Discreción solo eso nesecito... ( Alexandra )

La noche caía, como siempre, siendo una excelente compañera para nosotros. Y, últimamente, no sólo para los vampiros. Los licántropos parecíamos querer apoderarnos de la oscuridad también, así como los llamados chupa sangre. Incluso los humanos cazadores aprovechaban la noche, las sombras, para moverse entre ellas y dar caza a, lo que ellos consideraban, monstruos. La simple idea me resultaba irrisoria. ¿Darnos caza? Era ridículo. Sin embargo, algo en mi subconsciente no dejaba de pensar en que, de hecho, sí habían acabado con varios de los de nuestra raza, era por eso por lo que muchos pedían una unión con los vampiros. De mi parte, seguía odiando a ésas criaturas, no creía que una unión fuese viable, no cuando había tanto por perder.

Como solía hacerlo todas las noches, dejé mi residencia para ir de cacería. Era una manía que había adoptado últimamente, la de alimentarme todos los días. En éstos tiempos, ya no se sabía cuándo tenías que estar preparado. No quería que, en un momento de descuido, pudiese resultar atacado. Sería realmente irritante si me encontraba débil por falta de alimento. No. No era admisible. Los bosques aledaños siempre eran un lugar indicado para buscar alimento. Nunca faltaba el animal curioso que iba por las noches o la banda de adolescentes que iban por cumplir un reto de sus amigos. Siempre había, al menos, uno, siempre. Y, lo mejor, era que no tenía que ir demasiado lejos. Además, era un barrio “100% amigable con Lícans”, por llamarlo de alguna burda manera. Ya sabía de varios de los de mi especie que tenían su residencia en algún lugar aledaño. Quizá se debía a la cercanía del mejor alimento, sin descartar las recidencias de los vampiros como si se tratara de una civilización antigua, con el poder al centro y los súbditos estableciéndose en los alrededores. Parecía ridículo, pero la comparación era bastante acertada.

Algunos arbustos se mantenían en mi camino, enredándose un poco en la tela de mi abrigo. Maldecía en voz baja, de vez en cuando, cuando escuchaba los ligeros arañazos de las ramas contra la tela. Sí, era impropio, lo sabía, así como también sabía del poder que poseía, sin embargo, como a todo lobo, me gustaba que la caza fuese interezante. Me vi en la necesidad de usar mis manos para apartar las ramas, tronándolas a mi camino, aún así, intentando hacerlo lo más silencioso posible. Algo imposible.
Justo estaba por llegar a un claro, cuando escuché un pequeño ruido, apenas perceptible, uno que, de no ser por mi desarrollado sentido del oído, no hubiese escuchado. Me quedé estático en mi lugar, con cada uno de mis sentidos alerta, especialmente el del olfato. ¿De quién se trataría? ¿Licántropo, humano o un despreciable vampiro? Mordí mi labio inferior con fuerza, entrecerrando los ojos para poder ver mejor en la sensual oscuridad.

El sedentario animal que en mi estaba, ahora no podría pensar en otra cosa mas que en poder alimentarse, el escuchar aquellos ruidos le provocaron sensación de deseo y placer fructuoso, imaginando tener la presa en charola de plata para que pudiera saciarse de todo lo que no había podido. Al perseguir aquel sonido cuyo ruido había desaparecido entre tantos, logre indagar mas en la agudeza de mis sentidos, el audio de mis orejas comenzó a resonar un poco mas libre y podía presentir la presencia de alguien, algo que no era del todo animal,humano o ser distinto a mi, si, un ser similar a mi quizá pero que no estaba seguro de que o quien era, pues solo conocía a una persona con ese riguroso sentir que en mi se daba.
Una mujer despampanante, atractiva y sumamente, aquella hembra que provocaba mucho en mi y lograba enloquecerme del todo a todo en su mayoria con un problematico odio por así decirlo, ¿porque? ni yo mismo lo sabia, eran cosas que aun desconocía desde que la vi por primera vez, pero era absurdo y poco creíble de que se tratara de ella pues había pasado muchos días desde que la había mirado por ultima vez y en un lugar muy alejado de este, o al menos eso era lo que yo pensaba, pues aun no me identificaba con los lugares y era muy sencillo perderme pero me era mas fácil salir nuevamente.

Comencé a subir por un árbol cercano, algo sencillo para mi, sin nada de dificultad logre posarme a media copa de uno de ellos y poder tener mejor visibilidad, la presencia de aquello comenzó a incrementar y podía sentir un ser a la defensiva.. -creo que debo estar alerta-
Estos eran los casos en los cuales debería actuar, aquel ejercito me había enseñado demasiado y lo aprendido ahí no lo iba a desperdiciar, no ahora y menos si se trataba de defender mi vida, solo hasta tomar la venganza que tanto añoraba.

Al escuchar aquel sonido en mi mente, abri con grandeza los ojos y salte sin ruido a las ramas de otro árbol y a distancia tras el tronco grueso de un árbol junto a un arbusto se encontraba una mujer, aquel ser que tanto sentía y que para mi semejanza era de la misma calaña que yo o eso era lo que yo pensaba.. ¿pero como? no entendía, al parecer no era el único que pretendía buscar algo de cena o simplemente algo de libertad. Baje del árbol con sutileza y con alta velocidad corrí por un costado, logrando capturarla entre el tronco y yo, encerrada entre mí cuerpo y brazos, solo para darme la enorme sorpresa de quien era, simplemente una mujer, una chica que no era humana por completo, eso era un hecho real y creible para mi. - No me pareces ser la presa que buscaba, pero al menos a mis ojos eres posibemente mas que eso...- Al termino de mis palabras reduje la carcel entre la que tenia capturado su ser, deje mas livertad hasta que me aleje de ella algunos pasos sin actuar de mas.

La chica no parecía muy a la defensiva, realmente no estaba por el momento a prueba de ataques y es que más que eso no pretendía nada parecido, menos con un ser como ella que a mi semejante podía ser como yo, eso lo sabía, estaba claro ante mis ojos y los sentidos que podía diluir ante mi ser… la mire continuamente de pies a cabeza y verdaderamente aquella joven no estaba nada mal, realmente ere hermosa, pero bajo esa hermosura y esos ojos enigmáticos, había un ser que quizá podía ser siniestro o no tanto a los extremos como esos… mis palabras habían chocado en su sentido auditivo, aquellos susurros ante su presencia y cercanía habían sido muy grotescos quizá para ella, pero que más daba así era yo y más tomando por sorpresa a alguien que posiblemente me seguía o espiaba todo lo que yo hacía o no.
Incrédulamente pregunto algo sobre lo que yo había balbuceado, sin embargo la tranquilidad y serenidad se apodero de mí ya que casi al instante ella misma se respondió la cuestión que había planteado por sus propios labios. – Eso… tómalo como un alago, después de todo no veo la razón por la cual no lo sería si una bella mujer se aparece repentinamente ante mis ojos..- Sabía que era una mujer, pero era una criatura como yo, posiblemente de la noche o quizá no, aun así no podía confiarme de nada ni nadie, eso lo tenía bien en mente, pero bueno la atracción no podía faltar y menos en alguien sediento de todo eso como lo era yo.

Escuchaba atento lo que comentaba, aunque esto no fuese mucho y solo cuestiones, la vida estaba llena de ellas y había pocas resoluciones para responder, pero bueno así era esto, ya que yo tenía más preguntas que una sola maldita respuesta, sin embargo proseguí y atendí a la bella criatura correspondiendo con una sonrisa al escuchar su nombre… Alexandra, ese era su nombre, y ahora era el turno de contestar lo que nuevamente había preguntado. – Bueno, me refería a cualquier presa comestible para mí, algo que fuese fácil de casar, sin embargo no me esperaba con encontrarme a alguien como tú, que aun así puedes ser una presa también, pero una presa distinta y para otras acciones…- al termino de mis palabras la mire con un hilo de deseo y atracción poco notables, mis ojos se dispararon a los suyos, pero no actué en ningún momento a atacarle, solo quería saber más de ella y quizá de la posibilidad de saber qué hacía en este lugar y sola.

El territorio era considerado algo sagrado para mí, sobre todo en estos días de alimentación sobrenatural para mí, algo que debía mantener en el renglón de mi ciclo poco peculiar, era la segunda vez que algo como este encuentro me sucedía y realmente no pretendía mantener la idea misma de aquella noche con Erín, pero que más daba de todas formas no presenciaba un echo así en años así que lo que pudiera pasar lo dejaría al modo del tiempo y si es que llegaba a suceder algo.
Era solo un simple terrenal que mantenía una caza firme en ese momento, al encontrarme con aquella mujer por asi decirlo cambio radicalmente las cosas, al menos por un momento ya que mi alimento podía esperar fuese lo que fuese que lograra cazar esa misma noche… al parecer aquella mujer no se inmutaba demasiado con mi presencia, ya presentía yo que no era una persona normal como aquellos idiotas cazadores inútiles queriéndose sentir héroes para mantener un margen de pacifismo entre sus malditas razas y las que éramos nosotros junto con los chupa sangre, que incrédulo era creer que algún día podría llegarse a un acuerdo, aunque de los colmilludos con nosotros los licántropos, todo se podía esperar, ya que no suspendíamos casos de marítimo entre ambos clanes.

Al comienzo de la socialización por así decirlo, todo era gentil, o al menos eso era lo que y sentía en ese momento, el grado de agresión en mi parte no era ni el mínimo ya que se había dispersado después de aquella presentación inesperada que causo un encierre de su cuerpo ante el mío, muy susceptible y seductor pensándolo de un modo atractivo. Sus palabras quebrantaron un ruido entre lo que se mantenía de sus labios y el viento cruzar por nosotros, no entendí mucho lo que me quiso decir pero no descartaba que podía averiguar más de lo que podíamos intercambiar en ese encuentro. - ¿Así que el mundo te hiso cómo eres? De otro modo dime ¿Qué crees que podríamos estar haciendo si no fuese así?- Sonreí con un poco de picardía esperando su respuesta, alguna cosa que me condujera a lo que se comenzaba a crear en duda sobre ella en mi cabeza, pero que sabía bien lo descubriría de un modo u otro.
Una mirada turbia y des viajante se disparó de mis ojos mirándole de arriba abajo, mordía mis labios como si fuese a degustar un platillo delicioso, pero posiblemente no fuese de una cena si no de un disfrute cuerpo a cuerpo como en una guerra, si pero una guerra posiblemente sexual.

Off: siento el retraso y la poca extensión pero no se me ocurria nada.