Shakeelah Al'Ramiz [Incompleta]

ننظر إلى عيون الشخص لا في الحكم على ما ترى، ولكن ما يخفين عيونهم



Nombre:

Shakeelah Al'Ramiz

Edad:

19 años

Especie:

Humana

Nivel Social:

Clase Alta

Sexualidad:

Bisexual

Procedencia:

Alejandría

Físico:

ElRostroDeLasMilyUnaNoches:

El primer adjetivo que puede venirnos a la mente apenas vemos a esta mujer, es hermosa. Se trata de una bella joven, de apariencia exótica, poco común, que llama la atención, y ella lo sabe. Su piel es suave, tersa, libre de imperfecciones y con un atractivo tono tostado que denota sus orígenes árabes. Gracias a los aceites y cremas que se aplica, algunos brillos dorados pueden apreciarse en esta epidermis que parece haber sido bendecida por los dioses, al igual que el resto del cuerpo que cubre. Su complexión no es esbelta y delgada, sino curvilínea y femenina, de baja estatura, resaltadas caderas y abundante pecho, que corresponde al cánon de belleza de su propio país y hogar. Su rostro tiene una forma redondeada y dulce, casi angelical, de labios voluptuoso, nariz respingona y cejas arqueadas, bien definidas.
Sus ojos poseen el brillo intenso de una fiera salvaje, de un alma indomable oculto tras ese iris de un color entre ambarino y castaño, similar al de una leona o una tigresa. Su forma es almendrada, ligeramente rasgada, mostrando una vez más su ascendencia árabe. Tiene un cuello largo, proporcionado a su cuerpo, y unas manos delicadas, de uñas cuidadas. Normalmente en ellas trae dibujos árabes hechos con una crema especial de origen natural, en tonos naranjas o marrones. Su cabello es castaño muy oscuro, que casi puede parecer negro, y cae en suaves ondas sobre sus hombros curvos, haciendo un exquisito contraste sobre esa piel bronceada.
No suele llevar ropas incómodas, sino largas túnicas árabes, a las que ella da su propio toque seductor ciñéndolas a la cintura con una banda de tela, un cordón o cualquier elemento decorativo que le parezca hermoso. Sus pies son delicados y pequeños, y gracias a ellos camina con la gracilidad de una gacela, y la elegancia de una reina. Los adornos y complementos para ella son esenciales. Representan esa grandeza, esa riqueza con la que ella puede contar, y eso es algo que ella desea demostrar a quienes la rodean. Joyas en tonos oro y anaranjados son sus predilectas, aunque también posee varia piezas con partes hechas de madera tallada, o de piedras preciosas como esmeraldas, rubíes o zafiros.
Por último, queda añadir que lleva una pequeña perforación sobre su ombligo, algo extraña quizás en otros países, pero que en el suyo es símbolo de feminidad y progreso. Suele decorarla con aritos de oro y plata, brillantes y gemas, e incluso si llega a cansarse puede simplemente eliminar dicha decoración y aparentar que esa perforación no existe. El maquillaje es importante para ella, una mujer coqueta que gusta de verse atractiva ante los demás. Suele llevar caras pinturas de labios, delineados a base de carbón y minerales de colores en los ojos, y polvos oscuros que resaltan el suave bronceado de sus mejillas y pómulos.

Descripción Psicológica:

*Familia*

Pese a ser en apariencia una fiera indomable y desatada, Shakeelah es una muchacha muy apegada al sentimiento de la unión familiar y la fuerza de un hogar unido. Aprecia mucho a su numerosa familia, y sería capaz de dar su propia vida por ellos si llegase a ser necesario... Aunque claro está, aparentemente se comporta del mismo modo brusco, borde, soez y rebelde que emplea con los demás, siempre con ese toque de confianza y cariño que implican los lazos familiares. Ella sabe que cuando todo el mundo le falte, siempre podrá contar con sus padres, hermanos, abuelos o tíos, y que contará de forma eterna con el apoyo de todos ellos para seguir adelante y sacar lucro de su vida.
Jamás se ha planteado, como otros muchachos de su edad, independizarse y alejarse de esa familia a la que tanto adora. En cierto modo, está tan unida a ellos que se ha vuelto dependiente de ese cariño y ese calor que le ofrece siempre saber que tendrá un hogar al que regresar cada noche, una protección leal, fiel, que no se consumirá con el paso del tiempo como podría ser la de unos amigos o una pareja temporal. Las reuniones familiares no son muy de su agrado, y no por el hecho de que se junten todos... sino porque sencillamente las ve demasiado formales, algo que no pega demasiado con su forma de ser.

*Amigos*

La amistad para Shakeelah no es algo indispensable, sino un bien que puede reportar beneficios a la larga. Es desconfiada, le cuesta mucho abrirse a las personas y mostrar sus sentimientos como verdaderamente son. Eso hace que los amigos que posee sean más bien escasos, y que no pase demasiado tiempo con ellos. Prefiere vivir sola con sus familiares a arriesgarse a una puñalada trapera que no sea bien recibida.
Está claro que en determinados momentos echa de menos una mano amiga, un hombro sobre el que poder llorar o un apoyo psicológico que no sea el de sus progenitores y el resto de sus famiiares. Pero al sopesar las opciones, siempre acaba deduciendo que sale ganando a causa de esa situación de una estricta semi-soledad. Esto no la impide relacionarse con el resto de las personas, pero sí que la convierte en una mujer que pone demasiados reparos a la hora de conocer a los demás y de darse a conocer a sí misma.

*Sociedad*

Contra todo pronóstico, a pesar de proceder de una familia árabe con unos cánones y unas normas bien asentadas, esta no es una muchacha que se deje influir demasiado por el medio que la rodea, y por lo tanto da tanta importancia a las demás personas como la podría tener una piedra o un trozo de fruta inerte. Es cierto que sonríe, charla y se complementa muy bien con el resto del mundo, pero jamás establecerá una relación que vaya más allá de simples palabras y encuentros fortuitos. A sus ojos, las personas deben ganarse un puesto a su lado, y hasta entonces seguirán siendo eso: simples y llanas personas que no tienen un vital interés para ella.
En ocasiones coquetea, seduce y tenta a hombres y mujeres por igual, pero no porque sienta una estricta atracción por ellos y ellas, sino porque sencillamente lo ve un buen método para pinchar a su familia, que le pide de forma continua que asiente la cabeza y deje de jugar a ser una mujer para convertirse en una muchacha hecha y derecha, auténtica, femenina y de ideas claras... algo que ella no parece estar dispuesta a aceptar. En definitiva: ella por un lado, y los demás por otro.

*Amor*

Como de toda buena mujer árabe, de ella esperan que se case con un hombre de buen porte que la haga inmensamente feliz, le de hijos y un hogar, unas tierras... un bien económico y sentimental que la haría completa. Pero eso no parece ser lo que ella desea, al menos de momento. Se considera un espíritu demasiado libre como para encontrar una pareja estable o un hombre que se encuentre a la altura de sus gustos. Sabe que tarde o temprano tendrá que contraer matrimonio con un caballero le guste o no, y eso la desquicia. Quiere alejar ese temido instante cuanto más mejor.
Este es precisamente un asunto de continua discusión con sus parientes, que lo consideran como una especie de desafío contra sus creencias y la buena educación que han querido darle a la muchacha. Ella lo que menos desea es decepcionarles... pero sabe que mientras no esté preparada, la decepción será mucho mayor si no consigue ser buena esposa y deshonra el nombre de su familia.
Pese a que coquetea y flirtea con muchos hombres y mujeres, de ninguno de ellos ha logrado sonsacar algún tipo de sentimiento que se pueda asemejar al amor, así que ha terminado por pensar que este no existe, y que el ser humano simplemente lo necesita para asegurarse de estar mejor consigo mismo y tener un sentido más para una vida que, cada día, está más desquiciada a su modo de ver.

*Sexo*

Al igual que en el amor, ella en este aspecto se considera una joven inexperta, que no ha catado varón jamás y que, pese a su aspecto y sus palabras de decisión, duda todavía si sería capaz de hacerlo en un futuro próximo. Es pasional, letal y femenina... pero jamás se ha abierto de un modo tan sincero con otra persona. Lo ve como un acto tan íntimo y especial, que no considera a ningún hombre o mujer dignos para llevarlo a cabo en modo alguno.
Pese a saber perfectamente de su estado virginal, disfruta haciéndose desear y volviendo locos a los hombres negándoles después el placer de disfrutar y gozar con su femenino cuerpo. Eso la hace sentir poderosa, hace que vea el control que pueden ejercer las mujeres sobre el género masculino, y que gracias a ese instinto de reproducción, ellas pueden aprovecharse y ganar a cambio muchos beneficios.

*Gustos*

Ante todo y pese a ser una mujer de clase alta, también es joven y necesita ciertas aficiones que la hagan sentir bien, sentirse viva. Es una joven con aspiraciones y sueños, que tiene muchs cosas en las que entretenerse y pensar. Uno de sus gustos más marcados, es el que tiene por las noches de luna llena. Ese momento en el que la luz de la luna plena rompe las sombras de la noche, le parece mágico, sensual... único. Suele dar paseos en las noches como esa, simplemente para disfrutarla y poder maravillarse con los únicos paisajes que esa luz le hace ver en sitios comunes, que quizás haya visitado antes, pero que jamás ha visto igual.
Otra de sus grandes aficiones es el dibujo y la pintura. No suele dedicarle demasiado tiempo, pero sí le gusta colorear sobre lienzos o láminas de lino. Su especialidad son los paisajes, motivo por el cual suele escaparse de forma continua de casa en busca de bellos panoramas que plasmar en ese plano marco. También encuentra entretenido crear sus propias pinturas, a través de ingredientes naturales, como el aceite, la cera, el carbón, la hierba o el óxido de algunos metales. Hace que esos dibujos y esbozos sean mucho más personales, y guarden un especial significado para ella. A causa de su creciente imaginación, encuentra gratificante poder plasmar sus sentimientos y sus deseos en un lienzo que nadie comprendería... sólo ella.
La ropa y las joyas son otro de sus pequeños caprichos. Le gusta llevar prendas bonitas, de colores vivos o tonos tostados que resalten contra su piel. Normalmente sale de compras, y ese momento tan femenino e íntimo para ella es uno de los que más disfruta en su día a día. Adora acudir a los costureros más afamados, y a los diseñadores de joyas más exquisitos. Tiene un gusto muy rico para elegir sus complementos y sus accesorios, y por ello puede pasarse horas y horas hasta decidirse a comprar una o varias prendas y complementos.
La lectura y la escritura también le agradan, sobre todo los libros de fantasía. Hacen que su mente se traslade a mundos maravillosos, donde la realidad carece de importancia, y todo tiene un matiz mucho más feliz y asequible. A veces sueña con ser la princesa de un cuento de hadas, y en otras ocasiones la bruja buena o el dragón... dependiendo de su estado de ánimo y de cómo le afecte el libro en su día a día. Vaya donde vaya, siempre procura que haya una gran biblioteca cerca, en la cual pasar sus horas muertas, o quizás llevarse su inmensa colección de ejemplares donde quiera que viaje.
Los animales le encantan. De hecho tiene un pequeño gato del desierto a modo de mascota, llamado Yutei. Disfruta conociendo nuevos y exóticos ejemplares, o cuidándolos ella misma. Sabe que la posibilidad de que encuentre un óptimo marido y de que forme con él una familia son casi nulas, y por ello aprecia esa compañía, y el sentimiento de maternidad que los cachorritos o los animales necesitados producen en ella.

*Disgustos*

Shakeelah es una mujer que tiene muy claro lo que quiere y lo que no en su vida, por lo tanto este nivel de exigencia lo lleva también en aquellos asuntos que no le agradan demasiado, y que por lo tanto no tolera en modo alguno. Considera que la vida ya es lo suficientemente cruel como para amargársela con otras cosas, que por pequeñas que sean afectan al buen humor que demuestra no poseer demasiado a menudos.
Una de las cosas que odia en esta vida, son los insectos, los bichos y cualquier tipo de ser artrópodo con caparazón o pinzas que se acerque demasiado a ella. Le resultan asquerosos, sobre todo imaginándoselos hurgando en la basura, o picando su piel perfecta. Ni siquiera se molesta en tocarlos o prestarles atención matándolos... prefiere que otras personas más capacitadas lo hagan por ella.
Además de ese desdén, también detesta los malos olores, la suciedad y el desorden. Está acostumbrada a que se lo den todo hecho, a no tener que esforzarse por mantener limpio su hogar o el entorno que la rodea. Siempre ha poseído criadas y empleados que se han dedicado a satisfacer dichas exigencias con la más pura pulcritud, algo que ella agradece a su modo.
Tampoco le gustan las legumbres, los gritos o los ruidos demasiado fuertes. No es partidaria de las grandes muchedumbres, y por lo tanto evita lugares que las posean, como mercados o grandes acontecimientos, a los que no asiste por el simple hecho de que la agobian y la sobrecalientan, llegando a ponerla incluso de mal humor. Odia que la gente esté encima de ella, que la traten como a una niña pese a que ella se considera toda una mujer, y que le digan lo que debe de hacer. Tiene un espíritu demasiado rebelde y liberal como para acatar unas normas que no comprende o que no desea entender.
Detesta a los cobardes, a la gente que se rinde demasiado rápido y a los hipócritas, que ante el público muestran una cara, pero esconden otra demasiado distinta. Prefiere mantenerse alejada de este tipo de personas que nada bueno pueden reportarle, y que desde luego no son plato de buen gusto para nadie.

Historia:

Otros Datos: