AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
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En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Correr. Era lo único que pasaba por su cabeza mientras se alejaba de los gritos del edificio. Correr y esconderse. Dentro de la nube tóxica que habían creado los medicamentos en su cerebro embotado, sabía que aquella era su única oportunidad de huir para siempre del infierno. Aunque debía estar muerta para estar en el infierno y ella se sentía viva. Viva por primera vez en mucho tiempo. Y dolorida. Los últimos golpes la habían dejado casi inválida. Casi temió no poder escaparse, pero la necesidad se sobrepuso a la agonía y por fin estaba libre. ¡Libre!
Nunca más la pegarían. Nunca más tendría que actuar como la gente normal. Seguiría sus propias normas, sus propias reglas. Nadie volvería a tocarla. ¡Jamás!
El ladrido de los perros dio fuerzas a sus piernas entumecidas y corrió como alma que lleva el diablo. Se levantó el camisón blanco hasta las caderas y dejó que sus pies la llevaran por terrenos escabrosos, donde tropezaba y caía y volvía a tropezar y volvía a caer. Limpió la sangre con la tela y no se apoyó en lugares donde podía dejar marca. Estaba loca, pero no era idiota y no dejaría que la atraparan de nuevo.
Llegó a un arroyo que se deslizaba pacífico en su cauce. No dudó en meterse en él y caminar contra la corriente. Varios pasos río arriba se dejó caer en la orilla opuesta. Descansó unos minutos y se metió de nuevo. Esta vez, agarró un pequeño tronco y dejó que la corriente la llevara. El griterío se perdió. Los sonidos del bosque la arrullaron hasta que el cansancio la pudo.
La despertó el agua colándose por su nariz. Abrió los ojos y éstos se le llenaron de agua turbia. Braceó concentrándose en no respirar aunque su pecho se lo pedía a gritos. Cuando estaba a punto de exhalar un aliento que la habría matado, su cabeza emergió a la superficie. Se acercó a la orilla, braceando con dificultad, tosiendo y jadeando. Arrastró su maltrecho cuerpo a unos troncos caídos y se dejó caer entre ellos. Sus ojos se cerraron como por propia voluntad, antes siquiera de que su cabeza llegara a tocar el suelo.
Nunca más la pegarían. Nunca más tendría que actuar como la gente normal. Seguiría sus propias normas, sus propias reglas. Nadie volvería a tocarla. ¡Jamás!
El ladrido de los perros dio fuerzas a sus piernas entumecidas y corrió como alma que lleva el diablo. Se levantó el camisón blanco hasta las caderas y dejó que sus pies la llevaran por terrenos escabrosos, donde tropezaba y caía y volvía a tropezar y volvía a caer. Limpió la sangre con la tela y no se apoyó en lugares donde podía dejar marca. Estaba loca, pero no era idiota y no dejaría que la atraparan de nuevo.
Llegó a un arroyo que se deslizaba pacífico en su cauce. No dudó en meterse en él y caminar contra la corriente. Varios pasos río arriba se dejó caer en la orilla opuesta. Descansó unos minutos y se metió de nuevo. Esta vez, agarró un pequeño tronco y dejó que la corriente la llevara. El griterío se perdió. Los sonidos del bosque la arrullaron hasta que el cansancio la pudo.
La despertó el agua colándose por su nariz. Abrió los ojos y éstos se le llenaron de agua turbia. Braceó concentrándose en no respirar aunque su pecho se lo pedía a gritos. Cuando estaba a punto de exhalar un aliento que la habría matado, su cabeza emergió a la superficie. Se acercó a la orilla, braceando con dificultad, tosiendo y jadeando. Arrastró su maltrecho cuerpo a unos troncos caídos y se dejó caer entre ellos. Sus ojos se cerraron como por propia voluntad, antes siquiera de que su cabeza llegara a tocar el suelo.
Solange- Humano Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Durante toda su vida había sido un errante, no porque cometiese muchos errores, sino porque siempre había vagado de un lugar a otro; sin un lugar al que pudiese llamar con total orgullo "hogar". Siempre intentando ganarse la vida del modo más ingenioso y con los menos problemas posibles.
A pesar de ser un errante, le dolían los pies. Había pensado, equivocadamente, que se encontraba muy cerca de la ciudad, pero una de dos: o se había desviado y se encontraba dando vueltas en círculos (cosa que dudaba, puesto que siempre había tenido una excelente orientación), o medir distancias no era lo suyo. Empezaba a anochecer... de nuevo. La noche anterior se había entretenido demasiado con la mujer desnuda con la que se había cruzado (hubiese sido un loco de no entretenerse) y, lógicamente, había tenido que hacer un alto en el camino... hecho que lo había retrasado más de lo debido. ¿Pero qué importaba eso cuando nadie lo esperaba allí adonde iba? ¿qué eran una par de horas más o menos?
Sacó una cantimplora del saco que llevaba y bebió con sed... hasta que la última gota rodó por su garganta y la cantimplora quedó vacía.
-¡Maldición! -resopló y deshizo el camino hasta que volvió a ubicar el arroyo que había dejado atrás, a unos pocos metros. Llenaría la cantimplora y pasaría la noche allí, cerca de la orilla. Reemprendería el camino nada más amaneciese.
Se acercó al arroyo silbando una canción y se dejó caer de rodillas en la orilla para llenar el recipiente de agua. Miró a su alrededor...
Y dejó de silbar.
Había un bulto blanco a unos metros de él. La cantimplora se le escapó de las manos y tuvo que lanzarse literalmente tras ella. Por suerte, la cogió, pero terminó completamente mojado.
Miró de nuevo hacia el bulto blanco y, mientras enroscaba el tapón de la cantimplora, caminó en su dirección. No se movía, podía ser simplemente un trozo de tela o un fardo de ropa o...
Escuchó el quejido. Sorprendentemente lo escuchó, a pesar de lo bajo que había sonado. Dejó de caminar con precaución y recorrió los últimos metros con mayor rapidez...
Se arrodilló junto al bulto y apoyó las manos en él para hacerlo rodar. Al girarlo, la poca luz que aún quedaba del día reveló el cuerpo de una mujer. Si no hubiese soltado el quejido, habría pensado que estaba muerta, pues su piel estaba tan pálida como la de un cadáver.
-¿Se encuentra bien? -era evidente que no-. ¿Puede oirme? -palmeó sus mejillas.
A pesar de ser un errante, le dolían los pies. Había pensado, equivocadamente, que se encontraba muy cerca de la ciudad, pero una de dos: o se había desviado y se encontraba dando vueltas en círculos (cosa que dudaba, puesto que siempre había tenido una excelente orientación), o medir distancias no era lo suyo. Empezaba a anochecer... de nuevo. La noche anterior se había entretenido demasiado con la mujer desnuda con la que se había cruzado (hubiese sido un loco de no entretenerse) y, lógicamente, había tenido que hacer un alto en el camino... hecho que lo había retrasado más de lo debido. ¿Pero qué importaba eso cuando nadie lo esperaba allí adonde iba? ¿qué eran una par de horas más o menos?
Sacó una cantimplora del saco que llevaba y bebió con sed... hasta que la última gota rodó por su garganta y la cantimplora quedó vacía.
-¡Maldición! -resopló y deshizo el camino hasta que volvió a ubicar el arroyo que había dejado atrás, a unos pocos metros. Llenaría la cantimplora y pasaría la noche allí, cerca de la orilla. Reemprendería el camino nada más amaneciese.
Se acercó al arroyo silbando una canción y se dejó caer de rodillas en la orilla para llenar el recipiente de agua. Miró a su alrededor...
Y dejó de silbar.
Había un bulto blanco a unos metros de él. La cantimplora se le escapó de las manos y tuvo que lanzarse literalmente tras ella. Por suerte, la cogió, pero terminó completamente mojado.
Miró de nuevo hacia el bulto blanco y, mientras enroscaba el tapón de la cantimplora, caminó en su dirección. No se movía, podía ser simplemente un trozo de tela o un fardo de ropa o...
Escuchó el quejido. Sorprendentemente lo escuchó, a pesar de lo bajo que había sonado. Dejó de caminar con precaución y recorrió los últimos metros con mayor rapidez...
Se arrodilló junto al bulto y apoyó las manos en él para hacerlo rodar. Al girarlo, la poca luz que aún quedaba del día reveló el cuerpo de una mujer. Si no hubiese soltado el quejido, habría pensado que estaba muerta, pues su piel estaba tan pálida como la de un cadáver.
-¿Se encuentra bien? -era evidente que no-. ¿Puede oirme? -palmeó sus mejillas.
Joel Farren- Humano Clase Media
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Volvía a estar en su cuarto del sanatorio y los celadores la sacudían para que despertara. De nuevo la habían lanzado un cubo de agua porque estaba empapada y el frío se le colaba hasta los huesos. Los golpes de la última azotaina le dolían, pero no tanto como las ateridas articulaciones. Al principio ni siquiera intentó alzar los brazos para protegerse. Estaban rígidos contra su pecho. No era la primera vez que la ataban así: los brazos cruzados y las mangas de la camisa anudadas a su espalda. Lo odiaba, más que cuando la sujetaban los brazos sobre la cabeza.
Entreabrió los ojos, pero algo parecía habérselos pegado. Quizá la propia suciedad. O el cansancio. El caso es que la estaban sacudiendo y golpeando el rostro y tenía que despertarse antes de que le hicieran mucho más daño. Aquello casi era gentil en comparación a otros amaneceres. Despegó los ojos con fuerza de voluntad más que otra cosa y no reconoció el rostro del hombre que se cernía sobre ella. No tenía un rostro aterrador, pero pronto había aprendido que allí dentro no podías confiar en nadie. Gimoteó para hacerle ver que ya estaba despertándose.
Entonces se fijó en que la débil luz que había a la espalda del hombre no era la del amanecer, sino la del crepúsculo. No estaba encerrada en ningún cuarto, sus brazos estaban rígidos por el frío y no por las ataduras. Recordó la carrera de aquel día, su zambullida en el río y los troncos en los que se había refugiado y en los que la había encontrado. Era libre. Y no volverían a encerrarla nunca.
Con una fuerza nacida de la desesperación, golpeó la mano que la sacudía. En un acto reflejo, giró el rostro hacia la otra, la que le acariciaba el rostro, y mordió los dedos hasta que sintió el cálido sabor de la sangre en su boca.
Entreabrió los ojos, pero algo parecía habérselos pegado. Quizá la propia suciedad. O el cansancio. El caso es que la estaban sacudiendo y golpeando el rostro y tenía que despertarse antes de que le hicieran mucho más daño. Aquello casi era gentil en comparación a otros amaneceres. Despegó los ojos con fuerza de voluntad más que otra cosa y no reconoció el rostro del hombre que se cernía sobre ella. No tenía un rostro aterrador, pero pronto había aprendido que allí dentro no podías confiar en nadie. Gimoteó para hacerle ver que ya estaba despertándose.
Entonces se fijó en que la débil luz que había a la espalda del hombre no era la del amanecer, sino la del crepúsculo. No estaba encerrada en ningún cuarto, sus brazos estaban rígidos por el frío y no por las ataduras. Recordó la carrera de aquel día, su zambullida en el río y los troncos en los que se había refugiado y en los que la había encontrado. Era libre. Y no volverían a encerrarla nunca.
Con una fuerza nacida de la desesperación, golpeó la mano que la sacudía. En un acto reflejo, giró el rostro hacia la otra, la que le acariciaba el rostro, y mordió los dedos hasta que sintió el cálido sabor de la sangre en su boca.
Solange- Humano Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Dejó escapar un suspiró de alivio cuando vio que la joven abría los ojos y soltaba otro quejido. Estaba viva. Tal vez mojada, helada y magullada, pero viva. Joel curvó la boca en una sonrisa, mezcla de alivio y nerviosismo. ¿Qué iba a hacer ahora con ella? ¿Qué te...
-¡Mierda! -se echó hacia atrás cuando los dientes de la joven se hundieron en su carne y esa reacción no ayudó en nada. Como ocurría cuando te mordía un perro, era mejor no tirar o la piel acabaría desgarrándose. La mandíbula de la joven no tenía tanta fuerza como la de un canino, pero había hundido los dientes con la suficiente fuerza como para atravesarle la piel-. ¡Suélte! No voy a hacerle daño ¡lo juro! Abra la boca y suélteme.
Los enormes ojos de la joven estaban abiertos de par en par y se movían nerviosos, como perdidos. No se enfocaban en él, parecían no verle. Joel vio el miedo en sus ojos. Estaba asustada. No... más exacto sería decir que estaba aterrada. Nunca antes había visto aquella mirada en otra persona.
-Escúcheme. Me llamo Joel Farren y me he acercado para ayudarla -dios, le estaba costando un infierno hablar con aquella fingida tranquilidad cuando el intenso dolor del mordisco empezaba a extenderse por su brazo-. No pienso hacerle daño. Sólo quiero ayudarla. Sólo eso.
Dios santo, estas cosas sólo podían pasarle a él.
-¡Mierda! -se echó hacia atrás cuando los dientes de la joven se hundieron en su carne y esa reacción no ayudó en nada. Como ocurría cuando te mordía un perro, era mejor no tirar o la piel acabaría desgarrándose. La mandíbula de la joven no tenía tanta fuerza como la de un canino, pero había hundido los dientes con la suficiente fuerza como para atravesarle la piel-. ¡Suélte! No voy a hacerle daño ¡lo juro! Abra la boca y suélteme.
Los enormes ojos de la joven estaban abiertos de par en par y se movían nerviosos, como perdidos. No se enfocaban en él, parecían no verle. Joel vio el miedo en sus ojos. Estaba asustada. No... más exacto sería decir que estaba aterrada. Nunca antes había visto aquella mirada en otra persona.
-Escúcheme. Me llamo Joel Farren y me he acercado para ayudarla -dios, le estaba costando un infierno hablar con aquella fingida tranquilidad cuando el intenso dolor del mordisco empezaba a extenderse por su brazo-. No pienso hacerle daño. Sólo quiero ayudarla. Sólo eso.
Dios santo, estas cosas sólo podían pasarle a él.
Joel Farren- Humano Clase Media
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Rió, aún con los dientes aferrados a su carne. Le aferró el brazo y lo arañó con las uñas rotas. Esperaba los golpes que vendrían a continuación. Cerró los ojos con fuerza, pero no soltó la mano. No lo haría hasta que fuera estrictamente necesario. El hombre le gritaba en un tono fuerte. Sin embargo, no sintió ningún puño estampándose contra su piel. Tan solo la cadencia hipnótica de su voz que parecía querer decirle algo.
-Escúcheme. Me llamo Joel Farren y me he acercado para ayudarla -el siseo que se escapó de su boca le hizo detenerse-. No pienso hacerle daño. Sólo quiero ayudarla. Sólo eso.
El mensaje se fue internando en su abotargado cerebro, pero fueron más bien sus maneras prudentes y que no había vuelto a ponerle una mano encima lo que le hicieron soltar el agarre de los dientes. Se alejó de él en el acto, apoyando la espalda sobre uno de los troncos caídos, acuclillada en el suelo. Ni siquiera se le ocurrió correr. Cuando se había enfrentado con otras personas, nunca había tenido la oportunidad. Ahora, con todo aquel espacio a su alrededor, no se le pasó por la cabeza. Aquella situación, ella agazapada contra algo sólido, sí que le era conocida.
Su respiración era rápida, errática y superficial. Sentía que después de todos los encierros que había vivido, nunca más el aire fresco podría llenar sus pulmones. Y tampoco sabía qué hacer a continuación. Sólo podía esperar y ver qué era lo que el desconocido pretendía hacerle. Entonces, actuaría en consecuencia.
-Escúcheme. Me llamo Joel Farren y me he acercado para ayudarla -el siseo que se escapó de su boca le hizo detenerse-. No pienso hacerle daño. Sólo quiero ayudarla. Sólo eso.
El mensaje se fue internando en su abotargado cerebro, pero fueron más bien sus maneras prudentes y que no había vuelto a ponerle una mano encima lo que le hicieron soltar el agarre de los dientes. Se alejó de él en el acto, apoyando la espalda sobre uno de los troncos caídos, acuclillada en el suelo. Ni siquiera se le ocurrió correr. Cuando se había enfrentado con otras personas, nunca había tenido la oportunidad. Ahora, con todo aquel espacio a su alrededor, no se le pasó por la cabeza. Aquella situación, ella agazapada contra algo sólido, sí que le era conocida.
Su respiración era rápida, errática y superficial. Sentía que después de todos los encierros que había vivido, nunca más el aire fresco podría llenar sus pulmones. Y tampoco sabía qué hacer a continuación. Sólo podía esperar y ver qué era lo que el desconocido pretendía hacerle. Entonces, actuaría en consecuencia.
Solange- Humano Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Estuvo rezando mentalmente mientras la miraba, rogando que aflojase la mandíbula de una maldita vez. No sentía ningún deseo de quedarse sin dedos y, al paso que iba, la joven parecía empeñada en no soltarlo hasta conseguirlo. De hecho, ya había perdido la sensibilidad en los dedos; eso o que ya se había acostumbrado al dolor y era capaz de ignorarlo.
No fue ni una cosa ni la otra. Cuando la joven finalmente separó los dientes y lo soltó, un intenso dolor se instaló en su mano, los dedos empezaron a palpitar al mismo ritmo que el corazón bombeaba en su pecho.
-¡Dios santo! -se dobló sobre sí mismo mientras se envolvía la mano herida con la otra y esperaba que pasara el dolor. Uno pensaría que el mordisco de una persona no podía doler tanto, pero la sangre que empezaba a empaparle la mano sana demostraba que, de hecho, sí podía hacer mucho daño. Más si la persona en cuestión que mordía lo hacía con semejante rabia.
Tras varios segundos, o minutos, o horas... el dolor remitió y Joel levantó la cabeza. Eso sí, sin soltarse aún los dedos. Se sorprendió al verla aún allí, acurrucada a tan sólo unos metros. Era extraño que no hubiese salido huyendo; mucho más, después de la reacción que había tenido.
Durante un momento, ambos se miraron fijamente. Sin decirse nada, hasta que finalmente fue Joel el que rompió el silencio.
-¿Está pensando en cómo disculparse por lo que ha hecho?
No fue ni una cosa ni la otra. Cuando la joven finalmente separó los dientes y lo soltó, un intenso dolor se instaló en su mano, los dedos empezaron a palpitar al mismo ritmo que el corazón bombeaba en su pecho.
-¡Dios santo! -se dobló sobre sí mismo mientras se envolvía la mano herida con la otra y esperaba que pasara el dolor. Uno pensaría que el mordisco de una persona no podía doler tanto, pero la sangre que empezaba a empaparle la mano sana demostraba que, de hecho, sí podía hacer mucho daño. Más si la persona en cuestión que mordía lo hacía con semejante rabia.
Tras varios segundos, o minutos, o horas... el dolor remitió y Joel levantó la cabeza. Eso sí, sin soltarse aún los dedos. Se sorprendió al verla aún allí, acurrucada a tan sólo unos metros. Era extraño que no hubiese salido huyendo; mucho más, después de la reacción que había tenido.
Durante un momento, ambos se miraron fijamente. Sin decirse nada, hasta que finalmente fue Joel el que rompió el silencio.
-¿Está pensando en cómo disculparse por lo que ha hecho?
Joel Farren- Humano Clase Media
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Solange se encogió al oír esa palabra y el tono de voz con el que la había pronunciado. No quería disculparse. Disculparse significaba un intercambio insatisfactorio de actos y palabras. El los disfrutaría. Pero ella odiaría cada momento. Nunca le habían gustado las disculpas. Se fijó en su altura y la envergadura de sus hombros. Estaba claro que no podría escapar de él. Ni podría con él en caso de enzarzarse en una pelea. Los ojos se le llenaron de lágrimas y un sollozo se escapó de su garganta.
- No quiero -musitó con la voz casi rota por el silencio de días-. No me gusta.
Otras veces, rogar no había dado resultado. Imaginaba que esta vez no sería diferente. Así que no pospuso más lo inevitable. Cuanto antes pasara, antes podría ella alejarse de allí.
Se arrastró lentamente hacia él, apoyándose en las manos y las rodillas, sin importarle quedar llena de tierra. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y le temblaban los labios. ¿Por qué? ¿Por qué cuando había estado tan cerca de alejarse de todo aquello, de todo lo que hacía la gente normal, tenía que haberla encontrado?
Cuando estuvo a los pies del hombre, le miró nuevamente a los ojos. Él tampoco parecía muy entusiasmado con el espectáculo que estaba viendo, pero no le dio importancia. En breve empezaría a gustarle. Llevó la mano a sus pantalones y lo tocó por encima de la tela.
- No quiero -musitó con la voz casi rota por el silencio de días-. No me gusta.
Otras veces, rogar no había dado resultado. Imaginaba que esta vez no sería diferente. Así que no pospuso más lo inevitable. Cuanto antes pasara, antes podría ella alejarse de allí.
Se arrastró lentamente hacia él, apoyándose en las manos y las rodillas, sin importarle quedar llena de tierra. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y le temblaban los labios. ¿Por qué? ¿Por qué cuando había estado tan cerca de alejarse de todo aquello, de todo lo que hacía la gente normal, tenía que haberla encontrado?
Cuando estuvo a los pies del hombre, le miró nuevamente a los ojos. Él tampoco parecía muy entusiasmado con el espectáculo que estaba viendo, pero no le dio importancia. En breve empezaría a gustarle. Llevó la mano a sus pantalones y lo tocó por encima de la tela.
Solange- Humano Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Cuando la mujer empezó a llorar, miró a su alrededor sin saber qué hacer. Nunca se le había dado bien eso de consolar a las mujeres con palabras. Ya le había dejado claro que no iba a hacerle daño; de hecho, él era el que había salido herido. Tal vez había sido un poco brusco al exigirle la disculpa, pero lo veía del todo lógico después del mordisco que le había dado. ¿Qué tenía que decir para que dejara de llorar de ese modo? Verla tan afligida, aún sin conocerla, le estaba haciendo un nudo en la garganta.
-No quiero. No me gusta.
Le costó entender lo que había dicho. La joven había murmurado con esfuerzo, casi como si le costase hablar o como si hiciese mucho tiempo que no lo hacía. Su voz sonaba tan atormentada como parecía estarlo ella. ¿Qué demonios le había ocurrido?
Se disponía preguntárselo, pero de repente ella se movió y empezó a acercarse hacia él, gateando. Joel se echó hacia atrás, apoyando ambas manos detrás de su cuerpo. No pensaba dejarlas de nuevo al alcance de su boca.
Pero frunció el ceño al observarla. No tenía pinta de querer atacarlo, las lágrimas seguían deslizándose por sus mejillas pálidas y manchadas de tierra y le temblaba la barbilla de un modo incontrolable. Por un momento, le recordó a uno de esos niños de la calle con los que se había cruzado cuando...
-¿Qué demo...? ¡No! -se apresuró a capturar la mano femenina y la miró sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo-. ¿Qué está haciendo?
El asunto se ponía serio. Una cosa era atacarlo a él; otra muy diferente, querer atentar contra la integridad de sus partes.
-No quiero. No me gusta.
Le costó entender lo que había dicho. La joven había murmurado con esfuerzo, casi como si le costase hablar o como si hiciese mucho tiempo que no lo hacía. Su voz sonaba tan atormentada como parecía estarlo ella. ¿Qué demonios le había ocurrido?
Se disponía preguntárselo, pero de repente ella se movió y empezó a acercarse hacia él, gateando. Joel se echó hacia atrás, apoyando ambas manos detrás de su cuerpo. No pensaba dejarlas de nuevo al alcance de su boca.
Pero frunció el ceño al observarla. No tenía pinta de querer atacarlo, las lágrimas seguían deslizándose por sus mejillas pálidas y manchadas de tierra y le temblaba la barbilla de un modo incontrolable. Por un momento, le recordó a uno de esos niños de la calle con los que se había cruzado cuando...
-¿Qué demo...? ¡No! -se apresuró a capturar la mano femenina y la miró sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo-. ¿Qué está haciendo?
El asunto se ponía serio. Una cosa era atacarlo a él; otra muy diferente, querer atentar contra la integridad de sus partes.
Joel Farren- Humano Clase Media
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Agitó la mano para que le soltara la muñeca, pero su agarre era fuerte y no parecía dispuesto a dejarla ir. ¿Por qué le hacía eso? ¿Es que pretendía que hiciera algo más antes de darle placer? Por favor, lo único que quería era acabar con aquello y que la dejara ir.
-Disculparme -murmuró-. Intento disculparme, pero necesito la mano
De sus ojos seguían cayendo lágrimas, pero intentó no imprimir emoción en su voz ni en su rostro. A los hombres nunca les había gustado que se pusiera lastimera. Lo que mejor había aprendido durante todo su encierro era a vaciarse de sentimientos y emociones cuando trataba con ellos. Lo hacía todo mucho más fácil. Al acordarse de algunas de las cosas que la habían obligado a hacer cuando cometía errores, se dio cuenta de lo que él podría querer.
-¿Lo quieres con la boca, es eso? -preguntó directamente, sin inmutarse-: Aún así necesito la mano para bajarte los pantalones. A no ser que quieras hacerlo tú
-Disculparme -murmuró-. Intento disculparme, pero necesito la mano
De sus ojos seguían cayendo lágrimas, pero intentó no imprimir emoción en su voz ni en su rostro. A los hombres nunca les había gustado que se pusiera lastimera. Lo que mejor había aprendido durante todo su encierro era a vaciarse de sentimientos y emociones cuando trataba con ellos. Lo hacía todo mucho más fácil. Al acordarse de algunas de las cosas que la habían obligado a hacer cuando cometía errores, se dio cuenta de lo que él podría querer.
-¿Lo quieres con la boca, es eso? -preguntó directamente, sin inmutarse-: Aún así necesito la mano para bajarte los pantalones. A no ser que quieras hacerlo tú
Solange- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Se quedó estupefacto cuando finalmente comprendió cuál era su intención. ¿Realmente pretendía...? ¿Cómo era posible que...? La miró con el corazón en la garganta. Fácilmente, podría pensar que era una prostituta, pero las prostitutas no actuaban de ese modo. No lloraban así, no tenían esa mirada desconsolada, no parecían a punto de ir a sacrificio. Conocía bien a las cortesanas, se había criado entre ellas y estaba completamente seguro de que esta joven no era una de ellas.
Entonces, quién era. Y lo más importante ¿qué diablos le había pasado? ¿tal vez algún caminante había abusado de ella? La recorrió con los ojos y se fijó en los moretones que tenía en los brazos y el cuello; no parecían recientes.
-Dios santo... -murmuró mientras soltaba su mano y se alejaba de ella, arrastrando el trasero sobre la tierra húmeda-. Me conformo con un un simple "lo siento, no lo volveré a hacer". No necesita chu... hacer eso -ladeó la cabeza y la miró con curiosidad-. ¿Qué hace aquí sola?
Entonces, quién era. Y lo más importante ¿qué diablos le había pasado? ¿tal vez algún caminante había abusado de ella? La recorrió con los ojos y se fijó en los moretones que tenía en los brazos y el cuello; no parecían recientes.
-Dios santo... -murmuró mientras soltaba su mano y se alejaba de ella, arrastrando el trasero sobre la tierra húmeda-. Me conformo con un un simple "lo siento, no lo volveré a hacer". No necesita chu... hacer eso -ladeó la cabeza y la miró con curiosidad-. ¿Qué hace aquí sola?
Joel Farren- Humano Clase Media
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
¡Ah! Así que era eso. Se haría de rogar, pero ella tendría que acabar haciéndolo igualmente. Había jugado a muchos juegos con su primo y los celadores. No imaginaba que desconocía las reglas de algunos de ellos. Y, por supuesto, quería las palabritas. Decir "lo siento" nunca había sido suficiente, pero siempre había tenido que repetirlo, una y otra vez, siempre que las acciones del momento se lo permitían.
-Lo siento, señor, no era mi intención morderle -eso era otra cosa que dolía de las disculpas: la mentira.
Gateó hasta su cintura y de nuevo adelantó la mano hasta la parte abultada de sus pantalones. Tampoco demasiado. Por lo general, llegados a este punto, los hombres parecían rocas ahí. No llegó a tocarle. A lo mejor quería primero una muestra por encima de la ropa.
-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... -y continuó con la letanía hasta que apoyó los labios sobre los pantalones del hombre, por encima de su sexo.
-Lo siento, señor, no era mi intención morderle -eso era otra cosa que dolía de las disculpas: la mentira.
Gateó hasta su cintura y de nuevo adelantó la mano hasta la parte abultada de sus pantalones. Tampoco demasiado. Por lo general, llegados a este punto, los hombres parecían rocas ahí. No llegó a tocarle. A lo mejor quería primero una muestra por encima de la ropa.
-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... -y continuó con la letanía hasta que apoyó los labios sobre los pantalones del hombre, por encima de su sexo.
Solange- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
-¡Por Dios santo! -exclamó casi en un grito cuando ella literalmente se le tiró encima y apretó el rostro contra sus partes íntimas. La cogió de los hombros e intentó apartarla de sí, pero ella hacía fuerza en dirección contraria. Parecía que tenía un imán en la boca que la atraía hacia su regazo-. Le he dicho que no necesita hacer eso. No tienen que... -no quería hacerle daño, pero tuvo que hundir los dedos con firmeza en sus hombros para lograr mantenerla alejada de él-. Escúcheme. Míreme a los ojos -ella parecía no escucharle-. No quiero que me haga eso, ¿lo entiende?
Pero, por todos los diablos, ¿con quién se había cruzado? Ella seguía sin querer alzar los ojos hacia él y Joel no podía hacer otra cosa que no fuera sujetarla para que no volviese a intentar complacerlo. No entendía absolutamente nada, ¿cómo había acabado así teniendo en cuenta cómo había empezado todo? ¡Por Dios! Aún sentía las palpitaciones en los dedos.
Respiró hondo. Contó hasta diez. Volvió a respirar hondo. Y volvió a contar hasta diez. Pero seguía sin saber qué hacer. La joven seguía como desquiciada. Y respirar hondo no estaba solucionando absolutamente nada. ¿Quién era el imbécil que había dicho que los problemas se veían de otro modo cuando uno se serenaba?
-Míreme -le pidió de nuevo, pero la joven seguía como ida-. ¡Míreme de una vez!
Pero, por todos los diablos, ¿con quién se había cruzado? Ella seguía sin querer alzar los ojos hacia él y Joel no podía hacer otra cosa que no fuera sujetarla para que no volviese a intentar complacerlo. No entendía absolutamente nada, ¿cómo había acabado así teniendo en cuenta cómo había empezado todo? ¡Por Dios! Aún sentía las palpitaciones en los dedos.
Respiró hondo. Contó hasta diez. Volvió a respirar hondo. Y volvió a contar hasta diez. Pero seguía sin saber qué hacer. La joven seguía como desquiciada. Y respirar hondo no estaba solucionando absolutamente nada. ¿Quién era el imbécil que había dicho que los problemas se veían de otro modo cuando uno se serenaba?
-Míreme -le pidió de nuevo, pero la joven seguía como ida-. ¡Míreme de una vez!
Joel Farren- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Solange no pudo esconder el sollozo por más tiempo y lo soltó mientras se erguía como un resorte para alejarse de esas manos que volvían a tocarla.
-¡¿Pero no ha dicho que quería una maldita disculpa?! -gritó, apartándose hacia la seguridad del tronco a su espalda, maldiciéndose a sí misma en el acto.
Le había gritado. Se había atrevido a alzar la voz contra él y ese señor parecía mucho más fuerte que ella. Si decidía hacerla daño por su salida de tono lo más probable era que lo lamentara durante mucho mucho tiempo. Pero lo cierto era que él parecía tan horrorizado como su tono evidenciaba. Igual que se había mostrado ella la primera vez que tuvo que hacerlo. Otra idea se le pasó por la cabeza.
-¿Usted también está loco, es eso? -preguntó con más suavidad, ladeando la cabeza con los ojos muy abiertos para no perderse detalle de su reacción-. ¿Tampoco sabe cómo se comporta la gente normal?
-¡¿Pero no ha dicho que quería una maldita disculpa?! -gritó, apartándose hacia la seguridad del tronco a su espalda, maldiciéndose a sí misma en el acto.
Le había gritado. Se había atrevido a alzar la voz contra él y ese señor parecía mucho más fuerte que ella. Si decidía hacerla daño por su salida de tono lo más probable era que lo lamentara durante mucho mucho tiempo. Pero lo cierto era que él parecía tan horrorizado como su tono evidenciaba. Igual que se había mostrado ella la primera vez que tuvo que hacerlo. Otra idea se le pasó por la cabeza.
-¿Usted también está loco, es eso? -preguntó con más suavidad, ladeando la cabeza con los ojos muy abiertos para no perderse detalle de su reacción-. ¿Tampoco sabe cómo se comporta la gente normal?
Solange- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
¿Loco? Hasta ahora no había dudado nunca de su cordura, pero aquella mujer empezaba a hacerle dudar. La observó alejarse y apretarse contra el tronco de un árbol, como si quisiera fundirse con la corteza y simplemente desaparecer. Bueno, al menos había dado muestras de oírle y había reaccionado de algún modo. Y, por suerte, había dejado de insistir en tocarle.
-Le he dicho que un "lo siento" era más que suficiente, ¿dónde demonios se ha criado? -echó mano a toda su paciencia e intentó hablarle en un tono amable, no quería alterarla de nuevo-: ¿No se considera normal? Yo la observo y no veo nada anormal en usted.
A parte, claro, de la extrema delgadez que mostraba, el color el enfermizo de su piel y los moretones que cubrían su cuerpo. Pero... ¿qué se escondía detrás de aquellos ojos perdidos? Joder, tenía toda la pinta de haber escapado de un sanatorio para enfermos ment...
Oh, mierda, no podía ser. Soltó un suspiro y se frotó la cabeza con la mano sana, luego se tomó su tiempo para rebuscar en el saco que llevaba en la espalda y sacar un pañuelo limpio. Con parsimonia, empezó a vendarse los dedos. Sin mirarla. Tratando de aclararse las ideas.
¿Realmente estaba ante una mujer que había escapado de un sanatorio mental? Por lo que había escuchado, había uno a varios kilómetro de distancia.
-¿Qué hace aquí sola?
-Le he dicho que un "lo siento" era más que suficiente, ¿dónde demonios se ha criado? -echó mano a toda su paciencia e intentó hablarle en un tono amable, no quería alterarla de nuevo-: ¿No se considera normal? Yo la observo y no veo nada anormal en usted.
A parte, claro, de la extrema delgadez que mostraba, el color el enfermizo de su piel y los moretones que cubrían su cuerpo. Pero... ¿qué se escondía detrás de aquellos ojos perdidos? Joder, tenía toda la pinta de haber escapado de un sanatorio para enfermos ment...
Oh, mierda, no podía ser. Soltó un suspiro y se frotó la cabeza con la mano sana, luego se tomó su tiempo para rebuscar en el saco que llevaba en la espalda y sacar un pañuelo limpio. Con parsimonia, empezó a vendarse los dedos. Sin mirarla. Tratando de aclararse las ideas.
¿Realmente estaba ante una mujer que había escapado de un sanatorio mental? Por lo que había escuchado, había uno a varios kilómetro de distancia.
-¿Qué hace aquí sola?
Joel Farren- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Dudó antes de responder. ¿Seguro que quería que ese hombre tuviera algún tipo de información sobre ella? Además, ¿a él qué diablos le importaba lo que hiciera allí? Por un momento se pegó aún más al tronco, apretando los dientes y mirándole por entre las pestañas con una mueca de rebeldía. Apretó la corteza, clavándosela en los dedos, como si de alguna forma pudiera mantenerla segura. El la miraba con suspicacia y no parecía dispuesto a irse hasta tener la información.
Soltó un suspiro y apartó la vista. En el sanatorio era peor cuando no contestaba. Los golpes se sucedían hasta que de su boca salían las respuestas que los celadores querían oír. Solange quería irse de allí. Quizá para eso tuviera que comportarse como una persona normal durante un tiempo más. Más tarde, cuando llegara a su destino, podría hacer lo que le viniera en gana.
Volvió de nuevo la vista al hombre y le mantuvo la mirada fija, sin pestañear.
-Voy de camino a París -era lo único que podía decir sin mentir. Mentir no se le daba bien. Por lo general siempre sabían cuando mentía y acababa recibiendo una paliza por eso.
Soltó un suspiro y apartó la vista. En el sanatorio era peor cuando no contestaba. Los golpes se sucedían hasta que de su boca salían las respuestas que los celadores querían oír. Solange quería irse de allí. Quizá para eso tuviera que comportarse como una persona normal durante un tiempo más. Más tarde, cuando llegara a su destino, podría hacer lo que le viniera en gana.
Volvió de nuevo la vista al hombre y le mantuvo la mirada fija, sin pestañear.
-Voy de camino a París -era lo único que podía decir sin mentir. Mentir no se le daba bien. Por lo general siempre sabían cuando mentía y acababa recibiendo una paliza por eso.
Solange- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
Tras anudarse el pañuelo alrededor de los dedos y lanzar la pregunta, Joel levantó la cabeza y clavó su mirada en la joven. Al principio, dudó de que lo hubiese escuchado, luego pensó que simplemente no quería contestar. Tras largos minutos en silencio, llegó a la conclusión de que la mujer no le respondería. Parecía más interesada en lo que rondaba por su cabeza que en lo que él le preguntaba.
Soltando un resoplido, se enderezó, levantándose del suelo, y luego se sacudió de encima la tierra que le manchaba los pantalones.
-Voy de camino a París -la voz de la joven parecía no sonar tan ronca como antes; de hecho, sonaba hasta con más firmeza. Tal vez se debiera a que había dejado de llorar y no se la veía tan afligida.
Alzó las cejas sorprendido, no esperaba que le contestara.
-Vaya, yo también voy hacia allí -de inmediato se arrepintió de haber abierto la boca. Ay, cuánta razón había tenido su madre cuando decía que era todo un bocazas-. Podríamoss hacer el camino juntos. -añadió por mera educación.
Soltando un resoplido, se enderezó, levantándose del suelo, y luego se sacudió de encima la tierra que le manchaba los pantalones.
-Voy de camino a París -la voz de la joven parecía no sonar tan ronca como antes; de hecho, sonaba hasta con más firmeza. Tal vez se debiera a que había dejado de llorar y no se la veía tan afligida.
Alzó las cejas sorprendido, no esperaba que le contestara.
-Vaya, yo también voy hacia allí -de inmediato se arrepintió de haber abierto la boca. Ay, cuánta razón había tenido su madre cuando decía que era todo un bocazas-. Podríamoss hacer el camino juntos. -añadió por mera educación.
Última edición por Joel Farren el Jue Ago 25, 2011 8:17 pm, editado 1 vez
Joel Farren- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 22/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
-No, no quiero
La respuesta salió de sus labios sólo un segundo más tarde de que el hombre hiciera la propuesta. Y por si acaso tenía alguna duda de la veracidad de sus palabras, se agarró más fuerte al tronco del árbol. No tenía intención de dejar que la llevara por la fuerza. Ya se había dejado llevar por demasiadas personas en su vida y no había sido placentero estar con ninguna de ellas.
Él no parecía tan seguro como ella. Su respuesta le había sorprendido, lo veía en su rostro precavido y al mismo tiempo un poco molesto... o quizá aliviado. Era una cosa que no entendía de la gente normal. ¿Por qué hacían un ofrecimiento si luego no tenían intención de aceptar una negativa? O un asentimiento, en ciertos casos. Cortesía, lo llamaban ellos. Solange pensaba que era una estupidez. Si ella no quería hacer una cosa, no la hacía. ¿Por qué diablos había que ser cortés?
La respuesta salió de sus labios sólo un segundo más tarde de que el hombre hiciera la propuesta. Y por si acaso tenía alguna duda de la veracidad de sus palabras, se agarró más fuerte al tronco del árbol. No tenía intención de dejar que la llevara por la fuerza. Ya se había dejado llevar por demasiadas personas en su vida y no había sido placentero estar con ninguna de ellas.
Él no parecía tan seguro como ella. Su respuesta le había sorprendido, lo veía en su rostro precavido y al mismo tiempo un poco molesto... o quizá aliviado. Era una cosa que no entendía de la gente normal. ¿Por qué hacían un ofrecimiento si luego no tenían intención de aceptar una negativa? O un asentimiento, en ciertos casos. Cortesía, lo llamaban ellos. Solange pensaba que era una estupidez. Si ella no quería hacer una cosa, no la hacía. ¿Por qué diablos había que ser cortés?
Solange- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: En algún lugar, cerca de Burdeos... {Priv}
No supo por qué se sintió molesto ante su negativa. De hecho, tendría que haberse alegrado, le había hecho la propuesta por simple obligación, pero sorprendentemente no fue así. Llevarla con él hubiese sido una carga... ¡debería estar dando saltos de alegría!
Pero la idea de dejarla atrás, desprotegida y sola en aquel bosque, no acababa de convencerlo. No quería que pesase sobre su consciencia si algo malo le ocurría. En esta ocasión se había cruzado con él -que se consideraba esencialmente un hombre bueno-, pero la próxima vez podía no tener tanta suerte y encontrarse con alguien que la hierese... más de lo que ya estaba.
-¿Piensa viajar sola? ¿con la única protección de sus dientes? -alzó las cejas y sacudió la cabeza suavemente, negando-. Ni siquiera lleva comida consigo, ni agua. Podría morir treinta quilómetros antes de llegar a París.
¡Por Dios santo! ¿Realmente estaba tratando de convencerla para que viajase con él? ¿qué maldito bicho le había picado?
Pero la idea de dejarla atrás, desprotegida y sola en aquel bosque, no acababa de convencerlo. No quería que pesase sobre su consciencia si algo malo le ocurría. En esta ocasión se había cruzado con él -que se consideraba esencialmente un hombre bueno-, pero la próxima vez podía no tener tanta suerte y encontrarse con alguien que la hierese... más de lo que ya estaba.
-¿Piensa viajar sola? ¿con la única protección de sus dientes? -alzó las cejas y sacudió la cabeza suavemente, negando-. Ni siquiera lleva comida consigo, ni agua. Podría morir treinta quilómetros antes de llegar a París.
¡Por Dios santo! ¿Realmente estaba tratando de convencerla para que viajase con él? ¿qué maldito bicho le había picado?
Joel Farren- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 22/05/2011
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