro caído bajo las órdenes de sus propios labios, en definitiva, aquella noche la haría suya tanto si quería como si no.
La noche estaba cargada de misterios, halos de luces que hacían la estampa más tenebrosa si cabía.

- ¿Dé qué huía si puede saberse..?

Lo cierto era que aquel vagabundo tan solo se trataba de un gato, bajo el hechizo de ilusión que el mismo brujo le había causado, la muchacha había guiado sus pasos hacia el punto que él creía correcto. El era alguien despiadado, alguien con un par de dedos en la frente como para no arrepentirse del daño causado, o tan listo como para jamás pedir perdón.
El muchacho, sin decir ni una sola palabra más, con aquel elegante y apuesto don de gentes, atractivo o como se le quiera llamar se giró de medio lado y ofreció su brazo a la mujer.

- ¿Gusta dar un paseo..?

por Invitado Jue Sep 01, 2011 3:58 pm

Le miraba a los ojos, eran unos ojos penetrantes sin duda pero que hacían que una corriente eléctrica recorriese su cuerpo de arriba abajo. Donde yo estaba la luz llegaba muy tenue eso hacía que el callejón tuviera un halo fantasmal… peligroso… y yo se suponía que tener miedo pero… ¡¡no lo tenía!! Eso no era normal, pero después de lo que me había pasado podía sentirme tranquila en aquella situación… al menos por ahora. Pero cuando me pregunto de que había escapado no pude evitar que un escalofrió me recorriera al recordar a ese hombre que había intentado atraparme.

-Bueno… un hombre que estaba borracho me seguía… y creo que ambos podemos imaginar sus intenciones… la verdad es que no ha sido muy agradable…

Dije sonriéndole tiernamente, aquel hombre me atraía pero no iba a decirlo en voz alta por supuesto. Me mantenía apoyada en la pared en la misma posición que aquel hombre me había encontrado. Pero cuando escuche lo del paseo, sonreí y me acerque a él con gráciles pasos agarrándose a su brazo.

-Por supuesto, Monsieur.

Dije mientras empezábamos a andar. Me sentía bien a su lado pero ansiaba saber su nombre era algo que siempre me llamaba la atención de los demás y casi siempre preguntaba.

-¿Puedo… saber su nombre?

por Contenido patrocinado

Callejones peligrosos (Darien)

Callejones peligrosos (Darien)

L'esprit des gens

Re: Callejones peligrosos (Darien)

Re: Callejones peligrosos (Darien)

Re: Callejones peligrosos (Darien)

Re: Callejones peligrosos (Darien)