Seselía Greely

Desde que apenas era una niña, Seselía ya se podría haber considerado una mujer fuerte. Aún cuando no constaban de la experiencia, sabía a lo que se atenía y que la vida no era de color de rosa. De espítiru alegre y extrovertido, Seselía siempre ha observado el mundo que la rodea de una forma de la que pocos más lo hacen, analizando minuciosamente cada detalle. Pero al contrario que la mayoría, no con la intención de juzgar, sino disfrutando de cada escena que se presentaba ante sus ojos. Solía pensar que el mundo era un escenario y cuando empezó a vivir sus primeras experiencias en el mundo de la actuación bien se dio cuenta de ello.
Dejando esto a un lado, Seselía es una persona muy madura, mas, no deja de resultar algo excéntrica a veces. Es amable y le gusta hacer sentir cómodos a todos aquellos con los que se relaciona. Sus largos años vividos en los escenarios también la han llevado a ser una mujer muy flexible y hábil para mentir, aunque evite hacerlo. En resumidas cuentas, es muy camaleónica y no duda en hacer gala de sus destrezas como actriz para sus propios beneficios.

Seselía nació en el seno de una familia italiana de clase alta. De ascendencia francesa e islandesa por parte de sus abuelos, Seselía ha pasado la mayor parte de su vida en Palermo, región de la isla de Sicilia, donde nació y creció.

Desde que era muy pequeña recibió todo tipo de caprichos como cualquier otra niña de su status social, pero en su caso, ningún obsequio le pareció suficiente. Nada conseguía despertar en ella un ápice de ilusión. Buscaba algo más que no pudo encontrar en ningún regalo: El incalculable deseo de conocer más de lo que sus ojos podían observar. Nunca supo exactamente como definirlo, pero con el transcurso de los años, este deseo crecía cada vez más en su interior. Así que un día, llegó a la conclusión de que si realmente quería cumplirlo, primero debía encontrarse a si misma.
No tardó mucho tiempo en llevar a cabo su plan: Preparó sus cosas y sin apenas dinero, una noche de invierno huyó de la elegante mansión en la que habitaba con sus padres desde años atrás. Obviamente, no avisó a ninguno de los dos, pero una parte de ella sabía que no la echarían de menos. Sería una boca menos que alimentar. Seselía nunca tuvo duda de que sus padres no sentían ningún afecto por ella, por lamentable que resultara aquella afirmación tan rotunda por parte de una niña de su edad. Se sentía, mejor dicho, era una muñeca que vivía manipulada y usada.
La misma noche de su huida tuvo que resignarse a dormir en un hotel de mala muerte. Pero fue ese hecho el que cambiaría completamente el rumbo de su vida.

Son tales las circunstancias del destino, que allí conoció a una mujer de edad mediana que se había visto de la noche a la mañana en la calle. La humilde señora compartió con Seselía su historia: Se trataba de la dueña de un teatro siciliano que se encontraba en la total ruina. Las deudas se habían acumulado, el nivel de las actuaciones había descendido drásticamente y el pueblo dejó de acudir a él.
De algún modo, la historia de la señora caló profundamente en el alma de la joven, por lo que no dudo en prometerle que la ayudaría y haría todo lo posible por conseguir remontar el teatro. Era una locura, puesto que apenas conocía a aquella mujer, pero la voluntad brillaba en sus ojos y la determinación en su corazón.
Pasaron los días y las semanas, y ambas vivieron muchos momentos y aventuras juntas que Seselía guarda actualmente en su memoria. Fue en aquella etapa de su vida en la que se dio cuenta de que la actuación era una parte de ella que acababa de despertar tras un profundo letargo.
No fue un camino fácil, pero poco a poco, consiguieron reabrir el teatro y lograr un relativo éxito. Aunque para su desgracia, su amada mentora enfermó gravemente y murió al poco tiempo, dejando de nuevo a la chica sola en el mundo. Pese a que la pérdida supuso una gran tristeza para ella, bajo ningún concepto se echó atrás después de todo lo que había conseguido.

Cerró el teatro y con el dinero recaudado, emigró hasta París para hacerse un nombre en el mundo del Arte Dramático. En aquel entonces, aceptaba cualquier papel que le otorgaban. Se convirtió en una actriz espontánea que actuaba dando pequeños espectáculos a cambio de unas cuantas monedas. Tras varios meses de sufrimiento y escasez, los dueños del mas famoso teatro parisino se fijaron en ella. Su carrera dio un brinco y comenzó a saborear el verdadero éxito en sus propias carnes. Durante varios años se convirtió en la estrella del lugar, pero lo que anhelaba era seguir los pasos de su fallecida maestra y poder dirigir a una serie de actores a los que poder formar con su propia experiencia. No tardaría mucho tiempo en realizar su sueño. Compró el teatro cuando ahorró el dinero suficiente y se puso al mando. A día de hoy puede asegurar que no se arrepiente de nada.

DATOS EXTRAS:
- Habla 5 idiomas distintos. (Inglés, francés, italiano, danés y castellano)
-Odia la vulgaridad y la mala educación.