Eisheth Zenunim

por **Ashanti Pattakie** Miér Ago 24, 2011 1:59 am

Eisheth Zenunim
"Imploras un roce de mis gélidos labios; pero si te beso tus días estaran contados"

Vampiresa 639 años || Búlgara || Clase Media || Heteroflexible

Habilidades
Por Naturaleza
Agilidad y reflejos sobrehumanos; Sentidos aumentados.
Personales
Telepatía; Ilusión; Infringir dolor por medio de la mente.

Descripción Psicológica

Dicen que la maldad se puede justificar pero ¿Cómo? Sus labios están llenos de veneno, cada palabra que despide su aliento quemará la piel y el alma de quien las escuche. La honestidad no es una virtud, es la forma más irracional de desquebrajar las ilusiones de un mortal, cosa que se disfruta en demasía cuando te encuentras de ese lado de la balanza. Arrancar corazones, sentir que tu cuerpo es el deseo constante en las mentes de otros; un juego en el que sin duda alguna, es la mejor. ¿Sentimientos? Basta con mirarla a los ojos para redescubrir en esa mujer lo que carece…

La piedad es una palabra que, desde sus creencias, está de sobra en el infinito léxico humano, no tiene, ni debe porque sentir condescendencia con nadie. Así es, he dicho con nadie. Los humanos son ratas repugnantes que se retuercen en el fango del pecado con cada maldita tentación presentada, ataviada con el placer y es realmente un simple engaño. Sádica e indiferente. Le da exactamente igual arrancarle el corazón a un niño con toda una vida por delante y sueños que alcanzar a quitarle la vida a un maldito violador pederasta. La muerte no discrimina y ella tampoco ¡No es Dios para juzgar!

Bastante ególatra y superficial. Tiene un amor propio y un orgullo bastante alto, si alguien desea burlarse de ella con simples ofensas está completamente perdido, no lo conseguirá nunca. Petulante, atrevida y caprichosa. Si quiere algo, tened la seguridad que lo conseguirá sin importar cuantas cabezas se tengan que sacrificar. Le gusta jugar con la comida antes de beberse hasta su último aliento. Torturar por el simple placer que se ciñe en sus entrañas es un motivo más por el cual amar su condición vampírica. No extraña la luz del sol, aunque reconoce que nada es igual por la noche e incluso ha aceptado que bajo esos rayos dorados se aprecian mucho mejor algunas cosas pero no cambiaría su eternidad por un ver un nuevo amanecer.

Todo el universo se oculta tras un antifaz, pero es ella la única que puede pasar de lo “terrible” a la dulzura en un santiamén y creerle. Le gusta parecer una chica buena, educada e inocente aunque por dentro esté carcajeándose por semejante teatro estúpido. Utiliza sus palabras cuidadosamente, a ciencia cierta, no se sabe si está mintiendo, dice la verdad, sabe lo que dice o simplemente hablar por que puede hacerlo. Su forma de actuar raya en la locura, comportándose como lo que es, una simple niña tratando de llamar la atención. Con esto se ha ganado el desprecio de algunos de los suyos, criaturas imbéciles que no la toman enserio por sus arrebatos infantiles. La verdad va más allá de lo que pueden imaginar.

Directa, desgraciada e inhumana. Dice lo que piensa y lo escupe entre blasfemias. ¿Verdad que sola se contradice? Pues bien, tampoco es que se ande por la vida mintiendo en todo momento, tampoco es que sea una mentirosa compulsiva aunque de eso no estaría tan segura. Actúa de forma independiente y no se sabe con exactitud que es lo que hará después de una “estable” conversación con ella. Puede que quiera desgarrarte la cara pero quizá no lo haga porque le pareces muy lindo y coleccionable ¿No te lo mencioné? Adoptó un fetiche. Los ojos. Será sólo por el color de tus ojos que no te lastimará en el rostro, pero que quede claro que esto no significa que no vaya a matarte.

No cree en el amor y por el infierno que tampoco el odio es algo que sienta por todo el mundo. Del primero se autoproclama inmune, del segundo conocer que es el sentimiento más puro de todos, aquel que no se confunde con ningún otro por más avasallador que sea. Entiende que sólo podría existir una persona a la cual odiar con toda la extensión de la palabra y esa, señores, aún no la conoce. Puede sentir, irritación, discordia y hostilidad hacia alguien, pero no le pidan que los odie porque sería como solicitarle escuchar el latido de su corazón o la respiración de sus pulmones, jodidamente inútil.

Excéntrica, inesperada, obscura, desquiciante, Sarcástica, irónica, contradictoria, demente, sádica, INFANTIL!
¡Llámale como quieras! No cambiará, es lo que es y por mucho su orgullo. Simple.

Historia
-Tengo hambre-
-Lo sé mi pequeña niña, por eso te he traído ese bocadillo-
-¿Quién eres tú?-
-Tu padre-

La madre murió en el parto, el hijo era un bastardo que había que desaparecer de la fas de la tierra. La orden fue bastante clara – ¡Matad al engendro! – Sin embargo, la partera hizo caso omiso de lo que su amo dictaminó. Refugiándolo del mundo tan cruel en el que nació, tomó al bebé entre sus brazos arrancando del cuello de la madre una cadena con la insignia de su familia. Una manta negra cubrió el rostro del infante, su cuerpecillo apenas si se divisaba como un bulto sujeto a la regordeta mujer. Afuera una tormenta azotaba Londres, el viento doblegaba las ramas de los árboles y amenazaba con derrumbar las casas; ella tenía que cruzar las calles desoladas a medianoche para conseguir la salvación del pequeño que cargaba en ese instante. Se persignó, orándole a su señor que la socorriera en su camino, si el amo se llegase a enterar de aquello, sería su muerte. Con el paso fijo, entre los charcos de agua, esquivando los taludes del camino, desviando la mirada, escupiendo maldiciones y su notable arrepentimiento. La catedral estaba bastante cerca de allí, pero sentía como si su amo estuviese tras de ella, observando cada movimiento de su cuerpo, la presión comenzaba por acecharla desde las esquinas de las casas, miles de ojos rojos, carcajadas que de ella se burlaban; no era otra cosa más que el miedo engañándola… no pudo soportar el temor y cayó al suelo junto con el bebe… la partera murió de un infarto. Como si la vida se apiadara de alguien, un viajero errante encontró al pequeño mientras lloraba porque rescatasen su vida, así fue. El hombre llevó el cuerpo del infante hasta la catedral, donde el sacerdote se hiso cargo de entregarlo a las Hermanas del convento. No podía quedárselo él porque ese bebé era una niña. El extraño se perdió en la inmensidad de la obscura noche y jamás se volvió a saber de él. Los años pasaron.

*************************

-¡Roxane! ¡Roxane! ¡Roxane! ¿Que haces allí distraída? Deberías estar trabajando para que las monjas no te castiguen como la última vez- Escuchó una débil voz hablándole, pero ella estaba lo suficientemente concentrada en esa medalla pendiendo de su cuello que ignoró cualquier acontecimiento exterior a sus pensamientos. Seguro que la insignia significaba algo, no por nada era de plata y el único recuerdo que conservó de forma material sobre su procedencia. Estaba cansada de escuchar al sacerdote decirle una y otra vez que había sido abandonada por su padre en la catedral de Londres, eso era una completa mentira. Si la dejaron a su suerte ¿Cómo era posible que dejaran esa reliquia familiar junto al bebé? Buscaba respuestas y en el convento no se las darían, mucho menos conseguiría que el Padre rompiera su voto de silencio. Él le ocultaba algo, pues la reacción de su rostro cuando Roxane cuestionó el significado de esa marca, se quedó callado y le suplicó no buscar más respuestas que las que podía ofrecerle la iglesia. Desde pequeña desarrolló su sentido de la curiosidad y el atrevimiento de conseguir todo lo que deseaba. Se puso de pie antes de que volviese a escuchar esa voz llamándole. Observó a sus alrededores encontrando la forma de escapar de allí. Buscar en los libros de historia la verdad fue un acto sencillo. Disfrazada de varón se tuvo acceso a cuanto pergamino solicitaba, hasta que lo encontró. Allí, venían de forma impresa las diferentes familias con su escudo de armas, su marca, su insignia, su significado y el estatus en el que se encontraban. Fue una sorpresa toparse con un apellido en particular, el apellido Vierklau. La similitud de su medalla con la marca de esa familia era algo que no podía pasar desapercibido. Mientras tanto fuera de la biblioteca las hermanas la buscaban para castigar sus acciones. No se trataban de castigos comunes, dentro de esas murallas los golpes y el maltrato se vivía día con día, era un verdadero infierno estar allí dentro. Pero Roxane sabía, al igual que las otras niñas que, si se comportaban de una forma “decente” no las golpearían. Se las arregló para esconderse dentro de la biblioteca esa noche. Caída la madruga salió de su escondite.

Fue en la búsqueda por la verdad. Las calles estaban completamente solas a excepción de los ebrios en algunas tabernas de mala muerte. Fue ignorada en todo momento al ser apreciada como un varón y no mujer hasta que el caprichoso destino jugo con el sombrero que ocultaba su melena, arrojándolo muy lejos de su alcance, descubriendo su verdad. Fue atacada y malherida por esos hombres, pero gracias a su destreza y agilidad no consiguieron hacerle nada más. Ensangrentada, dejó un rastro escarlata sobre las calles hasta toparse frente a frente con la Mansión Vierklau. Una sonría cruzó por sus labios, tocó la puerta con el último de sus alientos y esperó ser bien recibida. Su mano apretaba fuertemente la medalla de su cuello, al abrirse la puerta se escuchó un nombre que juraría lo conocía, una vida pasa tal vez o de algún sueño… - ¡¿Antoniette?! – El hombre perplejo en el umbral de la puerta, la sostuvo entre sus brazos antes de que esta cayera desmayada por la falta de sangre. La muchacha no se veía bien, llamó a un doctor para que atendiese las heridas que tenía por todo su cuerpo, este mencionó la poca vida que le quedaba. Los pensamientos del Conde divagaban de un estado de ansiedad a otro completamente esquizofrénico, no entendía la razón del Por qué esa mujer se parecía tanto su fallecido amor. – ¿Hace cuánto tiempo Antoniette está muerta? – Pregunta al sirviente a su lado. La mirada del hombre es fría, carente de emoción alguna pero nadie puede negar que en el tono de su voz exista un rencor latente y una tristeza insoportable. - ¿Hace cuánto Raphael? – Exigió saber golpeando la pared. El anciano, temeroso por su vida tartamudeo la cantidad exacta de años en los que el amo llevaba encerrado en ese lugar, pagando prostitutas para que le quitasen el sabor de su difunta esposa – ¡Increíble! Esa noche dijiste que Florencia fue encontrada muerta después de yo mismo mandé asesinar al bastardo de Antoniette ¿Cierto? Dime una cosa Raphael ¿Mataron al niño? – El hombre se dejó ir contra el cuerpo del anciano, estrujándolo por la camisa, tratando de obligarlo a hablar. Al darse cuenta que este no diría nada, comenzó por estrangularlo - ¡Dímelo! ¡Ahora! – Una vez que obtuvo su respuesta le quitó la vida. Sobre un antiguó sillón forrado con seda color vino, reposaba el cuerpo de Roxane, se aproximó hasta ella, acabaría con su vida a no ser que observó la medalla – Eres la viva imagen de tu madre – Susurró para ambos. Cuando Roxane despertó había dejado de ser humana.

Ese hombre le mostró todo lo que sabía. Pero estar cerca de Roxane era un infierno para él, esa maldita apariencia que le recordaba tanto a… Su ética no se lo permitiría, él era un caballero ¿Pero entonces por qué había mandado matar al bebé? No deseaba nada que se la recordara, además ese hijo no era de él, los vampiros no tienen descendencia a menos que… Se había convertido en su heredera y no sólo eso. Hristo Vierklau se obsesionó con Roxane Vierklau. Cada vez era más extraña la forma en la que la observaba, la acariciaba y le hablaba. No pasó mucho tiempo para que intentará tocarla de una forma indebida, ella se negó provocando la ira del Conde quien, la amenazó con torturas inimaginables si no accedía la siguiente noche a sus peticiones, por si fuese poco, abusó de su poder y la golpeo la suficiente como para dejarla adormecida. Él no quería tomarla a la fuerza, Roxane se entregaría a él por voluntad propia, bajo amenaza, sí, pero al final de cuentas sin que fuese una violación. En el anochecer siguiente, ocurrió exactamente lo mismo, pero esta vez los golpes del vampiro fueron más letales, dejando marcas en su piel, en especial en su muñeca izquierda. Al continuar rechazándolo, éste ordenó a sus guardias llevarla hasta la pequeña plaza de su palacio, donde al fin pudo conocer el lado más obscuro de su sire, su creado, su padre. Las pupilas atemorizadas de Roxane, sólo acentuaban cada vez más lo enfermizo de Hristo, estaba completamente desquiciado. Él era así, lo que quería era lo que tenía sin complicación alguna, maldición era un conde!Él ordena y los demás obedecen, no hay mucha ciencia en eso, sin embargo, forjó a la pobre Roxane a su imagen y semejanza. Difíciles hasta la médula.

En la plaza de la residencia, el vampiro levantó un decreto que ninguno de sus empleados había podido imaginar. Si ella no quería estar con él, entonces decidiría... ¿Felación a todos los presentes o una noche con él? La muy despreciable, prefirió lo primero. Esto encolerizó al Conde, la violó y no sólo con el más atroz de los desenfrenos pasionales, también obligó a sus centinelas a servirse de ella las veces que así lo desearan. La llevó hasta los confines de las mazmorras en donde estuvo a punto de morir, pero una noche en la que él creyó haberle perdonado la vida. Lo convenció de soltarla y así fue. Durante semanas estuvo trabajando en una forma de vengarse, de acabar con su ira, con e odio que sentía para con Hristo. Desarrolló el sentido de la paciencia y agudizó sus habilidades. Las primeras noches fueron para recobrar las fuerzas, se mantuvo al lado de Hristo como su consorte, la mejor de las esposas... Lo mimo, lo cuidó y cumplió todos y cada uno de sus caprichos hasta que este estuviese plenamente confiado en ella; Hristo cometió un error, creerle al demonio que podía ser redimido. Al término del onceavo mes de 1108, Eisheth cometió felonía a su Conde y las tierras que a este le pertenecían. Arrasó con todas las familias que estaban bajo la protección de Hristo disfrutando de la agonía de todo el que arrojara alaridos de dolor, relamiéndose los labios con cada acto sádico que realizaba, bebiendo la sangre de todos mientras los torturaba... y, todo lo que alguna vez fue habitado por humanos en esas tierras, tras el paso de Eisheth y su rencor, no quedó absolutamente nada.

Datos Extra
Teme encontrarse a su creador.
Actualmente reside en una mansión barata que le arrebató a la viuda de Goodrich haciéndose pasar por ella.
Le fascina la mezcla extraña de sangre con vino.
Gusta de la lectura. En especial las novelas de misterio.
Ama el silencio donde puede escuchar sus pensamientos.
Tiene de mascota un pequeño cuervo con el que conversa todas las noches..
Odia que le arrebaten la comida

por **Nigel Quartermane** Miér Ago 24, 2011 2:05 am

OBSERVACIONES:

Todo correcto, solo añade la clase social a la que pertenece en los datos de mero arriba en tu ficha y cuando lo hagas postea aquí avisando para poder aprobar tu ficha.

por **Ashanti Pattakie** Miér Ago 24, 2011 2:12 am

Dato añadido!

por **Nigel Quartermane** Miér Ago 24, 2011 2:14 am

FICHA APROBADA
Bienvenida al foro

por Contenido patrocinado

Eisheth Zenunim

Eisheth Zenunim

Re: Eisheth Zenunim

Re: Eisheth Zenunim

Re: Eisheth Zenunim

Re: Eisheth Zenunim