Aegris Múspellsheimr

por **Aegris Múspellsheimr** Dom Sep 25, 2011 4:18 pm

Nombre del Personaje
“Wicklow” Aegris Múspellsheimr

Edad
31 años

Especie
Humano/Cazador

Tipo y Clase Social
Clase Media

Orientación Sexual
Bisexual

Lugar de Origen
Wicklow, Irlanda

Habilidad/Poder

Tiene un extenso uso en el manejo de armas y en sistemas mecánicos. Sus habilidades, si pueden considerarse como tales, es que además del amplio conocimiento técnico es una persona en extremo intuitiva y observadora. Es de aquellos que con sólo ver un procedimiento, aunque sea por una sola vez, es capaz de reproducirla sin errores.

Descripción Física

Es un hombre alto de 1.90m y con una complexión delgada y musculosa que le favorece en varios sentidos. Tiene piel blanca y unos pesados ojos azul marino, que es tal vez el atributo que a él menos le gusta y, paradogicamente, es el más atractivo para otros. Su cabello es oscuro a la altura de los hombros, siempre suelto, por lo cual luce desaliñado a primera vista ya que jamás lo tiene recogido y se deja crecer la barba, solo cortándola cuando le incomoda. En su cuerpo, desde muñecas al inicio del cuello, abarcando todo el pecho, estomago y espalda, lo tiene lleno de tatuajes que disfrazan las cicatrices de heridas que se ha hecho ganar a lo largo de los años.

Spoiler:

Descripción Psicológica

Este hombre podía ser definido por una sola palabra, y esa es ser una persona valiente. Lleno de coraje, arrogancia y testarudez, su naturaleza noble es de ayudar al prójimo, siendo tal cual como un perro fiel con las personas que quiere y estima. Aunque ser alguien suave no es algo que le defina, ya que es bastante tosco cuando se dirige hacia las personas y aún más ya que su humor es temporalmente, siendo poco tolerante cuando tratan de molestarlo. Cuando le dirigen con aquellas intenciones las palabras, lo más común es que te azote el puñetazo y vuelque en el piso, siendo un adversario de por si temible debido a su altura, fuerza y complexión. Siempre te habla directo, observándote a los ojos, muy firme sin ocultar las ideas que él cree que son correctas. A veces hasta te las dice con algo de burla mientras sonríe, y si se da la situación no se mordería para nada la lengua para insultar. Es algo bromista, por otra parte. Y tal vez en ocasiones cometa torpezas o estupideces tan solo por hacerlas dispuesto a divertirse de ellas en medio de una gran risa cuando se encuentre relajado, cómodo en el lugar donde este. Sin embargo, como su historia le obligó a serle, llegó un momento en su vida donde comprendió bien que en aquel mundo vive a salvo quien sabe mantener un bajo perfil. Desde años para acá se volvió más silencioso de lo que alguna vez fue, de complexiones más duras y miradas más largas, aprendiendo a ser paciente como una sombra que te observa desde la oscuridad. Y más desconfiado, más de lo que alguna vez fue.

Historia

Él recuerda que su pueblo fue atacado por un grupo de vampiros, aproximadamente cuando tenía seis años. En aquella ocasión fallecieron sus padres, quienes con muchos otros habían salido a defender sus tierras contra la horda invasora. Sin embargo a pesar de las trágicas pérdidas el pueblo había vencido. Aunque se trataba de un huérfano que tampoco poseía hermanos ni familiares, el mismo pueblo en cierta forma cuidó de él. El pueblo en cuestión era la que construía y suministraba las armas necesarias para el gremio de cazadores en Irlanda, y Aegris quien aquellos años de su vida era el mandadero de todos para ganarse los peniques apenas que costeaban su pan de cada día demostró ser un muchacho bastante enérgico y productivo e increíblemente curioso, además. Cuando hacía un encargo para entregárselo al maestro de armas del pueblo, el jovencillo soltó varias observaciones sobre las armas que una persona común no se le pasarían tal vez nunca por la cabeza, y el hombre al ver un potencial es este chiquillo lo tomó como aprendiz. Y durante todos aquellos años de su infancia se encargó en el diseño, creación y confección de armas y variados artilugios, que le ganaron el apodo de ser alguien excéntrico, loco e inclusive tal vez como algún brujo, pero la verdad era que intentaba hacer innovaciones en la mecánica y comprendía muy bien conceptos como la vibración, esfuerzo y deformación de los metales, momentos de torsión para calcular la vida útil de una pieza antes de romperse, así también inclusive con la química, desde sustancias que derretirían al mismo hierro o tan simples explosivos, y, ¿por qué no? Algo tan letal para los vampiros como si fuese la misma luz del sol.

Era bastante joven. Inclusive se le podría ver como ingenuo, por que se trataban de objetos que utilizaban otros para matar, cuando él nunca en si vida las había utilizado. A pesar que el trabajo era duro siempre en las noches se podía beber para quitarse del estrés entre compañeros en el bar local donde siempre les servía una bella camarera hija del dueño la cual siempre le mandaba sonrisas al joven inventor, sonrisas que siempre contestaba. Terminaron enamorándose, consumando su matrimonio un par de años después. Fue una pequeña celebración, grande para tan pequeño pueblo, comenzando a vivir como marido y mujer en la casa que él había construido tras tantos años de esfuerzo donde noche tras noche hacían el amor, ya que uno de los sueños de este joven adulto era un hijo para transmitirle sus enseñanzas y verle crecer. Pero nunca llegó a preñarse ella, y semejante idea lo entristecía no queriendo pensar en las posibles razones de por qué no podía; si ella era la que estaba mal o él. Sin embargo llegó un momento donde semejantes preocupaciones estaban en un segundo plano porque se había escuchado un siniestro rumor de asesinatos en masa a lo largo del país, y eran momentos donde incrementaban la producción para abastecer al gremio el cual vendría para recoger todo en el tiempo del siguiente día en la mañana. Pero fueron atacados aquella noche.

Un grito partió el aire en dos y la pareja salió de su cama rumbo a la ventana, para encontrar la mitad de los techos vecinos sumergido en llamas mientras decenas de figuras negras comenzaban violaban las puertas a golpes violaban las puertas a golpes y se internaban en las viviendas sembrando el caos, escuchando de inmediato las armas de sus compañeros al defenderse de los vampiros. El hombre cogió una de sus escopetas y apenas le dio una a su mujer cuando derrumbaron la puerta de una patada; ni bien aparecieron dos figuras cuando disparó dándole a una que cayó en el suelo, pero eso animó el ataque ya que se lanzaron directamente contra él que sin recargar no puso más que bloquear las mortíferas garras con el arma al escuchando los otros disparos por parte de ella, mostrando una fiera resistencia. Se suponía que para eso tenía gran y temible muralla con guardias, y los recursos suficientes para soportar un asedio, pero aparentemente alguna de esas partes habían fallado. Estaban acorralados y en desventaja, cuando apareció otras de las figuras que serían sus verdugos, aparentemente para verificar que así fuese porque le nombraron como si fuese el jefe y líder de aquel ataque, y poco pudo hacer si no ver cómo este ser asesinaba ante sus ojos a su amada con un golpe perforando su estómago a la mitad. Ciego en ira se liberó de su capturador lanzándose contra el asesino de su mujer, recibiendo una herida como la de ella en el costado y con fuerza le echó por la ventana, tal vez en un mal calculo para azotarlo contra la pared. Sin embargo cayó en redondo, dejando de moverse.

Tiene la paralizante visión de ver su mundo de cabeza teñido de un rojo brillante, con la lucha de sus compañeros que cada vez eran menos mientras las madres agarraban a sus hijos para huir de ahí, dónde los seres se comenzaron a dar festín de sus cuerpos en medio de las calles; y poco después cayó inconsciente. Toda la aldea fue destruida. Cada arma, saqueada. La mayoría de las casas y talleres eran escombros y ceniza, y los sobrevivientes fueron raros. Entre ellos, él. Que prácticamente estaba más cerca de la muerte que la vida, pero uno de los cazadores que llegase temprano era experto en aquella clase de heridas y a duras penas estuvo con ellos, quedando aún sin sentido durante un tiempo. Al fin al despertar su realidad no pudo ser peor. Su hogar, su vida, sus padres, sus compañeros y su amor… Todo. Todo había sido destruido por aquellos vampiros. Y pensando que durante tanto tiempo había creado armas y que aún con ellas no supiera utilizarlas para salvar a nadie… Cuando se fueron los cazadores que intentaron hacer contra el ya extinto pueblo de Wicklow, Aegris fue con ellos y se enlistó a su cruzada. Sentía una aversión inhumana contra esas criaturas. Y no hubo día con día en que no entrenara durante horas la lucha y el combate, alimentado por el odio que sentía el cual superaba a veces su cansancio. Durante los siguientes años se sumergió en un mundo nuevo, donde a la hora de la verdad te encuentras solo. Era una realidad conflictiva contra la realidad que había crecido. Y hubo un tiempo donde fue activo en misiones. Aquel hombre tenía el extraordinario don de poder modificar su propio armamento a placer, y en las mismas misiones, aún en las más suicidas, si bien trabajaba en perfecta armonía con todos sus compañeros, prefería trabajar solo. Y cada un de sus trabajos que ordenaba el Vaticano lo completaba exitosamente al grado de hacerse de una oscura reputación, tanto para el gremio mismo como para las criaturas oscuras de aquel mundo.

Datos Extras

Domina el idioma Inglés e Irlandés. Y tiende expresarse puramente en inglés, la mayor parte del tiempo. En estos tiempos practica el nuevo idioma dominante de París, repleto de imperfecciones.

Cuando le preguntan su nombre, se llamar como su pueblo natal, en honor a su recuerdo. Y como recordando a sus atacantes que aún existe un sobreviviente de ahí.

por **Nigel Quartermane** Dom Sep 25, 2011 6:36 pm

FICHA APROBADA
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