Historia de un vampiro

Ella dormía tranquila en las sabanas de color celeste que tanto le fascinaban, el podía ver como su cuerpo se moldearse, desnudo bajo esas telas. Descansaba tan tranquila, mientras la luz del sol entraba por lo vidrios mágicos que hay en el edificio. Así es la única manera en la que ellos pueden ver la luz del sol sin morir.
Ella abría los ojos lentamente y lo miro sonriendo con ternura

-¿Otra vez estas viéndome como duermo?-preguntó ella con ternura.
-Me encanta verte dormir. Después de dormir a tu lado es lo segundo más bello que hay-le contestó con una amplia sonrisa.
-Tonto, ¿me traes un vasito de sangre para levantarme?-mientras lo pedía se quito las sabanas y el pudo apreciar el cuerpo de su amada. Tan bello y blanco. Su cabello negro cubriendo un poco su rostro, y ella quitándolo con delicadeza.
-Claro, Frany-caminó hacia el ropero para ponerse una camiseta blanca que combinara con sus jeans raspados. En una esquina de la habitación estaba su sable.

El arma tiene tallado en su filo la serpiente emplumada Quetzalcóatl y al final de su mango esta su cabeza. Al lado del arma esta otra de menor calidad, la que él aun usa generalmente para cazar. Un estante más arriba había dos armaduras de cuero. Al lado, en una esquina, un par de espadas pequeñas, llamadas kodachis, las armas preferidas de Frany.

Al salir de la habitación se encontró con una soledad enorme, todos dormían a esa hora del día, al menos la mayoría de los vampiros. A lo lejos, en una mesa estaba Gypsy. Ella es una vampiresa morena de cabello castaño y ojos negros. El fue introducido al jefe del clan por ella.

-Otra vez estuviste con Frany. Debo decirte que a una le da envidia. ¿Que me quedara de ti para mi?-dijo con picara sonrisa.
-Y no te das cuenta lo que pasa en la habitación, eso sí seria envidia.-le contesto con confianza
-No seas libidinoso conmigo-ella lo golpeo un poco el hombro y el rápidamente tomo dos vasos de sangre.
-Te veo después-camino hacia la habitación de nuevo y entra.

Al entrar Frany ya estaba levantada, pero aun desnuda, viendo hacia la ventana. Sonrió al ver a su amado y comenzó a dar sorbos al vaso de sangre que él le entrega. El nunca había estado tan enamorado, y ha amado a muchas vampiresas en sus 500 años de vida. Nunca a nadie como ella.
Frany se levantó y caminó moviendo las caderas hacia el tocador.

-¿Qué no vas a venir?-ella volteo a verlo con lujuria. El la sigue sin titubear.

Su nombre es Makoto, aunque olvido su nombre real el día que lo convirtieron en vampiro, hace ya muchos siglos, cuando México era conquistado por los españoles. Makoto solo sabe que fue uno de los primeros mestizos. Su nombre actual lo tomo de un guerrero cuando lucho en la guerra Meiji en Japon. Es un vampiro, nacido en algún lugar del México recién conquistado.
Vivía, sería más correcto decir habitaba, en una pequeña guarida de vampiro, pero la mayoría del tiempo se encontraba en el edificio de su clan, llamado La Orden del Fénix.
A la vez, solía pasar la mayoría del tiempo con Frany, su vampiresa.

El edificio del clan era recto, alto y de color verdoso, no muy agradable a la vista. Los humanos no pueden ver peligrosas las construcciones de los seres como Makoto y Frany, pero sus rivales eternos, los hombres lobo, si pueden.
El clan era comandado por Fenix Skin, un vampiro blanco y de cabello corto y negro. Aunque era un buen líder y había llevado a su equipo a triunfar en diferentes guerras, la mayor parte del tiempo estaba solo, siquiera sus guardianes tenían permitido entrar en su recinto. Algunos juraban que ocultaba algo, pero nadie lo supo demostrar, hasta que fue muy tarde..

La noche había llegado, a diferencia del día, el edificio del clan se llenaba por sus habitantes. Vampiros y vampiresas salían de los cuartos, pasaban al comedor, buscaban sus armas, sacaban sus caballos.
Makoto caminaba por los pasillos en camino a la caza, Gypsy lo siguió y a su lado vinia un vampiro sonriendo en dirección a la puerta principal. La entrada era grande y de color negro, con un fénix blanco en la parte mas alta.
Entre el clan se decia que la ciudad mas próxima estaba teniendo un carnaval, perfecto para hacer ver muertes como accidentes.

-Vamos Makoto, hay que competir para ver quien derrota más licántropos-decía Gypsy sosteniendo su hombro.
-No me interesan los licántropos, yo quiero probar sangre con alcohol. Es casi deseoso el hecho de sentir ese sabor a tequila.
-Si ya lo se-Gypsy lo arrebozaba corriendo, seguida del vampiro. Ambos desapareciendo en el lumbral.

Makoto los siguió con plena calma sosteniendo la espada samurái. Kenshin, su espada, se quedo guardada en la habitación.
Frany bajaba las escaleras a toda prisa, luciendo un vestido negro y sus dos armas en mano.
-Te tardas una eternidad-dijo su amado mientras la veía contonearse.
-No importa,querido, somos inmortales-le contesto dándole un beso en la mejilla.

Makoto corria entre los arboles, ya había consumido a cuatro humanos, esa sangre con sabor a alcohol fue una delicia para el. Frany iba a su lado. La ciudad se iba alejando y podian escuchar algunas ambulancias envueltas con el sonido del carnaval
-¡Hey Makoto!- Lucia, con su cabello castaño largo y su piel morena, aparecía de entre las ramas-espero que lleven menos licántropos que yo.
-Llevamos algunos-dijo Frany sonriendo y acercándose mas a Makoto

Se detubieron frente al lago Rojo, se le llama así por que una día un lobo apareció muerto en sus aguas y se dice que su sangre tardo toda una noche en irse.
Un par de licantropos sonrían al ver a tres vampiros acercándose.

-Miren, Blakus, Sviro. Un vampiro acompañado de dos bocadillos-dijo el primero con una sonrisa maliciosa.

Lucia desenfundo, de su espalda, una espada corta y recta. Corrio hacia el llamado Sviro y le hazo una herida en el pecho.

-Frany, veamos que tan buena eres-la miro retándola.

Frany sonrió y ya atacaba con sus dos kodachis el rostro de Blakus. El no se pudo defender y Frany lo arrojo contra el piso.
Los lobos solo nos miraban con odio, pero se van, dejando caer monedas sobre la tierra.

-¿Por que huyen?-dijo Lucia guardando su arma.

Al llegar al edificio, el jefe del clan aparecía frente a Makoto
-Makoto, tengo algo para ti-le dijo suavemente
El jefe guió a Makoto hacia la torre que le sirvia de refugio. La puerta de color rojo se abre rechinando con fuerza.

La habitación era amplia, con cortinas doradas en las ventanas, alfombra roja. Un candelabro dorado colgaba sobre una mesa de madera tallada.
Al fondo estaba el trono, envuelto en amarillo y naranja.
Skin metía la mano a su capa y saco un sable corto.

-Este sable te servirá mejor que el arma que cargas. He escuchado que no te agrada usar tu arma que te ha acompañado durante mas de un siglo-le decia mientras estiraba la mano.
-No la uso más que en ocasiones especiales, como sabes nunca se acabara su filo-le contesto, tomando su oferta..

Makoto estaba en la terraza del edificio, moviendo el sable contra el viento. Sus movimientos tratan de tener gracia, pero él nunca había manejado un arma como esa. Su conocimiento de armas se limitaba a las de fuego y algunos tipos de espadas como la china y japonesa.

-Maldito sable, eres una mejor arma que esa tonta espada japonesa barata, pero no superas a Kenshin.-dijo furioso cuando una figura femenina envuelta en un vestido negro largo salía por la puerta de la terraza.

-Amor, deberías de buscar a alguien que te entrene-le dijo Frany, mientras camina lentamente hacia él, sus zapatos de tacón negro sonaban contra el suelo.
-Querida, sabes que yo nunca le pido ayuda a nadie, solo yo me debo de preocupar por mí. La única persona que importa eres tu-le dijo sonriéndole.
-Entonces deberías de entrenar para que así me pudieras protegerme-dijo sarcásticamente-como si necesitara de eso.
-No te molestes, sabes como soy.
-Si, se lo que viviste en el antiguo Tokio, se de la filosofía que quieres seguir...Los débiles son el alimento de los fuertes. Pero sabes que no eres así-mientras hablaba, le entrega su primera sonrisa de la noche.

El la abrazo y le beso la frente. Ella es la única razón por la que dejo de ser un solitario, por la que dejo a un lado tanta amargura. Amó a muchas mujeres en el pasado y todas perecieron o se fueron de él. Ella es la única que se había quedado tanto tiempo

-Marcus, es un buen amigo nuestro ¿Por qué no le pides que te entrene?-le decía ella mientras recibia su beso.
-El abandono el clan hace tiempo...
-Ve a buscarlo entonces.

Makoto le sonríe y salió por la puerta de la terraza, sin antes darle un beso. Mientras bajaba sostenía su nueva arma con fuerza, el quiere protegerla, pero sabe que Frany es más fuerte que él, ella había luchado contra los lobos desde hace siglos, el había escapado de esa guerra los siglos que ella los a combatido.

Salió del edificio del clan, a buscar al vampiro Marcus.

-Fue desterrado hace algunos años. Fenix Skin dice que Marcus se rebeló contra él y no pensó permitir que volviera a hacerlo, así que lo saco. Pero Marcus era fiel al clan, algo mas debe haber pasado-recordaba las palabras de su vampiresa.

Makoto se movía entre los arboles del bosque, podía escuchar todas las aves nocturnas que se comienzaban a despertar a cazar, dentro de poco sus compañeros lo harán también. Lo preocupante era que los lobos ya deben de estar afuera.
Una nube de humo aparecía a su lado.

-¿A donde vas sólito?-decia Lucia, vestida con un traje de ninja negro.
-¿Por que traes tu traje de ninja?-le decía, parándose en seco.
-Voy de espiá...¡Oye no me cambies el tema!-Se frustraba en medio de su propia frase.
-Necesito aprender a usar esta cosa-lo dijo Makoto mientras le enseña su sable
-Buscaras a Marcus...-le dijo ella con seriedad
-Si.

Lucia lo miró preocupada.

-Te acompañare entonces-le sonrió tiernamente por un momento
-Aprovechas que deje a Frany en casa...-dijo el con sarcasmo
-Hey, la competencia es buena-mientras hablo, su mirada cambio hacia un claro cercano-Además, nunca he dicho que me gustes..

-!Tu lado derecho esta desprotegido!-Lucia gritaba mientras se protege de las garras de un lobo con una espada corta.

Makoto peleaba contra un hombro lobo, su ropa estaba rasguñada y tenia algunas manchas de sangres de las heridas ya cerradas por el factor de curación acelerado.

-¡Es esta tonta arma!-Makoto golpeo con su codo el rostro del lobo-¡Debería de usar los puños!

El lobo se ríe y golpeo al vampiro tumbándolo al suelo.
-Parece que el vampiro no sabe pelear con su arma-se burlaba

Makoto lo golpeo en la cara sacando algo de sangre. La herida se cierra, pero la sangre se seca.
-¡Maldito vampiro!-maldijo el lobo.
-!Maldito perro en dos patas!-El vampiro lo pateo en el pecho y lo levanta varios metros en el aire. Makoto saltó junto con él y le atravieso el brazo con su puño.-Este vampiro no es un blanco fácil-.Golpeó al lobo con el talón y este cayo de cara contra la tierra, volviendo a su forma humana completa.

Por su parte Lucia a ensarto al otro licantropo a un tronco, rodeándolo de shurikens. El lobo se transformo y cayó al suelo. Lucia recuperó sus armas rápidamente.

-¡Makoto!-saltó hacia el vampiro-¿Que tienes en la cabeza?-Ella lo miraba desafiante-¡Podrían habernos matado!
-¡Es esta estúpida arma!-lo dijo enojado
-El arma no es el problema, tienes que aprender a usarla-ella no quito su mirada.
-Por eso estoy buscando a Marcus

Una figura envuelta en capa gris saltaba de una de los arboles. Al caer rápidamente se acerco a los vampiros y pasa sus manos frente a sus rostros, estos no se podían mover.

-Perdonen por inmovilizarlos, según se, los vampiros son muy peligrosos-dijo la figura quitándose su capucha-. Soy la bruja gris, creo que buscan a alguien que yo conozco-. La mujer es bellísima, con una piel blanca brillante, ojos grises con un cabello largo del mismo color.

La bruja se acercaba a los vampiros.
-Marcus esta al norte de aquí, vive con una comunidad de vampiros y lobos desterrados. El sabe algo que puede que ustedes no deban saber-.Ella sonrió mientras desaparecía en una nube de humo gris.

-¿Quien diablos era esa loca?-dijo Lucia justo después de poderse mover de nuevo.
-Es una loca que nos dijo la ubicación de quien buscamos.

Makoto acomodo el sable en su cinturón y se apresuro a irse del lugar, Lucia lo siguió. La bruja los observaba desde un árbol, alejándose.

-Makoto, el vampiro nacido en terrenos de la antigua Tenochtitlán, creciste como un desterrado, sin saber tu origen. Has peleado en guerras humanas, pero nunca en las de vampiros. Te espera un destino enorme. Tú cargaras con el fuego.-Decia para si misma, mirándolo desaparecer en el camino.

Ella abre la palma de su mano, una flama flotaba suavemente sobre su piel. Pronto, tomo la forma de un ave de fuego, para después desaparecer..