Hestia Stathopoulos

Nombre del Personaje:

Hestia Statophoulos

Edad

Aparenta unos 20 años, en realidad tiene 2167 años

Especie:

Vampira

Tipo y Clase Social

Es de clase alta, aunque no suele desear aparentarlo

Orientación Sexual

Heterosexual

Lugar de Origen

Grecia

Habilidad/Poder

Como todo vampiro que se precie, Hestia posee diversas habilidades extraordinarias que le permiten sobrevivir a un enfrentamiento… o iniciar uno con suficiente seguridad. El más impresionante de todos, podría ser la capacidad de infligir dolor a partir de un deseo o un pensamiento de su mente retorcida, siendo capaz con ello de reducir a un enemigo débil o plantarle cara a un enemigo algo más fuerte. Además, tiene el útil don de la telepatía, pudiendo con él comunicarse a través de la mente, o de leer los pensamientos de las personas con una simple mirada. La última de sus capacidades sobrenaturales es el encandilamiento, al cual le ha encontrado diversas y múltiples utilidades de las cuales se aprovecha.

Descripción Física

Hestia no posee el prototipo ideal de la mujer de la época , curvilíneo, bonito… fiel a los cánones estéticos que se fomentan. Ella es delgada, esbelta… su cuerpo apenas posee curvas, pechos o caderas. Ella sabe que no es la chica perfecta, y que muchos ojos la mirarán mal, pero no le importa. Sabe aprovechar cada centímetro de su cuerpo para provocar a los demás. Su piel es pálida, ninguna imperfección la mella, aunque si tiene abundantes pecas que recorren parcialmente su rostro, escote y hombros, de forma sutil y casi con un toque infantil. Su rostro es fino, delicado, de labios finos pero sensuales y con dos enormes ojos verdosos coronando esa suave faz. Un cabello pelirrojo enmarca sus rasgos, con una largura que baja más allá de sus hombros, y cae en suaves ondas naturales a través de su femenina espalda. Tiene unas piernas esbeltas, torneadas… que denotan el cuidado que se aplica a sí misma. Sus manos son delgadas, de dedos largos, esbeltos y de uñas siempre cuidadas. No es alta, pero tampoco es baja, por lo tanto podríamos decir que su estatura es la media común. Suele vestir de forma provocadora, que enseña mucha piel y deja más bien poco a la imaginación humana.

Spoiler:

Descripción Psicológica

Describir psicológicamente a Hestia es complicado, quizás porque ella es la personificación en carne de lo complejo. Posee un carácter difícil, que casi podría definirse como indomable, salvaje. Ella es una muchacha que se guía por impulsos, sin razonar demasiado antes de actuar según su propio instinto le dicte. No le importa lo que piense la gente, ni tampoco el modo en el que deseen que actúe. Ella es libertina, rebelde… actúa llevando la contraria a todo aquel que intente controlarla, librándose de las normas de comportamiento y saltándose protocolos para sentirse más satisfecha consigo misma. Odia el mundo, los cánones y cualquier tipo de situación que indique vulgaridad o rutina. Su carácter viene muy marcado por un creciente rencor hacia su creador, aquel que la transformó en una criatura de la noche, y que por lo tanto la libró de una muerte que ella, por aquel entonces, deseaba con énfasis. Al ser incapaz de vengarse de dicha persona, paga su malestar general con el resto de la humanidad, con oleadas de cinismo y malos comentarios que pretenden herir, causar impresión o alejar a las personas indeseadas de su lado, para mantenerse impasible y firme a sus ideales, como siempre.
Sexualmente es activa, y no se molesta en ocultarlo. No ve la sexualidad como un tema tabú, sino como algo natural y un método de desahogo de lo más efectivo, que además puede llegar a reportarle cierto placer. Es sincera, directa... aunque eso no quiere decir que no mienta cuando es necesario en sus planes diarios. Es una mujer que disfruta haciendo daño, que adora actuar de forma despectiva con los demás. Adora el riesgo, la adrenalina… las situaciones que conlleven mucha tensión física y psicológica. No se relaciona mucho con la gente, quizás algo más con aquellas personas que le resulten interesantes, y que le supongan un reto que rompa la monotonía que normalmente absorbe su vida.
Luchadora, firme y tenaz. Es muy difícil hacerla cambiar de opinión y por ello para tratarla es necesario tener un carácter si no tan fuerte como el de ella, sí que logre crearle una cierta rivalidad que pueda hacerla retroceder un mínimo. Insiste mucho en conseguir todo aquello que se propone, resultando a veces un poco caprichosa. No acepta un no por respuesta, y es incapaz de dejar que pisen su orgullo de cualquier modo. Le gusta llevar las riendas de su vida, y de las excasas relaciones que tiene en cada momento. Lujuria y letalidad son otras dos palabras que podrían definirla a la perfección, pues las emplea ambas tomar de la gente todo aquello que le resulte especialmente útil. Ella conoce sus limitaciones, sabe que su cuerpo no es perfecto, pero igualmente le saca partido sacando ese lado seductor suyo, que puede llegar a hacerla irresistible a los ojos de cualquier hombre.
Prepotente, altiva… soberbia. Es una mujer difícil de controlar, que se declara dueña de su propia vida y no esclava de las cadenas sociales.

Historia

Hestia nació en una pequeña ciudad en Grecia, al norte de la gigantesca y esplendorosa Atenas. Dicha ciudad estaba bien conectada con la capital, y era un punto de flujo comercial, que tenía gran éxito en la época. La familia Stathopoulos, era la dueña de una conocida producción textil, que importaba materiales y telas a lo largo de todo el mundo. Gracias a sus productos, muchos puestos de túnicas de alta costura, alfombrarías y demás comercios textiles, podían abastecerse, abrir sus puertas y ganar mucho dinero, enriqueciendo con ello también a la ya mencionada familia. El cabeza de familia, Febo Stathopoulos, era un hombre de regia actitud y carácter, machista en extremo e incapaz de concebir que su mujer descubriese demasiado su cuerpo, o se pasease ante la mirada de otros hombre. La obligaba continuamente a encerrarse en casa, atender las labores del hogar y encargarse del bienestar de él, su cónyuge. Ella, Lylliana Stathopoulos, era una mujer de carácter muy débil, que se dejaba llevar por las órdenes y las opiniones de su esposo sin importarle cuáles pudieran ser las consecuencias. En lugar de cómo a un auténtico tirano, lo veía como el perfecto marido, que sólo deseaba protegerla de los peligros exteriores, y alejarla de cualquier mal que la acechase tras las cuatro paredes de la vivienda.
El embarazo de Lylliana fue toda una noticia en el lugar, y fue gratamente recibida por Febo, que veía en ese parto la oportunidad de tener un hijo varón y un legítimo heredero de su negocio y su fortuna. En su ambición, no barajó la posibilidad de que el sexo del feto no fuese precisamente masculino… y por ello, se decepcionó de forma monstruosa cuando al mundo llegó la pequeña Hestia, una bella niña de rojizos cabellos como los de su madre, y la mirada penetrante y verde de su progenitor. Ya desde su nacimiento, Febo fue incapaz de ver con buenos ojos a la pequeña, y la frustración del hombre aumentaba cuando, a pesar de los múltiples intentos por tener otro hijo y en esta ocasión varón, Lylliana no lograba quedar encinta.
Los primeros años de la vida de Hestia estuvieron marcados por el inpensable odio que le profesaba su padre, y la sumisión y aceptación que tenía su madre incluso viendo que su hija lo pasaba mal. Hasta los doce años, estuvo viviendo un martirio, intentando sin éxito agradar a Febo con todo aquello que estaba en su mano. Incluso llegó a cortarse su hermoso pelo en un intento por parecer más un chico, y quizás así agradar a ese padre que le daba la espalda. Junto con los trece años, llegó la resignación y se hizo a un lado el desespero que hasta el momento había sentido. Ya no deseaba agradar a su padre, sino simplemente vivir apartada de él, para que sus malas vibraciones no afectasen a su vida diaria. Hizo su grupo de amigas, salía de paseo, se divertía jugando con ellas y empezó a disfrutar un poco de su existencia. Ella acabó mentalizándose de que no tenía un padre, y Febo llegó incluso a olvidar que tenía una hija pequeña.
Todo parecía haberse estabilizado, poco a poco Hestia llegó a cumplir los casi veinte años, y se había convertido en una bella mujer, no exuberante como otras muchachas, pero sí poseedora de un bello rostro, y unos ojos que además de inocencia podían denotar inteligencia y pasión. Muchos hombres se desvivieron por ella, y ninguno llegó a llamarle especialmente la atención, para desespero de su familia, que esperaba con ansias que la única heredera adquiriese un marido de provecho, que la ayudase a tomar decisiones y le marcase el camino a seguir. Pero ese momento… jamás llegó. El Imperio Romano en todo su esplendor, se lanzó a conquistar Grecia y todas sus ciudades, y no tardó en llegar a la pequeña localidad en la que vivía la familia Stathopoulos residía. Arrasaron con todo, quemaron las viviendas y asesinaron a cada uno de los ciudadanos, y dejaron malheridos a algunas mujeres y niños, que trataron de arrastrarse a través de los escombros de la que hasta ese momento había sido una civilización próspera.
Hestia intentó sobrevivir, respirar… a su alrededor sólo veía humo, y sus oídos sólo eran capaces de escuchar los alaridos de su gente muriendo, convirtiéndose en ceniza fruto de las llamas, o en cuerpos sangrantes a causa de las espadas y las armas romanas. Tras unos minutos más de lo que le pareció una eterna agonía, se hizo la oscuridad en su mundo, y sintió que su cuerpo dejaba de existir, que su alma la abandonaba… La muerte para ella era un regalo que deseaba coger con ambas manos, incapaz de concebir una vida sin sus amigas y su familia, aunque no hubiese sido esta la más perfecta. Y de repente… el dolor regresó, la realidad volvió a rodearla… y la vida o no-vida llenó de nuevo su cuerpo. Un vampiro había decidido arrebatarle el derecho a morir, y retornarla al cruel mundo que ella había deseado abandonar.
Desde ese momento lo odió en silencio, esperando hasta el día de hoy la oportunidad para tomar su venganza y acabar con él, que le había impedido cumplir con su cometido y con su destino… Aunque esa ocasión todavía no ha llegado, y ella debe mostrarse servil, paciente… distante al mismo tiempo. Tiene que llevar una doble vida, aquella que lleva junto a su creador, y aquella que ella misma se ha impuesto como prostituta, quizás para cabrearlo… quizás para deshacer el canon que se ha establecido entre aquellos que son de su misma especie. El final de la historia es incierto, y sólo ella puede elegirlo…

Datos Extras

-